PROTAGONISMO EVANGELIZADOR DE LOS LAICOS
PROPUESTAS DE REFLEXIÓN PARA EL LAICO VENEZOLANO A LA LUZ DEL VI ENCUENTRO CONAS - CODAS
INTRODUCCIÓN
Nos hemos reunido en este VI Encuentro Nacional para estudiar
y analizar las perspectivas de nuestro protagonismo en el mundo
sabiendo que es una "tarea original, insustituible que debe llevarse
a cabo para el bien para el bien de todos" (Cl, 28), tomando en
cuenta tanto la riqueza y versatilidad del mundo de los laicos
dentro del tejido eclesial como la gran capacidad de iniciativa y
generosidad del laicado (cf. Cl, 29).
Conscientes de que la unidad en la diversidad es parte del
Espíritu de Cristo en el caminar hacia el V Centenario de la
Evangelización en Venezuela, frente a la Celebración del Jubileo
del año 2000 y frente al Concilio Plenario a realizarse en 1999, nos
reunimos para plantearnos cuál debe ser el protagonismo de los
laicos y su índole secular aplicado a la realidad venezolana.
Sabemos que es necesario establecer bases motivados que
sirvan a los Pastores, a los responsables de la animación laical, a
los distintos grupos de laicos y al laicado en general, para poder
implementar el llamado del Papa Juan Pablo II en su reciente visita
a Venezuela, donde dice: "Vengo a vuestro país para animar a la
comunidad eclesial, a los hombres y mujeres de buena voluntad en
su empeño de contribuir al crecimiento del Reino de Dios en esta
querida y hermosa nación".
Este VI Encuentro Nacional busca desarrollar cada vez más un
laicado comprometido con la Nueva Evangelización, dinámico y
activo en la construcción del Reino de Dios en Venezuela donde la
coherencia entre fe y vida vaya junto con el diálogo, el servicio, la
solidaridad, el optimismo, la esperanza y sobretodo el amor.
1. EL PROTAGONISMO DE LOS LAICOS
Nuestro pastores latinoamericanos afirman en Santo Domingo:
"Fruto de esta IV Conferencia, ha de ser el de una Iglesia en la que
los fieles cristianos laicos sean protagonistas" (SD, 103).
Christifideles Laici señala en qué consiste dicho protagonismo:
"Los fieles laicos son llamados por Dios para contribuir, desde
dentro, a modo de fermento, a la santificación del mundo mediante
el ejercicio de sus propias tareas, guiados por el espíritu
evangélico, y así manifiestan a Cristo con el testimonio de su vida y
con el fulgor de su fe, esperanza y caridad" (Cl, 15).
Este protagonismo de los laicos está en comunión con el
protagonismo de los otros miembros del Pueblo de Dios: religiosos,
sacerdotes y obispos. Es fundamental entender que el verdadero
protagonista en la Iglesia es el Espíritu Santo: "El es el
protagonista de la misión" (RM, 30).
1.1. Posibilidades y dificultades para ejercer este protagonismo
en el momento actual
Nuestra reflexión señala, entre otros, la constatación de los
siguientes hechos que posibilitan la realización de este
protagonismo evangelizador:
. Aumenta el número de cristianos que toman conciencia de su
rol protagónico.
. Existen familias que viven su protagonismo como "Iglesias
Domesticas".
. La credibilidad actual de la Iglesia facilita nuestra actuación
cristiana.
. Se observa en ciertas instancias de la sociedad civil una
búsqueda hacia la ética y otros valores.
Asimismo, constatamos también, actitudes de ciertos bautizados
que dificultan el entendimiento del ejercicio del protagonismo:
. Se observa en muchos el divorcio entre su fe y su vida.
. Existe una gran ignorancia religiosa.
. Hay poca presencia cristiana en los distintos ambientes de la
sociedad.
. Se observa que hay muchos "cristianos" con poca conciencia
de su compromiso bautismal.
1.2 ¿Cuáles son los retos?
La situación actual nos plantea los siguientes retos para ejercer
el protagonismo evangelizador:
. Santidad, que debe reflejarse en un crecimiento en la
espiritualidad laical.
. Madurar a través de una formación integral permanente.
. Conciencia actualizada del compromiso bautismal.
. Vivir el Evangelio sirviendo a la sociedad.
. Fortalecer la organización del laicado en la perspectiva de
comunión y participación.
1.3 Protagonismo Misionero
En nuestra perspectiva misionera el protagonismo de los laicos
en Venezuela debe llegar a la inmensa mayoría de hombres y
mujeres católicos que no participan activamente en la Iglesia. Esa
mayoría la señala Santo Domingo cuando dice: "Se sienten
católicos, pero no Iglesia".
De acuerdo a las estadísticas ellos forman un alto porcentaje de
nuestros bautizados a quienes no ha llegado aún la acción
misionera de la Iglesia. A esa inmensa mayoría también debemos
acercarnos y tratar de atraerlos. Para eso sugerimos algunas
líneas de acción:
. Utilizar los medios de comunicación social como instrumentos
eficaces de evangelización.
. Penetrar con criterios cristianos las diversas formas de
agrupaciones juveniles.
. Testimoniar con alegría que el cristianismo es la clave
explicativa que da pleno sentido a nuestras vidas.
. No actuando como francotiradores, sino integrados a la Iglesia,
usando y potenciando los instrumentos y organizaciones que ella
tiene.
. Acercándonos a ellos con la disposición del recibir, pues Dios
también nos habla a través de ellos.
2. EL CARÁCTER SECULAR DE LOS LAICOS
2.1 Su significado
El carácter secular es lo que define la relación del laico con el
mundo, pues "es en el mundo donde el laico encuentra su campo
específico de acción" (P. 789).
"A los laicos corresponde, por propia vocación, tratar de obtener
el Reino de Dios gestionando los asuntos temporales y
ordenándolos según Dios. Viven en el siglo es decir en todos y
cada uno de los deberes y ocupaciones del mundo, y en las
condiciones ordinarias de la vida familiar y social, con las que su
existencia esta como entretejida. Allí están llamados por Dios, para
que desempeñando su propia profesión guiados por el espíritu
evangélico, contribuyan a la santificación del mundo como desde
dentro, a modo de fermento" (LG 31).
Aunque todos los miembros de la Iglesia son participes de su
dimensión secular, "el carácter secular es propio y peculiar de los
laicos. Pues los miembros del orden sagrado, aun cuando alguna
vez puedan ocuparse de los asuntos temporales, están destinadas
principal y expresamente al sagrado ministerio por razón de su
particular vocación" (LG 31).
Los laicos no pueden ser Iglesia sin vivir su carácter secular
entre otras razones, porque:
. Es un mandato de Cristo (Jn 15, 16).
. La misión del laico es transformar el mundo con criterios
evangélicos.
. El mundo es el ámbito y el medio de la vocación cristiana.
2.2 Dialogo Iglesia - Mundo como medio para ejercer el carácter
secular
Aunque la finalidad de la Iglesia es eminentemente es católica y
de salvación (cf. GS 43) sus miembros están llamados a realizar en
la tierra una obra que está en relación directa con los proyectos
divinos de perfeccionamiento de todo lo creado. "Es preciso que
los seglares acepten como obligación propia el instaurar el orden
temporal, el actuar directamente, de forma concreta en dicho
orden, dirigidos por la luz del Evangelio, la mente de la Iglesia y
movidos por la caridad cristiana" (AA 7).
El hombre no es dueño sino administrador de la obra de la
creación. A todo administrador se le pide que sea fiel, que sea
diligente, que ponga sus valores personales en favor del progreso
y enriquecimiento de lo recibido. Apoyado en este principio, la
Iglesia fundamenta la obligatoriedad de su acción en el mundo
donde desarrolla su misión. No debe, ni puede, desvincularse de
ese mundo en el que actúa por mandato divino y al que está
obligada a actuar como fermento y como alma de la sociedad, y a
entablar diálogo con el mundo. Se fundamenta, pues, este diálogo
mutuo, Iglesia-Mundo, en la consideración de que la Iglesia "existe
en este mundo y vive y actúa con el" (GS 40).
Los laicos, Iglesia en el Mundo, están obligados a cristianizar el
mundo, y por ello es necesario empeñarse en esta tarea mediante
el testimonio cristiano y el diálogo con el mundo que está en
permanente y acelerado cambio.
Este diálogo o encuentro Iglesia-Mundo compete pues de
manera particular, aunque no exclusivamente, el laico. Nos
proponemos abordar con decisión este diálogo a nivel diocesano y
nacional en las diversas áreas que reclaman con urgencia la
presencia de la Iglesia.
2.3 Areas de Acción
Es necesario, de manera particular en cada diócesis, establecer
las áreas prioritarias de acción colectivas de los laicos de acuerdo
a las más notables urgencias.
- La familia. Por ser cédula fundamental de la sociedad civil y
eclesial condiciona de manera determinante la salud y fortaleza de
una y otra. Si "el futuro de la humanidad pasa a través de la
familia" (FC 85), debemos empeñarnos en fortalecer o rescatar
(según sea el caso) la familia. No podemos los laicos olvidar ese
magistral programa operativo de acción apostólica sobre la familia
que es la Exhortación Familiaris Consortio, "Carta de los derechos
de la familia". Siguiendo sus pautas se promueven los valores y las
exigencias de la familia.
- La política. Este ámbito no debe ser avadido. Juan Pablo II
pone todo el énfasis de su voz al enseñar "que los fieles laicos de
ningún modo pueden abdicar de su participación en la "política"
(Cl. 42), y entiende por política toda acción que promueve el bien
común.
El mismo Juan Pablo II nos orienta sobre los distintos campos en
los que el laico debe participar: La economía, la educación, la
salud, los MCS y la cultura.
En estos campos los laicos debemos ejercer nuestra acción
apostólica. Ahí están los lugares de nuestra presencia cristiana.
Ahí están los problemas que reclaman nuestro esfuerzo decidido,
perseverante, planificado, de conjunto. Ahí están los retos y
desafíos que tenemos y que esperan nuestra acción. Que nuestro
compromiso en estos tiempos tan urgidos de nuestra presencia y
concurso en la nueva evangelización, sea cumplido desde el
mandato de Cristo y la fuerza recibida de su Espíritu.
2.4 Perfil del laico según las exigencias de la nueva
evangelización
Asumimos como el perfil del laico que se requiere para ejercer
su protagonismo evangelizador y vivir su carácter secular, los
siguientes aspectos que constatamos, coinciden con los que
propone Puebla en su número 1308 y lo propuesto por el Papa
Juan Pablo II a los venezolanos en sus dos visitas a nuestro país:
. El laico es un hombre o una mujer nuevos transformados por la
acción pascual del bautismo.
. Con sana conciencia moral.
. Con sentido evangelizador.
. Con presencia y espíritu comunitario conocedor de su
realidad.
. Con compromiso social, promotor de la justicia y la paz en su
espacio concreto.
. Capaz de una participación libre, comprometida y responsable
en la Iglesia, en el mundo y con especial énfasis en la familia.
. En comunión fraterna y dialogante para la construcción de la
nueva sociedad verdaderamente humana y penetrada de valor
evangélicos.
. Con creatividad, iniciativa, valentía y capacidad de riesgo.
. Capaz de responder a los sufrimientos y aspiraciones de
nuestro pueblo lleno de una esperanza que no podrá ser
defraudada.
. Con disponibilidad y accesibilidad para la cercanía y el
acompañamiento del hermano necesitado.
. Fundamentado y alimentado en la comunidad del Padre, del
Hijo y del Espíritu Santo.
3. COMPROMISOS
Nosotros, delegados de este VI Encuentro Nacional
CONAS-CODAS, nos comprometemos a vivir ese protagonismo
laical en medio de nuestras realidades y a animar a muchos otros
cristianos de nuestra patria en esta tares. Por eso queremos
comprometernos a:
1) Hacer realidad la celebración de los Encuentros Diocesanos
con el fin de establecer un acercamiento con los distintos sectores
de la sociedad civil y animar y comprometer a los cristianos allí
inmersos a ejercer su rol protagónico.
2) Planificar estos Encuentros Diocesanos de acuerdo a las
realidades y posibilidades de cada diócesis, según un plan
organizado y todo esto siempre con la aprobación del Obispo
respectivo.
3) Animar y comprometer a nuestras estructuras eclesiales,
movimientos diocesanos y laicos no asociados a concurrir con un
mismo esfuerzo en la celebración de los Encuentros Diocesanos,
Regionales y Nacionales.
4) Hacemos nuestra la planificación y realización de los
Encuentros con la temática acordada y la realización en el ultimo
trimestre de 1998 de un Encuentro Nacional de Laicos.
Todo esto lo ponemos en manos de la Virgen de Coromoto,
Madre de Cristo, Madre nuestra y Patrona de Venezuela.
Caracas, 10 de agosto de 1997