CAPÍTULO VII

LAS REFORMAS INGLESAS (1509-1558)

I. La historiografía de las reformas inglesas

Hablamos de .reformas. y no de .reforma.. Con este título se pretende entender la situación inglesa, la cual no va asociada a una reforma como la de muchos Estados y ciudades del continente, en las cuales la predicación de la nueva doctrina, su acogida por parte de las oligarquías ciudadanas o del soberano local, el desmantelamiento del culto tradicional, la devastación de las estructuras monásticas y diocesanas, la prohibición de la liturgia católica... iban al mismo paso y fueron efectuadas en un lapso de tiempo muy breve. En el continente se puede decir cuándo viene acogida la reforma en un lugar determinado .se puede señalar para Zurich 1523, para Kitzingen 1525, para Basilea 1529, para Neuchâtel 1530..

Pero el caso inglés es distinto; el proceso reformador fue largo y complejo. Fue un drama que tuvo como protagonista a una minoría reformista y a una mayoría reacia, y tuvo fases y reformas alternas. Así como llamamos .reforma. a la eduardiana, así también aplicamos este término a los cambios del tiempo de la reina María y del cardenal Pole.

La tradición historiográfica liberal .wigh. partía del interior de sectores influyentes de la cultura inglesa que promovían la suya como .la Reforma., pues decían que era más ajustada a la Biblia, más .razonable. y más fiel a la tradición. Si éste era el punto de llegada, se buscaba en el pasado evidenciar los factores que habrían favorecido este resultado. Parten del presupuesto de que la religión medieval .que llamamos .religión popular.. estaba llena de supersticiones, el gobierno de la Iglesia estuvo en manos de una oligarquía injusta y opresiva, y la relación con Roma fue mal soportada, por lo que se habría producido un movimiento espontáneo del pueblo que habría echado por tierra toda resistencia.

Mérito de la historiografía revisionista fue el de haber refutado la versión wigh, que acentuaba la corrupción de la Iglesia católica y lo inevitable del movimiento reformista. Según la nueva historiografía, no fue el protestantismo a hacer Inglaterra protestante, sino fue el Estado a hacer protestante a Inglaterra. Por decir esto, Haigh fue acusado de escribir una historia .católica.. Él puso en evidencia que los historiadores wigh eran partidarios del dato, para ellos obvio, de que la doctrina protestante era la verdadera, por lo que los buenos ingleses no podían sino adherirse con entusiasmo a sus ideas. Desde este enfoque escribe A.G. Dickens, quien, estudiando el condado de York, llega a la conclusión de que la Iglesia católica estaba demasiado empeñada en cuestiones políticas, sin saber asumir su propio papel. Había un alto clero mundanizado. Las premisas espirituales del protestantismo las encuentra en el lolardismo tardío, del que se encuentran retazos en la versión de Tyndale del Nuevo Testamento.

Sin embargo, la imagen de un clero inmoral e ignorante no está probada. De hecho, en la época de María Tudor el clero estaba plenamente adaptado a las circunstancias. Sin embargo, es el anticlericalismo el que ha exagerado los fallos, utilizando fuentes propagandistas protestantes. Es más, los conflictos de carácter judicial en torno a los diezmos eran muy pocos; los testamentos confiaban la mayor parte de las donaciones caritativas a la Iglesia. Que  hubiese un evangelismo difundido en el pueblo tampoco está probado. En las parroquias rurales, con un analfabetismo generalizado, las tesis protestantes no penetraron. Los estudios más recientes, teniendo un acercamiento más funcional y ajustado a los documentos, coinciden en que la religiosidad católica fue seguida y respondió a las necesidades de la población. Cuando Isabel I combate a fondo la religión popular, al puesto de los ritos de la Iglesia subieron los hechizos y las brujerías.

Enrique VIII estuvo sólo preocupado de la cuestión dinástica, mas no de la Reforma. Con el Acto de Supremacía no buscaba el cisma, sino sólo establecer una jurisdicción que pudiese decidir sobre su matrimonio. De hecho, con la persecución de los protestantes, la ejecución de Cromwell (1540) y los límites impuestos a la difusión de la Biblia inglesa, la reforma fue de nuevo abandonada; tanto que un autor escribe que, en efecto, Enrique murió católico, aunque, si bien, mal católico.

Bajo Eduardo VI la reforma fue favorecida, mas a la vez el catolicismo pudo resistir. Hubo parroquias en Londres que celebraron el Corpus Domini.

Después del reinado de María, cuyo error más grave fue el de morir, Isabel fijó el conformismo o uniformidad. No obstante, aún diez años después de la subida al trono en muchas parroquias se celebraba la misa y se conservaban los ritos y ornamentos romanos.

Con G.R. Elton se impone la tesis de una reforma desde lo alto. La reforma fue una batalla no sólo entre católicos y protestantes, sino también entre gobierno y súbditos, de manera particular por el modo particular de activismo y autoritarismo de Thomas Cromwell. De hecho, la influencia de Lutero estuvo cinscunscrita a las dos universidades y a los tipógrafos de las grandes ciudades. Dado que el mismo rey era opuesto a Lutero, todo dejaba creer que nada sería cambiado si el rey, a su vez, no se hubiera rebelado contra Roma.

La reforma fue cualquier cosa menos rápida. En el condado de Hamp, con el obispo Gardiner y durante el reino de Isabel I, el catolicismo fue resistente.

Las orientacioes de la historiografía moderna sobre las distintas diócesis muestran un progreso muy lento de la reforma, es más, .de las reformas.. El historiador debe ponerse en la perspectiva de un contemporáneo, como por ejemplo un Gardiner, que aceptaba incluso la supresión de monasterios, pero después defendía la doctrina de la presencia real. Según Haigh, «estas reformas políticas no hicieron protestante a Inglaterra», sino que fue ley a ley como los políticos dieron a Inglaterra un cuadro institucional que hizo posible el cambio religioso.

Pero el rey no habría podido imponer el cambio por sí solo si no hubiera también otras fuerzas. La historia está hecha por los gobernantes. Pero el pueblo no fue sólo pasivo; se trataba de la salvación eterna. No obstante, prevalece la lealtad hacia el Estado. La iniciativa partió del rey y de Cromwell, con gran despliegue de intimidaciones, recompensas y disimulaciones. El lado escandaloso vino de lo que se tomó de confiscaciones y que fue utilizado para la guerra y no para los pobres o para las escuelas. Tres revueltas demuestran cómo la nueva religión no tenía raíces profundas. El papel de los laicos, sobre todo de las mujeres, es importante, escondiendo a los sacerdotes y dándoles dinero y asistencia.

Hudson ha hablado de la prehistoria herética, es decir, del wycliffismo y del lolardismo. El programa de reforma wycliffita era coherente, pues estaba basado en la Sagrada Escritura, aceptaba la predestinación, refutaba la jerarquía y la transustanciación. Si tal reforma falló fue sólo por falta de medios de comunicación .la imprenta. y porque fue demasiado precoz.

En el estudio que Retha M. Warnicke hace sobre Ana Bolena, demuestra cómo Enrique VIII utiliza la religión igual que como utilizaba la ley, es decir, como medio para sus fines. La caída de Ana se debe a la mentalidad de la época, en la que los abortos eran considerados como un juicio divino y los niños deformes eran juzgados como fruto de incesto o de brujería. Su segundo parto, con el nacimiento de un hijo deforme, señaló el destino de Ana.

Alejandra Walsham escribe que con la llegada de Isabel I la mayoría de los ingleses eran católicos. Una minoría refutó la nueva iglesia .los .recusants.., mientras la mayoría ..church papists.. aceptó el participar regularmente en el nuevo culto. Los refractarios atacaron a estos hombres de compromiso. Desde el continente fueron enviados unos 300 misioneros para convencer a los tibios para la refutación, pero sólo 130 fueron activos.

Eamon Duffy contradice las generalizaciones usuales sobre la religión tardomedieval. Es cierto que el culto del final del medievo era poco cristocéntrico y el acceso a Dios era extraño sin la mediación de los santos. Pero, sin embargo, estudiando las estructuras de la religión tradicional, se percibe cómo la piedad popular fue centrada sobre el año litúrgico. La Reforma se abre camino comenzando con un famoso discurso de Hugh Latimer en 1533 contra la piedad tradicional y en favor de la iconoclastia; pero, sobre todo, a partir de la imposición del Prayer Book en 1549, suprimiendo el misal romano y el breviario. Con Eduardo VI se destruyeron imágenes, altares, cálices, ornamentos... Sin embargo, esto no prueba mucho, pues los mismos que escondieron estos objetos, los sacaron con la reina María. Con esta reina los católicos restauraron en seguida las prácticas religiosas precedentes. Sin embargo, fue decisivo el Acto de Uniformidad (1559) y la introducción del Prayer Book para orientar Inglaterra hacia la Reforma. De todos modos, un autor escribía en 1590 que la población era católica en el corazón. Muchos aceptaron la uniformidad para no tener más complicaciones. Sin embargo, Claire Cross y Noreen Vickers, estudiando la vida de los religiosos y religiosas en el condado de York, observan cierta resistencia cuando estalla la Reforma; es verdad que alguno se casó, que otros huyeron, pero también hubo mártires. El anticatolicismo fue fomentado no sólo por el gobierno y por la Iglesia anglicana, sino, sobre todo, por la virulencia de los disidentes.

II. La reforma de Enrique VIII

1. Premisas

Después de la guerra de las Dos Rosas (1455-1485) entre la casa de Lancaster .rosa roja. y la de York .rosa blanca., Enrique Tudor, Lancaster, tras haber derrotado a Ricardo III y casado con Isabel de York, es proclamado rey de Inglaterra con el nombre de Enrique VII (1485-1509). Tuvo cuatro hijos: Arturo, príncipe de Gales, que casaría con Catalina de Aragón; Enrique (1491-1547), Margarita .casada con Jaime IV de Escocia y abuela de María Estuardo. y María.

La tasa de alfabetización de la población era baja. La mayor parte de la población es campesina. Pocos estaban capacitados para acceder a los libros. Esto muestra lo incorrecta de la imposición reformista.

Desde el punto de vista eclesiástico, había dos provincias eclesiásticas, Cantérbury y York. Había cerca de 10.000 sacerdotes; los religiosos eran unos 12.000. Se ha escrito mucho sobre la calidad pastoral de los obispos. Muchos fueron promovidos a cargos pastorales después de una experiencia en la administración. Otros tenían encargos políticos. Pero no se trataba de un mal episcopado. Los sacerdotes no tenían un estilo de vida tan negativo como a veces se ha dibujado.

La vida religiosa, según testimonios de los visitadores, era notablemente seguida. Las iglesias se llenaban y eran muy frecuentadas. La devoción popular era sincera. El 50% de cuanto producían las imprentas era de carácter religioso .aunque es curioso que en Inglaterra no había aún una versión íntegra de la Biblia..

Existía ciertamente, sobre todo entre el laicado, un anticlericalismo y un anticurialismo. El Parlamento había aprobado en 1353 el estatuto Praemunire, el cual prohibía las provisiones papales y la apelación de los obispos a tribunales extranjeros. En el laicado aumentaba la conciencia de su propio papel y valor.

La difusión de las ideas luteranas partió de las universidades, pero no fue muy grande. En Cambridge, la taberna del White Horse fue llamada .pequeña Alemania.. En 1521 hubo una quema de libros luteranos.

Arturo estaba enfermo y murió cuatro meses después de la boda con Catalina de Aragón (Alcalá de Henares, 1485 - Kilbolton Castle, 1536). Ella era hija de Fernando II de Aragón y de Isabel de Castilla. Dado que los problemas por la herencia de la dote no eran pocos, se pensó en negociar la boda de Catalina con el segundogénito, Enrique. Habría bastado una simple dispensa de .pública honestidad., en cuanto, según las afirmaciones de Catalina, el matrimonio era sólo rato y no consumato. Sin embargo, se consideró como más prudente, para evitar futuras contestaciones, pedir la dispensa por el impedimento de afinidad de primer grado colateral.

Muerto Enrique VII (22 de abril de 1509) le sucede Enrique VIII, el cual se casa con Catalina (11 de junio de 1509). Durante el matrimonio ésta tuvo seis partos: 4 niños y 2 niñas. Todos, a excepción de una niña, la futura reina María, nacieron muertos o murieron inmediatamente. Sabemos la mentalidad de la época, en que la muerte de un niño o su deformidad era considerada como un castigo de Dios, de lo cual se consideraba a la madre como responsable .por adulterio o incesto..

El nuevo rey era un hombre fuerte, amante del fasto y de la guerra. Tenía una buena cultura, tanto humanística como teológica, pero era colérico, egoísta, cruel, hipócrita. Con tal de obtener lo que quería, no mantenía la palabra y pisoteaba todo afecto. Despótico por naturaleza, fue intolerante con el poder del Parlamento y lo tuvo cerrado por catorce años. No era amante de discutir, de mediar o de escuchar; prefería actuar.

Por eso dejó el poder en manos de Thomas Wolsey (1475-1530). A cambio de su fiel servicio obtiene el obispado de Lincoln, el arzobispado de York (1514), abundantes beneficios, el cardenalato (1515) y el título de legado al lado del papa (1518). Era un hombre ambicioso. A la muerte de León X, Enrique lo propuso para la tiara. Lo mismo a la muerte de Adriano VI. ¿Pensaba en su propio matrimonio? En 1527, después del sacco di Roma, Wolsey pensó acercarse a Avignon para obtener, en la hipótesis de que el papa estuviese prisionero, una delegación para el gobierno de la Iglesia.

A Enrique VIII le había dejado su padre las arcas del Estado en buen estado. La idea del rey en política exterior era de retomar la iniciativa sobre el continente, de modo particular contra el rey de Francia[1]. Con Roma había total acuerdo, el cual venía apoyado por haber dado la paternidad a un libro en defensa de los sacramentos[2]. Por esto obtuvo de León X el título de .Defensor fidei., que aún tienen el reyes de Inglaterra.

2. La .Gravísima cuestión.

A. El estado de la cuestión

Desde el punto de vista dinástico era muy importante un heredero seguro y varón. Había, sin embargo, otros problemas.

Enrique se había desilusionado con la política de Carlos V, que después de la batalla de Pavía, en la que el rey de Francia había sido derrotado y hecho prisionero (24 de febrero de 1525), esperaba un desmembramiento de Francia; pero Carlos no lo hizo.

Había un posible heredero varón, Henry Fizroy, duque de Richmon, que Enrique había tenido con Isabel Blount en 1519.

Enrique había sido amante también de María Bolena. En tal caso, el rey había contraído un impedimento de afinidad en el mismo grado de aquél que lamentaba de tener con Catalina.

Entretanto, el rey estaba preso de pasión por Ana Bolena. Ella no aceptó el papel de amante de .usar y tirar. como había sucedido a su hermana. Su resistencia hizo subir la fiebre al rey.

B. Los argumentos

Enrique, habituado a tratar las cuestiones desde el punto de vista de su interés, pensó resolver el problema pidiendo la declaración de nulidad, por parte de la Iglesia, de su matrimonio con Catalina. Los argumentos aducidos eran:

-La ley divina no es dispensable. Para ello citaba dos pasajes de la Escritura: «No ofenderás a tus hermanos teniendo relaciones sexuales con tus cuñadas». «El que toma por esposa a la mujer de su hermano, hace una cosa horrible; ha ofendido gravemente a su hermano; no tendrán hijos»[3].

-La bula de Julio II sobre el impedimento de afinidad era inválida, en cuanto contenía la cláusula .forsan consummatum. y, además, porque habría sido concedida por motivos políticos, para favorecer la paz entre Inglaterra y España.

El esfuerzo procesal de Enrique hizo fuerza sobre esta consumación. Catalina, bajo juramento, había afirmado lo contrario .además, Arturo, de tan solo 14 años, estaba enfermo y ya al final de su vida.. La bula, según Enrique, habría sido inválida. En esta hipótesis fue, por otra parte, añadida otra bula posterior que eliminaba los errores eventuales. El rey pidió al papa que la declarase falsa.

Fisher refutó los argumentos escriturísticos haciendo notar la contemporánea presencia de la ley del levirato en Dt 25,5-10: «Si dos hermanos viven juntos y uno de ellos muere sin hijos, la mujer del difunto no se casará de nuevo, si no es con alguien de la familia. Será su cuñado quien se case con ella cumpliendo así sus deberes legales de cuñado; el primogénito que ella dé a luz llevará el apellido del hermano muerto, para que su nombre no desaparezca de Israel. Pero si el hombre no quiere casarse con su cuñada, ésta se presentará ante los ancianos en la puerta de la ciudad y les dirá: .Mi cuñado se niega a perpetuar en Israel el apellido de su hermano; no quiere cumplir sus deberes de cuñado.. Entonces los ancianos de la ciudad lo llamarán y le pedirán explicaciones. Si se presenta y dice que no quiere casarse con ella, la cuñada se acercará a él y, en presencia de los ancianos, le quitará la sandalia del pie, lo escupirá en la cara y le responderá: .Así se hace con el hombre que no quiere reconstruir la casa de su hermano.. Y se le llamará en Israel .La casa del descalzo.».

C. Tentativas

Wolsey habría podido resolver con facilidad la cosa eligiendo jueces complacientes. Por miedo de contestaciones quiso asegurarse la sanción del papa. Pero Clemente VII, hombre indeciso y acomodante, si bien no privado de sentido del honor .jamás habría permitido una solución escandalosa. y de agudeza política, considera el hecho de que Catalina era tía de Carlos V. Con el sacco di Roma pareció que la solución podría aligerarse: el papa era hostil a Carlos V y estaba en situación de inferioridad; el rey inglés habría ofrecido al papa la ayuda de 2.000 hombres para su defensa.

El papa, después de largas deliberaciones, delegó en los cardenales Wolsey y Lorenzo Campeggio juzgar la causa del rey de Inglaterra sin posibilidad de apelación. Firmó también un documento, destinado a permanecer en secreto, en el que, sin llegar a decidir sobre la cuestión, de competencia de sus delegados, acogía las instancias contra la bula de 1503. Entretanto, Catalina mostró un segundo breve de Julio II que sanaba la irregularidad de la bula. Enrique VIII pensó arreglar la cuestión pidiendo al papa la declaración de falsedad de aquel breve.

Los ingleses comenzaron a agitar delante del papa la amenaza de «pasar a Lutero y a su secta». Lo mismo dice Wolsey a Campeggio: «Si el divorcio no viene concedido, terminará la autoridad de la Sede Apostólica en este reino». Lorenzo Campeggio pensó resolver el problema sugiriendo el ingreso de Catalina en la vida religiosa. Fracasada esta tentativa, inició el proceso londinense. Catalina se personó el 18 de junio de 1529 e hizo apelación a Roma. En aquel momento la opinión pública era favorable a ella; Catalina, con mucha dignidad, prefirió el debate judicial a cualquier otro expediente.

En su defensa habló John Fisher, obispo de Rochester, el cual declaró que quería defender el matrimonio, incluso a costa de su vida, como Juan Bautista. Afirmó la validez del matrimonio desde el momento en que el papa pudo dispensar de los impedimentos en cuestión. A favor del rey habló Stefano Gardiner, insistiendo sobre el hecho de la prohibición del matrimonio entre cuñados. Entretanto fueron consultados también los judíos, con la esperanza de obtener una confirmación sobre la convicción del rey; mas por toda respuesta, los hechos revelaron que justo en aquel tiempo se dieron dos matrimonios leviráticos en Bolonia y en Roma.

D. La acción de propaganda

Thomas Cranmer, temiendo que la cuestión fuera para largo, sugirió al rey el poner la cuestión bajo el parecer de los teólogos, mejor que bajo los canonistas[4]. Fueron interpeladas varias universidades europeas. Favorables al rey fueron las universidades inglesas[5], las de París, Orleans, Burgues, Toulouse, Bolonia, Padua, Ferrara. Favorables a Catalina eran, sin embargo, las universidades que estaban bajo la soberanía de Carlos V, como Lovaina, Salamanca, Alcalá, Sevilla. En Angers hubo un pronunciamiento a favor de Enrique por parte de la facultad de derecho; pero la facultad de teología fue de la opinión contraria.

Cayetano puso de relieve la plenitudo potestatis del papa, la cual, sin embargo, su hermano de orden, Bartolomé Spina, contestó. Vitoria dio una respuesta clara, en la que subrayó el paso de la Ley antigua a la nueva, la cual era ley de libertad: el matrimonio con la viuda del hermano no iba contra la ley natural ni contra el Antiguo Testamento. Zwinglio, Ecolampadio, Lutero, Melanchthon y Bucero opinaron contra el rey inglés.

Del conjunto se pueden sacar las siguientes conclusiones: fueron muy fuertes las presiones, incluso financieras, de los contendientes; la cuestión tenía fuertes implicaciones eclesiológicas .alargándose hacia el poder del papa.; el derecho canónico era demasiado complejo y se apoyaba sobre una teología de la ley arcaica y fundamentalista. Junto a todo este tipo de acciones, se intentó con gran empeño el uso de la imprenta.

E. La acción cismática

Enrique VIII procede a un progresivo distanciamiento de Roma. Para ello utilizó al Parlamento e incitó el anticlericalismo contra el Papa. Podemos observar varios tipos de anticlericalismo:

-Negativo: comportaba la aversión general contra el clero, por motivo de las excomuniones, los diezmos, las tasas curiales.

-Positivo e idealista: sostiene la necesidad de una purificación radical ante la imposibilidad para la sociedad de soportar más los onerosos dispendios de una institución que absorbía tanta fuerza de trabajo, hacía improductiva tanta riqueza, tomaba tanto y restituía tan poco... Crítica capitaneada por Cromwell.

-Reformista: por amor a la Iglesia quería un cambio profundo para retornar a la forma ideal. Paladines de esta postura fueron Fisher y Moro.

-Herético: sostenido por los seguidores de Lutero; eran pocos, pero presentes en la universidad.

Después de haber eliminado a Wolsey[6] (octubre de 1529), acusado en base al Praemunire de haber sido representante de un poder extranjero, ocupa su lugar un laico: Thomas More. Después acusó a todo el clero de haber violado, reconociendo la autoridad de Wolsey, la ley del Premunire, que prohibía las apelaciones a Roma. Los obispos pensaron que se trataba de un pretexto para recabar dinero. Por ello ofrecieron 100.000 esterlinas. El rey no lo aceptó, a menos que presentasen una súplica con las siguientes cláusulas: «1. El rey será declarado el único protector y jefe supremo de la Iglesia de Inglaterra. 2. La cura de las almas será confiada a Su Majestad. 3. El rey defenderá sólo aquellos privilegios y aquellas libertades de la Iglesia que no deroguen su poder de rey y las leyes del reino». El clero cedió al final, pero con una cláusula: «Reconocemos que Su Majestad es el jefe supremo de la Iglesia por cuanto la ley de Cristo lo permita».

En 1533 Ana, que se había entregado al rey, queda encinta. Era necesario actuar rápidamente, a fin de que el hijo no naciese bastardo. Enrique fue afortunado. En aquellos días moría el arzobispo de Cantérbury, William Warham. El rey lo sustituye por Thomas Cranmer .que se había casado en secreto con la hija de Osiander. y pide al papa las bulas. El nuevo arzobispo declaró la nulidad del matrimonio con Catalina y proclamó legítimo el matrimonio con Ana Bolena. Fue coronada el 1 de junio de 1533 y el 7 de septiembre dio a luz a Isabel. Fue inevitable la excomunión de Clemente VII.

3. Acto de Supremacía (3 de noviembre de 1534)

Después de haber prohibido el pago de las tasas a Roma .Acto de limitación., de controlar el clero .Acto de sumisión., de rechazar el primado del papa .Acto de herejía., Enrique VIII fue declarado jefe supremo de la Iglesia anglicana.

La teoría no fue improvisada. Su doctrina recuerda la de Marsilio de Padua .en su Defensor pacis, que Cranmer hizo traducir al inglés en 1535., las tesis de Guillermo de Ockham y Machiavello. Precisamente uno de los rasgos fundamentales del mundo moderno es el reforzamiento del absolutismo y del centralismo. En 1515 Enrique VIII había dicho: «Nos somos Rey de Inglaterra por la voluntad de Dios, y en los tiempos pasados los reyes de Inglaterra nunca han tenido más superior que Dios. Nos conservaremos los derechos de la corona como nuestros progenitores». Estaba, pues, en la línea de reivindicar: el carácter estatal y no más patrimonial del reino; la no subordinación de la autoridad del príncipe respecto al papa; ilustrar el significado del príncipe cristiano, que tiene deberes también hacia la Iglesia; y la posibilidad de exigir de la Iglesia contribuciones para los objetivos de la política del rey .la guerra.. No debemos olvidar que el rey, en aquel momento, estaba preocupado por evitar ser convocado y juzgado en Roma, por lo que quería controlar al clero y sus bienes.

El documento del Acto de Supremacía dice: el rey es .imperator., en el sentido de no depender de ningún otro soberano. El rey es .cabeza suprema en la tierra. de la Iglesia inglesa; tiene, pues, este título que había sido atribuido al papa, pero limitado a la Iglesia anglicana. No se afirmaba, sin embargo, que el poder del rey fuese como el del papa fuera de su jurisdicción. El rey no tiene poder de orden ni poder sobre estructuras fundamentales de la Iglesia .sacramentos, episcopado..

Llegados a este punto, nuestra pregunta es: ¿el Acto de Supremacía constituye una negación del primado papal, siendo así un acto expresamente cismático? M. Bowker estudia la modalidad concreta de la actuación en la diócesis de Lincoln. Después del anuncio de la visita que debía ser hecha por Cromwell, un laico, los poderes de los obispos fueron suspendidos, y después restituidos, mas no sin una recomendación por parte del Parlamento. Así se puede deducir que los obispos, en tales perspectivas, se hacían funcionarios civiles con poderes limitados por la autoridad de los arzobispos y del vicerregente, es decir, del laico Cromwell. Por lo cual era fácil deducir que los poderes de los obispos pudiesen ser hechos derivar del rey. De hecho, el reino de Enrique VIII, no habiendo resuelto estos problemas, exponía el episcopado a una condición de incertidumbre y de duda. Tyndale había insistido sobre el deber de obedecer al rey, que, a su vez, debía obedecer a las Escrituras. Mas, ¿esto significaba darle una especie de magisterio? Se plantean preguntas que son necesarias para interpretar correctamente el Acto de Supremacía.

4. Resistencia y rendición

¿Qué consecuencias comporta el Acto de Supremacía? Ni en Roma ni en el continente se lo consideró como una marcha sin retorno. Francia estaba interesada en una alianza con Inglaterra. Carlos estaba irritado por el comportamiento de Enrique hacia su tía y María; sin embargo, estaba empeñado contra los turcos y quería asegurarse las espaldas. La excomunión habría sido una amenaza, pero no se habría seguido.

La desaparición de Catalina (8 de enero de 1536) y la condena a muerte de Ana Bolena (19 de mayo de 1536) parecía resolver todo. Pero el rey estaba ya determinado a una lucha sin cuartel. Usó dos armas: la violencia y la propaganda.

En enero de 1535 Thomas Cromwell fue nombrado .vicario general. o .vicegerente en las cosas espirituales.. A los obispos se les impuso un juramento en el que se les obligaba a renunciar a la bula papal de nombramiento y a recibir la investidura por parte del rey, como delegados suyos. Se ordenó al clero exponer al pueblo el significado de la supremacía, así como atacar al papa.

Si Cromwell fue el brazo, Cranmer fue la mente. Thomas Cranmer (1489-1556) se dedicó al estudio de la teología. Educado en la escolástica, había descubierto la centralidad de la Biblia; se preguntó dónde se encontraba en la Biblia conferido al papa un poder en la Iglesia. En 1532 fue enviado cerca de Carlos V en Alemania, donde se casó secretamente con la hija de Osiander. Vuelto a Inglaterra fue nombrado arzobispo de Canterbury, obteniendo la bula papal, previo un astuto juramento de no hacer nada contra la ley de Dios, las prerrogativas del rey y las leyes del reino. Declaró nulos tres matrimonios de Enrique VIII.

Se utilizó el moderno medio de la imprenta como instrumento de propaganda. Se produjeron muchos opúsculos propagandísticos. Entre las obras de mayor espesor están tres: De vera differentia regiae potestatis et ecclesiasticae .de Edward Foxe, quien se oponía a la interpretación tradicional del .Tu es Petrus., afirmando que en la Iglesia primitiva la autoridad suprema la ostentaba el príncipe., Oratio .de Richard Sampson, capellán de corte, quien partía de un dato irrefutable de ley divina: el cuarto mandamiento y, desde aquí justificaba los deberes de los súbditos hacia el rey. y De vera obedientia .de Stephen Gardiner, libro con el que se formó a los defensores de la autoridad del rey. Según él los súbditos deben someterse al soberano en todo. El ámbito de los poderes del rey no se limita a lo temporal, siguiendo el ejemplo de Justiniano y su intervención en cuestiones teológicas. El primado de Pedro lo es sólo honoríficamente, es decir, no da ningún poder de gobierno. El papa sería como un capellán de familia, sometido al poder del patrón y pudiendo ser despedido si su comportamiento no era aceptable.. Este último libro era la expresión del cesaropapismo y del erastianismo[7].

El divorcio real no fue aceptado por buena parte de la opinión pública. El 5 de mayo de 1534 fue ajusticiada Elisabeth Barton, una joven benedictina a la que se atribuían poderes taumatúrgicos, por haberse expresado contra el rey. Al mismo tiempo comenzaron las persecuciones contra las órdenes. El provincial de los observantes, William Peto, había amonestado públicamente al rey, tanto que fue desafiado por un capellán del rey a un enfrentamiento público. El provincial fue ajusticiado. También lo fue, en el fuego, el confesor de Catalina, por haber refutado la supremacía. Cerca de 50 frailes observantes murieron en las cárceles.

Las figuras de mayor distinción de la resistencia fueron Fisher y Moro. John Fisher (1469-1535) fue confesor de la madre de Enrique VII, después Canciller. Fue abogado de Catalina y no escondió jamás su propia independencia. De 15 obispos fue el único que no juró el Acto de Supremacía. El 20 de mayo, Pablo III, con la esperanza de salvarlo, lo nombró cardenal. Muchos esperaban una pena simbólica, además de considerar su avanzada edad. Pero Enrique VIII reveló su naturaleza vengativa: «Llevará su capelo sobre las espaldas, porque no tendrá más cabeza sobre la cual llevarlo». Fue decapitado el 22 de junio de 1535.

Tomás Moro (1478-1535), discípulo de Colet y Grocyn, abogado de éxito, espléndido humanista. Amigo de Erasmo, el cual le dedica en 1509 su Encomium Moriae .el Elogio de la locura, haciendo un juego de palabras con el nombre de Moro en griego, que significa .loco... En 1515 fue a Bélgica por tratados comerciales y allí concibió el primer diseño de su Utopia, impresa en 1516. En 1523 fue nombrado Speaker del Parlamento y después, en 1529, Gran Canciller del reino, sustituyendo a Wolsey. En el asunto del divorcio recibió la promesa de no ser implicado, por lo que mantuvo silencio. Cuando a la cuestión del divorcio se añadió la de la autoridad del papa, las cosas cambiaron[8]. Viendo cómo se desarrollaban los acontecimientos, el 15 de mayo de 1532 dimitió, con la esperanza de permanecer en la sombra. Intentaron implicarle en la causa de Elisabeth Barton, pero salió indemne. Poco después le pidieron el .juramento de sucesión.. Hábil abogado, respondió que no podía hacerlo, no porque condenase la ley ni a cuantos la habían firmado, sino por ciertas cláusulas que no podía aprobar. Fue recluido en la Torre de Londres, donde vivió como un monje y escribió obras de edificación. Cuando le impusieron firmar el Acto de Supremacía, respondió que ya no le preocupaban más las cosas terrenas. Condenado a muerte, subió al patíbulo el 6 de julio de 1535.

5. Hacia el no retorno

Las mayores resistencias las había encontrado Enrique en los religiosos. Fueron suprimidos primeramente los monasterios pequeños, con rentas inferiores a las 200 esterlinas; después los restantes. La .peregrinación de gracia. nace espontáneamente para protestar contra la entrega de las tierras a los nobles y contra las confiscaciones de los monasterios, que habían posibilitado puestos de trabajo, centros de estudio y lugares de acogida para la gente pobre[9].

Hacia 1535 Enrique trata de negociar una alianza con la Liga de Esmalcalda en contra del Imperio. Los embajadores, Edward Foxe y Nicholas Heath hablaron con teólogos protestantes y recibieron de Melanchthon los artículos de fe .Artículos de Wittenberg., los cuales el rey refuta por considerarlos excesivos. En su lugar redactó los Diez artículos en 1536. En ellos sólo recuerda tres sacramentos; menciona la presencia real, pero sin entrar en la transustanciación; no habla de la justificación por la sola fe, sino que menciona las buenas obras como necesarias para la salvación; no habla del purgatorio, pero admite las misas por los difuntos; se mantiene el uso de las imágenes y las invocaciones a los santos. Prohibía severamente criticar el matrimonio del rey y las decisiones del Parlamento, así como el solo hecho de hablar del purgatorio, del matrimonio de los sacerdotes, de la justificación por la sola fe y de las peregrinaciones.

En 1537 Enrique queda viudo al morir Jane Seymour, que había dado a luz el varón deseado, futuro Eduardo VI. Entretanto la bula de excomunión fue publicada y se hacían proyectos de guerra o de insurrección .legación de Pole.. El rey, entonces, publicó la ley de los Seis artículos, llamada .El látigo de las seis cuerdas. ..The whip with six strings... En ella se afirmaba la transustanciación, la comunión bajo una sola especie, el celibato de los sacerdotes, la validez de los votos religiosos, la licitud de las misas privadas y la validez de las confesiones auriculares[10]. Era evidente un volantazo en sentido católico, pero se trataba de nuevo de otra instrumentalización: Enrique quería quitar armas a los enemigos y por ello se comportaba de manera oportunista.

Inesperadamente Cromwell cae en desgracia, implicado en una conjura de palacio .con Norfolk y Gardiner.. Con él fueron ajusticiados tres católicos y tres herejes.

Para que las ideas religiosas y políticas del rey fueran entendidas por los súbditos, se publicó en 1543 el King.s Book. Era de orientación católica, aunque erastiano. El cuarto mandamiento obligaba a honrar ante todo al rey. Como consecuencia, quien no denunciaba a los conspiradores no observaba la voluntad de Dios. Se explicaba el Padre nuestro con estas palabras: «Si nuestro Señor el rey dijese a cualquiera de nosotros: tómame por tu padre y llámame así, qué alegría...»

III. La reforma de Eduardo VI (1547-1553)

Muerto .católico, aunque mal católico. Enrique VIII, le sucede Eduardo VI, de nueve años, puesto bajo la tutela del duque de Somerset y Lord protector, Edward Seymour. Trató de asegurarse apoyos y popularidad concediendo a los grandes pingües donaciones de tierras, sobre todo confiscadas a la Iglesia. Aumentó la corrupción.

Bajo su gobierno acaecieron varios tipos de crisis: crisis financiera .se reduce el valor de la plata en la moneda; en 1551 el hundimiento del mercado de Amberes provoca siniestras repercusiones en Inglaterra., crisis social .aumenta la población, pero también la desocupación; se aprueba una ley para prohibir el mendicidad., crisis sanitaria .hubo una peste en 1550, así como una epidemia de gripe al año siguiente (.los sudores ingleses.).; y crisis religiosa .Somerset propiciaba la reforma protestante y favoreció la venida de Ochino, Vermigli, Dryander, Bucero, Bullinger..

En un primer momento se trató de actuar con prudencia. A falta de predicadores reformados se debían leer las homilías del Libro de las homilías, que reflejaba la teología de Cranmer. El Parlamento derogó la ley contra los herejes, así como las irreverencias hacia la Eucaristía. Una ley confirió a la Corona todos los colegios, capillas, fundaciones de caridad de todo tipo y los bienes de las cofradías. El pretexto era el de cortar los abusos, pero en realidad la Corona tenía necesidad de dinero para la guerra.

Después de algunas normas contradictorias, el 8 de marzo de 1548 fue publicado el Order of Communion, redactado inspirándose en la Pia consultatio de Bucero. Se afirmaba que el Confiteor de la misa servía como confesión sacramental. La comunión era mantenida los domingos y fiestas, mientras se prohibían las misas sin comunión .para hacer desaparecer las misas privadas.. Sucesivamente se empezó a celebrar una misa en inglés sin canon, después se toleró por ley el matrimonio de los eclesiásticos.

Las reformas no contentaron a los sectores más extremos del protestantismo. El sistema entraba en crisis cada vez que los predicadores desencadenaban la opinión pública. Para evitar todas estas cosas, se intenta una vía de compromiso, imponiendo por ley del Parlamento un libro de oraciones, el Book of Common Prayer, inspirado en fuentes católicas, ortodoxas y protestantes. Era, a la vez, breviario, manual y ritual. La misa era llamada la Cena del Señor. Se eliminaban todas las referencias al sacrificio. No había el ofrecimiento de la hostia, aunque sí la oración de los fieles; quedaba la consagración, pero no la elevación. Todo era en inglés.

Entretanto, Warwick asume la hegemonía del gobierno, expulsando y, posteriormente, ajusticiando a Somerset.

IV. La reforma de María Tudor (1553-1558)

Muerto Eduardo, María se impone con gran facilidad, acogida por el entusiasmo de la población, incluso de los protestantes en un primer momento .pensaron que la muerte de Eduardo en tan corta edad se debía a un juicio divino.. Su reinado no fue una simple reacción antiprotestante, una vuelta a una mera restauración del statu quo anterior.

Desde el punto de vista político y económico se hicieron reformas financieras .cambio de la moneda, reforma de los intereses., se reorganizó el ministerio de Hacienda, así como la Justicia en general. Se dictó la primera ley sobre el mantenimiento de las carreteras y fueron impuestos derechos sobre la importación de mercancías preciadas. La pérdida de Calais fue algo negativo, debido al desarrollo de la guerra franco-española.

Desde el punto de vista religioso, su reforma no sólo sacó lecciones del pasado, sino que trató de utilizar algunos aspectos de la experiencia reformada. Con respecto al papa, fue todo menos servil. De hecho, no abolió el Praemunire y mantuvo las prerrogativas de la Corona con gran rigor.

También los protestantes habían acogido a la nueva reina como la heredera legítima. La restauración del catolicismo se condujo con prudencia, de modo progresivo y de acuerdo con el Parlamento. Lo primero que se hizo fue pensar en el matrimonio, cuya última elección se hace sobre Felipe, hijo de Carlos V, lo cual disgustó a Gardiner y a la mayoría del Consejo. En el contrato de matrimonio se incluyeron algunas cláusulas significativas: Felipe no podría implicar a Inglaterra en la guerra contra Francia; no podría llevar fuera de Inglaterra barcos o joyas de la Corona sin el consentimiento de María; en los nombramientos de cargos oficiales, María no debía consultar a su marido; en su séquito Felipe debía tener ingleses; además gozaría del título de rey mientras María viviese, pero después no podría presentar ningún derecho al trono inglés. A pesar de tener grandes ventajas para los ingleses, el contrato suscitó poco después una revuelta (1554), capitaneada por Thomas Wyatt, de signo antiespañol. Isabel, hermanastra de María, fue recluida en la Torre de Londres con sospecha de colaborar en la insurrección, pero sin probarse nada.

Una errónea percepción del significado del complot indujo a María a llevar una política persecutoria. En diciembre de 1554 se desarrolló una acción antiherética. Muchos fueron los exiliados y numerosos los condenados a la hoguera. ¿Quién fue el auténtico responsable de la represión? Algunos dicen que María; otros que probablemente Gardiner y Pole. Es un hecho que María se vio rodeada de un clero poco fiable. Muchos se habían casado, otros se conformaban con el buen vivir. No tenía mucho donde elegir. En todo caso, la propaganda adversa fue violenta, mientras faltó un soporte por parte de los católicos, poco formados y sin tipografías. La propaganda fue realizada por los exiliados, cerca de 800, que desde el exterior formaron una comunidad congregacionalista.

En positivo debemos hablar de cuanto intentó hacer Reinaldo Pole (1500-1558); llegado a Inglaterra, activó una acción de reforma. Se compuso un libro de homilías. Se simplificaron el breviario y el misal. Se hicieron votos de renovar la disciplina y reprimir los abusos. Importancia particular se dio a la formación del clero. Se ordenó la residencia a los eclesiásticos, se prohibió el cúmulo de beneficios. Los obispos debían predicar personalmente. Los prelados debían llevar una vida moderada y digna. Todos los años debían tener las visitas pastorales. De hecho, en poco tiempo hubo una tímida recuperación de la vida religiosa. Se realizó una visita a las dos universidades, renovando el cuerpo de profesores.

V. El inicio de la reforma de Isabel I (1558-1563)

No obstante las voces de palacio, María elige como sucesora propia a su hermana Isabel (1553/1558-1603). No está probada la sospecha de que ella fuese religiosamente indiferente u oportunista. Dotada de fuerte temperamento político, era sinceramente religiosa; la educación recibida era protestante. Estaba firmemente convencida de defender una vía intermedia entre catolicismo y calvinismo. Para llevarla a cabo, el arma más adaptada era el erastianismo. Procede con prudencia, también porque los católicos eran mayoría en el país y en la cámara de los Lord. Para contrarrestarlos, la reina intenta dos acciones: retornar a la supremacía; imponer la uniformidad religiosa, que, de hecho, quería decir protestantizar el país.

Lo primero que hace es sustituir a los obispos .marianos. con obispos de su confianza. Hace aprobar la nueva ley de Supremacía (entre 1558 y 1559) que proclamaba a la reina .supremo gobernador. en los asuntos espirituales y eclesiásticos, aunque no cabeza. Debía ser aceptado con un juramento, que era difícil de eludir y que constituyó el nacimiento de la verdadera Iglesia anglicana de Estado. Sobre 16 obispos, 15 refutaron el juramento y fueron removidos.

Después, con el Acto de Uniformidad, fueron impuestos los parámetros católicos, pero fue omitida la .rúbrica negra., según la cual los fieles debían confesarse de pie. Fueron dejadas las imágenes, conservada la jerarquía y restaurado el Prayer Book de 1552.

El 9 de diciembre de 1559 fue consagrado el nuevo arzobispo de Cantérbury, Matthew Parker (1504-1575), por el obispo de Chichester, William Barlow (+1568), abriendo la cuestión de las ordenaciones anglicanas. Más que la cuestión de la validez de la consagración de Barlow, el problema viene del tipo de rito de la consagración, que habría excluido la capacidad de ofrecer un sacrificio.

Con los 39 artículos se definió el rostro de la iglesia isabelina y anglicana, una iglesia con liturgia cercana al catolicismo, pero con una doctrina muy protestante: Sola Scriptura; sola fides .su fruto con las obras.; predestinación; doctrina contra el purgatorio, contra las indulgencias y contra el culto a las imágenes; sólo se reconocen dos sacramentos .bautismo y cena..