PADRES-HIJOS - TEXTOS

 

1. PADRES/AUTORIDAD
La autoridad de los padres
Que nadie espere un tratado sobre el tema en estas pocas líneas. 
Pero hay que hablar de este asunto, aunque sea telegráficamente, no 
ya porque esté de moda, sino porque es de permanente actualidad, 
pues de lo que nadie duda es de su importancia decisiva para el 
porvenir de la familia y el de todos sus miembros.
¿Crisis de autoridad? El fenómeno se extiende a todas las bandas 
del espectro social y, por lo mismo, sus causas y sus soluciones, si es 
que las tiene, han de buscarse y resolverse tanto dentro como fuera 
del círculo familiar. Dejamos a un lado el talante anarcoide que 
rechaza por principio toda autoridad. Sabemos que esa añagaza no 
se la creen ni los que la pregonan, cuando no es utilizada para 
someter de modo encubierto a los mismos catequizados.
Hablamos de ese síndrome de la cultura (?) moderna del odio 
freudiano al padre, considerado a priori como dominador y autoritario, 
en cualquier forma o envoltura de la que se revista. Aunque 
argumentos hay para todo, la orfandad es peor todavía, y es 
objetivamente falso e injusto confundir paternidad con paternalismo y 
menos con opresión. El padre es amor, donación personal, educación 
y protección. Nos referimos aquí con preferencia, más que a la 
rebeldía de los hijos, a la dimisión de los padres. Para entendernos, 
dejemos a un lado el ejemplo típico de las y los chicos quinceañeros o 
más jóvenes, que salen puntualmente de casa los viernes a las once 
de la noche, para regresar al amanecer del sábado, con resaca de 
sueño y de litrona. ¿Qué hacemos los padres? ¿Cerrarnos en banda 
y armarles la bronca? ¿Rendirnos, sin más, a sus deseos, que son 
órdenes? No hay recetas de urgencia para estas situaciones.
Pero sí pueden ser reveladoras de una incomunicación, de una 
ausencia de amistad entre padres e hijos, de unas carencias 
educativas desde los años de la lactancia. ¿Se sienten hoy todos los 
padres educadores? ¿Ejercen como tales con cariño, respeto y 
pedagogía? ¿Les predican con el ejemplo a sus pequeños? ¿Los 
educan en la ley, el amor y el temor del Señor? Cuando todo eso va 
bien, casi no importa que las o los chicos vayan a las movidas.

IGLESIA-EN-CAMINO
No. 213 - Año V - 15 de junio de 1997

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2. ADOLESCENTES/PADRES PADRES/ADOLESCENTES

En Estados Unidos "descubren" que la familia es vital para los 
adolescentes

Según un estudio financiado por el Congreso de EE.UU. y realizado 
por las universidades de Minnesota y de Carolina del Norte, bajo la 
supervisión del National Institute of Health, y publicado por la revista 
de la "American Medical Association", la presencia de los padres es 
fundamental para garantizar el crecimiento sano de los hijos.
La investigación se ha realizado entrevistando a 90.000 estudiantes 
estadounidenses en las escuelas secundarias y en los bachilleratos, a 
18.000 padres de familia y otros 20.000 adolescentes en sus casas.
La primera respuesta que todos comparten es muy clara: los padres 
de familia tienen un peso decisivo en el desarrollo de los niños y de 
los adolescentes, y los mismos muchachos reconocen que una 
relación intensa de amor y comprensión con los miembros de la propia 
familia es fundamental para crecer y mantenerse alejado de ciertos 
problemas. La gran mayoría de los muchachos entrevistados asegura 
que una relación emocional intensa con sus padres y con los 
profesores ayuda a evitar el recurso a la droga y al alcohol, motiva a 
evitar comportamientos violentos y el suicidio, y previene también de 
la tendencia a llevar una vida sexual activa demasiado pronto.
Richard Udry, uno de los autores del estudio, asegura: Muchos 
creen que, en esa fase de la vida, la influencia de los amigos sustituye 
a la de los padres, pero es un error. Los padres siguen siendo tan 
importantes para los adolescentes como para los recién nacidos.
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3. FAM/RECONCILIACION
La familia espacio de reconciliación 
Nota de la Subcomisión de Familia y Vida de la Conferencia 
Episcopal Española
El próximo domingo, la Iglesia nos propone reflexionar acerca del 
papel de la familia en la sociedad, con motivo de la Navidad. Por este 
motivo, la subcomisión de Familia de la Comisión Episcopal de Acción 
Social, ha hecho pública una nota que transcribimos a continuación.

La reconciliación
La palabra reconciliación tiene un rico contenido. Significa volver a 
la amistad personas enemistadas, perdonándose y acogiéndose de 
nuevo. La aplicamos hoy a la familia como lugar donde, este volver a 
la amistad las personas que la componen no sólo es posible, sino 
necesario y de gran importancia para el buen discurrir de la 
sociedad.

Conflictos y diferencias 
Entre los seres humanos son inevitables las diferencias de puntos 
de vista, las opiniones encontradas, el cansancio de la convivencia 
continuada, los litigios que se originan tantas veces por derechos 
quebrantados, por injusticias no soportadas. También en la familia, 
como no podía ser de otro modo, acontecen envidias, enfados, poco 
reconocimiento de unos para con los otros, que quebrantan la 
convivencia y la comunión de personas, tan necesarias para la vida 
familiar.
Cómo resolver estos problemas en la familia?Cómo ayudar a sus 
miembros a preservar la comunión, a volver a la amistad y al amor 
perdido o debilitado en tantas ocasiones, a la aceptación de los otros 
y al perdón que trae la paz a la casa y también a la sociedad en la 
que la familia está inversa.?

Basta la justicia?
Basta la justicia para las relaciones entre los hombres, los grupos 
sociales, los pueblos y los estados? Basta la justicia para solucionar 
los uno y mil pequeños percances en la convivencia familiar? La vida 
justa se debe exigir en la vida de los hombres y de las sociedades. Y 
justicia es uno de los nombres de la paz. Sería difícil no darse uno 
cuenta de que no raras veces los programas que parten de la idea de 
justicia y que deben servir a ponerla en práctica en la convivencia de 
los hombres, de los grupos y de las sociedades humanas, en la 
práctica sufren deformaciones.
En nombre de una presunta justicia (histórica o de clase por 
ejemplo), tal vez se aniquile al prójimo, se le mata, se le priva de 
libertad, se le despoja de los elementales derechos humanos. La 
justicia por sí sola no es suficiente y en el ámbito de la familia aún es 
menos suficiente. El Papa exhorta, así, a que se le permita "a esa 
forma más profunda que es el amor plasmar la vida humana en las 
diversas dimensiones". 

El milagro del amor
La reconciliación, el volver a la amistad perdonándose y 
acogiéndose de nuevo, es vital para la familia; y en ella se realiza la 
multitud de veces, produciéndose así , constantemente, el milagro de 
un amor que supera dificultades y deseos de rupturas. El primer 
cometido de los miembros de la familia es el de vivir fielmente la 
realidad de la comunión, desarrollándose así la auténtica comunidad 
de personas por el amor. Sin el amor, la familia no es una comunidad 
de personas, ni puede crecer ni puede siquiera vivir, como tantas 
veces constatamos en ruptura y divorcios.
El amor entre el hombre y la mujer en el matrimonio y, de forma 
derivada y más amplia, el amor entre los miembros de la misma 
familia... está animado e impulsado por un dinamismo interior e 
incesante que conduce a la familia a una comunión cada vez más 
profunda e intensa, fundamento y alma de la comunidad conyugal y 
familiar.
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4.

Y una mujer que sostenía un niño contra su seno pidió: 
Háblanos de los niños. 

Y él dijo: 
Vuestros hijos no son hijos vuestros. 
Son los hijos y las hijas de la Vida, deseosa de sí misma. 
Vienen a través vuestro, pero no vienen de vosotros. 
Y, aunque están con vosotros, no os pertenecen. 
Podéis darles vuestro amor, pero no vuestros pensamientos. 
Porque ellos tienen sus propios pensamientos. 
Podéis albergar sus cuerpos, pero no sus almas. 
Porque sus almas habitan en la casa del mañana 
que vosotros no podéis visitar, ni siquiera en sueños. 
Podéis esforzaros en ser como ellos, 
pero no busquéis el hacerlos como vosotros. 
Porque la vida no retrocede ni se entretiene con el ayer. 
Vosotros sois el arco desde el que vuestros hijos, 
como flechas vivientes, 
son impulsados hacia delante. 
El Arquero ve el blanco en la senda del infinito 
y os doblega con Su poder 
para que Su flecha vaya veloz y lejana. 
Dejad, alegremente, que la mano del Arquero os doblegue. 
Porque, así como El ama la flecha que vuela, 
así ama también el arco, que es estable. 

GIBRAN-KHALIL
OBRAS COMPLETAS II, pág. 359
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