Jose Vaquero
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Esopo habla al siglo XXI: El pastor y el joven lobo


Quien enseña a hacer el mal, tiene que cuidarse de sus propios discípulos.

Esta nueva ‘fábula fabulosa’, El pastor y el joven lobo, de un Esopo que habla al siglo XXI, nos enseña que “está mal hacer el mal, y peor todavía difundirlo, enseñarlo a la gente sencilla”, porque “quien enseña a hacer el mal tiene que cuidarse de sus propios discípulos”.

 

 

 

El pastor y el joven lobo

 

“Encontró un pastor un joven lobo y se lo llevó. Enseguida le enseñó como robar ovejas de los rebaños vecinos. Y el lobo, ya crecido y demostrándose como un excelente alumno, dijo al pastor:

 

-Puesto que me has enseñado muy bien a robar, pon buena atención en tu vigilancia, o perderás parte de tu rebaño también”.

 

 

 

Mi buen amigo Esopo: ¿Cómo se te ocurren ciertas historias? ¿Es posible que un sencillo y cándido pastor, un alma cándida, tenga como oficio robar las ovejas de sus vecinos? Y, para colmo, enseña estas artes a un supuesto amigo, un lobo. Se ve que ya en tu siglo había malos profesionales, profesionales de la época, que viven del trabajo de sus vecinos.

 

Está mal hacer el mal. Que perogrullada, me dirás, pero en un ambiente tan surrealista como el que nos rodea… Un padre se enfrenta al consejo escolar, y a toda una cultura, por quitar un crucifijo (por estudios posteriores, ya habrás aprendido que ese Hombre se dejó crucificar por salvarnos del mal). El Gobierno da dinero para el desarrollo para ‘desarrollar’ una cúpula que se está cayendo. Entre políticos se desean casi la muerte, insultan al contrario, y siguen discutiendo mientras tres millones de personas no tienen trabajo (o sea, comida, vida).

 

Está mal hacer el mal, y peor todavía difundirlo, enseñarlo a la gente sencilla; quien enseña a hacer el mal tiene que cuidarse de sus propios discípulos. ¿Por qué nos olvidamos tan fácilmente de Sócrates, uno de tus sucesores, que siempre, y sólo, defendía la verdad, la sabiduría, el bien?