RELIGIOSIDAD DEL PUEBLO GITANO

 

ÉTICA Y RELIGIÓN EN EL PUEBLO GITANO

"Ética" y "religión" son conceptos distintos, pero en algunos pueblos, entre ellos el gitano, han caminado unidos en la mayoría de las veces. El hombre gitano no se plantea diferencias conceptuales y de contenidos entre lo ético y lo religioso, sino que coloca en una misma unidad, los valores morales y religiosos.

Actitud religiosa y ética en el pueblo gitano. Descendiendo al campo relacional de la actitud religiosa y ética en el pueblo gitano, puedo afirmar, con ciertas reservas, que la actitud religiosa y ética de los gitanos se mueve en un marco mágico-tabuístico, no libre de supersticiones y en muchas ocasiones rodeados de ingredientes míticos.

El pueblo gitano, en su cultura tradicional, confunde religión y ética, desvalorizando la dimensión ética en muchas ocasiones y dándole, principalmente, una dimensión utilitaria y calculada en sus relaciones con el payo.

Causas que influyen en la devaluación de lo ético en favor de lo religioso dentro del mundo gitano.

La influencia de lo trascendente es tan grande entre los gitanos, que infravalora el compromiso terrenal y los valores del hombre en favor de la creencia "en un Dios hecho a la medida de los propios gitanos, fabricándolo conforme interesa a sus tradiciones, costumbres..."

Esta concepción de lo divino está supeditada a la idiosincrasia de una ideología propia de los gitanos, en la que descubren que Dios tiene que pensar y actuar como ellos, porque el Dios de los payos, según ellos, no ha hecho opción por los propios gitanos tal y como lo presentan los payos en sus actuaciones.

Esta concepción de lo religioso les ha inducido a "ser más supersticiosos que religiosos" y así creen en el mal de ojo, en los presagios etc., debido a "la creencia en poderes especiales y particulares, existentes en ciertas personas", concretando estos poderes en maldiciones y adivinaciones.

Desde el momento que uno muere, entra ya en el mundo de lo divino y lo trascendente; para bien o para mal, está influyendo en sus familiares de la tierra, siendo protector de ellos o arrastrándoles enfermedades o posesiones , según cumplan las promesas o vivan el testamento oral que dejó el difunto. Todo esto nos está indicando la infravaloración de lo ético, provocando incoherencias e infantilismos entre religión y ética.

Las ideas religiosas son confusas y oscuras.  Se apoyan en ritos externos y bulliciosos y llegan a formar parte más de la idiosincrasia gitana como valor de pueblo que como dimensión de relación con el Trascendente.

Las dimensiones religiosa y moral resultan, en definitiva, mutuamente diferenciadas e indisolublemente unidas y hasta confundidas en la realidad, puesto que su campo de aplicación corresponde más a las relaciones con los propios gitanos que en su trato con los payos.

 

VARIABLES DE INFLUENCIA EN EL OBRAR MORAL

El significado del término "ethos", Cicerón la traduce por el de "moralis", que derivado de "mores", además de referirse a las costumbres, pone de relieve la dimensión social del comportamiento moral.

La moral es un término preferentemente social en el pueblo gitano, ya que la conducta social o solidaridad se fundamenta más en raíces de sangre, lengua y creencias, que en mutua interdependencia de grupos sociales. Las coordenadas fundamentales del ethos gitano vendrían definidas por: Las características básicas que definen el obrar moral gitano; Los valores más importantes de la cultura gitana; La praxis moral de los gitanos.

La dimensión social del “ethos” se interpretaría como el comportamiento de las personas gitanas de acuerdo con las leyes propias de la comunidad gitana, marcando líneas de conducta y de comportamiento, de acuerdo a los valores de esta comunidad, considerados como propios e intransferibles a otras comunidades y practicándolos según sus leyes y costumbres, independientemente de las leyes y costumbres de los pueblos que les rodean.

En esta misma línea tendría validez la afirmación de que la conciencia colectiva gitana es la llama en la que se encienden las conciencias individuales gitanas.

Desde la praxis moral, el principio ético se hace normativa y se asume como obligatoriedad de compromiso social cuando el individuo actúa en el pueblo gitano desde el medio ambiente, desde las creencias religiosas y desde el sedentarismo del pueblo en cuestión.

El espacio físico, el tiempo histórico, constituyen, otras variables de influencia en el obrar moral de los pueblos, ya que la orografía del terreno, la comunicación o incomunicación con otros pueblos y la actuación histórica son considerados como fenómenos que hay que tener en cuenta en la impronta del obrar moral de cualquier pueblo, y en el caso del pueblo gitano, se constata con mayor claridad, al conocer su peregrinar por distintos puntos geográficos.

La formación de algunos valores y comportamientos morales de los gitanos han venido caracterizándose por su historia y su forma de vida: La marginación social y cultural, sus costumbres de carácter primitivo y la vida errante (nómada) han sido factores determinantes en la conducta y comportamiento de los miembros de este pueblo.

El continuo desplazamiento de un lugar a otro, donde no han podido tener un hábitat concreto, al mismo tiempo que, han sufrido persecuciones; han determinado un jerarquización de valores, constituyendo la idiosincrasia de este pueblo, gitano, tal y como lo constata M. Ossowska cuando escribe:

"Los gitanos, por ejemplo forman grupos de relativa homogeneidad lingüística y cultural y se casan libremente entre sí, y, sin embargo, no muestran rasgos de espíritu emprendedor.  Aunque viven en los más diversos climas, se aferran obstinadamente a su propia jerarquía de valores, en la cual el trabajo es sumamente despreciado" .

La organización social está fundada en la solidaridad del clan familiar, que es paralela a una forma de justicia basada en la fidelidad a la raza y a la tradición, siendo la ley un principio esencial de libertad, ya que la única ley que acatan es la que emana desde dentro del mismo pueblo; teniendo como fundamento de conducta el respeto a los viejos" y el bien común del clan.

La ley del "silencio" es un elemento que, conscientemente, utiliza el gitano para mantener su situación de cierta separación respecto al payo; al mismo tiempo mantiene una mayor cohesión de los gitanos entre sí, ofreciendo resistencia a una plena integración en comunidades ajenas culturalmente, pero con las que convive.

 

SISTEMA DE VALORES EN EL PUEBLO GITANO

La aplicación de este sistema de valores se realiza en el contexto de las relaciones de gitanos entre sí, dejando al margen las conductas y valores que se desarrollan e diálogo con la sociedad paya.

En las relaciones con los payos sólo se puede hablar de reglas de juego que el gitano pone en funcionamiento para conseguir sus objetivos, pero no siente responsabilidad moral en dichas relaciones.

El gitano cree que ofende a Dios cuando no cumple alguna de sus leyes fundamentales, tales como no ayudar a otros gitanos o faltar al sentido de la unión. Sólo peca cuando viola los derechos de su raza. La violación de los derechos de los payos no se considerada como pecado, por ser más materialistas, comodones y despegados de la familia .

El pecado acarrea desórdenes en la medida que rompe las relaciones de los miem­bros de la comunidad gitana. Se considera malo todo aquello que daña a la comunidad gitana y bueno aquello que fortalece la misma. Consideran pecado aquello que se hace y es visible y constatable, no tanto aquello que únicamente se piensa.

La definición de pecado para los gitanos, tradicionalmente hablando, sería la tans­gresión de una norma, "Ley o tabú” comúnmente aceptada por la comunidad gitana norma que tiene su origen en los antepasados; si no se supera la situación de pecado, de ella se derivan consecuencias negativas para la comunidad.

La comunidad gitana es víctima de las repercusiones negativas del pecado. Se puede decir que no existe el individuo fuera del grupo. Por eso, un tipo de castigo para los gitanos será el ostracismo, dejando a algunos de sus miembros fuera de la comuni­dad. Todo se mueve y adquiere valor dentro de una personalidad corporativa, de ahí que el perdón y la reconciliación sólo tengan lugar dentro de la comunidad. Y de la mis­ma forma que el pecado es primariamente social, también la conversión es experimen­tada como un acto y deber social.

El gitano se fija sobre todo en los aspectos objetivos del pecado, así como en las  consecuencias que éste puede acarrear a la comunidad, dejando relegado a un segun­do término lo que pertenece al orden individual interior.

El criterio de moralidad para el gitano es la vida y todo aquello que contribuya a re­forzar la vida del individuo y sobre todo de la comunidad se considera como bueno.

La esencia de la moralidad es más bien social que espiritual, es una moralidad de conducta más que del ser en sí. Si se dirigen a los espíritus, a la divinidad o a los ante­pasados, es para evitar males irremediables.

En un orden de valores, el gitano da la mayor importancia al hombre, luego a la naturaleza y después a la vida. Esto se encuentra unido a una peculiar concepción del mundo, donde el "providencialismo" juega un papel importantisimo, ya que la prevención hacia el futuro no existe.  Así, el gitano vive el presente totalmente, se conforma con su situación y no se plantea el progreso o el cambio venidero. Es capaz de vivir con escasez de recursos o de derrochar mucho dinero.

La infravaloración de lo ético en el contexto cultural gitano aparece muy difuminada, hasta tal punto que se confunde con los valores sociales. Estos encaminan a elaborar una guía de comportamiento que ofrezca estabilidad y asegure la permanencia del grupo. Se supeditan los valores objetivos a criterios subjetivos, como la intención, la estima, el aprecio o el prestigio que tal persona puede poseer en el medio de que se trate.

Del conjunto de valores morales que tiene el pueblo gitano, el concepto de la familia: que es y cómo debe ser, está en la cúspide de todos sus valores; el aprecio y respeto a los  ancianos  va unido al compromiso de no abandonar a los hijos. Si se faltase a alguna de estas dos cualidades fundamentales, se interpretaría como una ofensa, no sólo a los miembros de la misma familia, sino al mismo pueblo gitano, ya que se trata de una educación más colectiva que individual.

Se censura gravemente al contrayente que abandone al cónyuge y la ausencia de virginidad, por parte de las mujeres, cuando éstas van al matrimonio. Estos son puntos que permiten considerar la institución familiar como el valor clave para mantener la unidad de este pueblo.

Todo gitano tiene que solidarizarse con su familia y debe estar dispuesto a defenderla, amarla y mantenerla. La familia, así estructurada, es un mecanismo de defensa y una institución de control.

Tienen una valoración de la castidad de sus mujeres mucho más rigurosa que muchas razas super-civilizadas y esto es motivo de orgullo para la raza gitana, ya que sirve de defensa de la raza ante la degeneración y los graves problemas que el incesto podría ocasionar.

Las gitanas tienen un fuerte sentido del pudor, que no es contradictorio con la forma en que dan de mamar en público con el seno descubierto, porque esto es considerado como una función vital del todo natural. Valoran muchísimo su honra.

La madre gitana enseña a su hija desde niña a guardar su cuerpo para el marido gitano, conservando su integridad corporal para todos. Como hija, su virtud ha de ser irreprochable, como esposa su fidelidad ha de ser invencible. Y en cuanto gitana, ha de ser compañera para el gitano en la vida y en la muerte. 

La familia gitana tiene características y actitudes propias y singulares que la diferencian del resto de las familias payas . Los gitanos contraen matrimonio a edad muy temprana, razón que hace posible que la mujer tenga muchos "chavorrillos" ( hijos ). "Los gitanos vemos en la institución familiar el más alto grado de asociacionismo a que puede llegar un hombre.

Todo lo demás (clubes, organizaciones culturales, profesionales o políticas, etcétera) no solo tiene escasa presencia en la vida gitana, sino además, es infravalorado por ser un vínculo artificial".

Los hijos son considerados como una bendición de Dios; además de la razón aducida, el tener muchos hijos hay que interpretarlo como un medio de defensa del clan, ante la animadversión de los habitantes de los pueblos por los que tenían que cruzar, cuando el gitano era nómada.

La esposa gitana no es considerada y no disfruta de la misma estima que las restantes mujeres casadas de la comunidad hasta que no tienen su primer hijo.

La literatura consultada insiste siempre en el valor fundamental de la familia gitana, convirtiéndola en una poderosa instancia de control especialmente en la batalla para preservar la virginidad de las jóvenes gitanas y en un baluarte de defensa ante otras familias.                      

Toda familia gitana se debe destacar por la hospitalidad y acogida hacia toda persona que vaya a su casa. Hablar de "hospitalidad" en el pueblo gitano, es hablar agasajos y de atenciones hacia las personas que se acercan a ellos, prestándoles aquel servicio que solicitan, siempre y cuando lo puedan realizar.

La raíz de la hospitalidad para este pueblo está en que lo más importante es la persona, y todo lo demás son medios para el bien del individuo: jamás un gitano dejará de acoger a uno de su raza, sea quien sea y venga de donde venga.

Así como los gitanos son capaces de pedir limosna para poder vivir, también son capaces de dar lo que tienen, para que ninguna persona, en especial si es de la raza gitana o es pobre, pueda quedarse sin comer o sin techo.

La responsabilidad moral inherente a los comportamientos hospitalarios se extiende fundamentalmente a todos los gitanos, aunque serán los mayores quienes tomen la decisión última.

En todo clan familiar, el honor y el prestigio recae sobre el más viejo y para que éste tenga prestigio, su comportamiento se debe acomodar a las virtudes gitanas, como honradez, generosidad y cumplir la palabra dada o empeñada.

Un gitano va creciendo en prestigio y honor cuando, además de tener una conducta ejemplar, intercede para evitar divisiones entre los miembros de su pueblo, actuando como juez o intermediario en las peleas y discusiones.  Para poder actuar de intermediario hace falta tener un sólido conocimiento de la ley gitana.

El gitano que haya adquirido las virtudes ya citadas podrá actuar en los consejos familiares y en las ceremonias gitanas: siendo respetado y admirado por el resto de gitanos.

El gitano es, ante todo, un amante de la libertad, hasta tal punto que la verdadera definición del gitano estriba en ser libre.  J. C. de Luna pone en boca de un gitano las siguientes palabras que resumen la mentalidad calé:

"Yo soy rico / porque toda la riqueza, / (a alegría y el pan / la encuentro en mi libertad" .

Libertad que ha de entenderse no sólo como liberación del hombre de todo complejo burocrático y legalista que por todas partes le aprisiona, sino como ansia de huir de lo artificial y de amar como nadie la naturaleza, porque ella representa el escenario donde discurren permanentemente los mejores momentos de sus vidas. Esta libertad es la auténtica fuente de valoración del comportamiento gitano en general.

 

PRAXIS MORAL

El objetivo de este trabajo se orienta a la identificación de tipos de conducta considerados moral y socialmente rechazabas dentro del pueblo gitano.

La ley gitana, en la mayoría de los casos, se basa en un principio de culpa objetiva; tiene poca trascendencia el aspecto subjetivo que concierne a la intención de la persona que comete el delito. Lo que se valora es el mal causado y el efecto producido.

En las ofensas pequeñas (menores) se tiene en cuenta la reputación del culpable, la reincidencia en la misma ofensa y las circunstancias en las cuales se ha cometido.

El fraude o el adulterio son delitos cuando se cometen contra otro gitano, pero la cuestión es más discutible si el perjudicado es un payo.

Las faltas que contempla la ley gitana las puedo agrupar de la siguiente forma:

a) Faltas cuyas consecuencias afectan por una parte al infractor y a la persona ofendida y al linaje de ésta, por otra.

b) Faltas cuyas implicaciones sólo afectan al propio infractor (no a su linaje) y a la persona ofendida y su linaje.

c) Faltas que conciernen exclusivamente a aquellos individuos implicados, sin repercutir directamente en los miembros de su linaje o familia .

El homicidio, el derramamiento de sangre y el juramento sobre los muertos son delitos que los puede cometer una sola persona, pero que tiene implicaciones negativas en el linaje de esa persona.

Cuando se jura (insulta) contra los muertos, los gitanos tienen obligación de vengarse contra quien haya jurado. Esta venganza suele traer consigo agresión, si no homicidio, entre el linaje ofensor y el ofendido. Si el desenlace del altercado no ha tenido consecuencias graves, solamente está envuelto en el problema el ofensor, pero no su linaje, aunque sus hijos quedan sujetos a las sanciones prescritas.

Hay ciertos delitos que atañen al individuo que realiza la acción, a quien sufre las consecuencias y al linaje de éste. Este tipo de delitos son fundamentalmente sexuales o contra el contrato matrimonial.

El estupro es, probablemente, el más serio de los delitos que puede cometer un gitano. La responsabilidad se achaca, total y absolutamente, al hombre. En el adulterio, la responsabilidad de la mujer llega casi a equipararse a la del hombre.

El concepto de "adulterio" para los gitanos difiere con respecto al concepto que tenemos los payos. El Diccionario de la Real Academia Española define el adulterio como "ajuntamiento carnal ilegítimo de hombre con mujer, siendo uno de los dos o ambos casados".

Los gitanos prohíben las relaciones sexuales entre un gitano casado y una gitana, sea esta casada o soltera. Sería, también el caso de la relación sexual entre una mujer gitana casada y cualquier otro hombre distinto a su marido.

La diferencia fundamental entre la concepción paya y gitana es que el hombre gitano, casado o soltero, puede tener relación sexual con cualquier mujer paya, sea ésta soltera o casada. Esto no sólo está permitido, sino estimulado, ya que, según los gitanos, hace patente la inmoralidad de las mujeres payas y la falta de virilidad de los hombres payos y así se manifiesta la superioridad de los gitanos de ambos sexos.

Uno de los peores crímenes es el adulterio cometido por una mujer gitana con un hombre payo, llegando a ser despreciada y marginada por sus mismos familiares.

El delito de adulterio afecta solamente al adúltero, por una parte, y a la parte a quien ofende y al linaje de ésta, por otra.

La mujer adúltera y su amante son penados y sólo el marido, con la colaboración de los hermanos de éste, pueden aplicar la ley de castigo. Si el adúltero es el hombre, entonces serán los parientes de su mujer, especialmente el padre y hermanos de ésta quienes intervengan contra el marido y su amante.

El abandono de los hijos, cuando éstos son pequeños, es considerado como un crimen por parte de los padres.

Los delitos de estupro, incesto, adulterio y abandono de los hijos, además de tener una sanción cada uno de ellos, todos tienen una correspondencia con las obligaciones y derechos del matrimonio, puesto que la pareja gitana al contraer matrimonio adquiere un compromiso con sus parientes por razones de afinidad, afectándoles cualquier tipo de delito cometido por uno de los miembros de la pareja.

Existen otros delitos individuales que pueden contribuir a crear una mala reputación a la familia del individuo que los comete, independientemente de que esté casado o soltero. Destacamos fundamentalmente dos tipos de faltas:

a) Las de carácter económico.

b) Y el delito de traición.

Las de carácter económico (robo, hurto, fraude, explotación de los gitanos a través de cualquier tipo de manipulación y dejar deudas impagadas) son consideradas como delito cuando se llevan a cabo a expensas de otro gitano, no es así si es a expensas cualquier payo.

El delito de traición se da cuando alguien informa a la policía. Este tipo de gitano es despreciado por los suyos y al mismo tiempo se le teme profundamente. Es considerado como un gran crimen contra el pueblo. Sólo de forma excepcional, las consecuencias y responsabilidades de la traición incumben a la familia del traidor .

En los momentos actuales en que vivimos, estos modelos de conductas y de sanciones son mucho menos estrictos que en tiempos pasados, incluso puedo decir que muchos de los gitanos jóvenes ya no conocerá estas leyes o normas con sus derechos y deberes correspondientes.

En la ley gitana el proceso judicial es serio y contundente, aplicando una sanción concreta a cada falta grave, como se puede contemplar en el cuadro adjunto.

 

  LEY GITANA

DELITOS

SANCIONES

Homicidio

Muerte del homicida, si no se le encuentra, la venganza puede recaer sobre cualquier miembro de su familia.

Derramamiento de Sangre

Requiere venganza.  El linaje que hace el daño tiene que abandonar la población donde vive.  El linaje heri­do tiene derecho a permanecer en la población y sa­quear las casas del linaje agresor.

Lucha o pelea

No tiene forma concreta de sanción, si no ha habido derramamiento de sangre, El linaje perjudicado deter­minará la sanción.  Si los dos linajes están perjudica­dos, el que comenzó la pelea es considerado culpa­ble.  Para evitar problemas, el linaje agresor suele abandonar la población.  Si la pelea ha sido entre un li­naje "fuerte" y otro "débil", éste último opta por aban­donar la población.  Las casas abandonadas pueden ser saqueadas por el linaje que permanece.

Jurar los muertos

Se interpreta como una provocación a los miembros de todo un linaje, estén vivos o muertos.  Se venga el  insulto, de lo contrario sus muertos en la otra vida "están penando".  Se puede dar el asesinato. Si el insulto va contra toda la población gitana de un lugar, los gitanos que allí viven están obligados a la venganza contra quien ha insultado a su familia.

Estupro

Se sanciona con la muerte.  La sanción la sufre el que comete el delito

Adulterio

Puede ser sancionado con la muerte del adúltero. La mujer adúltera no es tan duramente sancionada. Hoy el hombre adúltero no es expulsado del lugar do vive.  Tanto el hombre como la mujer adúltera sufre el ostracismo de su  propio linaje.

Abandono de los hijos  cuando son pequeños

Sancionado con la muerte en otros tiempos. Quienes abandonan a sus hijos no pueden permanecer donde viven y no pueden ir a otros barrios de gitanos conocen su historia.

Engaño de la juntadora

Si el novio o su familia descubre el fraude, se puede sancionar a la "juntadora" cortándole el brazo derecho.

Delitos en materia económica (robo, hurto fraude, no pagar deuda a otros gitanos) .............

La persona ofendida puede golpear al ofensor o sancionarle con ostracismo en toda su gama de posibilidades. Si el ofensor es un anciano, pierde el título de "tío" y es sancionado por la opinión pública.

La comunidad gitana de una población concreta actúa como una sola unidad para sancionar comportamientos de delitos en los tres casos siguientes:

a) Cuando jura en los muertos de toda la comunidad del lugar.

b) Cuando hay un "soplón" gitano a la policía y perjudica a varios gitanos.

c) Y la comunidad puede expulsar a un provocador, si se constata que es un peligro permanente para la población. Existen ciertas sanciones religioso-místicas, que pueden ser impuestas por Dios, los muertos y los hombres vivos que tengan poder místico.

Dios puede causar ciertas enfermedades o castigos (desgracias) si el gitano no cumple la ley. El provocador puede ser castigado con la locura y en otras circunstancia la pena puede recaer sobre algún familiar del infractor.

Los muertos sancionan sólo a los parientes más cercanos, que lo suelen hacer con enfermedades o apareciéndose a la persona que lo castiga, hablándole o golpeándole. Estas visiones suelen tener lugar cuando no se han cumplido las últimas voluntades del difunto o se ha jurado en los difuntos y no haya venganza por parte de los vivos. Rara vez se aparecen las mujeres difuntas.

Un hombre puede castigar a otro a través de la maldición en los muertos, que a veces se utiliza como injuria y otras como defensa.

 

CREENCIAS RELIGIOSAS

La mayoría de los gitanos españoles están bautizados; sin embargo, las condiciones de fe, creencias y prácticas cristianas son distintas de unas regiones españolas con respecto a las otras.

Se encuentran grupos semipaganizados: algunos grupos chabolistas que no han sido evangelizados, pero que conservan una profunda religiosidad; otros, con sentimientos religiosos, pero con baja práctica religioso-cristiana; otros, con una fuerte dosis de practicas religiosas de forma puntual en los distintos tiempos de Año Litúrgico; una minoría, con prácticas profundas de vida cristiana, pero que no encuentran en la liturgia y en las formas externas de los cristianos payos el medio adecuado para vivir el don de la fe que han recibido.

Los gitanos tienen una religiosidad natural, cuya esencia, en general, se circunscribe a la existencia de un Dios único y a otra vida después de la muerte. Esta idea esencial se adapta a cualquier religión y, por eso, el gitano asimila la oficial del país donde vive.

La religiosidad de los gitanos puede tener una mezcla de superstición, de caótico, de confuso y ambígüo, de simple y emocional, de mágico y mitológico; si esto fuese así, la hipótesis adecuada para comprender la religiosidad gitana sería la siguiente: la religiosidad del gitano, si es supersticiosa, confusa o cargada de dimensión emocional, no se debe a un sistema de pervivencia autóctono, sino a la dominación del payo que, en el transcurso del correr de la historia, ha ido trasplantando formas concretas y estilos impuestos de la sociedad mayoritaria hacia la minoritaria, o de la dominante hacia la dominada.

En la religiosidad gitana se dan las tremendas marcas de la dominación religiosa paya, como el adaptarse a la liturgia, ritos y símbolos de los payos, lo cual no les ayuda en nada para vivir el don de la fe que han recibido; por eso no es de extrañar que no asistan a los cultos y liturgias de los cristianos payos.

 

VIVENCIA RELIGIOSA DEL PUEBLO GITANO

Parece oportuno señalar desde ahora que no pretendemos hacer una lista de creencias que anidan en el contexto cultural del pueblo gitano. Se correría el riesgo de manipular o de expresar un orden de creencias, quizá, lejos del orden o importancia que los mismos gitanos les dan.

Lo que pretendemos es ver cómo el gitano vive estas creencias que, aunque algunas de ellas son comunes e incluso idénticas a las del payo cristiano, sin embargo, macan matices diferenciados en el mundo cultural gitano.

Mi propósito es desvelar que estas creencias, además de ser fundamentales, son la raíz sobre la que se asienta la fe gitana.

Común a los pueblos primitivos es la fe en la divinidad y el pueblo gitano es un pueblo primitivo en muchas de sus manifestaciones más ordinarias: sin embargo, hay algo fundamental que diferencia a los "calés" de otras razas.  Mientras que los pueblos primitivos practican y ejercen sus actos de culto en el lugar y tierra donde han nacido y vivido siempre, haciendo de barrera las mismas fronteras del país, el gitano ha mantenido su tradicional primitivismo, desde siempre, en medio de diversas civilizaciones, de índole muy diversa en su trato religioso y cultural.

Posiblemente, este es uno de los matices que dan al gitano conciencia de pueblo y fe en la unidad de todos los miembros.

Todo gitano admite la existencia de un Dios único y que después de esta vida existe otra; sin embargo, no acudirá como pueblo a las prácticas religiosas oficiales para compartir y vivir estos principios, ya que vive su fe desde su mismo pueblo y no se encuentra encarnado en la forma de vida desde la que los payos vivimos nuestra fe.

Su religión propia es una mezcla confusa de conceptos religiosos, símbolos y supersticiones:

"... al menos admitían la idea de Dios y un cierto número de creencias mezcladas si duda de elementos mágicos y supersticiosos. Estas creencias parecen bien caracterizadas por un cierto antropomorfismo, en particular su representación de la divinidad “. (Jimenez, Mentalidad religiosa de los gitanos. Pomezia.)

"El contacto con la naturaleza y el entorno humano en que transcurre la vida del gitano hace que su alma esté más abierta a las realidades trascendentes que la del hom bre que vive aprisionado en un ambiente materialista e intrascendente". (Ramirez, J, Vida Gitana).

Estas afirmaciones nos invitan a colocar como columnas inamovibles la creencia en Dios, la certeza de que Dios ha creado la naturaleza y la existencia de la vida en el más allá.

La profunda creencia en Dios providente, se extiende, también, a la Virgen, así lo confirma el siguiente fragmento:

"Se puede contemplar al gitano en cualquier situación de fortuna o de desgracia (..) con unos principios inconmovibles que le hacen sentir en el fondo de su ser la realidad proviniente y paternal de Dios y de la Majarí, como ellos llaman a la Virgen”  (Giems. Del chalaneo al peaonaje.)

La mentalidad del gitano, con respecto a María Virgen, pudiera considerarla como una divinidad femenina, del ahí el culto que le profesan. Saben que es Madre de Cristo que es Dios.

El gitano tiene una fe ilimitada en la providencia, ello es por su confianza en Dios, sabe que sobre el esta la Providencia que cuida y vela por el y sus hijos. Es el gitano muy consciente de que aparte de ser Dios providente, también es bueno con todos, pero de forma muy especial con los más pobres y marginados. Justicia y bondad van a unísono en Dios, pero siempre tiene preferencia la bondad.

“Sabemos que Devel (Dios) es justo en grado extremo, pero que su justicia divina puede ser quebrantada inclinándose a favor de los gitanos cuando le pedimos algo. Precisamente porque Devel es un Dios bueno, ha de hacer causa con los pobres y menesterosos, con los perseguidos y desamparados de toda ayuda, prestándosela en abundancia” (J. Ramirez. Nosotros los Gitanos).

Esta expresión está marcada por un cariz netamente antropomorfista, pues cualquier padre, aunque tenga que ser justo con su hijo, si ve que es el hijo más débil, le justifica y le perdona, protegiéndole más que a los demás.

También tiene un profundo sentido bíblico, pues Dios hace causa preferencial de su bondad en favor de los pobres (Gén. 4).

El gitano, marcado por una mentalidad profunda de pueblo, pensará más como pueblo que como persona individual y esto le conduce a la idea de que este Dios-Bueno puede ser manipulado en favor de su pueblo.

La creencia en el infierno es común en los gitanos, sin embargo, no les preocupa, pues como humanos pueden vivir o hacer cosas que no le gustan al Dios-Bueno. Es tal la confianza en las relaciones con Dios, que las traducen más en sentimientos de amor y de confianza, que de temor:

"El gitano no teme al infierno.Tiene una auténtica certeza de que Dios está dispuesto al perdón.... a perdonar todo"  (J.M. Garcia-Die. “El recuerdo de los difuntos”).

Este Dios es Creador de todo cuanto existe y todo depende de El, siendo el Señor y el mantenedor de todo fenómeno natural, ya que todo es obra propia de Dios:

"Para ellos hay un Dios, a quien llaman en su lengua Undibe o Undebevel (otros dicen Devel).  Es creador de cuantó existe, pero es también mantenedor de todo lo creado y cualquier fenómeno natural es, en último término, obra suya"  (San Roman, T. “Vecinos Gitanos”).

La fe en la inmortalidad del alma y en la vida futura de gozo o de pena es algo tan profundo en el pueblo gitano que no necesita de razonamientos profundos para creer.

"No necesitamos los gitanos de arduas demostraciones apologéticas para creer a pie juntillas en la otra vida. Es más, no concebimos este itinerar permanente de nuestra estancia sobre la tierra si no es encaminado hacia otro lugar, hacia otro sitio, donde las penas se terminan, donde el frío no haga huella en nuestros cuerpos, donde la policía no nos persiga inmisericorde las veinticuatro horas del día, y donde los gitanos seamos verdaderamente hermanos con el resto de los hombres del mundo.

El otro lugar, patria eterna de los muertos, que para nosotros siguen vivos ciertamente, es el lugar del poder democrático, hablando en términos payos, ya que la democracia es desconocida para los gitanos tal como políticamente el mundo la entiende. Nuestros muertos en ese otro reino , que desconocemos dónde está, pero que lo sabemos latente junto a nosotros mismos, están investidos de todo poder y a ellos nos encomendamos en nuestras cuitas y pesares, en la seguridad de ser escuchados y atendidos porque, entre otras cosas, para eso están ellos allí: Para velar por los suyos que han quedado sobre la tierra todavía" (Ramirez, J. “Nosotros los Gitanos”).

Con semejantes expresiones, se manifiesta T. San Rornán cuando escribe:

"Los gitanos de San Lucio y La Charca creen que existe otra vida después ésta. Cuando un hombre muere su espíritu continúa vivo. Pasa a dos estados diferentes: Puede estar en paz o bien puede tener sentimientos de rencor y entoces se dice que "está sufriendo" o que "está penando"  (San Roman T. “Vecinos Gitanos”).

El dolor ante la enfermedad de un gitano o ante la muerte se interpreta como solidaridad entre todos los miembros del pueblo gitano. Cuando un gitano está graveme te enfermo o ha muerto, el resto dejarán sus faenas, por muy importantes que sean, acudirán allí donde se les requiera, con la finalidad de estar junto a.... y ser signo cercanía con ...

El luto como signo externo del dolor y como muestra de fidelidad al difunto se suele llevar entre los familiares más próximos. Esta costumbre se hace muy rigurosa, cuando muere el marido, ya que la viuda llevará luto al menos diez años cuando no toda la vida. Si es la madre o el padre, o algún hermano o hijo, actualmente se suele llevar un año, si bien antes no eran menos de cinco años. Para otros familiares como tíos o primos hermanos en la actualidad no sobrepasa de seis meses.

Los que se pongan Luto vestirán de negro. Los hombres con un pañuelo anudado al cuello, camisa negra con manga larga, pantalón negro y calzado sin ningún tipo de adorno ni evillas. Las mujeres vestidas también de negro, llevarán un pañuelo largo en la cabeza sin enseñar los cabellos, la blusa con manga larga y la falda nunca ceñida al cuerpo, llegando al medio de entre la rodilla y el tobillo. Cuanto más larga es la falda mas riguroso se considera el luto. Todos los que se ponen luto además hará mortificación costosas mientras lo lleven, como el dejar de beber alcohol, estar ausente en las fiestas y juergas flamencas, no ver la televisión, ni escuchar la radio, no entrar ni en bares ni restaurantes, no hacer uso de matrimonio,... Todo esto por dolor y como sacrificio y muestra de amor por el difunto.

El culto a los muertos indica la creencia en la inmortalidad del alma y la fe en una vida futura, así lo manifiesta Juan de Dios Ramírez Heredia, cuando escribe:

"Sabemos que nuestra corta existencia en la tierra no es más que un peregrinar hacia la patria eterna, donde está Dios visible ya para los justos. Pero esta fe, natural al cristiano que desde pequeñito la aprendió en el catecismo, es una realidad para el gitano, sin haberla aprendido en ninguna parte. Los gitanos sabemos muy bien que cuando morimos no todo acaba aquí. Queda el Espíritu, que, según sus obra en vida, disfruta de las eternas bienaventuranzas o de los eternos castigos" .

El gitano que cree en el más allá, en cualquier trance difícil de la vida, recurre a la oración, poniendo al difundo como intermediario, normalmente al más próximo por grado de consanguinidad, para que interceda ante Dios y conceda lo que se le pide.

Año 1992