Telepatía
EnciCato
(tele, lejos, y pathein, experimentar)
Un término introducido por F.W.H.Myers en 1882 para denotar “la habilidad de una
mente de impresionar o ser impresionada por otra mente de otro modo que no sea a
través de los reconocidos canales de los sentidos” (Gurney, “Fantasmas de los
Vivientes”, I, 6); o: “la comunicación de impresiones de cualquier clase desde
una mente a otra, independientemente de los reconocidos canales de los sentidos”
(Myers, “Personalidad Humana”, I,xxi).
I. Aspectos generales
El término telepatía es a veces usado, en conformidad con su derivación, para
significar la comunicación directa entre mentes a gran distancia. Términos tales
como transmisión de pensamiento, lectura de la mente, o sugestión mental se
aplicarían entonces a la comunicación directa entre mentes en un mismo cuarto o
a pequeña distancia. Generalmente, sin embargo, al menos en la telepatía
Inglesa, la connotación de telepatía consiste solamente en la exclusión de los
canales reconocidos de la sensación, sin importar la distancia. Ello supone que,
en algunos casos, prescindiendo de los signos usuales por los cuales se
manifiestan las ideas – habla, escritura, gestos, contracciones musculares,
expresiones faciales, etc. – esas mentes son capaces de comunicarse en algún
grado, si no directa e inmediatamente, a través algún medio distinto de los
ordinarios de percepción sensorial. Así entendida, la telepatía incluye dos
clases de hechos.
A. Comunicación intencional
La primer clase consiste en la comunicación intencional; cuando una persona (el
agente), por la concentración de su mente sobre algún objeto, hace un esfuerzo
por transferir una idea a otra persona (el perceptor) que puede o no, estar
advertido del intento, y que puede o no, hacer un esfuerzo para recibir la
comunicación. Los experimentos, hechos a veces sobre sujetos normales, y más
general y exitosamente sobre sujetos hipnotizados, incluyen la transferencia de
gustos, sonidos, imágenes visuales, dolor, etc.; la adivinación de números,
cartas, colores, diagramas, etc., pensados por el agente; la ejecución o
inhibición de movimientos de conformidad con la voluntad del agente; la
producción o cese de la condición hipnótica a una orden impartida mentalmente; y
otras transferencias similares de pensamiento. En algunas pocas instancias
exitosas el agente ha sido capaz de producir apariciones de sí mismo, o aún de
una tercera persona, al perceptor ubicado en otro cuarto o casa. En estos
experimentos la principal dificultad es asegurarse que el perceptor no usa sus
sentidos de ninguna manera, los cuales están en un estado de hiperestesia o
agudeza extraordinaria, y que las adivinaciones correctas no pueden ser
atribuidas a hábitos similares, sugestiones y asociaciones tanto en el agente
como en el perceptor. Las exhibiciones llamadas lectura de la mente son
generalmente explicables ya sea por astuta connivencia o por lectura muscular
cuanto hay contacto entre el agente y el perceptor, o por la interpretación de
indicaciones sensoriales proporcionadas conciente o inconscientemente.
B. Comunicaciones espontáneas
La otra clase de hechos consisten en comunicaciones espontáneas en las cuales,
hasta donde podemos saber, el agente no tiene intención de manifestarse a sí
mismo al perceptor. Aquí están incluidas especialmente el anuncio de peligro,
enfermedad, aflicción, o muerte de alguna persona, generalmente un amigo o
familiar, y la aparición del fantasma de tal persona, especialmente en el
momento de su muerte; el grado de precisión y exactitud de esas premoniciones
varían indefinidamente. A veces consisten en un mero acontecimiento físico
coincidente con la muerte, tales como un ruido, la caída de algún objeto, de un
cuadro, etc. A veces son percibidos mal definidos e inexplicables sentimientos
de agitación e inquietud, o la repentina idea de lo que está ocurriendo cruza
como flashes por su mente. Algunas veces finalmente, ya sea en estado de vigilia
o dormido, son vistas apariciones, y aún escenas enteras testimoniadas en todos
sus detalles. La principal dificultad en estos casos es determinar si presentan
meras coincidencias debido a factores subjetivos, tales como asociaciones de
hábitos, memoria, expectativa, etc., o una causalidad real.
II. Problemas
Deben ser resueltos dos problemas con relación a la telepatía:
A. ¿Es un hecho demostrado la existencia de la telepatía?
B. ¿De ser así, cual es su explicación?
A. ¿Está demostrado el hecho de la telepatía?
¿Está demostrado el hecho de la telepatía? En los últimos treinta o cuarenta
años, esta materia ha sido estudiada críticamente. Se han recogido un gran
número de hechos, especialmente por la Sociedad de Investigación Síquica,
fundada en 1882, y han sido publicados en “Fantasmas de los Vivientes”, los
“Procedimientos” de la sociedad, y muchos otros trabajos. En Francia, los "Annales
des Sciences Psychiques" también registran numerosos casos. Actualmente la
literatura sobre la materia es muy amplia. Después de considerar la evidencia
acumulada sobre la existencia de la telepatía, no puede dejar de quedar en la
mente, al menos la impresión de que el azar no explica el número de
coincidencias que es por lejos mayor de lo que podría esperarse de acuerdo con
las probabilidades aleatorias. En el “Censo de Alucinaciones”, después de tener
en cuenta las posibles causas de error, mientras que la ocurrencia ordinaria de
coincidencia daría 1:19.000 como la proporción de coincidencias de apariciones
con el hecho de muerte, la proporción real es 1:43, o 440 veces mayor de lo que
sería de esperar. En experimentos, la proporción de intentos exitosos varía
mucho, pero, en general, está muy por encima de lo que la coincidencia aleatoria
nos llevaría a esperar. Sin embargo, el hecho de la telepatía no es aún
universalmente aceptado como estrictamente demostrado. Hay tantas dificultades
que enfrentar, tantas causas de error que evitar, y tantos obstáculos que
superar, que los resultados obtenidos hasta ahora no son vistos por todos como
suficientes para dar certidumbre científica del hecho
B. ¿Si la telepatía es un hecho, cuál es su explicación?
Han sido propuestas diversas teorías para explicar el hecho de la telepatía.
Algunas, apelando a una causalidad preternatural, han supuesto la intervención
de buenos o malos espíritus. Pero el principio admitido por todos los
científicos, filósofos, y teólogos es que el hecho debe ser visto como natural
hasta que se pruebe lo contrario.
La presente imposibilidad de dar una explicación científica no es prueba de que
no hay explicación científica. Lo inexplicado no debe ser identificado con lo
inexplicable, y la extraña y extraordinaria naturaleza de un hecho no es
justificación para atribuirlo a poderes sobrenaturales. Otro intento, a saber la
hipótesis espiritista, no puede ser discutida aquí (ver ESPIRITISMO). Los
esfuerzos por darle una explicación científica descansan en bases sicológicas (Myers,
Sir Oliver Lodge) o en bases físicas y fisiológicas (Sir W. Crookes, Flournoy,
Ochorowicz). Entre los intentos sicológicos se encuentra la suposición de la
existencia de una mente subconsciente o yo subliminal dotado con todos los
poderes requeridos para explicar todos estos hechos. Si bien no puede negarse la
considerable influencia del subconsciente o de la sublimación, la teoría en sus
generalidades tiene el grave defecto de ser el hecho mismo expresado en otros
términos, de tener por su única prueba el hecho en mismo que se busca explicar.
Otras simplemente apelan a las facultades súpernormales que son puramente
sicológicas. Entre las explicaciones fisiológicas y físicas, están las
suposiciones de algún fluido neurótico, vibraciones cerebrales, o una forma
especial de energía transmitida de cerebro a cerebro a través de algún medio
desconocido. Todas estos esfuerzos son insatisfactorios, y, de acuerdo con
todos, el problema está aún irresuelto. Se requieren experimentos ulteriores,
tanto para demostrar el hecho mismo mas allá de toda duda, y principalmente para
determina sus condiciones sicológicas y físicas. Hasta que esto sea hecho,
cualquier teoría es prematura.
GRASSET, L'occultisme hier et aujourd'hui (Montpellier, 1907), tr. TEBUEF, The
Marvels beyond Science (New York, 1910); GURNEY, MYERS, PODMORE, Phantasms of
the Living (London, 1886); MYERS, Human Personality and its Survival of Bodily
Death (London and New York, 1903); GUTBERLET, Der Kampf um die Seele (Mainz,
1903); MASON, Telepathy and the Subliminal Self (New York, 1899); MAXWELL, Les
Phénomènes psychiques (Paris, 1903); tr. FINCH, Metapsychical Phenomena (New
York and London, 1905); MERCIER, Psychologie (Louvain, 1903); OCHOROWICZ, La
suggestion mentale (Paris, 1889), tr. FITZGERALD (New York, 1891); PODMORE,
Apparitions and Thought-Transference (London and New York, 1894); THOMAS,
Thought-Transference (New York, 1905); ANON., Pressentimenti e telepatie, a
Series of articles in Civiltà cattolica (1899, 1900); Annales des sciences
psychiques, passim; Proceedings of the Society for Psychical Research, passim,
especially Report on the Census of Hallucinations, X (1894), 25-422; SIDGWICK in
BALDWIN, Dict. of Philos. and Psychol. (New York, 1902), s. v. Telepathy, and
Psychical Research.
C. A. DUBRAY.
Transcripto por Douglas J. Potter
Dedicado al Sagrado Corazón de Jesús
Traducido por Luis Alberto Alvarez Bianchi