Jericó
EnciCato


Tres ciudades con este nombre han ocupado lugares en el mismo vecindario sucesivamente.

I. Una ciudad de Canaán tomada y destruida por Josué después de cruzar el Jordán (Jos,. vi). El establecimiento de los israelitas en las industrias de “La Ciudad de las Palmeras” dio origen a Jericó de Benjamín (Jos., xviii, 21), la cual fue dominada durante un tiempo por Eglón, Rey de Moab (Jc, iii, 12) y donde los emisarios de David se escondieron cuando eran perseguidos por Janún, rey de los ammonitas (2 S., X, 1-5) . Pero durante el gobierno de Ajab, la Jericó de los cananeos fue restaurada por Jiel de Betel (1 R, xvi, 34) , y los israelitas se instalaron allí. Ellos fueron visitados por Eliseo, quien purificó el agua del manantial (1 R., ii, 19-22) .

Trescientos cuarenta y cinco hombres de Jericó, que retornaban del cautiverio, repoblaron su ciudad nativa (Esd., ii, 34; Esd., vii, 36) . Habiendo caído en manos de los sirios, fue fortificada por Báquides, para proteger el lado este de Judea (1 M., ix, 50). Esta Jericó estaba situada en Tell-es-Sulthán, cerca de la Fuente de Eliseo (‘Ain-es-Sultán), la cual fluye a una distancia de poco más de tres kilómetros a noroeste de ez-Riba, la moderna Jericó. Excavaciones hechas en este lugar en 1907-08 sacaron a la luz una muralla de cerca de 770 metros de perímetro, una ciudadela con pared doble del periodo cananita, viviendas israelitas del tiempo de los Reyes, y alguna cerámica judía posterior al exilio (Mitteil. der deutschen Orient. Gesellschaft zu Berlin, December, 1908, no. 39; "Revue Biblique", 1909, 270-79).

II. La Antigua Jericó, cerca del manantial, había desaparecido por completo cuando Herodes fundó una nueva Jericó hacia el punto donde el afluente del Kelt y el camino a Jerusalén emergen de la montaña. Protegida por el fuerte de Cypros, poseía palacios reales, amplios reservorios, un hipódromo, y un anfiteatro (Josephus, "Bell. Jud.", I, xxi, 14; xxxiii, 6, 8; "Antiq. Jud.", XVI, v, 2). Allí murió Herodes: su hijo, Arquelao embelleció los palacios y construyó nuevos acueductos para traer agua a los jardines de palmeras (Antiq. Jud., XVII, xiii, 1). Fue a las puertas de esta Jericó que Cristo curó dos ciegos (Mt., xx, 29-34), solamente uno, Bartimeo, de acuerdo con Mateo (x, 46) y Lucas (xviii, 35), y vio a Zaqueo, el publicano, (Lc., xix, 1-5). El Khìrbet Qaqûn, el Birket Mûsâ, algunos montículos artificiales, son los restos visibles de la segunda Jericó, la cual, antes de ser completamente destruida, sirvió algunos días como campamento romano (Bell. Jud., viii, 2; ix, 13).

III. Una tercera Jericó surgió en los jardines regados por la Fuente de Eliseo, y donde, además de palmas, crecían la alheña, el toronjil y la mirra (Bell. Jud., IV, viii, 3), el sicómoro, el banano, etc. De acuerdo al mapa del Mâdabâ, fue una ciudad importante y una sede sufragánea para la Cæsarea Maritima. Sus obispos conocidos son Januario (325), Macer (381), Eleuterio (415), Juan (518), Gregorio (536), Basilio (800) (Lequien, "Oriens Christianus", III, 646-50). Justiniano construyó aquí un gran caravasar (Procopius, "De Ædif.", v, 9). Durante las Cruzadas, Jericó fue un beneficio adjunto al Santo Sepulcro. La ciudad bizantina fue sucedida por la actual Ribá, la cual consiste de algunos hospedajes para peregrinos y turistas y cerca de cincuenta cabañas de caña habitadas por árabes ghawarneh. También hay una iglesia griega (llamada “el Santuario de Zaqueo”) atendida por dos monjes ortodoxos, una capilla latina, y una mezquita.

GEYER, Itinera Hierosolymitana (Vienna, 1898); CONDER AND KITCHENER, Survey of West Palestine, Mem., III (London, 1883); GuéRIN, Samarie, I (Paris, 1874): ROBINSON, Biblical Researches in Palestine, I (Boston, 1856); RELAND, Palæstina (Utrecht, 1714).

F.M. ABEL
Transcribed by Tom Burgoyne
Traducción: Mauricio Acosta Rojas