Papa
Inocencio IV
EnciCato
(Sinibaldo de Fieschi)
Conde de Lavagna, nacido en Génova, en fecha desconocida; murió en Nápoles el 7
de diciembre de 1254. Se educó en Parma y Bologna. Por algún tiempo, enseñó
leyes canónicas en Bologna, luego fue nombrado canónigo en Parma y, en 1226, se
menciona con el título de auditor de la Curia Romana. El 23 de septiembre de
1227 fue nombrado Cardenal-Párroco de San Lorenzo en Lucina; el 28 de julio de
1228, vice-canciller de Roma y, en 1235 Obispo de Albenga y legado en el norte
de Italia. Cuando murió Celestino IV luego de un corto reinado de dieciseis
días, el excomunicado emperador Federico II tenía posesión de los Estados
Papales alrededor de Roma, e intentó intimidar a los cardenales para que
elijieran a un papa de su conveniencia. Los cardenales huyeron hacia Anagni y
votaron por Sinibaldo de Fieschi, quien ascendió al trono papal como Inocencio
IV el 25 de junio de 1243, luego de un interregno de un año, siete meses y
quince días. Inocencio IV había sido anteriormente amigo de Federico II.
Inmediatemente luego de la elección el emperador envió mensajeros con
felicitaciones y proposiciones de paz. El papa deseaba la paz, pero sabía luego
de la experiencia de Gregorio IX lo poco que se podía confiar en las promesas
del emperador. Rehusó recibir a los mensajeros del emperador porque, al igual
que el emperador mismo, estos estaban proscritos por la Iglesia. Pero dos meses
más tarde envió como legados a Pedro, Arzobispo de Rouen, a Guillermo de Modena
quien había renunciado a su puesto episcopal, y al Abad Guillermo de San
Facundo, para visitar al emperador en Melfi con instrucciones de pedirle la
libertad de los prelados a quien había capturado cuando estos iban camino al
concilio que Gregorio IX había querido tener en Roma. Así mismo, solicitó a los
legados que indagaran acerca de la forma en que el emperador estaba dispuesto a
restituir los daños que había causado a la Iglesia, los cuales fueron la causa
de que Gregorio IX lo proscribiera. Si el emperador negaba que había actuado mal
en contra de la Iglesia o incluso aseguraba que la injusticia había sido causada
por la Iglesia, los legados debían proponer que una decisión final fuera dejada
a los reyes, prelados y príncipes temporales. Federico llegó a un acuerdo con
Inocencio el 31 de marzo de 1244. Prometió acceder a las demandas de la Curia en
todos los puntos esenciales, es decir, debía restaurar los Estados Papales,
liberar a los prelados y otorgar amnistía a los aliados del papa. Su falta de
sinceridad se volvió aparente cuando secretamente incitó varias revueltas en
Roma y se rehusó a liberar a los prelados. Sintiéndose limitado en su libertad
de acción dada la preponderancia de la milicia del emperador y temiendo por su
seguridad personal, el papa decidió salir de Italia. A solicitud suya, los
genoveses le enviaron una flota que llegó a Civitavecchia mientras el papa
estaba en Sutri. Tan pronto fue notificado de su llegada, salió de Sutri
disfrazado durante la noche del 27-28 de junio y se apresuró sobre las montañas
hacia Civitavecchia, desde donde la flota le llevó a Génova. En octubre partió
hacia Burgundia y, en diciembre hacia Lyon, en donde habitó los próximos seis
años. De forma inmediata preparó un concilio general el cual, el 3 de enero de
1245, proclamó para el 24 de junio del mismo año. Inocencio no tenía nada que
temer en Francia y procedió a actuar con mucha severidad en contra del
emperador.
En el Concilio de Lyon el emperador fue representado por Mateo de Suessa, quien
ofreció nuevas concesiones si su amo era liberado de su proscripción, pero
Inocencio las rechazó y, habiendo presentado nuevas acusaciones el 5 de julio en
contra del emperador en la segunda sesión, lo depuso solemnemente el 17 de
julio. Luego ordenó a los príncipes de Alemania proceder a elegir un nuevo rey y
envió a Felipe de Ferrara como legado a Alemania para llevar a cabo la elección
de Enrique Raspe, landgrave de Turingia. El candidato del papa fue elegido el 22
de mayo de 1246 en Veitshochheim am Main. Sin embargo, la mayoría de príncipes
se abstuvieron de votar y éste nunca logró reconocimiento general. Lo mismo se
puede decir del incapaz Guillermo de Holanda, a quien el partido del papa eligió
luego que Enrique Raspe falleció el 17 de febrero de 1247. Pero Inocencio IV se
había propuesto destruir a Federico II y una y otra vez aseguró que ningún
Hohenstaufen volvería a ser emperador. Ninguno de los intentos de paz por parte
de San Luis IX de Francia bastó. En 1249 el papa ordenó una cruzada en contra de
Federico II y, luego de la muerte del emperador el 13 de diciembre de 1250,
continuó su lucha en contra de Conrado IV y Manfredo con una severidad tenaz. El
19 de abril de 1251, Inocencio IV partió hacia Italia y entró en Roma en octubre
de 1253. La corona de Sicilia fue devuelta a la Santa Sede tras la deposición de
Federico II. Inocencio la había ofrecido anteriormente a Ricardo de Cornwall,
hermano de Enrique III de Inglaterra. Cuando éste la rechazó, intentó con Carlos
de Anjou y con Edmundo, hijo de Enrique III de Inglaterra. Pero luego de algunas
negociaciones, estos también la rechazaron dada la dificultad de desalojar a
Conrado IV y a Manfredo quienes controlaban Sicilia por la fuerza de las armas.
Luego de la muerte de Conrado IV el 20 de mayo de 1264, el papa finalmente
reconoció las demandas a la corona por parte de Conradino, el hijo de Conrado de
dos años de edad. Manfredo también capituló e Inocencio hizo su entrada solemne
en Nápoles el 27 de octubre de 1254. Pero Manfredo pronto se rebeló y venció a
las fuerzas papales en Foggia el 2 de diciembre de 1254.
En Inglaterra, Inocencio IV hizo sentir su poder protegiendo a Enrique III en
contra de la nobleza laica y eclesial. Pero allá y en otros países, muchas
quejas surgieron en contra suya dados los excesivos impuestos que ordenó en
contra del pueblo. En Austria, confirmó a Ottocar, el hijo del Rey Wenceslao,
como duque en 1252, y medió entre él y el Rey Béla de Hungría en 1254. En
Portugal, designó a Alfonso III como administrador del reino, porque su pueblo
había mostrado aversión por la falta de moral y la tiranía de su padre, Sancho
III. Favoreció las misiones en Prusia, Rusia, Armenia y Mongolia, pero dada su
constante lucha con Federico II y sus sucesores, descuidó los asuntos internos
de la Iglesia y permitió muchos abusos, siempre que estos favorecieran su
posición en contra de los Hohenstaufen. Aprobó la regla de los Silvestrinos el
27 de junio de 1247 y el de las Pobres Clarisas el 9 de agosto de 1253. Canonizó
a los siguientes santos: Edmundo Rico, Arzobispo de Canterbury, el 16 de
diciembre de 1246; Guillermo, obispo de St-Brieuc, en 1247; Pedro de Verona,
inquisidor dominico y mártir, en 1253; Estanislao, obispo de Cracovia, el mismo
año. Es el autor de “Apparatus in quinque libros decretalium”, el cual se
publicó inicialmente en Estrasburgo en 1477, y luego fue reimpreso; es
considerado el mejor comentario sobre las Decretales de Gregorio IX. Los
escritos de Inocencio IV fueron editados por Elie Berger en cuatro volúmenes
(Paris, 1881-98) y sus cartas, un total de 762, por Rodenberg en “Mon. Germ. Epp.
Sæculi XIII”, II (1887), 1-568.
Una corta biografía de Inocencio IV fue escrita por su médico, NICOLAS DE CORBIA.
Fue publicada por MURATORI, Rerum Italicarum Scriptores, III (Milan, 1723-51),
1, 589-593. Las fuentes modernas son: DESLANDRES, Inocencio IV et la chute de
Hohenstaufen (Paris, 1908); WEBER, Der Kampf zwischen Papst Innocenz IV und
Kaiser Friedrich II bis zur Flucht des Papstes nach Lyon (Berlin, 1900); FOLZ,
Kaiser Friedrich II und Papst Innocenz IV, ihr Kampf in den Jahren 1243-1245 (Leipzig,
1886); RODENBERG, Innocenz IV und das Königreich Sicilien (Halle, 1892); MAUBACH,
Die Kardinäle und ihre Politik um die Mitte des 13. Jarhhunderts (Bonn, 1902);
ALDINGER, Die Neubesetzung der deutschen Bistümer unter Papst Innocenz IV. (Leipzig,
1900); HAUCK, Kirchengeschichte Deutschlands, IV (Leipzig, 1903), 808-851;
BERGER, S. Louis et Innocent IV; étude sur les rapports de la France et du saint-siège
(Paris, 1893); MASETTI, I pontefici Onorio III, Gregorio IX, ed Innocente IV a
fronte dell' Imperatore Federico II (Rome, 1884); MICHAEL, Papst Innocenz IV.
und Oesterreich in Zeitschrift für kath. Theologie, XIV (Innsbruck, 1890),
300-323; IDEM, Innocenz IV. und Konrad IV., ibidem, XVIII (1894), 457-472;
GASQUET, Henry the Third and the Church (London, 1905), 205-353.
MICHAEL OTT
Transcrito por Douglas J. Potter
Dedicado al Inmaculado Corazón de la Santa Virgen María
Traducido al castellano por Carlos Abraham Rodríguez