Himno
EnciCato
Es una derivativa del latín hymnus, el cual viene del griego Hymnos, con
significado de cantar. En la literatura antigua pagana, los himnos designaban
canciones a los dioses o heroes, los que se acompañaban con la cythara (hymnoi
men es tous theous poiountai, epainoi d'es anthropous, Arrian., IV, xi). Al
principio las escrituras fueron en formas épicas tal y como es el caso del viejo
himno al Apolo Délfico. Más tarde se desarrollaron formas refinadas en medidas
líricas como Alcaeus, Anacreón, y Pindar. En la literatura cristiana, la palabra
himno aparece solamente dos veces en el Nuevo Testamento, específicamente en
Efesios, v, 19, Colosences, iii, 16, y en los sinónimos sobre los salmos y de
odas.
Formas derivadas de verbos sobre himnos se encuentran en Mateo, xxvi, 30;
Marcos, xiv, 26; Hechos, xvi, 25; y Hebreos, ii, 12. No obstante los muchos
esfuerzos realizados por los estudiosos, es difícil decidir hasta que punto, si
es que alguno, se tiene una distinción entre las tres clases diferentes de
alabanzas Divinas, en términos de salmos, himnos y cánticos espirituales. Los
salmos se aplican solamente a aquellas canciones compuestas por David, pero en
cuanto a contenido espiritual de estas canciones, se puede considerar que las
mismas son cánticos espirituales, en los que su adaptabilidad para cantar los
puede transformar en himnos.
Por tanto, en el lenguaje de la Vulgata, los Salmos de David son identificados
como himnos; “Hymnos David Canentes” (II Par., vii, 6); y los himnos cantados
por Cristo el Señor y sus discípulos en la Ultima Cena, tal y como los describe
el Evangelio según San Mateo (xxvi, 30), como hymnountes, o hymnesantes. Ellos
tienen una fuerte connotación dentro de la tradición judía establecida por las
fiestas pascuales. De esto puede inferirse que los himnos fueron originalmente
utilizados en la aceptación general de ser “cantos de alabanza a Dios”.
Al mismo tiempo puede ser supuesto que la expresión salmos fue más corriente o
comúnmente utilizada entre los judio-cristianos, mientras que los
gentil-cristianos utilizaron más la expresión himno u oda, ésta última
requiriendo de complementos para ser distinguida de las odas profanas.
La palabra latina himno es desconocida en la literatura pre-cristiana. Para
ello, la palabra carmen es utilizada por los autores clásicos, de tal manera que
himno es específicamente una derivativa cristiana del griego, como ocurre con
muchas otras expresiones de la liturgia. Los himnos de los escritores antiguos
generalmente se parafrasearon como “laus Dei cum cantu” (Rufinus, “in Ps. lxxii”)
o como “hymnus speciliter Deo dictus” (Ambrosio, “De Off”, I, xlv).
La más famosa definición es la de San Agustín. Comentando sobre el salmo cxlviii,
dice: “¿Conoces lo que es un himno? Es un canto de alabanza a Dios (cantus est
cum laude Dei). Si tú alabas a Dios y no cantas, tú no expresas un himno, si tu
cantas y no alabas a Dios sino otras cosas, tu no expresas un himno. Un himno
por tanto contiene estos tres elementos, canto (cantus) y alabanza (cum laude) y
alabanza a Dios (Dei).
La expresión “alabanza de Dios” no debe sin embargo ser considerada tan
literalmente que excluya la alabanza de los santos. San Agustín dice que la
explicación está en el mismo salmo, en el verso 14: “hymnus omnibus sanctis eius”;
¿Qué significa esto de un himno para todos los santos? Hagamos que a los santos
se les dedique un himno”. Dios es realmente quien es alabado en sus santos y en
todos sus Trabajos, y por tanto, una “alabanza a los santos”, es una “alabanza a
Dios”.
No obstante, debe ser considerado en la definición de San Agustín, y en lo que
se ha dicho hasta aquí, que el himno requiere de una limitación y extensión. Una
limitación, un canto de alabanza a Dios puede ser compuesto en prosa o en un
lenguaje no métrico, como por ejemplo en “Gloria in excelsis” y en el “Te Deum”.
Estos todavía son llamados “himno angelical” e “himno ambrosiano”, debido a su
movimiento de alta lírica. Pero hemos entendido durante mucho tiempo que un
himno es una canción cuya secuencia de palabras se encuentra ordenada conforme
un métrica o rima, con o sin ritmo, o al menos con un arreglo métrico de
estrofas.
Para los autores antiguos cristianos y sus contemporáneos paganos, es muy
probable que tal limitación fuese desconocida, los himnos serían una categoría
general que incluía salmos, cánticos bíblicos, doxologías, y todos los cantos de
alabanza a Dios, ya fuera en prosa o en un lenguaje rítmico. Es por tanto, una
actividad perdida el buscar los orígenes de la poesía de los himnos, sino en
Plinio el Joven (Epp., X, xcvii), Tertuliano (Apol., ch. ii), Eusebio (Hist.
eccl., III), Sozomen (IV, iii), Sócrates (V, xxii), y otros. Por otra parte, la
expresión canto en la definición de San Agustín puede ser extendida.
Aunque el himno fue originalmente concebido sólo para cantar, el desarrollo del
a forma pronto se dirigió a himnos para ser recitados en voz alta, o para ser
utilizados con oraciones silenciosas. Ciertamente los primeros poemas religiosos
fueron concebidos y escritos sólo para la devoción privada sin haber sido
cantados, aunque ellos fueron genuinamente producciones líricas y emotivas, y
son tenidas en cuenta en la himnología.
Consecuentemente, el término canto no está limitado a las canciones, las que se
cantan y contienen melodías, sino que se aplica también a todo poema lírico
religioso que puede ser cantado y acompañado de música. Con esta interpretación,
la definición de San Agustín es más completamente aceptable, y la misma puede
ser reducida a una fórmula más breve: un himno en el más amplio sentido es la
palabra para una “canción espiritual” o “poema lírico religioso”, a consecuencia
de ello, la himnología es “lírica religiosa” en distinción de la poesía épica y
didáctica y en contradicción con la poesía lírica profana. Himno es un más
estrecho sentido interpretativo de la palabra, como será demostrado, es un himno
del Breviario.
RAMAS Y SUBDIVISIONES
La canción religosa o himno en un amplio sentido, comprende un gran número de
poemas, clasificación de los cuales no es mencionada por San Agustín y la cual
fue inicialmente introducida de manera completa en la “Analecta hymnica
mediiaevi” editada por Blume y Dreves. Esta clasificación no se aplica a la
himnología de Oriente (Siria, Armenia, y Grecia) sino a la himnología latina u
occidental.
Primero, existen dos grandes grupos de acuerdo al propósito del himno de que se
trate. Ya sea que la intención está dirigida al público, lo común y oficios de
adoración (la liturgia) o solamente para la devoción privada (aún cuando algunos
himnos del último grupo pueden también ser usados durante el servicio
religioso). De conformidad con esto, la himnología latina en su conjunto, es ya
sea litúrgica o no litúrgica. La himnología litúrgica está a su vez dividida en
dos grupos. El himno puede pertenecer a la liturgia del sacrificio de la misa, y
como tal tiene su lugar en los libros oficiales de la Liturgia de Misa (el Misal
o el Gradual) o el himno pertenece a la liturgia de las oraciones canónicas y
por tanto tiene su lugar en el Breviario o el Antifonario.
De similar manera, la himnología no litúrgica tiene dos clases, ya sea que el
himno está destinado a ser una canción o solamente para la devoción privada,
meditación y rezo. Ambos grupos tienen diferentes subdivisiones. De conformidad
con lo anterior, se presentan las siguientes tablas sistemáticas:
I. HIMNOLOGIA LITURGICA
A. Himnología del Breviario o de Antifonario
(1) Himnos en el sentido estricto del término (hymni). Se trata de canciones
espirituales las que se insertan en la hora canónica, recitada por el sacerdote
y son nombradas en función de las diferentes horas: Hymni "ad Nocturnas" (más
tarde "ad Matutinam"), "ad Matutinas Laudes" (más tarde "ad Laudes"), "ad Primam
", "ad Tertiam", "ad Sextam", "ad Nonam", "ad Vesperas", "ad Completorium".
(2) Tropes del Breviario (tropi antiphonales, verbetoe, proselloe). Se trata de
interpolaciones poéticas, ya sea preliminares o complementarias, o de
ornamentación intercalada en el texto litúrgico del Breviario, particularmente
en respuesta a la lecciones tercera, sexta y novena.
(3) Oficios Rítmicos (historioe rhythmicoe o rhythmatoe). Se trata de oficios en
los cuales no sólo los himnos, sino todo lo que es cantado, con excepción de los
salmos y las lecciones, están compuestos en un lenguaje medido (rítmico,
métrico, y ultimamente también versos con rima).
B. Himnología del Misal o el Gradual
(l) Secuencias (sequentioe, prosoe). Son canciones artísticamente construídas
que consisten en estrofa y contraestrofa, insertas en la Misa, entre la Epístola
y el Evangelio.
(2) Tropes de la Misa (tropi graduales). Durante la Edad Media, aquellas partes
de la misa que no eran cantadas por el sacerdote, sino por el coro, e.g. el
Kyrie, Gloria, Sanctus, Agnus Dei (tropi ad ordinarium missoe) tamibién el
Introito, Gradual, Ofertorio, Comunión (tropi ad proprium missarum), estaban
provistas con riqueza de interpolaciones, más aún que el Breviario. Estos tropes
fueron conocidos como “Tropus ad Kyrie”, "Tropus ad Gloria", etc. o "Troped
Kyrie", "Troped Gloria", y así sucesivamente.
(3) Misas Rítmicas o de Métrica (missoe rythmatoe). Se incluyen en este grupo,
misas en las cuales las partes antes mencionadas (B,2) son ya sea parcial o
totalmente compuestas siguiendo formas métricas. Esta forma de poesía encuentra
pocos devotos.
(4) Himnos Procesionales (hymni ad processionem). Se trata de himnos que son
utilizados durante la procesion, antes y después de la misa, y por tanto tienen
un lugar en el Misal o el Gradual. Casi todos ellos tienen un estribillo o coro.
II. HIMNOLOGÍA NO LITURGICA
A. Himnología para Cántico
(1) Cánticos (cantiones). Son canciones espirituales que no pertenecen a la
liturgia, pero son empleadas durante y después de la liturgia, sin haber sido
incorporadas, como los tropes. Esto puede dar lugar a canciones más populares de
los cuales los cánticos se diferencian en cuanto haber sido escritos en latín
eclesiástico y haber sido cantados por cantantes oficiales, pero no por el
pueblo o congregación.
(2) Motets (muteti, motelli). Son encabezados o inicios artísticos de los
cánticos y de los tropes de la misa, se desarrollaroon a partir de los
responsoriales del Gradual de la Misa tal y como se presenta con más detalle en
el artículo HIMNOLOGIA. En general se pueden definir como canciones polifónicas
de la iglesia los que se cantan a capela (sin acompañamiento musical).
B. Himnología para Devoción Privada Silenciosa
El nombre general para estos poemas es el latín de rhythmi o pia dictamina. Se
diseñaron para orar y no para canto, pueden ser llamados oraciones rítmicas (en
alemán reimgebete). Entre los diferentes tipos de estos poemas se encuentran los
siguientes:
(1) Ritmos de Salmos (psalteria rhythmica), poemas de 150 estrofas,
correspondiendo cada una de ellas a 150 salmos; la mayor parte tratan de Cristo
y de su Bendita Madre. Originalmente cada estrofa trataba numeradamente a los
salmos.
(2) Ritmos de Rosario (rosaria rhythmica), son similares a los poemas, pero
tienen solamente cincuenta estrofas correspondientes cada una de ellas a las
cincuenta “Avemarías” del Rosario.
(3) Cantos de las Horas (officia parva); son oraciones rítmicas las que
suplementan con una estrofa o grupo de estrofas (para meditación privada) cada
una de las horas canónicas.
(4) Canciones de Glosa, las que parafrasean, extienden y explican cada palabra
separada de una oración popular o antifonía de iglesia por medio de una estrofa
separada o al menos por un verso separado (Ej.: “Padrenuestro”, la “Salve”,
“Alma Redemptoris”, y asi sucesivamente).
Estos poemas espirituales, cerca de 30,000 son preservados en una gran colección
conocida como “Analecta hymnica medii aevi”, se ubican dentro de la aceptación
general de la palabra himno.
Varios de los más importantes tipos de himnos son tratados también en artículos
separados, véase OFICIOS RITMICOS, SECUENCIAS Y TROPES. Su desarrollo y
significado es tratado más completamente en HIMNOLOGIA.
CLEMENS BLUME
Transcripción de Douglas J. Potter
Traducción al castellano de Giovanni E. Reyes
Dedicado al Sagrado Corazón de Jesucristo