Papa Clemente VIII
EnciCato


(IPPOLITO ALDOBRANDINI).

Nació en Fono, en Marzo de 1536, de una distinguida familia Florentina; murió en Roma el 5 de Marzo de 1605. Fue electo Papa el 30 de Enero de 1592, tras un tormentoso cónclave gráficamente descrito por Ranke (Geschichte der ršmischen PŠpste, 9th ed., II, 150 sqq.). En su juventud realizó excelentes avances en jurisprudencia bajo la supervisión de su padre, un renombrado jurista. A través de las etapas de abogado consistorial, auditor de la Rota y de la Dataría, fue elevado en 1585 a la dignidad de Cardenal – Presbítero con el título de San Pancracio y fue creado gran penitenciario. Ganó la amistad de los Habsburgo gracias a sus exitosos esfuerzos, durante una legación a Polonia para obtener la liberación del prisionero Archiduque Maximiliano, el aspirante vencido del trono Polaco. Durante el cónclave de 1592 fue el candidato de la compacta minoría de cardenales que estaban determinados a liberar a la Santa Sede de la prepotencia de Felipe II de España. Su elección fue celebrada con entusiasmo ilimitado por los italianos y por todos aquellos que conocían su carácter. Poseía todo lo que se necesitaba en el Vicario de Cristo. Sin culpas morales desde la niñez, en un primer tiempo se puso bajo la guía de San Felipe Neri, quien por treinta años fue su confesor. A la elevación de Clemente al papado, el anciano santo dejó este importante oficio a Baronius, a quien el Papa, sin hacer caso a sus negativas, creó cardenal, y con quien se confesaba cada noche. El fervor con el cual celebraba su Misa diaria llenaba de fervor a todos los presentes. Su asociación con el Apóstol de Roma le hizo embeberse en el espíritu del santo tan profundamente, que en él, San Felipe mismo podía haber dicho haber ascendido a la silla papal. A pesar de grandes problemas políticos que necesitaban solución, el papa primero enfocó su atención a los intereses más importantes de la Iglesia. Hizo una visita personal a todas las Iglesias e instituciones educativas y de caridad de Roma, eliminando abusos y reforzando la disciplina. A él le debemos la institución de la Devoción de las Cuarenta Horas (q.v.). Fundó en Roma el Colegio Clementino para la educación de los hijos de las clases ricas, y aumentó el número de colegios nacionales en Roma fundando el Colegio Scozzese para el entrenamiento de misioneros para Escocia. El "Bullarium Romanum" contiene constituciones muy importantes de Clemente, una muy notable denunciando los duelos y una previendo la inviolabilidad de los Estados de la Iglesia. Realizó revisiones de ediciones de la Vulgata (1598), el Breviario, el Misal, también el "Cæremoniale", y el "Pontificale".
La complicada situación en Francia presentaba dificultades no insuperables para dos hombres de estado consumados como Enrique de Navarra y Clemente VIII. Estaba claro para Enrique que, aun a pesar de sus victorias, no podría retener pacíficamente la Corona Francesa sin adoptar la Fe Católica. Abjuró del calvinismo el 25 de Julio de 1593. Estaba igualmente claro para el Papa Clemente que era su deber rechazar las hostilidades egoístas de España reconociendo las aspiraciones legítimas de Enrique, tan pronto como se convenció que la conversión de Enrique era algo mas que una simple maniobra política. En el otoño de 1595 absolvió solemnemente a Enrique IV, poniendo así punto final a la guerra religiosa de treinta años en Francia y ganando un poderoso aliado en su esfuerzo para conseguir la independencia de Italia y la Santa Sede. La amistad de Enrique fue de primordial importancia para el Papa dos años después, cuando Alfonso II, Duque de Ferrara murió sin descendencia (27 Oct, 1597), y el Papa Clemente resolvió poner las posesiones de la dinastía Este bajo la jurisdicción inmediata de la Iglesia. Entonces España y el Imperio aconsejaron al primo ilegítimo de Alfonso, Cesare d’Este, para que retara al Papa, fueron entonces impedidos de darle ayuda a Cesare por los tratados de Enrique y el ejército papal entró en Ferrara casi sin oposición. En 1598 el Papa Clemente ganó aun mas crédito para el papado al dar un tratado definitivo de paz entre Francia y España en el Tratado de Vervins y entre Francia y Saboya. También prestó valiosa asistencia en hombres y dinero al emperador en su lucha con los turcos en Hungría. Era tan implacable como Sixto V aplastando el bandolerismo y castigando la ilegalidad de la nobleza romana. Ni siquiera perdonó al joven parricida Beatrice Cenci, sobre quien tantas lágrimas habían sido derramadas. (Bertolotti, Francesco Cenci e la sua famiglia, Florence, 1879.) El 17 de Febrero de 1600, el apóstata Giordano Bruno (q.v.) fue quemado en la estaca en la Piazza dei Fiori. El jubileo de 1600 fue un testigo brillante de las glorias del renovado papado, tres millones de peregrinos visitaron los santos lugares. En 1595 se llevó a cabo el Sínodo de Brest en Lituania, por el cual una gran parte del clero y la gente Rutenos fue reincorporado a Roma (Likowski, Union zu Brest, 1094). A pesar de que Clemente, debido al ayuno constante, sufrió con la tortura de la gota en pies y manos, su capacidad de trabajo era ilimitada y su poderoso intelecto llevó todas las necesidades de la Iglesia a través del mundo. Personalmente entró en los minuciosos detalles de cada tema que le aparecía, como el divorcio entre Enrique IV y Margarita de Valois, aún mas, la gran controversia entre Jesuitas y Dominicos (ver BA„EZ, MOLINA). Estuvo presente en todas las sesiones de la Congregatio de auxiliis (q.v.), pero sabiamente se contuvo de emitir un decreto final sobre el asunto. Clemente VIII murió a sus setenta años después de un pontificado de trece años. Sus restos reposan en la Iglesia de Santa Maria Maggiore, donde los Borgia, quienes sucedieron a los Aldobrandini en la línea femenina, erigieron un magnífico monumento a su memoria.


Vita Clem. VIII in LABBE AND COSSART, Coll. Conc., XXI, 1323; WADDING, Vita Clem. VIII (Rome, 1723); VON RANKE, The Roman Popes in the Last Four Centuries (1834-37); PELESZ, Gesch. der Union der ruthenischen Kirche mit Rom (WŸrzburg, 1881); ROSSI, Di una controversia tra la republica di Venezia e Clem. VIII in Archivio Veneto (1889), fasc. 74; SERRY, Hist. controv. de auxiliis (Antwerp, 1709); RƒGNON, Ba–ez et Molina (Paris, 1883); DE MONTOR, Lives of the Roman Pontiffs (New York, 1857).

JAMES F. LOUGHLIN
Traducido por Antonio Hernández Baca