EN BUSCA DE LA INTIMIDAD PERDIDA


Lic. Eduardo Cattaneo

 

El estilo de vida que, para bien o para mal, se ha impuesto en este siglo ha llevado a que cada uno de los integrantes de la familia moderna incremente sus actividades individuales privilegiando estas sobre aquellas que la familia podría realizar en conjunto.  Algunas familias, valorando el tiempo compartido, realizan un esfuerzo por reunirse en el horario de las comidas o por las noches y, apagando el televisor, comparten invalorables momentos. Mucha tinta ha corrido para aconsejar a las familias modernas que privilegien las actividades en las que la familia se reúne para compartir sus alegrías y sus penas.

Pero hay algo que una gran parte de los autores preocupados por el tema familiar parecen olvidar: ¿es suficiente dedicar un tiempo para reunirse con toda la familia? ¿y esas conversaciones íntimas que sólo pueden darse cuando el matrimonio se encuentra a solas? ¿y esas confidencias que uno de nuestros hijos sólo hará después de un buen rato de compartir una conversación a solas con uno de sus padres? ¿y esos consejos que el hermano mayor sólo podrá dar al mas pequeño en confianza, cuando la camaradería del grupo haya dado el espacio  para la intimidad?

Con frecuencia se menciona la necesidad de que el matrimonio establezca un proyecto familiar claramente puesto en común pero este proyecto debe ser evaluado, muchas veces debe corregirse el rumbo. ¿Cómo podrá hacer esto un matrimonio que no reserva algún tiempo en la semana para una charla íntima?, estas charlas no solo serán "útiles" para evaluar y corregir las cuestiones de la familia, sino que serán de enorme beneficio para fortalecer a la pareja que, en mayor unión y armonía, adquirirá nuevos bríos para seguir adelante con el esperanzado plan que han establecido para la vida familiar.

¿Cómo podremos conocer las ocultas preocupaciones, los callados temores y las alegrías íntimas de cada uno de nuestros hijos si no compartimos un tiempo a solas con cada uno de ellos?.  Este tiempo no solo "servirá" para ayudar a nuestro hijo o hija a seguir el camino adecuado, sino que en ellos encontraremos fundamentalmente el tiempo para conocer y amar a cada uno de nuestros hijos tal cual son, y no como creemos que son.

Puedo asegurar los beneficios que los tiempos compartidos en intimidad traen a la familia no solo desde análisis que brota del sentido común, sino desde mi propia experiencia personal. Las mejores y más fructíferas épocas para nuestra familia han sido aquellas en las que más dialogo íntimo hemos tenido.

Como padres responsables, y si verdaderamente queremos lo mejor para cada uno de los miembros de la familia, debemos procurar los espacios necesarios para que estas conversaciones se produzcan en forma espontánea o planificada. Al principio será necesario planificar nuestras actividades para buscar el tiempo en común pero luego, si las cosas se han hecho bien, estos tiempos serán parte necesaria de nuestra vida.

Algunos consejos prácticos:

Si bien en la vida familiar no hay recetas, podríamos dar algunas ideas para encontrar tiempo para el diálogo íntimo:

-Establezca un momento fijo en la semana para alguna actividad (una caminata, una comida, etc.) para compartir con su cónyuge. -Aproveche cualquier ocasión para compartir un momento a solas con su esposo o esposa (acompañarlo/a en su viaje al trabajo,  aprovechar cuando nuestros hijos  no están o se van a dormir)

-Procure, en estas ocasiones, mencionar todas aquellas preocupaciones o alegrías que no  ha tenido ocasión de  comentar en otras oportunidades. Permita a la otra parte que haga lo mismo, no desperdicie el tiempo hablando sólo de sus cosas, escuche, este es un tiempo para compartir y no solo para desahogarse.

-Busque salir de la casa con cada uno de sus hijos, invítelos a una salida  especial,  ofrézcase para llevarlos a la escuela o al club,  o para recogerlos a la salida.

-Sea prudente, especialmente con los hijos adolescentes, ellos pueden ver en nuestra insistencia para buscar estos momentos un intento de intromisión en su privacidad, pueden sentirse excesivamente vigilados en un tiempo en que están buscando su propia independencia.

-No se desespere, las dificultades para encontrar estos momentos y que en ellos surja una conversación fructífera son naturales al principio. Procure que las cosas se desarrollen con la mayor naturalidad posible.

-Manifieste a los demás su intención al procurar estos espacios íntimos, es muy posible que los otros miembros de la familia, al conocer esto, colaboren para encontrar los momentos necesarios para el tiempo compartido.