Sufrimiento y martirio en defensa del sagrado derecho del otro

La situación del mundo en la que se realiza hoy la historia de la salvación requiere un
nuevo modelo de penitencia cuaresmal. Lo ha dicho el Papa en su mensaje: "Tenemos que
amar a los demás con el mismo amor que Dios ha derramado en nuestros corazones y con
el que él mismo nos ama. Ahí también, cuántas dificultades se dan para hacer del otro
nuestro prójimo: no amamos suficientemente a Dios y a nuestros hermanos. ¿Por qué
tenemos aún tantas dificultades en dejar la fase, importante pero insuficiente, de la
reflexión, de las declaraciones o protestas, para hacernos de veras emigrantes con los
emigrantes, refugiados con los refugiados y pobres con aquellos que carecen de todo?".
Hemos de hacer una revisión sobre nuestra penitencia cuaresmal: ¿a qué se reduce?, ¿a
acallar nuestra conciencia con unos cuantos actos de mortificación? Es preciso que la
conversión cuaresmal nos introduzca en el yunque que nos forja para el otro, en la lucha
por su dignidad como hombre, imagen de Dios. Sólo así reconstruiremos la convivencia
"perdida".
-El padre Carlos Alberto: un párroco rural
Cuenta ·BOFF-LEONARDO ("Jesucristo y la liberación del hombre", p. 423), en una
página bellísima de "teología narrativa", la pasión y muerte de un párroco brasileño por su
lucha en defensa de los campesinos explotados.
"El P. Carlos Alberto es un párroco rural en un lugar donde hay grandes latifundios en
manos de unas pocas familias muy ricas. Allí, millares de campesinos "vegetan más que
viven". Vegetan no como un árbol frondoso de profundas raíces, sino como un cactus, su
hermano. Y hasta hoy no se han rebelado. Han aprendido de sus padres, analfabetos, y en
la capilla de la hacienda de su patrón, a tener paciencia, como la tuvo el mismo Hijo de
Dios... Deducen, a su modo, que la vida tiene que ser así... consideran normal que unos
nazcan ricos y otros pobres, porque ésta es la voluntad de Dios.
El P. Carlos se da cuenta de que evangelizar aquí implica también anunciar y hacer valer
los derechos fundamentales de la persona; pastorear exige también promover y liberar
sociopolíticamente. ¿Cómo hacer creíble y liberador para el no hombre el mensaje
cristiano de que Dios es su Padre? ¿Qué cambios estructurales se necesitan en el
ambiente para que se pueda verificar (hacer verdadero) y tenga sentido existencial el
anuncio de que somos todos hermanos?
-Cuaresma del P. Carlos
Con muchas dificultades comienza a reunir al pueblo en pequeños grupos de base.
Actualiza el evangelio, lo aplica a la vida, hace que el pueblo piense, diga su palabra, tome
conciencia de que son personas y no piezas ni animales. Les predica el Reino. Este Reino
no es solamente la vida hacia la que marchamos, sino que comienza ya aquí en la tierra y
se va construyendo con la gracia de Dios y el esfuerzo humano. Implica también la vida con
Dios, el perdón de los pecados y el futuro feliz para todos los justos. Pero no sería Reino de
Dios si no postulase también la transformación del mundo. Estas exigencias provocan
conflictos...
-Penitencia creadora
El Padre Carlos consiguió, sólo a duras penas y con sacrificios, que comprometieron su
salud y lo pusieron al borde del infarto, que a los tres o cuatro años entrara el pueblo en un
decidido proceso de liberación.
Y comienza la Pasión del P. Carlos. El patrón se considera bueno y generoso...; ahora se
siente amenazado: el pueblo se ha llenado la cabeza de novedades, frecuenta la escuela
del Padre, se ha encuadrado en los sindicatos rurales, habla de derechos... se ha hecho
"comunista".
Los campesinos son amenazados, algunos torturados. Pero se mantienen firmes. Son
expulsados de las tierras. El P. Carlos se solidariza con ellos. Lo secuestraron y lo
interrogaron para que confesase que era marxista y subversivo; le cortaron las orejas y
continuaron interrogándole; le cortaron la nariz y volvieron a interrogarle; le castraron y aún
le interrogaron; le cortaron la lengua y pusieron fin al interrogatorio. Después cortaron todo
su cuerpo; como aún se movía, lo ametrallaron; por fin lo arrojaron a un pozo profundo.
Murió por defender a sus hermanos" .
-Fuerza liberadora del sufrimiento  
L. Boff dice que el relato parece un ACTA DE LoS MÁRTIRES de la primitiva Iglesia. Y es
verdad. Porque -continúa Boff- "sufrir tiene así sentido y morir dentro de semejante
compromiso es digno". Así murieron todos los profetas y el mayor de ellos: Jesús de
Nazaret. Y tendrán que sufrir siempre, porque el sistema cerrado sobre sí mismo, que hace
de la historia un fatalismo, jamás podrá acoger a los profetas que anuncian y quieren
preparar el reino futuro donde haya más fraternidad y con más lugar para Dios.
Este sufrimiento es el verdadero sufrimiento, porque nace de la lucha contra "el
sufrimiento". Tiene sentido. Produce alegría y serenidad, es sufrimiento digno del hombre,
el que lo engrandece y lo hace semejante al siervo doliente y varón de dolores (Is. 53, 3),
pues es resultado de un compromiso y de superación de un sufrimiento causado por la mala
voluntad de los hombres. Es fruto de una libertad audaz y de una decisión adulta...
La fe cristiana es un absoluto dentro del hombre y en un Dios comprometido con el
destino de cada uno; se transforma en una mística capaz de dar sentido transcendente a
todo dolor y a todo sacrificio".

CARITAS
CREADORES DE CAUCES DE ENCUENTRO Y AMOR
CUARESMA 1982.Pág. 15 ss.