SANTIDAD
Cuando decimos de Dios que es santo, queremos decir que es distinto de las criaturas, distinto de todo lo que conocemos mediante la experiencia, que es superior a los hombres y a las cosas, que da su forma a la Naturaleza y a la Historia, obrando libre y autocráticamente. La superioridad y trascendencia de Dios se manifiestan bajo dos formas: bajo la forma de majestad sacrosanta, inaccesible, terrible y amenazante, y bajo la forma de poder atrayente, beatíficamente bueno y benéfico; bajo la forma de juicio y justificación, de justicia y de amor.

La santidad de Dios despierta en el hombre sentimientos de temor y de amor, de estremecimiento y fascinación. Le aparta de Dios y le atrae hacia Él. Estas actitudes se juntan y potencializan en la adoración. La adoración es la actitud con que el hombre responde a la santidad de Dlos.

SCHMAUS
TEOLOGIA DOGMATICA I LA TRINIDAD DE DIOS
RIALP.MADRID 1960, pág. 537