Ídolos de muerte en la sociedad actual
1. IDOLOS/HOY:
Los ídolos modernos tienen forma de constelación. En torno al
ídolo se despliega toda una batería de ejercicios, rituales, acciones,
cosas...
Todos los ídolos tienen tres efectos mortales: el efecto
colonizador, que alude a la fuerza expansiva tanto en intensidad
como en extensión; el ídolo crea adeptos y los crea
incondicionalmente... El efecto intimidatorio: emiten señales que
indican autoridad y exigen sumisión... El efecto dependencia, ante
él se siente a la vez una intensa atracción y una no menor
dependencia. (El gigantesco endeudamiento del tercer mundo es
revelador de las mandíbulas de muerte de la economía mundial).
-La constelación del dólar o el fetichismo del dinero
Su ritual es oficiado por el Fondo Monetario Internacional, quien
ejerce de Sumo Sacerdote. Su sentencia no significa más que algo
que es acorde con los intereses de los países ricos... Su oferta se
presenta bajo el estandarte de un mejor vivir, y la contraseña actual
es el estado de Bienestar, como la expresión más alta de valores.
Dos estrategias: a) Convertir la ayuda en creadora de
dependencia. El dólar te ofrece cobijo a cambio de sumisión.
Construye la dependencia a golpe de tecnología... b) El
enfriamiento del pensamiento... Nuestra capacidad colectiva de
ideación -de sueño y de deseo- de otro tipo de sociedad está
radicalmente dañada y ambientalmente cuestionada...
-La constelación de la tribu o el fetichismo de la ciudadela
El ídolo de la ciudadela es una metamorfosis actual de los dioses
nacionales que se ocupan hoy de la guerra y de la paz, de la
supremacía militar... Como aquéllos de antaño, van acompañados
de una red de relaciones de parentesco que hoy forman los
bloques militares y de una gran corte celestial, cuyos epicentros son
los Pentágonos, los Kremlins y los Ministerios de Defensa.
Es posible que en España, como en tiempo de Daniel (11,37-38)
se ordene abandonar todos los dioses a excepción del «dios de la
ciudadela», que sin duda es un dios de la guerra.
Y con el dios de la ciudadela camina hoy el dios de la tribu, el
dios nacional que posee sus atribuciones particulares...
-La constelación de Narciso o el fetichismo del diván
Del mismo modo que Marx vio en la religión el sol de un mundo
sin sol, el diván se está convirtiendo en lo social de un mundo sin
social... Por ídolo del diván entiendo la promoción de lo sicológico
por sí mismo, el interés preponderante por los problemas de
identidad, la efervescencia sentimental que nos hace medir la
realidad social con el rasero de lo que sucede entre tú y yo, o como
máximo en un pequeño grupo que reduce la realidad última en la
capacidad de sus miembros para intensificar sus relaciones y
regularlas a través de la técnica...
La cultura de la droga -sea cual sea la índole de las sustancias
sicoactivas- es un epicentro evidente en esta constelación. Su
carácter idolátrico está justo en su enorme poder de crear
dependencia, en su cosificación, en la autonomización que acaba
convirtiéndose en el núcleo central de los conflictos, los tiñe y los
modifica, los hace girar en torno suyo hasta crear sus propios
ghetos...
A pesar de su profunda vigencia y de su amplia incidencia social,
la drogo-dependencia constituye un fenómeno derivado y más
limitado que la cultura narcisista en cuyo seno crece y se alimenta.
La constelación del diván polariza todos los intereses en la esfera
del yo, de modo que el calendario ha dejado de estar presidido por
Prometeo para situarse bajo los auspicios de Narciso.
-La constelación del dosel o el fetichismo de lo sagrado
El carácter perverso del ídolo aparece en su radicalidad en el
campo religioso. Es un hecho que el hombre tiende a rebajar a Dios
al rango del ídolo, y la diferencia entre ambos no es evidente ni la
confusión inevitable, de ahí la necesidad de estar en guardia para
no confundirlo, mayormente cuando asistimos a una tendencia
idolátrica de una cierta religión dominante que se expresa en la
confluencia de varios factores.
En primer lugar en el ocultamiento del gran descubrimiento
moderno acerca de la no-necesidad de Dios...
En segundo lugar hay una tendencia idolátrica en el recurso
sistemático a ciertos arquetipos religiosos que poseían ciertamente
más vigencia de la que estaba dispuesto a reconocer un discurso
cultural carente de profundidad. De este modo, el recurso
sistemático a despertar el fondo religioso tradicional es una
pendiente hacia la idolatría...
Y en tercer lugar hay una fuerte tendencia idolátrica en el
monocentrismo eclesial de que hace gala la Iglesia católica en este
momento.
Joaquín Garcia Roca
V Congreso de Teología
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