3. LA OCASIÓN

A. Ambiente de preparación.

Para situar correctamente la peregrinación a Santiago de Compostela de agosto de 1948, conviene remontarnos al Segundo Congreso Nacional de la Juventud de Acción Católica Española, que tuvo lugar en 1932. A los pies de la Virgen del Pilar, en el acto de clausura, se hace público el compromiso de organizar el tercer Congreso, esta vez en Santiago de Compostela en el año 1937. Cuando el Consejo Nacional planifica el citado Congreso, se les ocurre la idea de organizar a la vez una gran peregrinación de jóvenes españoles y latinoamericanos a Santiago. Reciben todos los permisos pertinentes de la Jerarquía, y además, el santo Padre Pío XI les encarga la formación de dirigentes en todas las diócesis. Vuelven a España dispuestos al trabajo, fundan dos revistas para propagar la peregrinación y comienzan la visita de los distintos Consejos Diocesanos (61).

El Alzamiento nacional del 18 de julio de 1936 y la posterior guerra civil hicieron inviable la iniciativa de la peregrinación. Pero una vez retorna la paz, en 1941 relanzan la idea de peregrinar a Santiago. La consigna: "¡100.000 jóvenes a Santiago!". Para prepararse cualitativamente y alcanzar también la cantidad anunciada: Cursillos de Adelantados de Peregrinos en todas las diócesis, y Cursillos de Jefes de Peregrinos en todas las parroquias (62). La peregrinación se celebró en agosto de 1948, y asistieron más de 70.000 peregrinos, por lo que se convirtió en el acontecimiento religioso más relevante del año en España.

Se podría reseñar el acontecimiento de la peregrinación a Santiago, o incluso comentar pormenorizadamente el diario de aquellos 700 peregrinos mallorquines, pero creo que esta peregrinación, como "leit motiv" de las actividades de aquellos años por parte de la juventud mallorquina, requiere una profundización que después arrojará abundante luz sobre el estudio.

El fruto que el ser humano recibe o consigue en su actividad, depende en buena parte de la disposición con que la realiza. Mucho más si se trata del ámbito del espíritu. Es muy importante la disposición, y para disponerse adecuadamente, se requiere una seria preparación. A Santiago acudieron jóvenes de todas las diócesis de nuestra geografía; en todas ellas se habían dado cursillos preparatorios para la peregrinación; la estructura de la Acción Católica en su rama de juventud era homogénea,... pero un fenómeno eclesial como el de los Cursillos de Cristiandad sólo se produjo en Mallorca. Sin duda estaba en los designios de la providencia de Dios, y sin duda tuvo lugar una colaboración humana.

En el punto anterior hemos analizado como antecedentes próximos unos Cursillos de preparación a la peregrinación, que son considerados comúnmente como la principal concreción práctica de dicha preparación. Pero en este apartado quisiera destacar dos aspectos más que se han de tener en cuenta y que son también importantes. Primero, el hecho de que todos los acontecimientos eclesiales locales de aquellos años, se encuadran en una perspectiva de peregrinación. Segundo, la importancia -en orden a la formación- que tienen unos artículos escritos en "Proa" por D. Sebastián Gayà, junto con la Pastoral que Mons. Hervàs dirige a los jóvenes. Así es como se va gestando "el ideal y el estilo peregrinante", que será tan característicos de este Movimiento.

Para no extendernos en exceso, nos ceñiremos a los dos últimos cursos previos a la peregrinación.

- Peregrinaciones locales.

El programa del curso 1946-47, tiene tres pilares formativos: Ejercicios Espirituales, Cursillos intensivos de formación, y la Escuela de Dirigentes, a la que podrá asistir quien lo desee (63). El editorial de "Proa" expresa el anhelo de que todos los católicos se sientan peregrinos y conozcan el sentido espiritual de la peregrinación. Se apunta, por otra parte, a obras concretas... como la organización y realización de peregrinaciones locales y comarcales que, antes de culminar con la Diocesana de Lluch, nos sirvan para ejercitar y dar a conocer nuestro espíritu y nuestro estilo de peregrinos (64).

Rápidamente comienzan las peregrinaciones parroquiales. El centro de santa Eugenia realiza una el 6 de octubre a la Ermita de Ntra. Sra. de la Paz. El número siguiente de la revista "Proa" dará cuenta de ella (65) con el título: Han comenzado en Mallorca las Peregrinaciones Marianas.

En mayo de 1947, los días 17 y 18, la comarca de Cura lleva a cabo su peregrinación comarcal a Santa María de Cura. 302 peregrinos han participado en el acontecimiento (66).

El plan del curso 1947-48 mantiene los tres pilares formativos (Ejercicios, Cursillos y Escuela de Dirigentes) y en lugar de presentar una peregrinación diocesana a Lluch, como había hecho el curso anterior, anuncia un congreso previo a la peregrinación de Santiago: Todas nuestras actividades, antes de acudir a la cita de Santiago, han de culminar con nuestro I Congreso de Jóvenes en el Santuario de Ntra. Sra. de Lluch (67).

Los ánimos iban "in crescendo". La revista "Proa" del mes de noviembre da noticia de otra peregrinación comarcal. Las comarcas de Manacor y Felanitx peregrinan al santuario de San Salvador. Participan nada menos que 800 jóvenes. En la alocución final el obispo les habla de corazón de oro, brazo de hierro, alma de fuego (68).

- Congreso de Lluch

Por fin llega el Congreso de Lluch (69), preludio de Santiago. Los días 24 y 25 de abril de 1948. participan en él 3000 jóvenes mallorquines. La noche del día 24 se concentran en la Plaza Mayor de Inca, y desde allí se dirigen en autobuses hacia Caimari. Allí reciben la acogida y el saludo de su Cura Ecónomo, y el Consiliario Diocesano, don Sebastián Gayà les lanza la consigna del día: "Vigilad y orad". Parten entonces en peregrinación hacia Lluch. La marcha hasta el santuario es jalonada por un Via Crucis que con palabra vibrante les va predicando el Consiliario. Por la mañana tiene lugar un solemne Pontifical presidido por el Sr. Obispo. Después, la consagración de la juventud de Mallorca al Sagrado Corazón de María. Luego vendrá la entrega de bordones de peregrino. El primero que lo recibe es el Obispo de manos del Consiliario Diocesano.

Más tarde tiene lugar la "proclamación de ideales", un acto en que tienen lugar deferentes parlamentos y que clausura el Obispo. Intervienen el Presidente Diocesano, Eduardo Bonnín; el Secretario del Consejo Superior y el Sr. Obispo. De Eduardo, destacar su ardor y su convicción de que la doctrina cristiana es una doctrina de conquista y por lo tanto hay que entregarse incansablemente hasta que Cristo llene de vida y de sentido a todos los jóvenes. De José María Castán, el recuerdo que hizo de la consigna recibida del Santo Padre Pío XII para los peregrinos y que se resume en fe firme, pureza para vivir a Cristo, y acción de conquista. Del Obispo destacar las cuatro necesidades que señaló elocuentemente: necesidad de apóstoles, de héroes, de mártires, de santos.

De nuevo se organiza la comitiva, esta vez de retorno y llevando consigo una imagen de la Virgen de Lluch, la reina de Mallorca. Vuelven a Caimari, y después de comer se clausura el Congreso.

Estas peregrinaciones locales, comarcales, que culminan con el Congreso de Lluch tienen mucha importancia como exponentes del clima que se vivía en Mallorca y como antecedentes de los Cursillos de Cristiandad porque preparan la peregrinación a Santiago, que no hubiese tenido ni el número, ni el impacto, ni la trascendencia que tuvo, sin estos precedentes reseñados. Visto en perspectiva, fue una fruta madura largamente trabajada.

- Asambleas diocesanas.


Dentro de la consideración de los acontecimientos eclesiales de la juventud mallorquina marcados por la peregrinación, vamos a examinar también les tres últimas Asambleas Diocesanas de los Jóvenes de Acción Católica de Mallorca.

La VII Asamblea Diocesana tiene lugar el 17 y 18 de noviembre de 1945. En la crónica que nos ofrece el suplemento del Boletín Oficial del Obispado de Mallorca (70) se destaca la presencia de José María Mohedano, a la sazón Presidente Nacional de los Jóvenes de Acción Católica. Presidían el acto de clausura -celebrado en el Salón de Sesiones del Ayuntamiento de Palma- el Capitán General de Baleares, el Canónigo Arcediano en representación del Obispo, el Vicepresidente de la Diputación representando al Gobernador Civil, el Delegado de Hacienda, el General Gobernador, el Canónigo J. Espases en representación del Cabildo, el Director del Instituto "Ramón Llull", el Consiliario Diocesano, el Presidente Nacional, y el Presidente Diocesano.

En esta asamblea se revisa el curso 1944-45 y se expone el plan para el curso siguiente, con discusión incluida por parte de los asistentes. Se subrayan las tandas de Ejercicios Espirituales y los distintos Cursillos. La cuarta conclusión afirma que se tenderá a crear la Escuela de Dirigentes por parte del Consejo Diocesano.

Las lecciones impartidas han tratado sobre el Joven de Acción Católica, su perfil ascético, su formación.

Menciones expresas a la peregrinación de Santiago que recoja esta crónica encontramos propiamente una, cuando reseña que Eduardo Bonnín, Presidente Diocesano, al final de su parlamento, termina centrando los ideales en Santiago como objetivo de los cursos inmediatos. En menor medida hay que valorar el hecho de que después de visitar al anciano Prelado para manifestarle la adhesión, hay otra reunión entre otras cosas, para entregar los carnets del III Cursillo de Adelantados de Peregrinos. El final de la crónica dice así: ¡Por Santa María de Lluch! ¡A Santiago! (71).

Dos detalles a constatar de esta crónica que refleja la Asamblea de Noviembre de 1945. Una la poca incidencia que todavía tiene el tema "Santiago". Por supuesto que está presente, que los Cursillos que se anuncian se darán para preparar la peregrinación, pero se detecta poco protagonismo todavía. En segundo lugar, la típica presencia de "autoridades" propia de la época, pero que resulta un tanto chocante en un acto de juventud, salvo que sea un tanto explicable por el hecho de que se realiza en el salón del Ayuntamiento.

La VIII Asamblea Diocesana tiene otro estilo muy distinto, al igual que cambian mucho las reseñas y noticias que de la misma nos llegan en la revista (72). Se celebra los días 10 y 11 de mayo de 1947. Monseñor Hervàs preside el acto de apertura y presidirá el acto de clausura. Se da lectura de la memoria del curso 1945-46, con 12 tandas de Ejercicios y 5 Cursillos. Se expone el plan del curso siguiente. A las 5 de la tarde del domingo 10, reciben la visita del Sr. Arzobispo Miralles. Se inaugura la Escuela de Dirigentes.

En esta Asamblea hay dos ponencias: Obras Marginales y Cómo llegar santos a Santiago.

¡En vanguardia! era el titular que resumía la Asamblea. El Obispo había exhortado a la oración y al trabajo en sus palabras de apertura. Orar con gran confianza y trabajar con abnegación. Ambas cosas con moral de victoria. Su discurso de clausura se puede resumir en un deseo: queremos jóvenes de calidad, con una formación sólida y una vida espiritual intensa.

Las conclusiones de esta Asamblea Diocesana se elaboraron en dos bloques diferenciados, dada la diversidad de contenido que había entre las dos ponencias. De la primera - que hace referencia el tema que nos ocupa- el título ya lo indicaba todo. La conclusión es que para poder llegar santos a Santiago hay que sentir la ilusión y el gozo de vivir en gracia y de amar ardientemente a Jesucristo. Para ello es preciso intensificar la piedad personal y colectivamente sobre todo los dirigentes, para poder arrastrar a los otros. Que los centros sean fragua de apóstoles y que el plan del Consejo Diocesano - Cursillos, Ejercicios,... - se lleve a término.

Dos detalles podríamos remarcar también aquí: por un lado el protagonismo que tiene el Obispo tanto en la Asamblea como en las crónicas de la misma. Para destacar la importancia que presta a sus jóvenes, asiste incluso al acto inaugural, cosa infrecuente. En la clausura se explaya en el discurso. Ilusiona con su presencia y alimenta con su palabra. En segundo lugar, el protagonismo que tiene la peregrinación a Santiago en el desarrollo y contenido de la Asamblea. Huelga repetir el título de la primera lección.

Finalmente, evidenciar cómo ha cambiado el estilo. La asamblea anterior y su crónica se asemejan más a las típicas de aquellos años 40. En ésta se detecta un estilo distinto, más fresco, más jovial, hasta más netamente eclesial e independiente, sin presencia de autoridades civiles y militares.

La IX Asamblea Diocesana tiene lugar el 31 de enero y 1 de febrero de 1948 (73). La tarde del 31 se hace presente Mons. Hervàs para bendecir la imagen de la Virgen de Lluch que irá a Santiago con los peregrinos y también para leer un manifiesto del Cardenal Primado convocando a la juventud hispano-americana en Santiago para ser vanguardia de cristiandad. El sentido de la peregrinación es hacer de la juventud mallorquina una juventud que viva en gracia.

Se presentan tres ponencias, que versan sobre el funcionamiento de los centros, sobre las minorías que han de actuar en ellos, y la tercera sobre el Congreso de Lluch. Para la Clausura van al Sagrario y rezan la "Hora Apostólica", una larga oración que junto con otras, ha sido editada por el Consejo Diocesano en un librito titulado Guía del Peregrino.

Después de leer la memoria del curso anterior y de distintos parlamentos -a destacar los del Consiliario Diocesano y el Presidente Diocesano, que da la consigna del curso: ¡En marcha!- el Obispo entrega a algunos miembros de la Escuela de Dirigentes una ficha de compromisos de piedad, estudio y acción, que familiarmente llaman el Cristo cuenta contigo.

Termina la Asamblea con la alocución del Obispo. Según él, necesitamos apóstoles para ser vanguardia de cristiandad, es decir, para infundir en la sociedad el auténtico espíritu del Evangelio. El Santo Padre quiere jóvenes valientes, creyentes, vivos, santos, llenos de amor a Jesucristo. Valientes, alegres y entregados confiando plenamente en Dios.

Mons. Hervàs ha dejado los ánimos de sus jóvenes más que enardecidos. En medio de la euforia general, acompañan al Obispo por las calles de Palma hasta el palacio episcopal entre cantos y aclamaciones. Terminan ante el Sagrario de la capilla del obispado. Para redondear la fiesta, el Obispo les ha anunciado que se unirá a ellos en la peregrinación a Santiago de Compostela.

Hay muchos detalles a destacar en esta Asamblea. La presencia del Obispo vuelve a ser notoria, al principio para leer el manifiesto del Primado y bendecir la imagen de la Virgen del Lluch, y al final para clausurarla haciéndose eco de las palabras y deseos del Santo Padre y enardeciendo el ambiente. El clima va in crescendo con mucha intensidad y ritmo y se desborda juvenilmente por las calles de la ciudad con un Obispo joven, rodeado de un cortejo ciertamente inusual. La consigna de la Asamblea expresa la inmediatez del acontecimiento que ha ido llenando de sentido sus ilusiones y sus quehaceres.

No quiero dejar de mencionar dos detalles de la crónica, discretos, pero significativos para el futuro. Ha sido editado por el Consejo un librito titulado Guía del Peregrino, que se da a conocer en aquella Asamblea según reseña la crónica. El título del librito lo dice todo, es la guía espiritual para el peregrino. Este librito es el oracional típico que los cursillistas de cristiandad tienen, y que continúa entregándose a cada asistente a un Cursillo hoy día. Actualmente, y así ha sido siempre en los Cursillos, también se entrega una hoja de compromisos en las tres vertientes de piedad, estudio y acción, continuadora del Cristo cuenta contigo que el Obispo estregó a miembros de la Escuela de Dirigentes en esta Asamblea.

B. Preparación ideológica.

Las Peregrinaciones, Asambleas, y el Congreso de Lluch fueron actos que enardecieron los ánimos, que encendieron los corazones, que fortalecieron las voluntades.

Por otra parte los Ejercicios, Cursillos, Retiros daban alimento al espíritu y a la mente, así como la Escuela de Dirigentes. En el apartado anterior hemos examinado los Cursillos de Adelantados y de Jefes de Peregrinos, y hemos visto en ellos los antecedentes próximos de los Cursillos de Cristiandad. Yo destacaría también otras dos realidades que alimentaron y dieron contenido doctrinal a la preparación de la peregrinación. En primer lugar, una serie de artículos aparecidos en "Proa" bajo el título Etapas de un peregrinar, firmados por don Sebastián Gayà, y en segundo lugar, la Carta Pastoral que Monseñor Hervàs dirige a los jóvenes mallorquines de Acción Católica con motivo de la peregrinación.

Curiosamente, los dos elementos señalan momentos clave a mi entender dentro de la preparación a Santiago. Etapas de un peregrinar se publica mensualmente de diciembre del 45 a junio del 46. Tras la interrupción del verano, hay otras tres seguidas de octubre a diciembre del 46. Nótese que la VII Asamblea Diocesana, según nuestro análisis, había tenido escaso color compostelano. Estamos en noviembre de 1945. La VIII Asamblea Diocesana (mayo de 1947) tiene un estilo muy distinto y un sabor mucho más marcado a peregrinación. Entre una y otra se sitúan estas Etapas de un peregrinar que sin duda realizaron un serio trabajo formativo de fondo. Como preámbulo de la primera, viene una nota explicativa: Cumpliendo el plan de actividades señalado en el lema "Estudio", aprobado en la Asamblea para el presente curso, empezamos en este número una serie de artículos bajo el título "etapas de un peregrinar", en torno al tema "la gracia y la caridad" enfocado bajo el prisma de Santiago. Los artículos irán divididos en epígrafes o partes, para que puedan servir de norma y pauta, si pareciere bien, para las reuniones de estudio del mes. Se ha encargado de su redacción el Rdo. D. Sebastián Gayà, Pbro. (74).

La Carta Pastoral de Mons. Hervàs aparece en "Proa" (75), en el número correspondiente a abril de 1948, el mismo mes en que tiene lugar el Congreso de Lluch. Continuando con el argot atlético, creo que se puede definir como el sprint final de la preparación doctrinal. También tiene una nota en que se explica que se leerá en los círculos de estudio de los jóvenes de Acción Católica, y también de todas las demás Asociaciones juveniles.

Intentaremos ahora hacer una síntesis de la doctrina contenida en ambos lugares.

- Artículos de Sebastián Gayà.

Los siete artículos que aparecen como Etapas de un peregrinar en el curso 45-46, de diciembre a junio, tratan del sentido de la vida, de la gracia, de los sacramentos, la oración, el pecado, Cristo y María, y por último, la Iglesia. Un pequeño y enjundioso compendio de la vida cristiana.

Comienza la primera "etapa" en diciembre de 1945: ¡En marcha, los peregrinos!. Somos viandantes, seres en camino hacia la eternidad, y caminamos por la fe. La meta es Dios. No hay que embelesarse en el camino. Los atractivos del camino lejos de ser rémora, han de ser estímulo para llegar a la meta: Dios.

Hay que llegar santos. Porque Dios es santo y nos llama a la santidad. El sentido espiritual y profundo de la peregrinación es la santidad. La peregrinación a Santiago es un jalón de la peregrinación hacia Dios por caminos de santidad (76).

La segunda etapa nos habla de la vida del peregrino, la gracia del peregrino. La santidad es hacer la voluntad del Padre, dóciles al Espíritu, en la Iglesia. La santidad consiste en vivir la vida de la gracia que Dios comunica. Es imposible para el hombre. Es posible cimentados en Cristo, vivificados por él, incorporados a la Iglesia, por la gracia. Sólo con ella soy peregrino de santidad.

La gracia es el don más grande. Don sobrenatural, permanente, que, en virtud de los méritos de Cristo, infunde Dios y por el que Dios se infunde en el alma para la salvación eterna del hombre. Sus efectos son la justificación, la filiación divina, la participación en la naturaleza divina, el ser templos del Espíritu Santo y herederos de Dios (77).

La tercera etapa nos presenta los sacramentos como fuente en el desierto de la vida del peregrino. Los sacramentos son las fuentes de la gracia, merecida por Cristo y recibida en la Iglesia. Son signos sensibles instituidos por Cristo, para significar y comunicar la gracia. Sacramentos "de vivos" y "de muertos". Todos confieren junto con la gracia santificante, la gracia sacramental. Tres de ellos imprimen carácter.

La Eucaristía es el más sublime. Alimenta y vivifica al peregrino, le da vigor de espíritu, madurez de juicio, agilidad para seguir hacia la cumbre. ¡Ni un día sin él! (78).

En la cuarta etapa nos encontramos con otro elemento indispensable para el peregrino, la oración, que se convierte en cayado, brújula y norte. La brújula que marca el norte es la oración. El cayado en el que apoyarse en las dificultades es el contacto con el Señor. Diálogo amoroso con Dios.

Necesitamos la oración. Para alabarle, darle gracias e interceder. También para pedir su perdón. Oración vocal y oración meditativa. Confianza en la oración de petición ya que el Señor nos ha dicho que pidamos y así recibiremos. Ahí está la fuente del optimismo, el triunfo asegurado, la fuente de la alegría (79).

Confianza en la oración y confianza en Dios, pero no "confiarse" nunca, no dormirse en los laureles, porque podemos tropezar y caer en los "baches" del camino, es decir en el pecado (80).

La gracia no destruye la naturaleza, sino que la realza, la sublima, la endiosa. La gracia nos transforma. Hay que morir al hombre viejo y nacer al nuevo. La antítesis de la gracia es el pecado. Es el bache que paraliza en el camino e impide seguir la ruta. La gracia es la fuente del auténtico optimismo. Todo lo humano que no sea pecado es compatible con la gracia.

La peregrinación no funciona anárquicamente, sino en orden, por eso la sexta etapa profundiza sobre la Cabeza de la peregrinación. La Iglesia es el Cuerpo Místico de Cristo. El principio vital que nos unifica y vivifica es la gracia de Cristo que nos comunica el Espíritu Santo. La Cabeza del Cuerpo Místico es Cristo. Rige todo el Cuerpo y de él deriva la vida del Cuerpo.

Todos estamos llamados a ser miembros de la Iglesia Santa, por eso somos llamados a la romería de la santidad. Los que viven en gracia reciben la vida de Cristo. El principal de los miembros es María. Ella nos dio a Cristo. Dispensadora de toda gracia y Madre de los peregrinos (81).

La última etapa de este curso, la séptima, nos enseña cómo es La vida del peregrino, una vida en familia, una vida en Iglesia (82). Los miembros de la Iglesia, Cuerpo Místico de Cristo, deben vivir para sí, para los demás y para todo el Cuerpo.

Vivir para sí es vivir la propia vida. Cristo es la fuente de la vida. Vivir para sí será, pues, introducir a Cristo en sí, llenarse de él.

Vivir para los demás miembros. Comunidad y comunicación de vida en el Cuerpo Místico.

Vivir para el Cuerpo Místico. La Iglesia debe crecer en calidad y cantidad. Vivir para la Iglesia es sentir con ella, trabajar por ella, entregarse a ella.

El curso 46-47 está jalonado por tres etapas más. La primera es una actualización del espíritu peregrino al principio de curso, la segunda es un aviso de navegantes, y la tercera viene a ser un exhaustivo plan de vida cristiana.

Tras el lapsus del verano, hay que actualizar el espíritu peregrino. La "etapa" de octubre se titula ¡Otra más!. Nos hallamos ante un nuevo curso. Hay que retomar concha y bordón, y lanzarse camino de Santiago. A Santiago, santos. Es preciso levantar el espíritu para una nueva etapa mayor y mejor (83).

 

Sal, espuela, luz y aliento es el título de la etapa de noviembre. Es un aviso para los que no caminan con paso de peregrino.

Aviso a los desalados, los que llevan rotas las alas, tienen el gusto estragado y se arrastran a ras de tierra. Aviso a los aletargados. Duermen un sueño soporífero. Son jóvenes viejos. Aviso a los desalentados, que son incapaces de sacrificio. Empezaron el camino, pero se frenan por las dificultades. Aviso a los despistados, a los desorientados que quedan junto al camino sin saber qué dirección tomar (84).

La décima etapa es un plan de vida para el peregrino que plantea la meta y los caminos para alcanzarla, es el Itinerario del peregrino de Cristo. Ofrecemos un extracto sintético: (85)

Meta suprema: ser un auténtico apóstol. Ser sal, luz, fermento, guía. La misión es conquistar.

Caminos para llegar a la meta: piedad, estudio y acción.

Piedad: metas:

- conservar y defender a Cristo en mí a través de la vigilancia, la lucha y la oración.
- desarrollar a Cristo en mi alma a través de los sacramentos, el estudio y la práctica de virtudes.

Estudio: metas:

- conocer al Cristo personal y al Cristo místico,
-dejar de lado la literatura insana e inútil- y reflejar las enseñanzas en mi vida.

Acción: metas:

- imprimir a Cristo en las almas de los jóvenes.
- técnica de conquista: tres cooperaciones: de Dios, del apóstol y del sujeto.
- armas: virtudes humanas, oración, cruz, prudencia audaz.

Pastoral del Obispo Hervàs.

La Carta Pastoral (86) de Monseñor Hervàs está dirigida a los jóvenes de Mallorca y se puede sintetizar diciendo que se trata de una exhortación a peregrinar a Santiago santos, viviendo la vida de la gracia, sintiendo con la Iglesia para devolver a la vida el sentido de peregrinación.

El Obispo exhorta a sus jóvenes a responder generosamente a la invitación del Primado visitando el sepulcro del Apóstol dentro del Año Santo Compostelano, y no de cualquier manera ya que la consigna es esta: ¡A Santiago, santos!, es decir, viviendo la vida de la gracia, incorporados a Jesucristo en el Espíritu Santo. Santos, esto es, dispuestos a defender en lucha a muerte, contra este mundo pecador que quiere devorar a nuestros jóvenes, la vida del alma, que es la única vida verdadera (87).

Además de vivir la vida de la gracia, el hecho de participar en la peregrinación demuestra el sentir con la Iglesia, que es muy importante en este momento porque muchas personas lo están perdiendo, además de recibir las gracias propias del Año Santo.

Todo ello ha de servir para devolver el sentido de peregrinación a la vida, en la linea más genuinamente cristiana. Los materialistas buscan la felicidad perfecta en esta vida, negando la trascendencia y el sentido de peregrinación. El cristiano, por el contrario, sabe que no tiene aquí su morada definitiva, y siempre está en camino hacia la patria celestial, donde está la meta final de su peregrinación.

En nombre de María y consagrados a ella. Acaba la Carta Pastoral con una frase lógica para clausurar un escrito como este, pero que desde la perspectiva de los años no podemos negarle una cierta visión profética: Caminad, peregrinos; que sean éstas como unas maniobras espirituales para templar los espíritus y tenerlos preparados para las futuras empresas en el nombre del Señor. (88)


Nota_61 Cf. C. Gil, o. c., p. 550.

Nota_62 Cf. C. Gil, p. 550.

Nota_63 Cf. "Proa", n. 94, septiembre de 1946, p. 1.

Nota_64 "Proa", n. 94, septiembre de 1946, p. 1.

Nota_65 "Proa", n. 95, octubre de 1946, p. 3.

Nota_66 Cf. "Proa", n. 104, julio de 1947, pp. 1 y 3.

Nota_67 "Proa", n. 106, septiembre de 1947, p. 1.

Nota_68 "Proa", n. 108, noviembre de 1947, p.3.

Nota_69 Cf. "Proa" , n. 114, mayo de 1948, pp. 1-8.

Nota_70 Cf. "Acción Católica", n. 85, diciembre de 1945, pp. 1-2. Así se denomina el suplemento del Boletín Oficial del Obispado de Mallorca que inmediatamente después pasó a llamarse "Proa".

Nota_71 Cf. "Acción Católica", n. 85, diciembre de 1945, p. 2.. Así se denomina el suplemento del Boletín Oficial del Obispado de Mallorca que inmediatamente después pasó a llamarse "Proa"

Nota_72 Cf. "Proa", n. 102 , 103 y 104, correspondientes a mayo, junio y julio de 1947.

Nota_73 Cf. "Proa", n. 111, febrero de 1948, pp. 1-6.

Nota_74 "Acción Católica", n. 85, diciembre de 1945, p. 5.

Nota_75 Cf. "Proa", n. 113, abril de 1948, pp. 2-3.

Nota_76 Cf. "Acción Católica", n. 85, diciembre de 1945, p. 5.

Nota_77 Cf. "Proa", n. 86, enero de 1946.

Nota_78 Cf. "Proa", n. 87, febrero de 1946, pp. 3-4.

Nota_79 Cf. "Proa", n. 88, marzo de 1946, pp. 3-4.

Nota_80 Cf. "Proa", n. 89, abril de 1946. Esta referencia está sin paginar debido a que no dispongo de este número de la revista original sino de una transcripción hecha a máquina de lo esencial de dicho número, según consta en la colección personal de Sebastián Gayà.

Nota_81 Cf. "Proa", n. 90, mayo de 1946, pp. 3-4.

Nota_82 Cf. "Proa", n. 91, junio de 1946, pp. 3-4.

Nota_83 Cf. "Proa", n. 95, octubre de 1946, p. 4.

Nota_84 Cf. "Proa", n. 96, noviembre de 1946, p. 4.

Nota_85 Cf. "Proa", n. 97, diciembre de 1946, p. 4.

Nota_86 "Proa", n. 113, abril de 1948. Díptico sin paginar que acompañaba a la revista.

Nota_87 "Proa", n. 113, abril de 1948. Díptico sin paginar que acompañaba a la revista.

Nota_88 "Proa", n. 113, abril de 1948. Díptico sin paginar que acompañaba a la revista.