Aunque
nos pueda parecer extraño, se dan tiempos de sequía en la comunicación de
Dios: "En aquel tiempo era rara la palabra de Yavé, y eran raras las
visiones" (1 Samuel 3, 1)
Jesús
siente el silencio del Padre en sus propias carnes. Los que le rodean
notan también cómo su Dios calla.
"Los sumos sacerdotes junto con los escribas y los ancianos se
burlaban de él diciendo: (...) Ha puesto su confianza en Dios; que le
salve ahora, si es que de verdad le quiere; ya que dijo: 'Soy Hijo de Dios
'' (Mateo 27,43)
"Y alrededor de la hora nona clamó Jesús con fuerte voz: ¡Elí, Elí!
¿lamá sabactaní?, esto es: ¡Dios mío, Dios mío! ¿por qué me has
abandonado?" (Mateo 27,45).
La
burla de los que ven a Jesús crucificado puede ser relacionada con las
burlas del profeta Elías a los sacerdotes de los baales. ¿Resistiría
nuestra relación con el Padre el desafío de Elías?:
" Elías se acercó a todo el pueblo y dijo: ¿Hasta cuándo vais a
estar cojeando con los dos pies? Si Yahveh es Dios, seguidle; si Baal,
seguid a éste. Pero el pueblo no le respondió nada. Dijo Ellas al pueblo:
He quedado yo solo como profeta de Yahveh, mientras que los profetas de
Baal son 450. Que se nos den dos novillos; que elijan un novillo para
ellos, que los despedacen y lo pongan sobre la leña, pero que no pongan
fuego. Yo prepararé el otro novillo y lo pondré sobre la leña, pero no
pondré fuego, invocaréis el nombre de vuestro dios; yo invocaré el nombre
de Yahveh. Y el dios que responda por el fuego, ése es Dios. Todo el
pueblo respondió: ¡Está bien! Elías dijo a los profetas de Baal: Elegid un
novillo y comenzad vosotros primero, pues sois más numerosos. Invocad el
nombre de vuestro dios, pero no pongáis fuego. Tomaron el novillo que les
dieron, lo prepararon e invocaron el nombre de Baal desde la mañana hasta
el mediodía, diciendo: ¡Baal, respóndenos! Pero no hubo voz ni respuesta.
Danzaban cojeando junto al altar que habían hecho. Llegado el mediodía,
Elías se burlaba de ellos y decía: ¡Gritad más alto, porque es un dios;
tendrá algún negocio, le habrá ocurrido algo, estará en camino; tal vez
esté dormido y se despertará! Gritaron más alto, sajándose, según su
costumbre, con cuchillos y lancetas hasta chorrear la sangre sobre ellos.
Cuando pasó el mediodía, se pusieron en trance hasta la hora de hacer la
ofrenda, pero no hubo voz, ni quien escuchara ni quien respondiera" (1R
18:21-29).
"Eres
el que no eres", por P- Lloidi:
No dices palabra:
entonces sé algo de Ti.
Responde la nada:
entonces hablas Tú
en el aguijón de la duda.
Te muestras en
la falta de pruebas,
afirmas en la negación
y eres absurdo
en la respuesta hallada.
Salmo
22(21), recitado por todo desterrado. Empieza diciendo:
¡Oh Dios,
no te estés mudo,
cese ya tu silencio
y tu reposo,
oh Dios!
Salmo
109 (108), contra los que mienten. Empieza con esta invocación:
¡Oh Dios de mi alabanza,
no te quedes mudo!
Jossel
Rackoveer, judío, ora en tiempo de los nazis:
Lo has hecho todo
para que crea más en Ti,
para que llegue a dudar de Ti.
Pero muero
exactamente
tal como he vivido:
en una fe inconmovible en Ti.
- Un
grupo de tres jóvenes se pregunta, en medio de la última guerra mundial,
el porqué del silencio divino ... (Gen Verde):
¿Porqué todo tiene que terminar? ¿Por qué no encuentro sentido
a nada? ¿Por qué todo tiene que acabar siempre en lo mismo, siempre en
ruinas y olvido?
¿Porqué me habré ilusionado uno vez más?
Pero tenía que creer en algo:
- En poder conseguir, por ejemplo, una casa entre flores, un mundo
mío.
- En saciarme a través de los libros del saber de los hombres.
... Y ahora veo alrededor de mí tan solo un desierto,
¿Porqué todo se tiene que derrumbar? ¿Por qué no encuentro sentido
a nodo? ¿Por qué todo tiene que acabar siempre en lo mismo, siempre en
ruinas y olvido?
¿Existe algo en este mundo que ninguna bomba pueda destruir jamás?
¿Un ideal que nunca muero, que ninguna bomba lo pueda derrumbar?
El
crucificado que no siente la ayuda de¡ Padre asume nuestros porqués (Gen
Rosso):
Allí, clavado en una cruz, ya no pareces el Hijo de Dios hecho
hombre que la gente había aclamado. Se han ido tus amigos, te han
abandonado, uno te ha traicionado. Aquellos amigos que tonto habías amado.
Allí, en uno cruz abandonado Tú ya no tienes ni siquiera el rostro de un
hombre. Condena sin pecado. Lo furia de los tinieblas te han envuelto con
su manto y te han derribado, árbol naciente del suelo arrancado.
Dios mío, Dios mío ¿por qué me has abandonado? ¿Por qué? Dios
mío: ¿Por qué el dolor? ¿Por qué el mal? ¿Porqué la guerra? Dios mío: ¿Por
qué el odio? ¿Por qué el hombre? ¿Porqué la soledad? Dios mío: ¿Porqué lo
desesperación? ¿Porqué la duda? ¿Porqué la muerte? ¿Por qué? Allí,
infinita soledad, no sientes ya ni siquiera la ayuda del Padre despreciado
por la tierra y el cielo. Te has hecho duda hombre, enfermedad, te has
hecho muerte. Abismo de angustia que has quitado a cada hombre. Padre mío,
Padre mío, a Ti encomiendo mi espíritu, a Ti. Todo está consumado.
La
sociedad que quiere silenciar a Dios:
Una catequista confesaba: "Cuando venía para la parroquia, me
preguntaron unos amigos que dónde iba y les contesté que a hacer un
recado". Un miembro de una comunidad cristiana haciendo referencia a los
conflictos que la fe provoca en los compañeros confirma: "Optas por
callar". Los sociólogos suelen hablar de una privatización del hecho
religioso: el Padre podría hablar en determinados ámbitos (como el fumar
tabaco).
¿Padecemos
este silenciamiento del Padre?
El verano que silencia a Dios: ¿dónde dejamos al Padre? En la
mayoría de las movidas cristianas, se cierra por vacaciones de verano. En
la playa o lugar de veraneo, Dios parece ser un estorbo. A pesar de todas
las buenas intenciones iniciales, la evaluación final del verano es
insistentemente parecida: he estado alejado. El comienzo de curso se
parece en muchos al regreso del hijo pródigo. El Padre parece un familiar
molesto que hay que recluir en vacaciones. ¿Toma vacaciones nuestra
relación con el Padre?
El
silencio educativo de Dios:
"Antes de que el hombre oyera la palabra, la palabra estaba en
Dios (Jn 1, 1 ); luego vino la revelación de un misterio envuelto en el
silencio en los siglos eternos (Rom 16,25). Esta maduración secreta d e la
palabra se expresa en el tiempo por la predestinación de los elegidos: aún
antes de hablarles los conoce Dios desde el seno materno.
Hay, sin embargo, otro silencio de Dios, que no parece ya cargado
de un misterio de amor, sino grávido la ira divina. Para inquietar a su
pueblo pecador no habla ya por sus profetas. ¿Por qué Dios, después de
haber hablado tantas veces y con tanto poder, se calla ante el triunfo de
la piedad y no responde a la oración de Job ni a la de los salmistas? Para
Israel que quiere escuchar a Dios, este silencio es un castigo; significa
el alejamiento de su Señor, equivale a una cesación de su palabra; anuncia
el silencio de¡ seol, donde Dios y el hombre no se hablan. Sin embargo, el
diálogo no se ha interrumpido definitivamente, pues el silencio de Dios
puede ser también un reflejo de su paciencia en los días de infidelidad de
los hombres.'' (André Ridouard en Silencio en Vocabulario de Teología
Bíblica, X. León Dufour).
Parábola
del silencio, de Nando:
El Reino de los cielos se parece a un hombre que vendió todas
sus palabras para comprar un silencio. Cuando el silencio fue suyo, entró
en él, de puntillas, sin hacer ruido... Lo sembró, lo regó, lo cuidó... Y
al poco tiempo brotó una ''Palabra jamás oída". Él la escuchó sin decir
nada. Y la palabra se hizo carne y habitó entre nosotros.
¿Guarda
Dios silencio o eres sordo?:
"A menudo somos sordos para lo que Dios nos quiere decir. Nos
hemos taponado los oídos de tal manera que no puede penetrar la voz de
Dios. Un padre de familia me contó una vez que, cuando estaba trabajando
en su despacho, se abstraía tanto que no oía los gritos de su hijo.
También nosotros estamos a veces tan ocupados con nosotros mismos que no
oímos cuando Dios nos llama. Y, como es lógico, tampoco escuchamos lo que
Él nos quiere decir a través de nuestros prójimos" (Anselm Grün en
Ejercicios en la vida diario)
De la
Encarnación, dice Leonardo Boff:
Los hombres se preguntaban angustiados el porqué del dolor y de
la humillación, el por qué de la pequeñez sentida y padecida, qué sentido
tiene el sufrimiento de los últimos de la tierra. Los hombres le
preguntaban a Dios. Y Dios guardaba silencio.
Ahora, en la Navidad, habla Dios. Y el hombre guarda silencio. No
pregunta más. Se limita a escuchar la narración de¡ acontecimiento de la
dulzura divina y humana: Dios nació pequeño; Dios se hizo historia; Dios
se apellida "pesebre".
Dice
Juan de la Cruz (Subida 22):
Dios ha quedado como mudo y no tiene más que hablar, porque lo
que hablaba antes en partes a los profetas ya lo ha hablado en el todo,
dándonos al Todo, que es su Hijo. Por lo cual, al que ahora quisiese
preguntar a Dios (...) le podría responder Dios de esta manera: "S'¡ te
tengo ya habladas todas las cosas en mi Palabra, que es mi Hijo, y no
tengo otra, ¿qué te puedo yo ahora responder o revelar que sea más que
eso? Pon los ojos sólo en él, porque en él te lo tengo todo dicho y
revelado, y hallarás en él aún más de lo que pides y deseas".
"Dios
es un Tú". dice P. Loidi:
Porque Dios habla, ¡vaya si habla! Tanto es así que, cuando
Juan quiere mostrarnos al Enviado de Dios, le llama Palabra.
En Jesús, Dios se ha hecho para nosotros palabra. Y no una palabra
cualquiera, sino la Palabra. Sin ella, las demás palabras no dicen nada.
Más aún: Dios es palabra dirigida a mí. Me habla. En Jesús Dios se hace 1a
Palabra para mí". Para muchos de nosotros, Dios es todavía un ser sordo y
mudo. No nos dice nada ni le decimos nada nosotros. Es un algo, o a lo más
un "él'. Él nos manda... Él nos exige... incluso Él nos ama... desde
lejos. No es un Tú. Pero Dios es un Tú, y por eso, además de hablar, ama.
Nos ama. ¡Me ama!