¿Qué es catequizar?
Fuente:
www.san-pablo.com.ar/
La
preocupación por definir una actividad y sus alcances, es una actitud muy
saludable en todos los que desean desarrollar esa actividad, cualquiera que
sea, con responsabilidad y con justeza. Para quienes nos dedicamos al
ministerio catequístico, no está demás recordar con exactitud, qué decimos
cuando nos referimos a la catequesis. Por eso, es bueno recurrir al Magisterio
de la Iglesia para encontrar la respuesta que necesitamos para revitalizar
nuestra tarea:
"La catequesis es la actividad constantemente
necesaria para difundir viva y activamente la Palabra de Dios y ahondar en el
conocimiento de la Persona y del mensaje salvador de Nuestro Señor Jesucristo;
la educación que consiste en la educación ordenada y progresiva de la fe y que
está ligada estrechamente al permanente proceso de la maduración de la misma
fe". Mensaje del Sínodo de la Catequesis, Obispos al Pueblo de
Dios. Año 1977
Decir que la catequesis es "la actividad constantemente necesaria" implica
subrayar dos aspectos que no se pueden pasar por alto. Constante quiere decir
que no se limita a una determinada etapa. No se refiere a un momento de la
vida de la persona ni a un momento pastoral de una comunidad. La catequesis es
constantemente necesaria en la vida de la Iglesia y en la vida de la persona.
No se puede optar por la catequesis por un período y después tomar otro rumbo.
Sea cual fuera el plan pastoral de una región, de una diócesis o de una
parroquia, la tensión catequística nunca puede postergarse ni dejarse en
segundo plano. Con respecto a la necesariedad no hace falta hacer aclaración
alguna. Todo lo que es necesario es indispensable e ineludible. Lo que es
necesario no puede reemplazarse por nada sin que se deteriore lo esencial.
Por medio de la catequesis la Iglesia quiere difundir viva y activamente la
Palabra de Dios. No es una mera difusión nocional-intelectual. La difusión de
la Palabra que se hace por medio de la catequesis tiene como características
la vitalidad y la dinámica. No basta conformarse con que la Palabra de Dios
sea conocida y aprendida. Se puede saber y no creer. Se puede saber y no estar
convencido de lo que se sabe. La catequesis presenta la Palabra como luz viva
que ayuda a ver la vida y se manifiesta en forma activa porque compromete e
integra la misma vida con una mentalidad nueva.
Ahondar en el conocimiento de la Persona y del mensaje salvador de Nuestro
Señor Jesucristo es algo que va más allá de un mero aprendizaje o de una
simple instrucción. Quienes creen que la catequesis es "un cruzo" para
prepararse para a un sacramento, o "unas horas de clase" que suelen darse en
los colegios católicos y en la escuela pública de algunas provincias, se
equivocan. No podemos hablar de la catequesis en esos términos.
Las materias de formación en las diversas áreas del aprendizaje intentan
acercar al estudiante al conocimiento de "algo": el saber. En cambio, la
catequesis va a intentar acercar al conocimiento de alguien: ese alguien es
Jesús de Nazaret.
El catequista hace de puente entre Dios y los hombres anunciando a la
humanidad que el creador está enamorado de sus criaturas. Por eso, presentar a
alguien, a Jesús de Nazaret, es una forma concreta de mostrar el amor que Dios
nos tiene.
Asimismo, ahondar en el conocimiento del mensaje salvador, supone que el
mensaje es conocido previamente. Es decir, que, para poder tener encuentros de
catequesis, es necesario que el grupo haya recibido, por lo menos, un primer
anuncio evangelizador