Itinerarios de fe para la 
formación espiritual del «ministro de la Palabra»

SER CATEQUISTA HOY 11
por GAETANO GATTI
 

ENVÍO DE CATEQUISTAS


V

CELEBRACIÓN PARA EL COMIENZO 
DEL AÑO CATEQUÉTICO


EL ENVÍO DE LOS CATEQUISTAS
CATIS/CLRC-ENVIO
1. La celebración pretende sensibilizar a la comunidad cristiana 
acerca del papel que, dentro de ella, desempeñan los catequistas 
al servicio de la fe, a fin de hacerla corresponsable de dicha 
misión, propia de todo bautizado. 
2. Los textos y las oraciones se inspiran en la exhortación apostólica 
de Pablo VI, Evangelii Nuntiandi, y en el documento de la 
Conferencia Episcopal Italiana, La renovación de los catequistas. 
Se reproduce también algunas partes del "rito para la institución de 
los lectores». 

I. INTRODUCCIÓN

Cántico de entrada 

Celebrante: 
Hermanos, nuestra comunidad se ha reunido para reconocer el don 
que el Espíritu Santo, alma de la Iglesia, ha concedido a algunos 
de nosotros de transmitir la Palabra de Dios mediante el ministerio 
catequético, a fin de que todos crezcamos juntos en la fe, en la 
esperanza y en la caridad. Pidamos, para aquellos a quienes el 
Señor ha llamado a ser catequistas en nuestra comunidad, el don 
y la gracia de la Palabra. 
(Se llama por sus nombres a los catequistas, los cuales se sitúan en 
torno al altar). 

Oremos: 
Dios Padre, que has confiado a tu Iglesia la misión de anunciar el 
evangelio de Jesucristo a todos los hombres de todos los tiempos, 
envía tu Espíritu sobre estos catequistas, a fin de que todos ellos 
sean fieles dispensadores de la Palabra de la verdad, 
desempeñando a la perfección su ministerio. 
Infunde en sus corazones el amor y el celo de tu reino, pon en sus 
labios tu Palabra de salvación y concédeles la alegría de poder 
colaborar al crecimiento de tu Iglesia. Por Jesucristo nuestro 
Señor. 

Todos:
Amén. 


II. LA LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS

Lector: 
I Cor 1,10-18;1 Cor 3,1-9;1 Cor 12,4-11; Ef 4,1-8; Hech 1,6-11. (Se 
escoge una sola lectura). 
Salmo Responsorial (del Salmo 19): 

Todos:
Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.

Lector: 
La ley del Señor es perfecta, 
consolación del alma; 
el dictamen del Señor, veraz, 
sabiduría del sencillo. 

Todos:
Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.

Lector: 
Los preceptos del Señor son rectos, 
gozo del corazón; 
claro el mandamiento del Señor, 
luz para los ojos. 

Todos:
Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.

Antífona (cf. Lc 7,22-23). 
Aleluya, Aleluya. 
El Señor me ha enviado 
a anunciar a los pobres 
el alegre mensaje, 
Aleluya. 

Celebrante: 
Lc 10,1-12; Lc 10,21-24; Lc 24,44-53. (Se escoge un solo texto). Se 
tiene a continuaron la Homilía. 


III. LA ORACIÓN DE TODA LA COMUNIDAD

Celebrante:
Queridos hermanos, 
supliquemos a Dios nuestro Padre 
que bendiga a estos hijos suyos, 
elegidos para el ministerio de catequistas, 
a fin de que, desempeñando fielmente su misión, 
anuncien a Cristo 
y den gloria al Padre que está en los cielos.

Lector:
Oremos juntos y digamos: Envía, Señor, tu Espíritu.
(Es deseable que las diversas peticiones sean formuladas por 
personas distintas: padres, muchachos, responsables de la 
pastoral, etc.). 

-Para que los catequistas, en comunión con el Papa, el obispo y los 
sacerdotes de la parroquia, sean auténticos portavoces de la 
Iglesia, de cuya experiencia de fe les viene su certeza, 
ROGUEMOS AL SEÑOR. 

-Para que los catequistas, que actúan en nombre de la Iglesia, se 
vean apoyados por la estima, la colaboración y la oración de toda 
la comunidad, ROGUEMOS AL SEÑOR. 

-Para que los catequistas desempeñen su ministerio animados por el 
profundo convencimiento de la grandeza y la riqueza de la Palabra 
de Dios, ROGUEMOS AL SEÑOR. 

-Para que los catequistas sean fieles servidores del Evangelio y 
sepan transmitirlo intacto y vivo, de un modo comprensible y 
persuasivo, ROGUEMOS AL SEÑOR. 

-Para que los catequistas se dejen poseer y guiar por el Espíritu, el 
cual les sugiere las palabras que, por sí solos, no podrían hallar, 
ROGUEMOS AL SEÑOR. 

-Para que los catequistas den testimonio de la Palabra con la 
santidad de su vida, en la oración, la meditación y la participación 
asidua en los sacramentos, ROGUEMOS AL SEÑOR.

-Para que los catequistas se entreguen sin reservas a su ministerio, 
con amor, dedicación y alegría cada vez mayores, ROGUEMOS AL 
SEÑOR 

-Para que los catequistas reciban la alegría de Cristo y acepten 
poner en juego su propia vida, a fin de que el reino sea anunciado 
y la Iglesia establecida en el corazón del mundo, ROGUEMOS AL 
SEÑOR. 

-Para que nuestra comunidad, con el testimonio de su vida y con la 
oración, secunde el servicio a la Palabra de los catequistas, 
ROGUEMOS AL SEÑOR. 

­Para que los padres, a cuyo servicio actúan los catequistas en la 
formación cristiana de sus hijos, no renuncien a su misión de ser 
los «primeros heraldos de la fe», ROGUEMOS AL SEÑOR.

­Para que cuantos escuchan la Palabra de Dios experimenten el 
gozo de conocer a Dios y ser conocidos por El, de contemplarlo y 
abandonarse en El, ROGUEMOS AL SEÑOR.

Celebrante: 
Oremos: 
¡Oh Dios, fuente de luz y de bondad, 
que enviaste a tu Hijo único, 
Palabra de vida, 
a revelar a los hombres el misterio de tu amor! 
Bendice a estos hermanos nuestros, 
elegidos para el ministerio de catequistas. 
Yucales a meditar asiduamente tu Palabra, 
para que se dejen penetrar por su enseñanza 
y la anuncien fielmente a sus hermanos. 
Por Jesucristo nuestro Señor. 

Todos:
Amén 


IV ENTREGA DEL LIBRO DE LA PALABRA DE DIOS
(Los catequistas se acercan, uno a uno, al celebrante, de quien 
reciben oficialmente el Evangelio y el texto del catecismo). 

Celebrante: 
Recibe el libro del Evangelio y el catecismo de la vida cristiana y 
transmite fielmente la Palabra de Dios, a fin de que cobre fuerza y 
vigor en el corazón de los hombres. 

Catequista:
Amén 


V. DESPEDIDA DE LA ASAMBLEA

Un catequista: 
Hermanos, en nombre de la comunidad somos enviados a 
desempeñar el ministerio catequético. Que vuestra oración 
constante sea nuestra ayuda, vuestro testimonio nuestro apoyo, 
vuestra colaboración nuestro consuelo. 

Celebrante: 
En el nombre y con la gracia de Cristo Salvador, 
id y anunciad con gozo su Palabra. 
Guiados por el Espíritu de Dios, 
esforzaos por servir a vuestros hermanos 
como lo hizo Cristo, 
que no vino a ser servido, 
sino a servir. 
Que el Señor esté en vuestro corazón 
y en vuestros labios, 
para que podáis anunciar 
dignamente su Evangelio. 
Que os bendiga Dios Todopoderoso, 
Padre, Hijo y Espíritu Santo. 

Todos: 
Amén. 

Cántico final. 

* * * * *

PARA LA ORACIÓN 
Padre de la gloria, 
concédenos el espíritu de sabiduría 
y el pleno conocimiento, 
ilumina los ojos de nuestro corazón, 
a fin de que conozcamos 
cuál es la esperanza de nuestra vocación 
y cuales los tesoros de nuestra herencia, 
la desmesurada grandeza de tu poder, 
la eficacia de tu fuerza 
mostrada en Cristo 
resucitándole de los muertos 
y haciéndole sentar a tu derecha 
en lo alto de los cielos, 
por encima de todo; 
todas las cosas están puestas a sus pies 
y le has constituido cabeza de la Iglesia, 
su cuerpo, plenitud de aquel 
que todo lo llena de todo. Amén. 
(F. Cebolla López) 

Cierto, Jesús, 
me gusta hablar de las flores del campo, 
que son bellas, graciosas, diversas, 
vestidas de tanto esplendor 
que ni siquiera un gran rey se les parece. 
Tengo alegría en hablar de los pájaros que vuelan 
y cantan, cantan y vuelan, 
como si toda la vida no fuese más que un canto, 
no fuese más que gorjeos y alegrías. 
Pero la que tú nos enseñas, Jesús, 
con tus parábolas puras 
¿cómo acertar a explicarlo a los hombres tristes, 
afanados por el hoy, 
solícitos por demás del alimento, 
maniáticos de un refinado vestir? 
¿Comprenderán si digo que el Padre 
en todo piensa y provee 
por quien, como simples flores, 
como los pájaros cantores, 
se abre y extiende todo en el cielo? 
Da tu Espíritu a los hombres, Jesús, 
que les recuerde tus palabras puras 
y evoque todos tus gestos, 
que guíe a la verdad entera a nuestros corazones 
y nos haga comprender en nuestra vida 
que la única fuerza es el amor del Padre 
y es nuestra, si le amemos a él y a los hermanos, 
como has hecho y enseñado tú, Señor 
(G. Medica) 

GAETANO GATTI
SER CATEQUISTA HOY
Itinerario de fe para la formación espiritual
del "Ministro de la Palabra"
SAL-TERRAE Santander-1981. Págs. 228-236

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