ASAMBLEAS FAMILIARES
EL PLAN DE UN DIOS QUE NOS AMA
LECTURA DE LA CONSTITUCIÓN SOBRE LA IGLESIA (Concilio
Vaticano Il, núm. 2)
«El Padre Eterno creó el mundo universo por un libérrimo
misterioso designio de su sabiduría y de su bondad; decretó elevar
a los hombres a la participación de su vida divina y, caídos por el
pecado de Adán, no los abandonó, dispensándoles siempre su
ayuda en atención a Cristo Redentor, «que es la imagen de Dios
invisible, primogénito de toda criatura» (Col. 1, 15).
A todos los elegidos, desde toda la eternidad, el Padre «los
conoció de antemano y los predestinó a ser conformes con la
imagen de su Hijo, para que éste sea el primogénito entre muchos
hermanos» (Rm 8, 29).
Determinó convocar, a los creyentes en Cristo, en la Santa
Iglesia, que fue ya prefigurada desde el origen del mundo,
preparada admirablemente en la historia del pueblo de Israel y en
el Antiguo Testamento, constituida en los últimos tiempos,
manifestada por la efusión del Espíritu Santo y que se
perfeccionará gloriosamente al fin de los tiempos.
Entonces, como se lee en los Santos Padres, todos los justos
descendientes de Adán «desde Abel el justo hasta el último
elegido» se congregarán delante del Padre en una Iglesia
Universal.
Lector: Palabra de Dios y de la Iglesia
Asamblea: ¡Te alabamos, Señor!
* * *
1. Dios crea al hombre.
El Mensaje cristiano comprende la historia maravillosa contada
por la Biblia, pero no termina con la última página del libro
sagrado, sino que se perpetúa en nosotros; aunque parezca
extraño, vivimos en plena historia del Nuevo Pueblo de Dios. Hoy,
como hace miles de años, Dios está interviniendo para salvarnos
en Cristo.
Todo esto obedece a un plan pensado por Dios y realizado por
El mismo en el tiempo: Dios, como buen arquitecto, primeramente
se traza un plan... ¿Cuál es el plan de Dios?
Lo encontramos expuesto con la mayor claridad y sencillez en
las primeras paginas de la Biblia:
«Al principio creó Dios el cielo y la tierra, pero la tierra era
informe y vacía y las tinieblas cubrían la superficie del abismo y el
Espíritu de Dios se cernía sobre las aguas.
Dijo Dios: Sea hecha la luz. Y hubo luz. Y vio Dios que la luz era
buena y separó la Iuz de las tinieblas.
A la luz llamó día y a las tinieblas noche; y hubo tarde y hubo
mañana: día primeros (Gén. 1, 1-5).
«Por fin dijo Dios: hagamos al hombre a imagen y semejanza
nuestra para que domine a los peces del mar, y a las aves del
cielo, y a los ganados, y a todas las bestias de la tierra, y a todo
reptil que se mueve sobre las tierra. Creó Dios al hombre a imagen
suya; los creó varón y mujer.»
Claramente se ve que Dios crea al hombre después de haberle
preparado un paraíso. Lo crea para derramar en él sus beneficios,
para que sea feliz por la amistad con él. Para que pueda darse
esta amistad lo crea libre, es decir, capaz de ser fiel, y le da
ocasión de mostrarle esa fidelidad y de corresponder a su amor.
«Tomó, pues, el Señor Dios al hombre; púsolo en el paraíso de
delicias para que lo cultivase y guardase. Dióle también este
precepto diciendo: «Puedes comer del fruto de todos los árboles
del paraíso, mas del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal,
no comas, porque en cualquier día que comieres de él,
ciertamente morirás...» (Gén. 2,1a-18).
2. El hombre rompe el plan de Dios. La promesa.
¿Fue el hombre fiel al amor de Dios? ¿Correspondió a su
amistad? ¿Se realizó el plan primitivo de Dios?
Vio, pues, la mujer que el fruto de aquel árbol era bueno para
comer y bello a los ojos y deseable para alcanzar sabiduría y cogió
del fruto y comió; dio también de él a su marido, el cual comió»
(Gén. 3, 6).
El plan primitivo de Dios se frustró por culpa de nuestros
primeros padres por su desobediencia, por su infidelidad, por su
egoísmo, ¡por el mal uso que hicieron de la libertad!
Pero Dios no dejó de amar a sus infelices criaturas y quiso
restablecer su diálogo con ellas, comunicándoles un nuevo plan,
un plan de salvación:
«Dijo, entonces, el Señor Dios a la serpiente: porque has hecho
esto serás maldita entre todos los animales y bestias de la tierra:
andarás arrastrándote sobre tu pecho, y comerás tierra todos los
días de tu vida. Yo pondré enemistades entre ti y la mujer, y entre
tu linaje y el suyo. Este quebrantará tu cabeza y tú andarás
acechando su calcañal» (Gén. 3, 1415).
El linaje de la mujer es Cristo, Hijo de María.
Con la promesa del Salvador se enciende en el corazón de
nuestros padres la luz potente de la esperanza.
Por iniciativa absolutamente gratuita de Dios, el hombre
recuperará algún día la amistad con El.
Tal es el nuevo plan de Dios. En el día de mañana, veremos
cómo prepara Dios la realización de su plan.
DIALOGO DEL PRIMER MENSAJE
OBJETIVO
Dar a conocer el PLAN primitivo de Dios respecto al hombre.
I
INTRODUCCIÓN
(Para iniciar el diálogo, el Animador puede plantear el tema
así):
Al crear, Dios ha tenido un plan. El hombre no lo ha tenido en
cuenta y de ahí se derivan todos los males de la humanidad:
guerras, odios, rencores, hambre, miseria, muerte.
Cuando quiero habitar una casa, he de adaptarme al plan del
arquitecto; de lo contrario, se producirán sorpresas muy
desagradables. Si me obstino, por ejemplo, en utilizar una ventana
del segundo piso como puerta de salida, no me debo asombrar de
las consecuencias funestas de mi capricho.
Lo mismo se puede decir del mundo en que vivimos. Todos los
males, las contrariedades y desgracias provienen de que no se
observa o no se ha observado e! plan de Dios.
Lo que importa, por consiguiente, es conocer el plan que Dios
se ha propuesto y quiere realizar con la humanidad, es decir, con
nosotros.
Este plan regula la actividad tanto de Dios como de nosotros.
PARA DIALOGAR (Mesa redonda)
1. ¿Cuál es el plan de Dios?
2. ¿De qué manera frustró el hombre eI plan primitivo de Dios?
3. ¿Por qué motivos también hoy los hombres rechazan a Dios y
se inventan nuevos dioses?
4. ¿De qué medios se valió Dios para devolver su amistad a los
hombres?
ORIENTACIONES PARA EL ANIMADOR
(El Animador debe estimular a todos para que den su opinión e
intervengan en el diálogo, antes de que él aclare conceptos. Para
esto le pueden servir las ideas siguientes):
1. Desde toda la eternidad, Dios, que es amor, quiere
gratuitamente traer a la existencia nuevos seres y hacerlos
eternamente dichosos, como lo es El.
A tal efecto, los crea a imagen y semejanza suya, inteligentes y
libres; y para que merezcan la felicidad eterna, los somete a una
prueba pasajera durante la vida.
Invita al hombre a gozar de una grande intimidad con El,
dándole la posibilidad de participar de su vida divina.
El hombre rehúsa responder a la invitación y desobedece a su
Señor, dejando en pos de si los estragos inmensos del pecado.
Dios, en lugar de desinteresarse de una obra que la libertad
humana hizo fracasar, lleva su amor hasta decidirse a reparar por
si mismo los desvíos de los hombres; envía a su Hijo Jesucristo a
restablecer, mediante el sacrificio de su vida, una nueva Alianza
entre Dios y las criaturas (Mt. 26, 28, 2 Cor. 3, 6; Heb.7,22; 9,11).
Dios quiere que los hombres acepten esta Alianza y se unan
entre sí, de una manera invisible por Cristo, con Cristo y en Cristo;
y de modo visible en la Iglesia. Este es el plan de Dios.
2. Después de oír las opiniones de la Asamblea, muestre el
Animador que el hombre frustró el plan de Dios con el pecado de
soberbia, de desobediencia, de infidelidad al amor de Dios y de
rebeldía al orden establecido por El, haciendo mal uso de su
libertad (Jb. 4, 14; Jn. 8, 44).
Si surge la discusión sobre la naturaleza del pecado de
nuestros primeros padres, ténganse en cuenta las orientaciones
siguientes:
a) El pecado original no fue un pecado de glotonería o de
impureza como piensan muchos, porque el cuerpo estaba
enteramente sometido al alma, y, por tanto, la concupiscencia no
existía.
b) La culpa no pudo ser provocada por una debilidad de la
inteligencia, porque esta facultad, gracias al don de Ciencia, no
estaba sujeta al error.
c) Donde debemos buscar el mal es en la voluntad humana,
que, permaneciendo libre, podía entrar en conflicto con la voluntad
de Dios (Rm 5, 12; 1 Cor. 15, 21).
3. Oídas las respuestas, el Animador puede concretar así:
Los hombres de hoy rechazan o se rebelan contra Dios porque,
haciendo mal uso de su libertad, como nuestros primeros padres,
crean nuevos dioses de acuerdo con su egoísmo, con sus
caprichos y comodidades. Ejemplos: el dios dinero, que ahoga el
amor y la fe; el dios poder, que esclaviza a los hombres; el dios
placen que rebaja al hombre hasta las aberraciones más
inconcebibles; el dios estómago, etc.
4. EI Animador puede resumir las respuestas así:
Dios escogió un medio que el hombre jamás hubiera imaginado:
la restitución de la Vida Divina al hombre mediante la Encarnación,
Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo (Jn. 3,16; 10,10).
Hágase hincapié sobre estos misterios del amor divino, con el
fin de despertar en los asistentes, como respuesta a Dios, la
conversión del corazón, y pídales que saquen conclusiones
prácticas. Por ejemplo:
CONCLUSIONES
1. No querer usar la propia libertad contra la voluntad de Dios.
2. Manifestar la fe en Dios, que nos salva en Cristo,
prometiendo cumplir bien los propios deberes.
3. Ofrecer a Dios con frecuencia los actos del día, pidiéndole
gracia para cumplir su divina voluntad.
CANTO 32. SALMO 117: ESTE ES EL DÍA EN QUE ACTUÓ EL
SEÑOR (M. Manzano)
Este es el día en que actuó el Señor,
sea nuestra alegría y nuestro gozo.
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Aleluya, aleluya.
1. Que lo diga la casa de Israel:
es eterna su misericordia.
Que lo diga la casa de Aarón:
es eterna su misericordia.
Que lo digan los fieles del Señor:
es eterna su misericordia.
2. Escuchad: hay cantos de victoria
en las tiendas de los justos:
«La diestra del Señor es poderosa,
es excelsa la diestra del Señor.»
3. Abridme las puertas del triunfo,
y entraré para dar gracias al Señor.
Esta es la puerta del Señor:
los vencedores entrarán por ella.
Yo no he de morir, yo viviré
para contar las hazañas del Señor.
ORACIÓN
Animador:
¡Dios y Padre nuestro!
Los designios de tu amor permanecen
a través de todas las generaciones.
Concédenos un conocimiento profundo
de tu plan salvador;
para que, ayudados por el poder de tu gracia,
vivamos una vida aceptable
y te adoremos en espíritu y en verdad.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.
Asamblea: Amén.
CESPLAM-1. Págs.11-17