CATECUMENADO 27  


DOMINIO DEL HOMBRE SOBRE EL HOMBRE


OBJETIVO CATEQUETICO 
* Descubrir que, por el pecado del hombre, la autoridad degenera en dominio del hombre sobre el hombre. 

49. La autoridad como servicio, no como poder y mando en provecho propio
AUTORIDAD/SERVICIO: El pecado corrompe también el concepto y 
ejercicio de la autoridad. Esta corrupción es de la mayor trascendencia 
en el orden individual y colectivo (social, político y religioso). La Escritura 
la denuncia, por ejemplo, en Sb 6, 1-6. Pero el trastorno de las 
relaciones sociales por la perversión de la autoridad y el poder aparece 
en toda su verdad, si lo apreciamos desde las exigencias del Evangelio. 
El Evangelio de Jesús (/Mc/10/35-45) nos coloca en el corazón del 
problema. El deseo de poder de los hijos del Zebedeo indigna al resto de 
los apóstoles que, a su vez, mantienen la misma aspiración. Jesús, 
llamándoles, les dice: «Sabéis que los que son tenidos como jefes de las 
naciones las gobiernan como señores absolutos y los grandes las 
oprimen con su poder. Pero no ha de ser así entre vosotros, sino que el 
que quiera llegar a ser grande entre vosotros será vuestro servidor y el 
que quiera ser el primero entre vosotros será esclavo de todos, que 
tampoco el Hijo del Hombre ha venido a ser servido, sino a servir y a dar 
su vida como rescate por muchos». 
PODER/SERVICIO: Jesús señala la profunda contradicción existente 
entre la actitud evangélica de servicio a los demás y una interpretación 
de la autoridad como poder y mando en provecho propio. En nuestro 
tiempo, la autoridad como servicio tiene en el orden social y político un 
nombre: la participación (GS31) (69). 

50. El creyente ante el abuso de autoridad y la idolatría del poder 
político 
La corrupción del poder culmina cuando éste se ejerce contra los 
creyentes (los «santos»), los pobres de Yahvé (Jn 16, 2; Mt 10, 17 ss; Lc 
6, 26). El capítulo 7 del libro de Daniel -esbozo de teología de la historia 
aplicable a cualquier tiempo- pone de manifiesto la dura condición 
histórica del creyente ante este forma de idolatría que hace del poder 
una bestia. En este relato, las bestias (que simbolizan reyes, naciones, 
imperios...) atacan a «los santos del Altísimo» (vv. 18-25); éstos resisten 
en todo tiempo a la idolatría de la bestia, expresada incomparablemente 
en Ap 13, 4: «¿Quién como la Bestia?». Pero, en tales circunstancias 
surgirá siempre un enviado de Dios que asuma y encarne la función de 
Miguel, que significa ¿Quién como Dios? Ambos gritos recorren la 
historia de los hombres de un extremo a otro del tiempo (70). 

51. La Bestia y el Hijo del Hombre, frente a frente: «¡No serviré!» 
«¡Serviré!» 
La Bestia no sirve a nadie. Encarna históricamente el grito satánico: 
¡No serviré! Es la suprema manifestación de poder («señores 
absolutos», Mc 10, 42), poder que termina oprimiendo al hombre, 
particularmente a los débiles y pequeños. El Hijo del Hombre ha venido, 
por lo contrario, a servir, y en este servicio al hombre que, en el fondo, 
es amor, el hombre recupera su verdadero rostro. La paradoja 
evangélica consiste en que el hombre se humaniza sirviendo, es decir, 
amando. Y así cumple la voluntad de Dios, se diviniza (71). 

52. Cristo, sirviendo, revela al rostro más perfecto de lo humano 
En el mensaje simbólico del sueño de Daniel (cap. 7) las figuras del 
anciano y del Hijo del Hombre (figuras humanas) aparecen como 
contrapunto dialéctico de esas otras figuras no humanas o, mejor, 
inhumanas, bestiales: sólo lo divino es profundamente humano y el 
hombre, cuando se aparta de Dios, se degrada hasta la condición de 
bestia. La expresión semita «Hijo del Hombre» equivale ordinariamente a 
Hombre. Según ello, la definición propia del hombre no es la bestia, sino 
el Hijo del Hombre. Cristo, de una forma inconcebible para el mundo 
(¡sirviendo!), deja al descubierto el rostro más perfecto de lo humano: 
«Cristo revela plenamente el hombre al hombre» (GS 22). Desde ahí 
podemos rastrear lo hondo de la perversión en el modo de entender y 
ejercer los hombres el poder y la autoridad (72). 
........................................................................

TEMA 27 

OBJETIVO: 
DESCUBRIR QUE, POR EL PECADO DEL HOMBRE, 
LA AUTORIDAD DEGENERA EN DOMINIO DEL HOMBRE SOBRE EL 
HOMBRE 

PLAN DE LA REUNION 
* Oración inicial. 
* Presentación de Dn 7. 
* Canción adecuada. 
* Presentación de Mc 10,35-45. 
* Comentario: ¿qué significa hoy? 
* Oración comunitaria. 

PISTA PARA LA REUNION 
* Presentación (y lectura) de Dn 7 y Mc 10,35-45, destacando 
la importancia y significado de los dos símbolos: la Bestia 
y el Hijo del Hombre.