1. JUEZ DE JUECES
La justicia en el mundo ya no es justicia, Señor. Los caminos de los hombres se han torcido, y aquellos que habían de tomar tu puesto para resolver disputas y traer la paz se han corrompido y han cedido a la corriente de egoísmo que les hace buscar ganancias sórdidas traicionando a la justicia a la que juran servir. Los tribunales de justicia se han hecho a veces guaridas de opresión. Los pobres buscan alivio en la justicia, y sus penas aumentan en vez de resolverse. Falta la honradez en aquellos que más deberían tenerla.
«¿Hasta cuándo daréis sentencia injusta poniéndoos de parte del culpable? Proteged al desvalido v al huérfano, haced justicia al humilde y al necesitado, defended al pobre y al indigente, sacándolos de las manos del culpable. Pero sois ignorantes e insensatos, camináis a oscuras, mientras vacilan los cimientos del orbe».
En nombre de los oprimidos, Señor, pido justicia. Da sabiduría y valor a tus jueces para que reconozcan la inocencia, denuncien la culpa y pronuncien sentencia sin temor ni favor. Haz que vuelvan a inspirarle confianza a tu pueblo y enciendan un rayo de esperanza en una sociedad que ha perdido el sentido de la equidad. Que vuelva a reinar la justicia sobre la tierra, Señor, como señal y prenda de tu divina justicia en los cielos.
«Levántate, oh Dios, y juzga la tierra, porque tú eres el duerio de todos los pueblos».
CARLOS G. VALLÉS
Busco tu rostro
Orar los Salmos
Sal Terrae. Santander 1989, pág. 157