Rm 13. 11-14

1. Palabras aún actuales. "Señores de la sociedad industrializada, dice Pablo. No estéis aturdidos por el consumo. Valorad el tiempo que os ha tocado vivir, lleno de riesgos y de posibilidades. Cierto que hay noche todavía, pero hay también mucha luz. Sed dignos, lúcidos, luminosos. No viváis para el consumo de cada día, para el placer de cada noche, para la violencia de cada hora. Vivid para el Señor Jesucristo".

(_CARITAS/83-2.Pág. 12) ........................................................................

2. CSO/VIGILANCIA 

"Daos cuenta del momento en que vivís". Es fácil criticar a los demás, quejarse de nuestro tiempo y de lo mal que van las cosas. Una actitud que desemboca en el pesimismo, la inoperancia y la "salvación personal" en el sentido más peyorativo e insolidario (situarme yo, pasarlo lo mejor posible, desinteresado de los demás y de la colectividad). Es una vida inconsciente, poco humana y poco cristiana: "ya es hora de espabilarse" y luchar a pleno día. Pero el combate constante se nos hace pesado y a la larga nos punza la tentación de dejarlo para los jóvenes y los inconformistas sistemáticos. El cristiano es un hombre atento, despierto, luchador.

(·TOTOSAUS-J._MI-DO/80/22) ........................................................................

3.TIEMPO.SALVACIÓN.

Este pasaje de Rm vuelve a tomar y explicar la afirmación fundamental de 12. 1-2, comienzo de la segunda parte de la carta: el que de verdad se cree creyente debe hacer vida y concretar en la realidad el hecho de que, por creer, ya no puede vivir como los que no creen. Es decir, que creer en Jesús conlleva una actitud, una toma de postura bien definida: vivir en esta vida teniendo presente que pensar con los criterios de la sociedad injusta es no darse cuenta del "tiempo" en que vivimos, del tiempo de la salvación, del tiempo de Jesús. Aquí, las "actividades de las tinieblas" hacen referencia no sólo a la vida a veces desenfrenada de los paganos (hay que pensar en Nerón yendo por las tabernas nocturnas de Roma: Suetonio, Nero, XXVI), sino al mismo ser pagano que es tinieblas. El creyente que vive a lo pagano es una contradicción en vida. Para mantener la fe hoy, y para darle nuevo aliento, es preciso caer en la cuenta de que ser cristiano implica una gran serie de exigencias de tipo espiritual y también moral.

Al hablar de futuro, de esperanza, es preciso contar con un mínimo de ascesis. Es hora ya de abandonar tanta teoría sobre la bondad de la vida instintiva. Sin control personal no hay ejercicio de la responsabilidad ni buena vivencia del amor. Aquí es donde el creyente toma en serio eso de que vivimos en los últimos tiempos, en los días de la esperanza.

(_EUCA/89/55) ........................................................................

4. D/HISTORIA HT/D MOMENTO ACONTECIMIENTO

-La carta debió ser escrita por Pablo en Corinto durante el invierno del 57-58, a punto de partir para Jerusalén, desde donde espera ir a Roma y de allí a España. El "momento" parece indicar los últimos días, la era escatológica, inaugurada por Cristo, que se contrapone al tiempo anterior. Se trata del tiempo de la Iglesia. La conciencia que el cristiano tiene de la importancia de este tiempo debe influir poderosamente en su actuar como hijo de la luz.

La Biblia no concibe a Dios en abstracto como podían hacerlo Platón o Aristóteles, sino que lo percibe y lo entiende en el marco de sus intervenciones acá en la tierra, que convierte la historia del mundo en historia de salvación, puesto que parte de ésta se da en la historia. Frente a los ciclos cósmicos de eterno reposo de las cosas, en la Biblia domina la concepción de que los jalones son acontecimientos únicos que no se repiten. La humanidad se enriquece poco a poco acumulando experiencia y, así, se hace posible el progreso y una marcha hacia la plenitud final que no es la vuelta al principio.

El "día-de-Yahvé", cuya fecha es desconocida, será comienzo de una nueva era de justicia y felicidad, de nuevos cielos y nueva tierra. De los textos no se puede sacar una satisfacción de la curiosidad sobre el momento final, sino únicamente la conciencia de las exigencias espirituales que comporta el tiempo en que vive. Jesús, que vive en el tiempo histórico (6 a.C al 30 d.C.), divide la historia en antes y después e inaugura el tiempo del cumplimiento, el tiempo de la Iglesia. Los últimos tiempos están sólo inaugurados, pero todavía no se palpan todos sus frutos. Es el "ya" pero "todavía no" en el que la conversión a Dios se realiza a través del seguimiento de Jesús. La venida del Hijo del Hombre, de la que el cristiano está en espera continua, define a Cristo como el alfa y omega de la historia humana.

El cristiano, hijo de la luz e hijo del día (1Ts/05/04-08), no puede dormirse o alienarse. Su fe, su esperanza y su caridad han de estar vivas y dar sus frutos: bondad, justicia y verdad. Las obras de las tinieblas han de ser denunciadas (Ef 5. 8-15). Su armamento será la palabra de Dios (Ef 6. 17) que le ayudará a leer en cristiano lo que sucede y a interpretar los signos de los tiempos.

(_EUCA/86/56) ........................................................................

5.

En aquella hora trágica del huerto de Getsemaní (Mt 26, 36-46; Mc 14, 32-42; Lc 22, 39-46), con el sabor amargo de la traición y el fracaso en el paladar, pero con la seguridad de saber que el amor es más fuerte que la muerte, Jesús pidió a los tres discípulos que tenía más cerca que se mantuviesen despiertos ("Me muero de tristeza. Quedaos aquí y manteneos despiertos conmigo": /Mt/26/38); esto es: los invita a que lo sigan y lo acompañen hasta la muerte, hasta dar la vida, si ello era preciso, para que en el mundo los hombres pueden vivir como hermanos.

Estar despiertos significa, por tanto, acompañar a Jesús de Nazaret en su duro camino hacia Jerusalén hacia la cruz. No dejarlo solo ante su muerte, punto culminante de su lucha contra el orden injusto -el desorden establecido- de esta sociedad. Estar despiertos, estar despabilados comporta el no dormirse en los laureles cuando nos dicen y se empeñan en hacernos creer que todo va bien.

Estar despiertos equivale a no poner límite al amor; a no dejar que nos distraigan de nuestro objetivo como cristianos, a estar siempre atentos para descubrir y luchar contra lo que impide la fraternidad y apoyar con todas nuestras fuerzas lo que la favorece. Estar despiertos es jugarse el tipo por cualquier cosa que pueda contribuir a la felicidad de los hombres, especialmente de aquellos que viven más lejos de la alegría. Estar despiertos, estar despabilados, es moverse, mantenerse ocupados en realizar el bien común, aunque, por movernos, no salgamos en la foto. Estar despiertos es ponerse a trabajar sin descanso para que el viejo ideal de Isaías, englobado dentro de la propuesta de Jesús, se vaya haciendo realidad...

(RAFAEL J. ·GARCIA-AVILES-R/A.Pág. 19) ........................................................................

6.

La palabra de Dios siempre nos sacude y «espabila». No se puede vivir inconscientes, amodorrados o aturdidos. Hay que vivir despiertos y vigilantes. En todos los acontecimientos hay anuncios de salvación, que tenemos que descubrir. La palabra de Dios nos alerta sobre el consumo: «nada de comilonas...». El desenfreno hoy es una epidemia: desenfreno en el tener, en el placer, en el gastar, en el jugar, en el reñir, en el cuidado del cuerpo, en la moda... ¡cómo necesitamos la austeridad! La esperanza es vigilante y austera.

«Vestíos del Señor Jesucristo». Vivid en el Señor Jesucristo y para el Señor Jesucristo. Este es el gran mensaje para Adviento y Navidad. Llenaos de los sentimientos y actitudes de Jesucristo. Que Jesucristo nazca en vosotros.

(_CARITAS/89-2.Págs. 18 s.) ........................................................................

7.

Una llamada a la vigilancia, porque «la salvación está más cerca». Por eso no se puede dormir o vivir distraídos o despistados. Una llamada a la preparación, para andar «como en pleno día, con decoro», con todas las puertas abiertas y las lámparas encendidas. Una llamada a la conversión; hay que despojarse de «las obras de las tinieblas», de nuestra vida oscura, apagada y triste, de nuestras codicias y nuestros orgullos, de nuestros consumos y nuestras esclavitudes, de nuestras competencias y nuestras envidias, de nuestras indiferencias y nuestras insolidaridades. Una llamada a revestirse de Jesucristo, a tener los sentimientos y los ideales de Cristo, a vivir como testigos de Cristo, a ser Cristo.

(_CARITAS/92-2.Págs. 92) ........................................................................

8.

Romanos, como muchas cartas de Pablo, tiene una última parte más de tipo práctico, exhortatorio o parenético, que trata de temas más bien éticos como una especie de consecuencia de los principios expuestos en otras acciones del escrito. El apóstol anima a sus cristianos y comunidades a conductas conformes a su ser básico.

Una motivación es la que aparece en esta perícopa: la situación "escatológica" del cristiano. Prescindiendo aquí de si Pablo esperaba una próxima venida del Señor -en la época en que escribe Romanos probablemente ya había abandonado esa idea, o al menos, no insiste en ella-, lo cual, por otra parte, no es una motivación para la ética demasiado buena, ni entonces ni ahora, hay que entender bien lo de "escatológico". No es algo futuro o por venir, sino que el cristiano vive, vivimos, ya en la situación definitiva que Cristo ha traído y hemos aceptado con nuestra incorporación a El en el bautismo y en la fe. No es de esperar nada nuevo, sino que se han de explotar las virtualidades de esta situación, en la época de su perfecta realización.

Ya hemos visto la luz del día -en el lenguaje metafórico que Pablo usa aquí- y por lo tanto lo lógico es vivir como quien ve de qué se trata en esta vida. O sea, hemos de vivir como Cristo. No sólo en una imitación externa, sino como quienes se han revestido de El. Esta nueva metáfora es que participamos de su modo de ser y existir, y por tanto de su conducta que básicamente se centra en el amor. Pablo pone ejemplos (v. 13) de esta conducta, pero no conviene dejarse engañar; somos meros ejemplos y no las conductas éticas más importantes. Hay una prevención general contra el egoísmo del yo ("el cuerpo"), no fomente conductas no éticas o conformes con el amor. Ello es un peligro real. Pero lo esencial es la motivación de esa ética cristiana, la unión con Cristo, el ser cristiano, la participación en la vida del Resucitado. Eso es lo realmente importante. Lo demás vendrá por añadidura.

(·PASTOR-F._DABAR/92/01) ........................................................................

9.

1.- Esta lectura pertenece a la segunda parte de la carta de Pablo a los fieles de Roma. En la primera parte (1, 18-11, 36) les ha dicho lo que ya son los cristianos, ahora les dice lo que deben de ser. Pues la fe cristiana no es un estado o situación establecida de una vez por todas, sino una vida y un proceso en permanente evolución para responder día a día a las sorprendentes llamadas de un Dios que siempre está viniendo. Tampoco el Evangelio es simplemente el anuncio de lo que ya ha sucedido, es también promesa pendiente de lo que aún ha de suceder y el imperativo de un deber que es preciso cumplir. El motivo poderoso que impulsa la vida de fe es la venida inminente del Señor.

La expectación de Pablo y de los primeros cristianos, que vivían en vilo esperando esa venida del Señor, parece para nosotros agua pasada. Diríase que el Señor se ha retardado, diríase que nosotros nos hemos dormido cansados de tanto esperar. Sin embargo, lo cierto es que vivimos en el principio del fin. Pues nada puede ocurrir ya verdaderamente decisivo después de la muerte y resurrección de Jesús; todo lo demás, con ser importante en gran manera, son consecuencias de este suceso de salvación. A gran manera, son consecuencias de este suceso de salvación. A nivel individual, lo decisivo de nuestras vidas es la incorporación a Cristo y a su pascua por la fe y el bautismo. De ahí se sigue, por lo tanto, la urgencia de vivir atentos a los siglos de los tiempos y los días para responder al Señor que viene y nos llama.

2.-El cristiano vive siempre entre dos luces, entre la primera y la segunda venida del Señor. Es el momento crítico de nuestra responsabilidad, la hora de levantarse: la noche ya ha pasado, el día se echa encima. Es la hora de despojarse de todo lo que es propio de la noche y vestirse con las ropas del día, que son las armas de la luz. La nueva vida que hemos recibido en el bautismo sólo podemos mantenerla y llevarla a su plenitud si luchamos con garbo y constantemente. Por eso es preciso armarse de valor y equiparse con todas las virtudes.

3.- El que vive a plena luz del día que amanece para nosotros en Cristo muerto y resucitado, camina con dignidad porque no tiene nada que esconder.

4.- En cambio, los que aún se mueven en las tinieblas, esconden en ellas sus pecados. Siguiendo con su metáfora, Pablo enumera aquí únicamente aquellos pecados que los hombres suelen cometer en la oscuridad de la noche: las borracheras, la prostitución, las riñas y pendencias... En general, podemos afirmar que es propio del pecado esconderse incluso a los propios ojos del pecador.

5.- Pablo vuelve a recoger la imagen del vestido. Jesucristo ha de ser para el cristiano su vestido, el único decoro y la única armadura. Ha de ajustar su conducta a la de Cristo y desnudarse de los viejos hábitos. Jesucristo es la Ley, toda la voluntad del Padre cumplida. Seguir a Jesucristo, imitar a Jesucristo, es cumplir la voluntad de Dios y darla a conocer a los hombres.

(_EUCA/80/55) ........................................................................

10.

-"Daos cuenta del momento en que vivís": Pablo exhorta a la comunidad cristiana de Roma a darse cuenta de que está viviendo ya en los tiempos definitivos, en los tiempos finales. El cristiano se sitúa siempre en este tiempo decisivo y, por tanto, vive en la tensión de la exigencia de ser un testimonio coherente de la fe. Este tiempo ha empezado con la muerte y la resurrección de Cristo; en El Dios ha pronunciado la palabra definitiva sobre el hombre y su historia.

-"Ya es hora de espabilarse": Pablo recurre a las imágenes de la apocalíptica para describir este tiempo definitivo: es el inicio del día, que reclama al hombre la decisión dificultosa de dejar el sueño y emprender la lucha diaria. Día y noche, oscuridad y luz, son imágenes de la opción clave entre el bien y el mal que el hombre ha de realizar. La referencia a la oscuridad queda completada con la descripción de algunos vicios.

-"Vestíos del Señor Jesucristo": El hombre a quien el día sorprende durmiendo aún va sin vestir y no se encuentra preparado para la lucha. El cristiano por el bautismo se ha revestido de Cristo y no tiene que abandonar ese vestido si quiere estar a punto para el tiempo decisivo.

(·NASPLEDA-J._MI-DO/89/23)