¡Siempre se gana al testificar!
MARCOS 16:15 Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.
16:16 El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.
Creo que al final del camino el premio no será por lo encontrado, sino por haber buscado honestamente; y el castigo no será por lo no encontrado, sino por no haber buscado.
¡Siempre se gana al testificar!
Nuestra principal labor es predicar el Evangelio, y lo segundo es intentar convertir a quienes se lo predicamos. En cierto modo, ganar almas es en realidad cosa de Dios, pero tú debes ser el medio, el instrumento. A ti te corresponde exponerles los hechos y la verdad, demostrarles amor y hacerles ver a Dios. Si lo haces, ya has cumplido con tu deber. Como es natural, tú esperas convertirlos a Cristo, pero en realidad esa es tarea del Espíritu Santo. Ellos tienen que decidir por su cuenta. Tal vez no siempre ganes un alma, pero sí ganarás el favor de Dios al demostrar obediencia y testificar. Ya sea que se salven o no, la tarea está cumplida. ¡Y ya sea que a ti, o a ellos, les guste o no, a Dios le gusta! Y si lo aceptan, a ellos también le gustará. ¡Pero aun cuando no acepten tus palabras, no habrás perdido nada, porque nunca se testifica inútilmente! Solamente con mostrarles el amor de Dios y compartir con ellos Su Palabra, predicándoles el Evangelio, ya habrás logrado tu propósito. Lo que hagan luego es responsabilidad de ellos. "El amor nunca deja de ser" (1Cor.13:8), ¡y por eso no puedes perder! Estamos del lado de Dios, y Él jamás pierde; de un modo u otro siempre acaba ganando. ¡Así pues, testificar y ganar almas siempre da resultado y nunca es en vano! ¡Tenemos una empresa que no puede fracasar! ¿Quieres ganar con nosotros?