Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 7, 21-27
No todo el que me diga: "Señor, Señor", entrará en el Reino de
los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial. Así
pues, todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica,
será como el hombre prudente que edificó su casa sobre roca: cayó la
lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, y embistieron
contra aquella casa; pero ella no cayó, porque estaba cimentada
sobre roca. Y todo el que oiga estas palabras mías y no las ponga en
práctica, será como el hombre insensato que edificó su casa sobre
arena: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos,
irrumpieron contra aquella casa y cayó, y fue grande su ruina.
Oración introductoria
Jesús, me pongo en tu presencia y me acerco como un amigo que busca
platicar un rato. Yo sé que en tu corazón puedo hallar la luz en
este camino. Bendice a mi familia, a mis padres y amigos. Te ofrezco
esta meditación por aquellas personas que sufren las consecuencias
de la inseguridad y que a veces por las dificultades no te escuchan.
Abre mi corazón para que como buen constructor pueda edificar mi
casa, mi vida de la mejor manera.
Petición
Señor, quiero construir la casa de mi vida. Muéstrame cómo comenzar
a hacerlo.
Meditación
Amigos míos, se impone una pregunta: “¿Cómo construir esta casa?".
Es una pregunta que seguramente ya os habéis planteado muchas veces
en vuestro corazón y que volveréis a plantearos muchas veces. Es una
pregunta que es preciso hacerse a sí mismos no solamente una vez.
Cada día debe estar ante los ojos del corazón: ¿cómo construir la
casa llamada vida? Jesús, cuyas palabras hemos escuchado en el
pasaje del evangelio según san Mateo, nos exhorta a construir sobre
roca. En efecto, solamente así la casa no se desplomará.
Pero ¿qué quiere decir construir la casa sobre roca? Construir sobre
roca quiere decir ante todo: construir sobre Cristo y con Cristo.
Jesús dice: “Así pues, todo el que oiga estas palabras mías y las
ponga en práctica, será como el hombre prudente que construyó su
casa sobre roca” (Mt 7, 24). Aquí no se trata de palabras vacías,
dichas por una persona cualquiera, sino de las palabras de Jesús. No
se trata de escuchar a una persona cualquiera, sino de escuchar a
Jesús. No se trata de cumplir cualquier cosa, sino de cumplir las
palabras de Jesús. (Benedicto XVI, Encuentro con los jóvenes,
Cracovia sábado 27 de mayo de 2006).
Reflexión apostólica
Todos queremos una vida feliz, pero la construcción de esta
felicidad requiere su tiempo y esfuerzo. ¿Cómo lograrlo?, ¿Qué hago
para que Cristo se convierte en centro de la vida? Es más fácil de
lo que se piensa. Basta sonreír cuando estamos con alguien más,
compartir nuestro tiempo con los demás, escuchar con atención a
nuestros hijos o amigos, aprovechando bien el tiempo en las labores
del hogar o de la escuela, incluso con un pequeño detalle con Dios,
un misterio del rosario, unos minutos de silencio y oración. Son
estos, los detalles que dan soporte a una vida con Cristo, una vida
feliz y sólida.
Propósito
Me detendré en una Iglesia a visitar a Cristo Eucaristía como
muestra de que Él es el fundamento de mi vida.
Diálogo con Cristo
¡Cuán grande gozo y paz saberse acompañado por Ti! No importa lo que
me pase en el día, sé que nada puede turbar mi corazón cuando estoy
seguro de que vas a mi lado. Pueden venir tinieblas, momentos de
dificultad, problemas, lo que sea; y sin embargo, Tú estás ahí.
Gracias por ser ese amigo, esa mano que me alienta cada vez que
siento que caigo. Concédeme en este día mostrarte mi cariño y mi
agradecimiento con este momento de oración.
“Abramos a Jesús nuestras casas, nuestros corazones;
escuchemos sus palabras. Esta es la «parte buena», la que da sentido
a nuestra vida. Que Dios nos dé la fuerza para buscarla” (Benedicto
XVI)