El Reino de Dios entre nosotros
Fuente: Catholic.net
Autor: P. Juan Gralla
Lucas 17, 20-25
En aquel tiempo, a unos
fariseos que le preguntaban cuándo llegaría el Reino de Dios, Jesús les
respondió: El Reino de Dios viene sin dejarse sentir. Y no dirán: "Vedlo aquí
o allá", porque el Reino de Dios ya está entre vosotros. Dijo a sus
discípulos: Días vendrán en que desearéis ver uno solo de los días del Hijo
del hombre, y no lo veréis. Y os dirán: "Vedlo aquí, vedlo allá." No vayáis,
ni corráis detrás. Porque, como relámpago fulgurante que brilla de un extremo
a otro del cielo, así será el Hijo del hombre en su Día. Pero, antes, le es
preciso padecer mucho y ser reprobado por esta generación.
Reflexión:
El Reino de Dios ya está entre nosotros, aunque no completamente. Está entre
nosotros porque Jesús ya ha venido a la tierra y nos ha dejado su presencia.
Pero todavía falta algo. Es necesario que el Reino llegue al corazón de cada
hombre. Sólo entonces podremos decir que ya ha llegado en toda su plenitud.
Jesús advierte que no se trata de un reino de ejércitos, de emperadores, de
palacios, etc. sino que es algo mucho más sutil, menos notorio. Es un gobierno
sobre los corazones, cuya ley es la caridad y Cristo es el soberano.
Dejar que Jesús reine en mi alma significa abrirle las puertas para que Él
haga lo que quiera conmigo. Y El sólo entra y se queda a vivir si encuentra un
alma limpia, es decir, sin pecado. Un alma en pecado es un lugar inhabitable
para Dios. Por eso decimos que hay que vivir en continua lucha con nuestro
peor enemigo, que es el pecado, porque sólo él nos aleja de Dios, la meta de
nuestra vida.
¡Cómo sería el mundo si todos los hombres viviesen en gracia, en amistad con
Dios! ¡Qué diferentes serían las cosas si todos los países adoptaran el
mandamiento de la caridad universal como ley suprema!
Entonces, sí que podríamos decir que el Reino de los cielos ha llegado a la
tierra. Empecemos por nuestro corazón y por nuestra casa.