En aquel tiempo, había una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba
allí. Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda. Faltó el
vino, y la madre de Jesús le dijo: «No les queda vino». Jesús le contestó:
«Mujer, déjame, todavía no ha llegado mi hora». Su madre dijo a los
sirvientes: «Haced lo que él diga». Había allí colocadas seis tinajas de
piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una.
Jesús les dijo: «Llenad las tinajas de agua». Y las llenaron hasta arriba.
Meditación
Jesús hace su primer milagro y con él, comienza su vida publica. Es
sorprendente cómo este primer milagro es consecuencia de un acto de obediencia
a su madre. Pero lo más sorprendente es la actitud de la Virgen. Cuando le
pide el milagro, Jesús no quiere «Todavía no ha llegado mi hora» y ella le
roba el milagro. Sabe que sí ha llegado esa hora y el hijo de Dios no deja mal
a su madre. Pero además Jesús obedece del todo, les regala un vino
infinitamente mejor que el que se sirvió en la boda. No hace las cosas a
medias, las hace bien.
Cuando pedimos algo a Dios, solemos pedir por y para los nuestros. Maria tiene
un corazón que ama profundamente y por eso ve las necesidades de los demás,
por eso pide para los demás.
Quizá si saliésemos un poco de nosotros mismos y nos fijásemos un poco más en
los demás seríamos capaces, como María, de ver esas necesidades ajenas y poder
ayudar un poco, poder dar un poco, amándonos los unos a los otros como Él nos
amo... hasta el extremo.
Oración
Jesús, ayúdame a amar profundamente y aumenta mi generosidad.
Actuar
Haré un acto de generosidad a alguien que vive junto a mí.
Meditaciones publicadas por cortesía del "Misal-Meditación"