TEMA III LA A.C. : FORMADORA DE LAICOS
1.- OBJETIVO:
Suscitar en cada militante, la formación progresiva, integral y permanente, para insertarnos comprometidamente en la la tarea evangelizadora, asumiendo el papel que nos corresponde, que fue diseñado en el Concilio Vaticano II y que su S.S. Juan Pablo II ha reiterado a lo largo de su pontificado.
2- REVISION DEL TRABAJO PERSONAL
Quienes participamos podemos comentar nuestras
experiencias sobre la tarea anterior.
3.- PARTIR DE LA EXPERIENCIA Y REVIVIRLA
Voluntariamente responderemos con sinceridad a las siguientes preguntas.
a) ¿Consideras que para el cumplimiento de tu misión específica, dentro de la Acción Católica, estás completamente preparado?
4.- DOCTRINA O CONTENIDO DEL TEMA
Lectura compartida: cada quien leerá un párrafo.
Al final se harán los comentarios.
- La recopilación del siguiente material ha sido proporcionada por Mons. Carlos Talavera -
“El cuarto criterio de eclesialidad, la conformidad y participación en el fin apostólico de la Iglesia, pertenece a las características constitutivas de la Acción Católica y se concreta en los compromisos de evangelización y santificación, y por tanto de formación cristiana de las conciencias cuya centralidad y urgencia han sido subrayadas”. (A la ACI 24.4.89)
“La caridad, fruto del amor de Dios infundido con el don del Espíritu Santo en nuestros corazones, representa, en efecto, la verdadera fuerza de la Iglesia y de todo organismo que vive en la Iglesia.
Esta debe constituir el objetivo primario del trabajo formativo que se desarrolla en vuestra asociación -particularmente por obra de vuestros sacerdotes asistentes- y al mismo tiempo tiene que sostener y alimentar tanto la unidad interna de la Acción Católica y su total entrega a la comunión eclesial, como el compromiso por la evangelización, estimulando a cada uno de los asociados a la Acción Católica a la más íntima unidad entre la fe y la vida”. (A la ACI 24.4.1992)
“Es necesario en primer lugar, intensificar el esfuerzo en la formación cristiana permanente y global, prestando atención particular a la preparación de los formadores.
La Acción Católica es escuela de formación permanente porque abarca todas las edades y condiciones de vida; es escuela de educación integral -humana, cultural y pastoral- por su mismo fin, que es el fin global apostólico de la Iglesia.
Poned en el centro de todos vuestros proyectos formativos el primado de la vida espiritual, tal como lo exige la respuesta que todos, como bautizados, hemos de dar a la llamada fundamental a la santidad” (A la ACI 24.4.1992)
4. La Acción Católica debe ser Escuela de Evangelización.
“Es preciso, además, que haya un esfuerzo más decidido por lograr la inteligencia de la fe y la evangelización de la cultura, que exigen un conocimiento amoroso y maduro de la verdad cristiana, una lectura sabia de la realidad social e histórica y una capacidad de diálogo y comunicación con todos en la lógica de la fidelidad plena a Dios y al hombre.
Con estas condiciones, la Acción Católica puede llegar a ser una escuela auténtica de evangelización, enraizada en la escucha de la Palabra de Dios y en la catequesis.
Así será capaz de evangelizar especialmente a cuantos se han alejado de la fe y de la práctica de la vida cristiana.
Debéis ser, como Acción Católica y, por tanto, en vuestra realidad comunitaria, sujetos activos de evangelización, promoviendo iniciativas principalmente a nivel parroquial, que os permitan expresar vuestra generosa capacidad misionera abierta a todos.
Por lo demás, ¿no es la evangelización vuestra primera finalidad? No basta que cada uno de los miembros evangelice, sino que es preciso que lo haga la asociación como tal, de forma solidaria y «a la manera de un cuerpo orgánico» (AA 20)”. (A la ACI 24.4.1992)
5. La Acción Católica debe dar Educación Social y Política.
“Si tenéis claras las orientaciones que vuestros pastores han afirmado en repetidas ocasiones sobre la unidad de los creyentes en la defensa y promoción de los valores humanos y evangélicos imprescindibles, os resultará fácil obrar responsablemente a favor de la educación de los fieles en la esfera social y política, por medio del conocimiento, la profundización y la difusión de la doctrina social de la Iglesia, a cuya elaboración la Acción Católica ha dado siempre una aportación constante”. ((A la ACI 24.4.1992)
6. La Acción Católica debe ser Escuela de Formación Espiritual, Doctrinal y de Acción.
“El impulso misionero es proporcional a la «conciencia de verdad» (cf. discurso de Loreto).
A fin de que la Acción Católica comparta con todos sus componentes el sentido de responsabilidad por la verdad cristiana y pueda ser su Anunciadora y Testimonio cualificado en el seno de las complejas problemáticas actuales, vuestras asociaciones están llamadas a convertirse en auténticas escuelas de formación doctrinal, además de espiritual, y no sólo por las verdades a creer, sino también por el comportamiento a observar”. (A la ACI 25.4.1986)
7. Formación y Acción.
“Esta dimensión formativa se entendería evidentemente de forma restringida y errónea si quedase aislada de aquella actividad, de ‘acción’ justamente, como dice el nombre mismo de vuestra asociación, o peor, si se opusiera absurdamente a la misma.
Al contrario, como la formación es la raíz misma de la misionariedad, así también la misma formación debe ser intrínsecamente misionera, orientada a la acción apostólica. De ahí procede también la amplitud de su aliento.
Una auténtica formación de laicos de Acción Católica debe abrazar, junto a las temáticas espirituales y teologales, la doctrina social de la Iglesia y todo lo que ayuda a capacitarlos para introducir la fuerza redentora del Evangelio en el seno de las realidades temporales”. (A la ACI 25.4.1986)
Ser laico es una condición
sacramental de servicio,
una condición carismática de
libertad,
un testimonio evangelizador del
mundo,
una presencia eclesial de
corresponsabilidad.
5.- ENCUENTRO CON LA PALABRA DE DIOS
Nos ponemos de pie.
Alguien lee el siguiente pasaje de la Sagrada Escritura.
“Así prepara a los suyos para las obras del ministerio en vista de la construcción del cuerpo de Cristo, hasta que todos alcancemos la unidad en la fe y el conocimiento del Hijo de Dios y lleguemos a ser el Hombre perfecto, con esa madurez que no es menos que la plenitud de Cristo.
Entonces no seremos ya niños a los que mueve cualquier oleaje o viento de doctrinas o cualquier invento de personas astutas, expertas en el arte de engañar.
Estaremos en la verdad y el amor, e iremos creciendo cada vez más para alcanzar a aquel que es la cabeza, Cristo.
El hace que el cuerpo crezca, con una red de articulaciones que le dan armonía y firmeza, tomando en cuenta y valorizando las capacidades de cada uno.
Y así el cuerpo se va construyendo en el amor.”
(Efesios 4, 12-16)
6.- SILENCIO Y REFLEXION
Guardamos silencio para acoger la Palabra de Dios.
7.- CONFRONTAR NUESTRA REALIDAD PERSONAL
CON LA PALABRA DE DIOS
Todos podemos compartir nuestra reflexión en el
encuentro con la Palabra de Dios.
a) Describe con una palabra, lo que requieres para
emprender la tarea de formación.
8.- ORACION COMUNITARIA
Haremos en voz alta – personal y voluntariamente –
la oración que Dios haga surgir en nuestro corazón.
9.- TAREA
a) Analizar lo que, sobre la formación, S.S. Juan Pablo II nos presenta en los números 57, 58 y 59 de la Exhortación Christifideles Laici.
10.- CANTO Y DESPEDIDA
Mientras recorres la vida, tú nunca solo estás,
contigo por el camino, Santa María va.
SANTA MARIA, VEN!
SANTA MARIA, VEN!
lucha por un mundo nuevo; lucha por la verdad.
III
Si por el mundo los hombres, sin conocerse van,
no niegues nunca tu mano, al que contigo está.
IV
Aunque parezcan tus pasos, inútil caminar,
ACCION CATOLICA MEXICANA
JUNTA NACIONAL - COMISION DE ESTUDIO
TALLER PREPARATORIO PARA ASAMBLEAS