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Historia
y doctrinas |
Un estudio completo sobre los origenes y contradicciones de la organización. |
Ante su proselitismo, que amenaza especialmente a las capas más ignorantes de la población, es bueno conocer su origen e historia a través de los "presidentes", la doctrina jehovista, y las contradicciones que manejan acerca de la Escritura, Dios, El nombre de "Jehová", la Trinidad, Cristo, El orden sobrenatural, Adán, Eva y el demonio, etc.. con sus continuos cambios en la doctrina del grupo, así como algunas cuestiones "conflictivas": las transfusiones de sangre, el rechazo de la cruz o el respeto de los símbolos patrios.
Cuando en alguna reunión de amigos se habla de visitas domiciliarias, o cuando en nuestros barrios vemos grupos de personas, que de dos en dos y munidas de negros portafolios recorren prolijamente la puerta de cada una de las casas, inevitablemente nuestro pensamiento se dirige a los Testigos de Jehová; incansables visitadores domiciliarios que semana a semana llaman a la puerta de los hogares de los grandes centros urbanos, ofreciendo el último número de "Atalaya" o "¡Despertad!".
Esta referencia es en realidad, de suyo, inevitable ya que en realidad estamos ante una de las más exitosas empresas de distribución domiciliaria de bibliografía religiosa: la Watchtower Bible and Tract Society', creada por Charles Russell en 1880, perfeccionada y modernizada después por sus sucesores en la conducción: Joseph Rutherford y Jonatan Knorr.
Dotada con la estructura piramidal propia de las empresas de ventas domiciliarias -jefes de zona, promotores domiciliarios, escuela de capacitación de promotores, manual de ventas...-, la Watchtower es un modelo que, con más de 100 años de probada eficacia, muchas modernas empresas de venta pueden mirar aún hoy con interés. Un modelo que merece ser estudiado seriamente, porque es la matriz sobre la que algunos grupos contemporáneos como la Cienciología o Amway están creciendo vertiginosamente.
A. Origen e historia a través de los "presidentes"
A.1.
Charles Taze Russell
El que con el paso de los años sería el fundador de la "Watchtower"
nació en 1852, en Pittsburgh, Estados Unidos, en el seno de una familia
presbiteriana. Trabajó desde los catorce años, dedicándose al comercio junto
con su padre.
A los diecisiete años, cuando se debatía en medio de serias dudas de fe, se
reencontró con la fe en la inspiración divina de las Escrituras a través de
un sermón adventista. A partir de entonces comenzó a estudiar fervorosamente
la Biblia, llegando a la conclusión de que la creencia en el infierno no está
fundada en el texto bíblico y que el fin del mundo está próximo.
Consecuentemente comenzará a sostener también que los hombres, al interpretar
las Escrituras hemos falseado el sentido de la Palabra de Dios.
Inmediatamente comenzó a predicar sus convicciones, consiguiendo a partir de
esto reunir algunos discípulos con los que se asoció a un grupo adventista de
Rochester dirigido por Nelson Barbour, con quien publicará un libro y una
revista.
Pero finalmente se separó de Barbour en 1878, consagrándose a partir de ese
momento de manera total a la misión de Pastor. De Barbour, Russell adquirió la
convicción (propia del adventismo) de que Cristo ya ha venido por segunda vez
en 1874, aunque de modo espiritual o invisible.
En 1879 se casó con Mary Frances Ackley.
En 1880 fundó la revista que originalmente se denominó "Zion's Watch
Tower", la que a partir de 1939 se llamó "The Watchtower Announcing
Jehovah's Kingdom", más conocida entre nosotros en su versión española:
"Atalaya"
En 1881 Russell lanzó sus "Tracts", una serie de folletos que recogían
sus enseñanzas, para difundir los cuales se sirvió de algunos voluntarios a
los que llamó "pioneros".
El crecimiento y desarrollo de la actividad editorial y de ventas determinó que
en 1884 constituyera en sociedad con su padre, la "Zion's Watch Tower Tract
Society" incorporada en el estado de Pennsylvania, cuya denominación será
a partir de 1896 y hasta el día de hoy "Watch Tower Bible and Tract
Society". En 1909 trasladó su central a Brooklyn, fundando una nueva
sociedad legal en el estado de Nueva York.
En 1914 constituyó en Inglaterra, adonde había llegado en ya 1891, la
"International Bible Student Asociation". En ese momento recorrió
otros países de Europa, realizando paralelamente congresos, lo que acompañó
con la publicación de artículos en algunos periódicos; incluso se dice que él
mismo preparó un fotodrama de la creación en ese tiempo.
En 1888 ya tenía 50 pioneros organizados que trabajaban puerta a puerta y que
recibían el nombre de "vendedores ambulantes".
Fundó además dos compañías gestoras o holding: la "United States
Investment Company" y la "United Cemeteries Company".
Su matrimonio con Mary Frances Ackley duró 18 años. En 1897 su esposa lo
abandonó, solicitando la separación legal en 1903 alegando injurias graves, la
cual le fue acordada en abril de 1906, quedando probados durante el proceso
reiterados actos de adulterio. En 1908 la señora Russell fue favorecida por el
tribunal con una pensión vitalicia, la cual comenzará a cobrar recién en
1909, después de requerir reiteradas intervenciones de la justicia, un embargo,
e incluso una orden de captura contra Russell que no llegó a efectivizarse. Fue
después de estos sucesos que Russell trasladó el cuartel general de la
Sociedad a Brooklyn.
El fundador de los Testigos de Jehová debió afrontar también un proceso por
difamación contra el pastor anabaptista Ross, en el transcurso del cual incurrió
repetidamente en perjurio al afirmar saber griego, latín, hebreo, filosofía y
teología, afirmaciones de las cuales debió desdecirse en el desarrollo del
mismo interrogatorio. También mintió al pretender negar la historia de su
divorcio y la pensión vitalicia que debía a su esposa. Llegó incluso a
afirmar que había sido ordenado pastor, debiendo confesar lo contrario ante la
defensa.
Charles Taze Russell murió el 31 de octubre de 1916, durante uno de sus viajes
de conferencias, a los sesenta y cuatro años de edad. Las crónicas de la
Watchtower afirman que a lo largo de su vida de predicador recorrió más de un
millón de millas, predicó algo así como 30.000 sermones y escribió 50.000 páginas
de libros y folletos.
A.2. Joseph Franklin Rutherford
El segundo presidente de los Testigos de Jehová nació el 8 de noviembre de
1869 en el estado de Missouri, de padres anabaptistas. Llegó a obtener el título
de abogado en el mismo estado, desempeñándose como estenógrafo del tribunal.
Popularmente se lo conocía como "juez Rutherford", aunque en realidad
nunca llegó a ser nombrado juez, sino que a partir de su oficio en los
tribunales ejerció este cargo de modo supletorio en cuatro ocasiones.
Joseph Rutherford tomó contacto con el grupo fundado por Russell a la edad de
veinticuatro años, a través de los libros vendidos por un propagandista. Se
incorporó a los "russellianos" y fue finalmente bautizado en 1906 por
Alexander Hugh Macmillan.
A partir de 1907, en su calidad de abogado, se desempeño como consejero legal
de la Sociedad primero en Pittsburgh y luego en Nueva York. A la muerte de
Russell fue elegido por unanimidad presidente de la sociedad legal "Watch
Tower" en la reunión anual de Pittsburgh, el 6 de enero de 1917, constituyéndose
de este modo en el primer sucesor del fundador.
Pero a poco de asumir la presidencia debió afrontar dificultades, el 8 de mayo
de 1918, junto a otros siete dirigentes de la Sociedad fue condenado a veinte años
de prisión por predicar contra el servicio militar y haber sembrado de este
modo, la insubordinación y la deslealtad en la marina y en el ejército.
Finalmente todos fueron absueltos y puestos en libertad después del pago de una
fianza de 10.000 dólares cada uno.
En septiembre de 1919 organizó un congreso en la ciudad de Cedar Point, Ohio;
allí Rutherford reveló que se daba comienzo a una nueva misión, siendo él el
elegido por Dios para continuar la obra de Russell. Volvió a instalar el
cuartel general en Brooklyn, continuó publicando la revista
"Atalaya", a la que sumó una nueva revista bimensual llamada "La
Edad de Oro", que en 1937 se pasará a llamarse "Consolación" y
desde 1946 "¡Despertad!".
A partir de este momento, la Sociedad comenzó a imprimir sus propios folletos y
periódicos, y más tarde los libros.
Pero Rutherford no se conformó con la palabra impresa, sino que fiel a una de
las características propias de la Watchtower, supo incorporar progresivamente y
de modo exitoso, los nuevos recursos tecnológicos. En 1922 comenzó a
transmitir sus discursos por radio, en 1924 inauguró una emisora radial
propiedad de la Sociedad: la WBBR, en New York. Durante diez años la radio fue
su principal instrumento de propaganda. Finalmente en 1937 renunció a la radio
comercial, a la que reemplazó por el fonógrafo y el camión con altavoces.
Desde 1934 la Sociedad producía fonógrafos portátiles que utilizaban primero
para los estudios bíblicos y luego para la propaganda puerta a puerta. Este
sistema cayó en desuso durante la guerra. De este modo, los Testigos de Jehová,
de la mano de Rutherford fueron los pioneros en la utilización de los medios de
comunicación con fines proselitistas en los Estados Unidos.
En 1917 Rutherford publicó "La realización del misterio de Dios" que
apareció como tomo VII de los "Estudios sobre la Escritura" de
Russell, ya que la presentó como la obra póstuma del "pastor".
Pero quizás la más importante "contribución" suya fue la progresiva
modificación de la organización del grupo originalmente de tipo
congregacionalista bajo la conducción de "ancianos", hasta llegar a
conformar una estructura teocrática fuertemente centralizada. Este operativo
comenzó en 1919 con el apoyo de la nueva revista que fundara (La Edad de Oro).
En un principio centralizó la labor propagandística y la independizó de la
supervisión de los ancianos de las congregaciones; el paso siguiente fue la
aparición en 1922, de un boletín mensual con instrucciones para cada mes, que
hoy se denomina "Nuestro ministerio del Reino". El paso definitivo lo
dio en 1932, cuando Atalaya publicó que la elección de los ancianos es
contraria a la Escritura. En consonancia con este principio, las congregaciones
abolieron el puesto de ancianos y depositaron su confianza en el "director
de servicio", hasta entonces encargado solamente de supervisar la venta de
los libros. Es importante tener en cuenta que el "director" era
nombrado directamente por la central.
Finalmente en 1938 se abolieron totalmente las elecciones, y todos los
nombramientos comenzaron a ser hechos directamente desde la oficina central de
la Sociedad. Todos estos cambios provocaron como consecuencia el alejamiento de
la mayoría de los antiguos miembros del grupo; pero la crisis se pudo superar rápidamente
de la mano de las incorporaciones masivas que lograban las campañas
proselitistas.
Esta centralización fue denominada "Teocracia" por Rutherford. La
denominación aparece por primera vez en 1928 en el libro "Gobierno".
Según la doctrina expuesta por el "Juez", la teocracia de la sociedad
Watch Tower inaugura ya la teocracia perfecta del milenio, gozando por lo mismo
de algunos privilegios tales como la infalibilidad en los nombramientos y la
inerrancia en la doctrina.
Pero Rutherford no solo innovó la estructura sino que también introdujo
cambios substanciales en muchos puntos de corte exclusivamente doctrinal. Así
es como escribió contra el uso del símbolo de la cruz e impuso la eliminación
de la celebración de la Navidad entre los miembros de la Sociedad. Promovió la
intolerancia y la desobediencia a las autoridades públicas, habló y escribió
contra todo lo que suponía una institución que no fuera la misma Watchtower,
infundió un aborrecimiento especial a la Iglesia Católica, tachándola junto
con las otras iglesias protestantes de "organizaciones del diablo".
Llegó a desafiar al Papa Pío XI a un debate público acerca de cuál era la
religión verdadera.
Rutherford murió en Beth-Sarim, el 8 de enero de 1942, a los setenta y dos años
de edad.
A.3. Nathan Homer Knorr
El tercer presidente de los Testigos de Jehová fue elegido por unanimidad en la
reunión del consejo de las corporaciones legales de la Sociedad Watch Tower, el
13 de enero de 1942.
Nació el 23 de abril de 1905 en Bethlehem, Pennsylvania. Sus padres habían
pertenecido a la Iglesia reformada de los Estados Unidos y eran
"testigos" desde hacía veinte años. Nathan Knorr había sido desde
1935 vicepresidente de la corporación de New York, y desde 1942 de la de
Pennsylvania. En 1953 se casará con Andrey Mock, quien trabajó con él en los
cuarteles generales de Brooklyn.
Knorr se preocupó principalmente de introducir importantes modificaciones en el
trabajo de campo de los propagandistas puerta a puerta: instaurará un nuevo método
de acercamiento a través de la cortesía, y fundará una escuela de
"preparación misionera". Tuvo además el privilegio de ser el artífice
de la renovación del vocabulario propio del movimiento.
Cifró claramente la base de expansión del movimiento en la difusión de los
impresos. Knorr introdujo en este sentido una novedad con respecto a sus
predecesores: no multiplicó las publicaciones sino que por el contrario,
promovió las existentes y diversificó sus contenidos, poniendo particular
insistencia en la difusión masiva de los periódicos más que en los libros y
folletos, con lo que logró que su tirada anual subiera de modo persistente.
Este esfuerzo editorial supuso paralelamente la ampliación de los talleres de
impresión de Brooklyn.
Su principal innovación fue la introducción de una traducción inglesa de la
Biblia, propia de la Sociedad. Con este fin constituyó una comisión, y en el
Congreso de New York en 1950 lanzó la "New World Translation of the
Christian Greek Scriptures" (Traducción del Nuevo Mundo de las Escrituras
Cristianas Griegas). Posteriormente, entre 1953 y 1960, presentó en 5 volúmenes,
la "New World Translation of the Hebrew Scriptures" (Traducción del
Nuevo Mundo de las Escrituras Hebreas).
Pero el esfuerzo editorial que esto pudo haber significado, se ve depreciado por
las notas que tienden a reforzar doctrinas de Russell y Rutherford. La primera
edición de la versión en español se publicó en 1967, con una tirada de
500.000 ejemplares. En 1946 publicó el primer manual de estudios bíblicos:
"Equipado para toda obra buena".
Acompañando las transformaciones en los impresos Knorr puso especial énfasis
en la metodología de predicación personal puerta a puerta, en las visitas
complementarias y en los estudios de la Biblia. En este contexto, el 15 de abril
de 1957 vendió la emisora de radio argumentando que si bien era útil, los
temas bíblicos no podían ser bien discutidos en este medio pues no había
quien contestara las preguntas. En cambio consideraba más eficaz la labor de
"miles de emisoras vivientes", un "programa religioso vivo en
casa".
Para estimular el trabajo de los misioneros ideó dos métodos de propaganda más
generales:
En 1954 comenzó a hacer circular una película de hora y media de duración,
parte en blanco y negro, parte en colores, llamada "La sociedad del mundo
nuevo en acción".
Los grandes congresos, el instrumento cuya capacidad desarrolló más. En 1946
se desarrolló en Cleveland el primer congreso internacional con delegados de 32
países. Cada sesión de los congresos puede llevar hasta 12 horas diarias, y en
su transcurso tienen lugar los bautismos de inmersión. El grueso del tiempo se
ocupa en escuchar discursos, relatos de experiencias, recibir consignas y
presentar nuevos libros. Durante estos eventos se desarrollan de modo paralelo
asambleas de distrito. Cada congreso está presidido por un slogan que es
propuesto por la Sociedad.
Pero la preocupación principal del presidente Knorr fue capacitar para la
predicación puerta a puerta. Con este fin se creó en principio un curso
nocturno los lunes a la noche, que luego se abrió a miembros de otros países a
través de lo que se denominó "Escuela de Galaad".
La Escuela de Galaad ofrece dos cursos anuales de cinco meses de duración cada
uno. Los asistentes a esta escuela deben ser pioneros con al menos dos años de
antigüedad en su ministerio, estudios secundarios completos, y aceptar la
posibilidad de ser enviados a cualquier parte del mundo una vez acabado el
curso. Los gastos de viajes corren por cuenta de la Sociedad, que además les da
una asignación mensual para gastos ordinarios. El temario del curso comprende
temas bíblicos, técnicas de difusión y predicación, lenguas extranjeras,
etc.
Un punto de importancia en este proceso de afianzamiento de los esquemas de
formación en 1943 fue la institución de las "Escuelas de Ministerio Teocrático"
en cada "Salón del Reino" en 1943. El esfuerzo se coronó finalmente
con la institución de la "Escuela de Ministerio del Reino" en el ámbito
de las sucursales, con el fin de capacitar a los responsables de las escuelas
inferiores.
En 1945, bajo su presidencia, se prohibieron oficialmente las transfusiones de
sangre como uno de los más graves pecados. De igual manera prohibieron comer
morcillas o alimentos elaborados con sangre. Poco después comenzaron a anunciar
la batalla de Harmagedón, la que esperaban se librara en 1975, fecha que fue
luego postergada para 1984.
Nathan Homer Knorr murió en julio de 1977.
Milton Henschel, presidente de la Sociedad desde el 30 de diciembre de 1992
B. La doctrina jehovista
B.1.
Escritura
En principio no admiten otra fuente de Revelación que la Escritura, aunque a
diferencia de otros grupos surgidos en el mismo contexto histórico no asumen el
principio de 'libre interpretación', que sería incompatible con la organización
teocrática de la Sociedad. La Sociedad se atribuye a sí misma infalibilidad en
la interpretación.
Definen a la Biblia como la "palabra escrita de Jehová Dios para la
humanidad" (Razonamiento a partir de las Escrituras, art. Biblia, p. 61)
según su enseñanza Dios "utilizó" 40 secretarios humanos para
ponerla por escrito en un período de 16 siglos, siendo Él mismo quien dirigió
activamente su escritura, es por eso que la consideran inspirada por Dios.
Presentan como "prueba" de su inspiración, el cumplimiento de las
profecías que reflejan un conocimiento detallado del futuro, el contenido científicamente
exacto respecto a los hallazgos más recientes y la armonía interna a pesar de
haber sido escrita por 40 hombres diferentes (Cf. el artículo arriba citado).
Tienen su propia versión de las Escrituras, denominada "Traducción del
Nuevo Mundo de las Santas Escrituras Hebreas y Griegas" y que corresponde a
la traducción lanzada por Knorr a partir de 1950, que ha sido objeto de
numerosas críticas de los especialistas por su traducción amañada, críticas
que no encuentran una respuesta seria dentro de la Sociedad. Algunos ejemplos en
ese sentido son las traducciones de Jn 1,1; Tt 2,13; 2Co 4,4; Mt 28,17; Jn
14,9-11; 1Tm 4,1; Lc 23,43.
También se caracteriza por un vocabulario que le es propio, y a partir del cual
cambian la traducción tradicional de una serie de términos utilizados
habitualmente por los cristianos, alterando en algunos casos el verdadero
sentido de las palabras. Algunos ejemplos de este vocabulario particular son:
bienaventurados por
"felices", Evangelio por "Buena Nueva", cruz por
"madero de tormento", fin del mundo por "conclusión del sistema
de cosas", Espíritu Santo por "fuerza activa de Dios", Antiguo
Testamento por "Escrituras Hebreas", Nuevo Testamento por
"Escrituras Griegas Cristianas" iglesia por "congregación",
gracia por "bondad inmerecida", obispo por
"superintendente", Apocalipsis por "Revelación", adorar a
Dios por "rendir servicio sagrado"
Otra característica de esta "traducción" (en realidad deberíamos
denominarla "versión libre") es el esfuerzo contra toda lógica que
realiza por aferrarse a la transliteración "Jehová" que utiliza para
referirse al Nombre divino. Pero lo más grave en este tema es que esta obsesión
los lleva incluso a insertarlo en el Nuevo Testamento 237 veces, inserción que
resistiendo a toda razón y fidelidad al texto bíblico, justifican diciendo que
Jesús y los Apóstoles "usarían" el texto hebreo del Antiguo
Testamento. Esta afirmación no encuentra un solo punto de apoyo en los
manuscritos griegos del Nuevo Testamento y la investigación histórica tiende a
contradecirla totalmente.
En este sentido, es muy importante tener siempre presente la ambigüedad con que
defienden sus dichos. Cuando alguien contradice sus afirmaciones, exigen que la
contradicción sea a juicio de ellos "científicamente" probada;
mientras que en casos como el del nombre de "Jehová", se justifican
diciendo ligeramente que la "forma 'Jehová'" es de "aceptación
general en el español" (Cf. Traducción del Nuevo Mundo de las Santas
Escrituras -con referencias-, ed.1987, Introducción, p.6); afirmación que no
soporta tan siquiera una rápida revisión de las versiones españolas de las
Escrituras, tanto católicas como protestantes y ortodoxas.
Como si estas inexactitudes no fueran suficientes, ellos mismos aclaran que en
su versión "no se han hecho paráfrasis de las Escrituras. Más bien se ha
procurado que la traducción sea lo más literal posible" aunque reconocen
que '"hasta algo aparentemente insignificante como el uso o la omisión de
una coma o de un artículo,... puede alterar a veces el sentido correcto del
pasaje original." Esta última afirmación, que por cierto es muy acertada,
se les vuelve particularmente en contra cuando se considera su modo de traducir
algunos pasajes, como por ejemplo Lc 23,43 para la discusión sobre la
supervivencia del alma espiritual, o Jn 1,1 para el tratamiento de la divinidad
de Jesús, ambos puntos en los que los Testigos tienen creencias marcadamente
diferentes de las de los cristianos.
Apelan también a un criterio particular en su traducción literal, y es el uso
de lo que denominan el principio de "uniformidad", según el cual se
le asigna un significado a cada palabra principal y se atienen a ese significado
en toda la traducción. Este principio contradice todos los criterios de una
traducción científica, es claramente erróneo en materia de traducción, y que
crea serias dificultades de interpretación que los inhabilitan para el diálogo
con los cristianos.
B.2. Dios
Sostienen un monoteísmo estricto, pero de corte muy material, lo que los lleva
por ejemplo, a. determinar el lugar preciso en que habita Dios: "la
constelación de las Pléyades, es la sede de su trono eterno" (Rutherford
en Reconciliación, p.12 - citado por Hebert en Los Testigos de Jehová, p.164).
B.3. El nombre de "Jehová"
Este es según ellos el nombre que el mismo Dios les ha encomendado dar a
conocer a los tiempos modernos. Pero, ¿de dónde sale el término "Jehová"?
La lengua hebrea, es originalmente una lengua consonántica, es decir, que el
significado de las palabras surgía a partir de las combinaciones de las
consonantes. En correspondencia con esto, en su desarrollo escrito el hebreo es
originariamente un lenguaje de consonante, es decir, se escribían solamente las
consonantes, y la pronunciación de las palabras se transmitía por tradición.
De este modo encontramos que en hebreo el Nombre de Dios se escribía:
"YHWH" (lo que se ha denominado "tetragrama sagrado").
En la tradición judía más primitiva, llevando al extremo el precepto de no
usar en vano el Nombre de Dios, cuando leían el texto bíblico evitaban
pronunciarlo, y lo reemplazaban por el vocablo "Señor", que en hebreo
se dice "Aedonai".
Cuando en el desarrollo del hebreo se comenzaron a escribir las vocales (que se
representaban como puntos por debajo de las consonantes), y como un modo de
evitar pronunciar el Nombre de Dios, cuando en los textos bíblicos aparecía el
tetragrama, se le colocaban las vocales de Aedonai para que el lector recordara
evitar pronunciar el Nombre sagrado.
Estos detalles del idioma hebreo, eran desconocidos en el Renacimiento cuando
comenzaron a traducirse los textos sagrados a las distintas lenguas, por lo que
los traductores de los siglos XV en adelante se encontraban con lo que parecía
la palabra hebrea "Yaehowah", que tradujeron por "Jehová".
Así aparece en muchas traducciones que optaron por utilizar el Nombre de Dios,
en lugar de conservar el tradicional "Señor", hasta principios de
este siglo.
Recién durante el siglo XX, con el desarrollo de la moderna lingüística y el
estudio de las lenguas bíblicas, se pudo saber que la verdadera vocalización
del tetragrama era "Yahvéh", como de hecho aparece hoy en la mayoría
de las traducciones que utilizan el Nombre de Dios.
Cuando los Testigos de Jehová comenzaron su predicación, a fines del siglo
pasado, ciertamente el vocablo "Jehová" aparecía en las traducciones
al inglés de uso más frecuente. Y cuando el Juez Rutherford,
"revela" que el nombre de los miembros de la Sociedad ha de ser
"Testigos de Jehová", todavía no sabía que estaba proponiendo como
revelado por Dios un error filológico. Pero hoy este ha podido ser claramente
dilucidado.
Lo más llamativo, es que los testigos de Jehová hoy se confiesan conocedores
del error filológico implícito detrás del vocablo, pero dedican largos y
eruditos párrafos en los que mezclan la erudición con la polémica y el
fundamentalismo para justificar su persistencia en el uso del mismo (Al respecto
se puede revisar: Rutherford, Sea Dios Veraz, c. II; ¿Quién es Jehová? p. 20;
La Verdad que lleva a Vida Eterna, c. 3; ¿Quién es Dios?, p. 17; Razonamiento
a partir de las Escrituras art. Jehová, p.198; folleto El Nombre Divino que
dura para siempre, New York, 1984; toda bibliografía propia de la Sociedad).
En este punto hay una pregunta que nunca encuentra respuesta. Si se admite que
el término "Jehová" ha surgido como consecuencia de la ignorancia y
el error de los primitivos traductores, ¿cómo podemos pretender que la
Voluntad de Dios sea que se dé a conocer este nombre?, Y lo que es peor… que
quien no acepte este nombre (este error podríamos decir) se condene.
B.4. La Trinidad
Los Testigos de Jehová niegan radicalmente la fe cristiana en el misterio de la
Santísima Trinidad, afirman que esta doctrina proviene de Satán: Dios no puede
ser el autor de esta doctrina pues los cristianos para justificar el esfuerzo de
comprensión apelan al misterio, y "Dios -dicen- no es el autor de la
confusión". Sostienen que este concepto tiene su origen en las teologías
babilónica y egipcia.
Afirman además que
el principal argumento escriturístico de los cristianos (tengamos presente que
aunque no todos usemos el término "Trinidad", el concepto es un
patrimonio común de las confesiones cristianas) para sostener el dogma
trinitario es 1Jn 5,7 donde en realidad hay una confusión provocada por una
adición tardía de un copista y que por supuesto hoy está excluida en las
traducciones católicas.
En sus escritos, consideran también otros textos, tales como Jn 10,30; 1Tm
3,16; Jn 1,1. Es de notar que al tratar el tema no hacen referencia al mandato
de bautizar de Mt 28,19, siendo que este texto, junto con el del Bautismo de Jesús,
es uno de los más utilizados en las reflexiones de los cristianos.
Pero también olvidan considerar que Russell comenzó su predicación con la
versión antigua de la Biblia protestante, la cual incurre en el error que era
común a las ediciones de su época, y que la Sociedad la empleó hasta la
aparición de la versión Nuevo Mundo en 1950.
En conclusión: no sólo niegan que en la Escritura aparezca la Trinidad, sino
que paralelamente niegan la Divinidad del Hijo y del Espíritu Santo, que el Espíritu
Santo sea personal, que tanto el Hijo como el Paráclito sean coeternos con el
Padre, y por lo tanto, tanto el uno como el otro son inferiores a Dios. Así
mismo niegan toda base escriturística a cualquiera de estas afirmaciones (Cf.
Razonamiento a partir de las Escrituras, art. 'Trinidad', p.398ss.),
desconociendo toda la tradición cristiana al respecto. En los escritos de los
últimos años, han atenuado el desprecio por la apelación cristiana al
"misterio" de la Trinidad.
B.5. Cristo
Pero donde se muestra quizás más claramente su distancia respecto de todas las
confesiones cristianas es en su pertinaz negación de la Divinidad de
Jesucristo.
Los Testigos de Jehová lo consideran sólo una criatura privilegiada; en
realidad, afirman que es el arcángel Miguel transcorporalizado (Cf.
Razonamiento a partir de las Escrituras art. 'Jesucristo', apartado '¿Son
Jesucristo y Miguel el arcángel la misma persona?', p. 215). En esta particular
visión de la Persona de Jesús de Nazaret, afirman que era una persona
espiritual, poderosa aunque no todopoderosa, era desde antes que todas las otras
criaturas, fue la primera creación de Jehová, luego de su creación Dios lo usó
como su Socio, que trabajó con Él al crear todo el resto de la creación (Cf.
Sea Dios Veraz, c. III '¿Qué dicen ustedes respecto al Mesías?', pp. 31-32),
pero como es evidente, para los Testigos de Jehová Jesús no es Dios.
En el tratamiento de esta cuestión se preocupan particularmente de justificar
su traducción de Jn 1,1 (ver p.e. la nota correspondiente en su "Traducción
del Nuevo Mundo"), que guarda una importancia singular por su ligazón con
la doctrina trinitaria, ya que en el versículo se afirman simultáneamente la
distinción de personas y la unidad de naturaleza. Otros textos cuya
interpretación católica les preocupa rebatir son: Jn 20,28; Mt 1,23; Jn 5,18;
Hb 1,6; Mt 14,33; Jn 10,30; utilizan como argumentos en contra de la Divinidad
de Cristo: Jn 17,3; Jn 20,17.
En general, no aceptan los milagros como una prueba del obrar Divino de Jesús,
argumentando que también los profetas podían obrar milagros semejantes, no que
existe una diferencia esencial entre el obrar de los profetas y el de Jesús de
Nazaret. Por otro lado, no abundan sus comentarios sobre Mc 2,5-12; como tampoco
hacen referencia al interrogatorio en casa de Caifás narrado en Mt 26, 63-66,
traducido ambiguamente en su versión "Nuevo Mundo".
De este modo, descartan a priori y sin considerar, los argumentos que han sido
de mayor peso en toda la tradición del Cristianismo, para sostener la divinidad
de Jesús.
Los Testigos de Jehová afirman que Jesús es el "primogénito",
aceptando de esta manera la terminología empleada en Col 1,16; Hb 1,6; el
primer engendrado, pero no en cuanto a la naturaleza, sino como criatura:
"fue el primer hijo que Jehová Dios dio a luz... él fue la primera de las
creaciones de Jehová Dios" (Sea Dios Veraz, p. 31).
Por supuesto que paralelamente niegan la Maternidad Divina de María,
considerando blasfemia el llamar a María "Madre de Dios" (Sea Dios
Veraz, c. III, p. 34), título que afirman que fue tomado por el clero católico
de la Babilonia pagana.
Estas afirmaciones han encontrado alguna formulación más moderada en sus últimas
publicaciones Pero de cualquier modo, María es para ellos sólo la mujer
escogida por Dios y altamente favorecida para dar a luz a Jesús. Extrañamente
sostienen que ella concibió virginalmente a Jesús, lo cual entre los católicos
es ya considerado una prueba de la Divinidad de Cristo, pero, siguiendo la
tradición protestante, afirman que luego tuvo otros hijos.
María -siempre dentro de la fe jehovista- no fue concebida sin pecado original,
ni tampoco asumpta al cielo.
Como era de suponer, afirman que no es lícito apelar a María como intercesora,
ni tampoco que fuera objeto de especial honor entre los primeros cristianos (de
un modo que evidencia su poca preocupación por conocer la verdad histórica).
En realidad el culto especial a María tiene -a juicio de los Testigos de Jehová-
un origen pagano; estaría emparentado con las devociones a las diosas madres
(Para estos últimos puntos, referirse a: Razonamiento a partir de las
Escrituras, art. 'María', pp. 227ss).
A partir de Russell, la Sociedad ha afirmado que Jesús nació hacia el 1 de
octubre del año 2 A.d.C. (Cf. Studies in the Scriptures, II, 55, 60-61; Sea
Dios Veraz, c. III, p. 35), fecha que carece de todo fundamento histórico,
científico y bíblico.
Según los Testigos, el Hijo, no se encarnó, sino que su vida fue
"transferida de su puesto glorioso con Dios su Padre, al germen de un
hombre" (Cf. Sea Dios Veraz, c. III, p. 35). Como si esta colección de
originalidades no alcanzara, también van a sostener que Jesús no era el Mesías
en el momento de su concepción, sino que "lo llegó a ser" en el
momento de su bautismo en el Jordán: "Allí en el Jordán, por medio de
espíritu santo, Jesús fue ungido por Dios para ser el predicho gran sumo
sacerdote, el rey del reino de Dios, y para predicar..." (La Verdad que
lleva a Vida Eterna, c.6, pp. 48-49). Esto habría ocurrido - según su cronología-
en el otoño del año 29.
B.6. El orden sobrenatural, Adán, Eva y el demonio
Los errores cristológicos de los Testigos son quizás deudores de su errónea
concepción de la vida sobrenatural (¿o viceversa?).
La cuestión comienza ya en el Edén, donde Adán y Eva habrían recibido los
dones preternaturales (ausencia de fatiga, y una vida eterna), pero no la
presencia de Dios en ellos (la Gracia), ni la visión beatífica en el cielo. En
la teología jehovista se ignora por completo lo que los cristianos conocemos
como una vocación a una vida propia y verdaderamente sobrenatural.
Apoyados en una interpretación retorcida de algunos textos bíblicos han
imaginado la siguiente historia (Cf. Sea Dios Veraz, c. V, pp. 54 ss. - el
vocabulario de la síntesis, procura mantener la fidelidad al lenguaje original
del texto).
Lucifer, gozaba de una posición muy alta en la familia de Dios, era muy
hermoso, y tenía un puesto de mucha importancia: era "superintendente de
la humanidad"; su deber era ayudar a los hombres a cumplir los requisitos
de Dios y educarlos en cuanto a una relación adecuada con Él.
Pero este querubín deseó la devoción y adoración de los hombres para sí
mismo y se reveló contra la orden teocrática. El primer pecado fue el suyo, la
mentira que dijo a Eva: "vosotros no moriréis". Por esta mentira Dios
lo condenó a muerte pero aplazó la sentencia a fin de permitirle constituir
una posteridad.
La rebeldía de Lucifer está indicada por el nombre nuevo que recibirá: Satanás.
El pecado de Adán y Eva fue el acto material de comer el fruto, siendo la
consecuencia de esta caída la pérdida de la vida eterna sobre esta tierra.
La caída de Adán aumentó la ambición de Satanás, llegando a desafiar a Dios
al decirle que no podía poner hombres sobre la tierra que él no fuese capaz de
hacer pecar. "Estas palabras en sí no se encuentran en la Biblia, pero la
evidencia (¿ ?) de que él las pronunció en sustancia es clara e inequívoca",
afirma el juez Rutherford en "Sea Dios veraz", c. V, p. 57. Pero desde
Abel, Jehová ha tenido testigos sobre la tierra, el mayor de todos los cuales
ha sido -a juicio de la Sociedad- Cristo Jesús.
La demonología jehovista se completa con la afirmación de que hasta el
diluvio, Satanás y los demás ángeles podían revestirse de carne humana para
apartar a los hombres de Dios, pero entonces este privilegio les fue retirado.
Junto a los hombres que los seguían, los demonios formaron entonces una
organización diabólica visible (los hombres malos) e invisible (los demonios),
que corresponde inversamente a la organización teocrática de la Watchtower.
Satanás se habría convertido en rey del mundo en el 607 A.d.C. con la caída
del gobierno teocrático de Jerusalén. Incluso pareciera que Cristo muerto por
sus agentes (Cf. Sea Dios veraz, c. V, p. 59).
Su gobierno se extendió siete tiempos, 2520 años, concluyendo en 1914 cuando
sostuvo una guerra con Cristo en el cielo, como resultado de la cual fue vencido
y precipitado sobre la tierra, donde provoca ahora dificultades increíbles para
las que se vale de las religiones, la organización política y toda otra
organización que no sea, por supuesto, la Sociedad. Sostienen que la batalla de
Harmagedón destruirá su organización, y él y sus demonios serán atados por
mil años y arrojados al abismo y finalmente será aniquilado (La síntesis de
la demonología ha sido tomada de Hebert, G. Los Testigos de Jehová, pp.
184-185).
A consecuencia de este pecado original, todos los hombres nacen pecadores,
imperfectos y condenados a muerte. La redención es el rescate del hombre de
esta condenación:
"La cosa que se compra con el precio rescatador se identifica en la
declaración de Jehová Dios dirigida al Adán perfecto concerniente a lo que se
perdería mediante el pecado y la desobediencia: 'De seguro morirás' (Gn 2,17).
Lo que se perdió fue la vida humana perfecta, con todos los derechos y
esperanzas terrenales."(Sea Dios veraz, c. X, p. 113).
El Verbo (es decir Jesús) vino a "redimirnos" como hombre perfecto,
semejante a lo que era Adán antes de la caída, por lo que él podría haber
vivido eternamente sobre la tierra pero quiso pagar el rescate por la humanidad
entregando su vida humana perfecta; esta "vida humana perfecta que Jesús
cedió al morir es la cosa de valor que lleva a cabo la compra de aquello que Adán
perdió para toda su prole debido a su desobediencia... ". Ese sacrificio,
"fue presentado en el cielo como una ofrenda redentora por el pecado, por
el resucitado y glorificado Cristo, porque él fue resucitado como criatura
espiritual e inmortal, ya no siendo él un hijo humano de Dios" (Sea Dios
veraz, c. X ).
Pero que nadie se engañe, esta redención no es universal, no alcanza a todos
los hombres. Adán por ejemplo, no está incluido. "Porque fue un pecador
voluntarioso, fue sentenciado a la muerte, y murió merecidamente". Según
la Sociedad, existen 3 clases de pecados (La clasificación de los pecados es de
Hebert, G., Los Testigos de Jehová, p. 186):
* El pecado original, heredado y que puede ser borrado (original originado). *
El pecado original, que lleva a una destrucción irrevocable. Este es el pecado
de Adán (original originante), razón por la cual "Adán no está incluido
entre los rescatados". En este pecado incurren todos los que desobedecen la
ley de Dios consciente, deliberadamente, y de manera habitual. A estos pecados
no se aplica el sacrificio de Jesús. * El pecado que no lleva a la muerte. Son
pecados de debilidad, que se lamentan después de haber sido cometidos. Dios
olvida estas faltas merced al arrepentimiento y la firme decisión del pecador
de seguir la ley.
El pecado, no es la transgresión a los mandamientos del decálogo, estos fueron
abolidos por Jesús: "... muchos se asombran cuando se les informa que la
Ley fue abolida y terminada por Jehová, y que ya no está bajo ella ninguna
criatura sobre la tierra, ni siquiera los judíos" (Sea Dios veraz, c. XVI,
p. 180). Para ellos el pecado es no alcanzar el grado de justicia que Jehová ha
establecido "el poder del nuevo pacto no proviene de los Diez Mandamientos
abolidos, sino que es el espíritu de Dios, el cual transforma a los cristianos
en una semejanza que refleja a Dios" (Sea Dios veraz, p. 189).
Para salvarse, es necesario a los hombres informarse en lo "concerniente a
la misericordia de Dios por medio de Cristo Jesús y luego que tengan fe en la
provisión que Él ha hecho... y luego demostrar esa convicción dedicándose a
Dios e informando a otros lo concerniente al rescate"; es decir, es
necesaria la predicación de la doctrina de los Testigos de Jehová.
Sintetizando, para que la redención tenga efecto nosotros es necesario que nos
esforcemos por vencer las tendencias pecaminosas y participar celosamente en las
obras de predicación (Razonamiento a partir de las Escrituras, art. 'Rescate',
pp. 325-326).
Ahora bien, este "rescate" como lo denominan, da a los hombres el
derecho a una vida perfecta, sin fin, en una tierra igualmente perfecta; solo
los 144.000 elegidos abandonarán sus cuerpos para convertirse en criaturas
espirituales, siendo llamados a la gloria celestial para constituir el cuerpo de
Cristo (Cf. Sea Dios veraz, c. XXIII, pp. 268 ss.).
En esta soteriología difícilmente puede ser calificada como cristiana, ya que
en ella no hay ni filiación adoptiva, ni inhabitación de Dios en nosotros. Es
decir, no hay lo que los católicos denominamos "gracia santificante"
que hace al hombre justo a los ojos de Dios, así como hijo adoptivo y heredero
del cielo, siendo elevados a una vida superior a la que nos corresponde por
naturaleza. Además, los cristianos afirmamos que todos los hombres están
llamados a esta doble felicidad natural y sobrenatural.
B.7. Muerte y Resurrección de Jesús
Los Testigos, bajo la apariencia de un lenguaje supuestamente erudito y científico,
sostienen que Jesús murió colgado de un "madero" clavado de pies y
manos; no crucificado con los brazos extendidos.
Para sostener tal afirmación intentan apoyarse en el sentido de los términos
griegos y latino xylón, staurós y crux. Esto lo hacen ignorando la plenitud de
sentido de estos términos, las referencias de historiadores sobre las
diferentes formas de cruces, y las representaciones de los primitivos cristianos
en las catacumbas. Animados por su necesidad de diferenciarse, orientan la
fuerza de su argumentación a afirmar que la cruz es un símbolo pagano adoptado
por cristianos provenientes del paganismo.
Este punto de doctrina de los Testigos en realidad es de aparición bastante
reciente; es introducido por el libro "Riquezas", publicado por
Rutherford en 1936; mientras que las referencias de distintos autores, en las
publicaciones anteriores de la Sociedad, se hacía uso de cruces tradicionales.
Mucho más grave es la doctrina jehovista acerca de la Resurrección. Hablando
de Jesús dicen:"...su vida humana perfecta, junto con todos sus derechos y
esperanzas, fue entregada mediante la muerte, pero no debido a algún pecado ni
en castigo. No la tomó Jesús otra vez después de su resurrección, porque él
fue levantado como criatura espiritual divina." (Sea Dios veraz, c. X, p.
115).
Es decir, según los Testigos de Jehová, Jesús no resucitó verdaderamente, no
tenía un verdadero cuerpo humano de carne como el nuestro. Sostienen que con
ocasión de sus apariciones, Jesús materializó cuerpos como (dicen ellos) los
ángeles lo habían hecho en tiempos pasados.
Aunque les cueste admitirlo, estas afirmaciones destruyen toda la fe cristiana
que, como afirma san Pablo en la 1 carta a los Corintios cap. 15 v.17, se
asienta sobre la realidad de la resurrección.
B.8. Síntesis de la fe jehovista
Esta síntesis, ha sido tomada textualmente del folleto "Los Testigos de
Jehová en el Siglo Veinte" (Watchtower Bible and Tract Society, Brooklyn,
1979), distribuido con ocasión de los congresos masivos organizados por la
Sociedad, en la década del ochenta en Argentina.
La Biblia es la Palabra de Dios, es la verdad y es más confiable que la tradición. El nombre de Dios es Jehová. Cristo es el Hijo de Dios y es inferior a Él. Cristo fue la primera creación de Dios y murió en un madero, no en una cruz. La vida humana de Cristo se pagó como rescate por los seres humanos obedientes. Un solo sacrificio ofrecido por Cristo fue suficiente. Cristo fue levantado de los muertos como espíritu inmortal. La presencia de Cristo es en espíritu. El Reino por Cristo gobernará la Tierra en justicia y paz. El Reino trae a la Tierra condiciones ideales de vida. La Tierra nunca será destruida ni despoblada. Dios destruirá este sistema de cosas en la batalla de Harmagedón. Los inicuos serán destruidos eternamente. Sólo hay un camino a la vida. Ya estamos en el "tiempo del fin". La muerte humana se debe al pecado de Adán. El alma humana cesa de existir al momento de la muerte. La esperanza para los muertos es la resurrección. La muerte adámica cesará. El hombre no evolucionó: fue creado. Sólo un rebaño pequeño de 144.000 irá al cielo a gobernar con Cristo. El nuevo pacto se hizo con el Israel espiritual. La congregación de Cristo se edifica sobre Él mismo. Las oraciones deben dirigirse sólo a Jehová por medio de Cristo. No deben usarse imágenes al adorar. Debe evitarse el espiritismo. Satanás es el gobernante invisible del mundo. El cristiano no participa en los movimientos para unir las fes. El cristiano debe mantenerse separado del mundo. Deben obedecerse todas las leyes humanas que no estén en pugna con las leyes de Dios. El tomar sangre en el cuerpo por la boca o venas viola las leyes de Dios. Deben obedecerse las leyes bíblicas sobre la moralidad. El sábado se dio solamente a los judíos y terminó con la ley mosaica. No es propio tener una clase clerical ni títulos especiales. Cristo puso el ejemplo que debe seguirse al servir a Dios. El bautismo por medio de la inmersión completa simboliza la dedicación. Los cristianos deben dar testimonio público de la verdad bíblica.
C. Cambios en la Doctrina del Grupo
Los Testigos de Jehová son hoy muy conocidos por algunas particularidades de su
doctrina, tales como su negación a las transfusiones de sangre, o su afirmación
de que Jesús no murió en una cruz. Pero lo que muchas veces no sabemos es que
no siempre la Sociedad a sostenido estas afirmaciones, sino que, por el
contrario, la mayoría de ellas se trata de "novedades" que
contradicen sus prácticas anteriores. Un ejemplo claro de esto es la celebración
de la Navidad; mientras Russell la celebraba como todo buen cristiano, hoy la
desprecian como un rito de origen pagano.
Para tener alguna noticia de esto, trataremos de ver correlativamente las
"novedades" que ha introducido cada presidente.
C.1. Russell
Afirmaba que la segunda venida de Cristo se produciría en octubre de 1874 de
modo invisible, inaugurando un período de cuarenta años denominado período de
recolección, durante el cual el Señor acabaría de reunir su rebaño; el
heraldo de esta reunión debía ser el mismo Russell.
Este período de tiempo es también, según el fundador de los Testigos, el fin
del "tiempo de los gentiles" que se había inaugurado con
Nabucodonosor (en el 606 A. de C.) y que sería esencialmente el tiempo de
dominación de los malos.
Russell creía que durante el período de recolección se prepararía la
destrucción de estos poderes, destrucción que debiera haber acabado de modo
espectacular y definitivo con la gran batalla de Harmagedón, que, según sus
previsiones, sucedería a más tardar en 1914, dando lugar al comienzo del
milenio, tiempo durante el cual los herederos del Reino reinarían con Cristo en
el cielo, y se establecería una tierra nueva.
Distinguía tres clases de hombres:
1- los santos consagrados, los únicos que conocerían la alegría celeste; que
han realizado un compromiso con Dios que les obliga a ser como "sacrificios
vivos":
- el pequeño rebaño, los célebres 144.000, que serían los fieles al
compromiso hecho con Dios, ellos deberían recibir el trono y la naturaleza
divina, y formar el cuerpo de Cristo.
- la gran multitud, todos aquellos que, por no haber sido enteramente fieles,
serían primeramente castigados; se convertirían en seres espirituales, pero
sin el trono ni la naturaleza divina.
2- los hermanos, que creen en Cristo pero no han aceptado la llamada de Russell.
Deberán hacer una elección en el tiempo de recuperación, pudiendo entonces
obtener una vida humana perfecta. Esta recuperación se haría gradualmente
durante el milenio. A la cabeza de esta humanidad se encontrarían los justos
del Antiguo Testamento, resucitados como hombres perfectos. 3- los lobos
disfrazados de ovejas; los que no creen en Cristo redentor (al modo que lo
entienden los Testigos); a ellos les aguardaría una segunda muerte, la
destrucción completa.
El Harmagedón anunciado por Russell, no se debe identificar con la Primera
Guerra Mundial. En un artículo del 1 de noviembre de 1914 decía que el 20 de
septiembre, probablemente había marcado el fin del tiempo de los gentiles, pero
que el completo vuelco de las naciones se haría gradualmente, quizás en el
espacio de un año. En la reedición de 1916 de "Studies in the
Scriptures" (aparecidos originalmente entre 1886 y 1904), debió corregir
sus consideraciones sobre la significación de los acontecimientos de 1914,
diciendo que a partir de esa fecha el Reino de Dios comenzaría a adquirir
autoridad y sería en poco tiempo firmemente establecido (nótese cómo se ha
perdido la noción de inmediatez).
C.2. Rutherford
El célebre 'Juez' mantuvo la afirmación que realizara su predecesor, de una
presencia invisible de Cristo en el mundo desde 1874, basado en su observación
de que a partir de esa fecha se multiplican las invenciones (esto a costa de amañar
las fechas, como hizo con respecto al origen de los sindicatos). En cuanto al
"período de la recolección" comenzará por atrasarlo: 1878-1918, el
corrimiento de cuatro años se debe a un período de preparación que
corresponde a la vida pública de Jesús (¿?). En 1924 afirmaba que la
recolección comenzó en 1874, pero que en realidad el período de recolección
duraba 50 años. No pasó mucho tiempo hasta que afirmó que la recolección
recién había comenzado en 1918.
Consecuentemente, 1914 dejó de ser considerada por Rutherford como la fecha de
Harmagedón para ser, el comienzo del fin del mundo (¡!), que debería haber
culminado con el derrumbamiento de los poderes, tres años y medio después, en
la Pascua de 1918, previa glorificación del pequeño rebaño.
Tantos desaciertos explican porqué, a partir de 1918 dejó de hacer referencia
a fechas concretas, contentándose con decir que el orden social y político se
acabarán "en algunos años" (expresión que mantienen aún hoy); a
los años 1914 y 1918 les adjudicó entonces acontecimientos sensacionales pero
invisibles, lo más importante: en 1914 Cristo habría subido sobre su trono en
el cielo y habría desencadenado la guerra contra Satán, el cuál habría sido
expulsado; el reino de Dios quedaba entonces inaugurado en el cielo, Harmagedón
no tardaría en llegar.
Pero no fue solo esto, Rutherford también lanzó su propia profecía. En 1920,
en el folleto "millones de personas actualmente con vida no morirán jamás"
anunció que en 1925 los antiguos patriarcas: Abraham, Isaac, Jacob y otros
justos resucitarían para gozar de la vida perfecta del mundo nuevo; porque esa
es la fecha del comienzo del gran jubileo judío.
Sostuvo este nuevo anuncio durante algunos años, hasta que en 1929 tomó posesión
personal de la casa y el terreno que había preparado para ellos en San Diego,
California: Beth-Sarim (Casa de los Príncipes). Inmediatamente después de la
muerte del "Juez", la casa fue vendida.
Bastó este último intento para que Rutherford abandonara definitivamente el
anuncio de fechas, a partir de entonces se contentó con sólo insistir en la
inminencia de la crisis final y del restablecimiento universal.
Desde sus comienzos, los adherentes del grupo recibieron diversas
denominaciones: estudiantes de la Biblia, russellistas, o simplemente
cristianos. El 26 de julio de 1931, en el Congreso de Columbus, Ohio, Rutherford
presentó e hizo aprobar una resolución de cinco páginas según la cual en
adelante se les conocería por el nombre de "Testigos de Jehová",
nombre que -así sostenía él- le habría sido comunicado por Dios en el otoño
de 1922, y que apoyó en Is 43,10-12; 62,2; Ap 12,17.
D. Contradicciones
El siguiente es un elenco sintético de algunas de las muchas contradicciones
que podemos encontrar en la doctrina jehovista:
D.1. Rutherford:
* La religión fue
inventada por el diablo... pero apela a la libertad religiosa para propagar sus
ideas y libros. * Ataca la infalibilidad del Papa... pero reclama para él mismo
autoridad e infalibilidad totales. * Proclama que los Testigos de Jehová no son
servidores de ninguna organización terrestre... pero somete a sus miembros al rígido
contralor de la Sociedad, que en definitiva es una organización comercial. *
Condena a las "religiones organizadas" pero él mismo emplea los métodos
que reprocha.
D.2. Generales:
* En un comienzo consideraban que la religión es un invento del diablo... pero
hoy se consideran a sí mismos como la "única religión verdadera". *
Afirman que los gobiernos humanos son obra de Satanás, por eso no pueden
colaborar bajo ningún concepto con ellos... pero elogian a los tribunales
judiciales de esos gobiernos cuando aprueban sus prácticas religiosas, pagan
impuestos, hacen uso de sus servicios sociales, etc.. * Consideran que las
religiones existentes son todas malas por ser organizaciones mundanas...
mientras que la Sociedad se han convertido en una gran organización empresaria.
* Rechazan todo tipo de estudios teológicos... pero una de sus instancias de
formación son las "escuelas de Galaad", versión jehovista de un
instituto de estudios teológicos.
E. Las Fechas
En este fin de milenio, cuando se tejen mil fantasías en torno a fechas y
cambios, las fechas merecen una consideración particular ya que entre los
Testigos de Jehová tienen una relevancia propia.
Son amantes no sólo
de profetizar fechas, sino también de las cronologías, y organizar la historia
en períodos de años de acuerdo a su interpretación de distintas profecías.
Esto es un distintivo de su origen, no olvidemos que en un principio Russell
comenzó afirmando que podía establecer la fecha de la segunda venida de Cristo
a través de un estudio científico de la Escritura.
E.1. La segunda venida de Cristo
Según enseñaba Russell, aconteció de modo invisible en octubre de 1874 (Cf.
Testigos de Jehová en el Propósito Divino, p. 23; 'Profecía' p. 72).
Actualmente afirman que Cristo volvió en octubre de 1914 (Cf. La Verdad que
Lleva a Vida Eterna, p.93).
E.2. Fin del mundo
Russell predicó que el período o tiempo del fin había comenzado en 1874 (Cf.
Zion's Watchtower, a.1, n.1, p.3, 1 de julio de 1879), y que el restablecimiento
completo del Reino de Dios se realizaría para el fin de 1914 (Cf. Los Testigos
de Jehová en el Designio Divino, p. 57). Hoy enseñan, que las señales del fin
han comenzado a cumplirse a partir de 1914 (Cf. La Verdad que lleva a Vida
Eterna, c.11, p. 94).
E.3. Harmagedón
Russell profetizó que esta batalla tendría lugar en 1915 (Cf. Estudios de las
Escrituras, 2ª serie, p. 101). Hoy, los Testigos afirman esperar su realización.
Knorr sostuvo en 1952 que "está ahora a la puerta"( Cf. Sea Dios
Veraz, c. XVII, p.200); a fines de la década del '40 anunciaban que tendría
lugar en 1975, diciendo que según su cronología correspondía con el fin del
sexto día de la creación, luego dieron otra fecha: 1984; en sus últimas
publicaciones sólo la describen y no es posible encontrar referencias a fechas
concretas(Cf. Razonamiento a partir de las Escrituras, art. 'Armagedón'. Las
fechas de 1975 y 1984 fueron obtenidas de Elizaga, Julio, Las sectas nos
invaden).
E.4. 1918
Según se anunciaba en "The finished mistery", publicado en 1917; en
ese año Dios destruiría las grandes iglesias, y a sus miembros por millones;
la cristiandad como sistema caería en el olvido para ser sucedida por repúblicas
revolucionarias. La cristiandad sería destruida en un "breve pero
memorable período". Por ahora ese "breve período" supera los 80
años.
E.5. El papado
Su fin fue profetizado para una fecha próxima a la terminación del Día de la
Ira, que se supone debiera haber tenido lugar en 1914 (Cf. Estudios de las
Escrituras, 2ª serie p.356).
E.6. El milenio
Según el ya citado "Estudio de la Escritura", p. 187, el milenio habría
comenzado en 1874. Hace cuarenta años, afirmaban que comenzaría después del
Harmagedón, "una guerra que todas las señales indican principiará dentro
de nuestra generación"( Cf. Sea Dios Veraz, p. 177). Pero una década
después comenzaron a decir, y hasta hoy enseñan, que todavía está por
comenzar, después que venga el día final (Cf. Atalaya, 1967, p.235/25).
E.7. Primera resurrección
Russell, en la 3ª serie de su "Estudio...", p. 305, afirma que la
resurrección de la iglesia debía acontecer en 1878, tres años y medio después
de la segunda venida de Cristo. Tiempo después, en 1952 la Sociedad afirmaba:
"...Durmieron en el sepulcro hasta la resurrección primera, que aconteció
a la venida de Cristo Jesús al templo de Jehová en 1918"( Cf. Sea Dios
Veraz, p. 128). ¡Y nadie se enteró!
E.8. Resurrección de los Patriarcas
En "Millones que hoy viven no morirán jamás", p.88-89 / 90-97 el
Juez Rutherford afirmaba que Abraham, Isaac, Jacob y los fieles profetas
resucitarían en 1925. Posteriormente alteraron levemente la profecía para
decir que esta es una "promesa razonable", y que resucitarían antes
de Harmagedón (Cf. Los Testigos de Jehová en el Propósito Divino, p.254), o
en un tiempo comparativamente corto( Cf. Gobierno, p. 276)... ¿o no tan corto?
F. Las Fechas Hoy
Si este análisis de las fechas le pareció complicado, mucho más difícil le
puede resultar si Ud. Intenta tomar las publicaciones de la Watchtower y tener
una referencia relativamente coherente de las fechas de la cronología jehovista
hoy.
El Reino de Dios: habría sido establecido en 1914. Esto intentan probarlo por:
a) la cronología bíblica; b) los acontecimientos a partir de 1914.
En esta cronología bíblica ocupa un lugar destacado la profecía de Dn 4,1-17.
según los Testigos, la profecía tiene un "cumplimiento mayor": el
tiempo en que Jehová daría la gobernación sobre la humanidad a su Hijo. Lc
21,24 recoge las palabras de Jesús según las que Jerusalén sería pisoteada
por las naciones hasta que se cumpliera su tiempo; según la profecía de Daniel
esto sería por 'siete tiempos'. En el tiempo profético (así lo han
establecido los Testigos de Jehová y nadie sabe porqué), un día se cuenta
como un año, lo que significaría entonces 2520 años. Se considera a Sedequías
(Sedecías), "último rey del típico Reino de Dios", que fue quitado
del trono de Jerusalén. El último vestigio de soberanía judía habría sido
según ellos el gobernador Gedalías, que habría desaparecido hacia principios
de octubre del 607 A. de C., 70 años antes del 537 A. de C., año en que los
judíos volvieron de la cautividad en Babilonia. 2520 años a partir de aquella
fecha, nos colocan a principio de octubre de 1914.
Los últimos días: después de que Cristo fuera según ellos entronizado en el
cielo, Satanás y sus ángeles fueron arrojados a la Tierra. Por eso a partir de
ese momento se realizaría un proceso de separación, que es lo que se estaría
llevando a cabo actualmente desde 1914.
La grande tribulación: tendrá entonces lugar en el tiempo de esta generación,
antes de que "hayan pasado del escenario de esta existencia" los últimos
miembros de la generación que estaba viva en 1914.
Como hemos anotado al referirnos a cada punto, en la bibliografía contemporánea
no se encuentran referencias a fechas concreta de Harmagedón, ni tampoco al fin
del papado, de la cristiandad, del "sistema de cosas", ni tampoco a la
fecha de la primera resurrección, o de la resurrección de los príncipes de
los Patriarcas.
Respecto a estos temas, la revista Atalaya en su entrega del 15 de mayo de 1990
aseveró: Harmagedón, se refiere a "una situación de alcance mundial,
aunque en parte su significado se deriva de Meguidó y lo que tuvo lugar en
aquella zona", sin llegar a dar ninguna referencia concreta respecto al
lugar. Esta batalla tendría lugar "cuando se desarrolle cierta situación
que ha de afectar a los testigos de Jehová por toda la Tierra", pero se
precisa más aún la fecha diciendo: "La generación actual no pasará
antes de que ocurra Harmagedón!".
Lo paradójico es que ellos mismos reconocen que esta es una afirmación que
"muchas veces se ha probado a partir de la Biblia en esta revista", lo
cual es cierto, esto ocurre, en el ámbito de la bibliografía jehovista al
menos a partir de 1946 con la publicación en inglés de "Sea Dios
Veraz".
G. Algunas cuestiones "conflictivas"
Durante algún tiempo, los Testigos de Jehová llamaron la atención de la opinión
pública merced a algunos aspectos poco habituales de su práctica religiosa. En
los tiempos del servicio militar obligatorio era habitual encontrarse en el
calabozo de las guarniciones militares con jóvenes que preferían permanecer
presos antes que saludar y jurar la bandera, que se negaban a portar armas…
porque eran testigos de Jehová.
Tampoco es extraño que en las noticias locales, o que en las salas de espera de
los hospitales o en el estudio de algún abogado podamos encontrar casos de
padres que se han negado a autorizar una transfusión de sangre a su hijo por
motivos religiosos.
Si bien no se trata de aspectos centrales de la fe jehovista, dada su
trascendencia y la curiosidad que despiertan, merecen una especial atención:
Las transfusiones de sangre
El hombre primitivo reconocía dos elementos primordiales en los cuales suponía
que se asentaba ese don divino misterioso que es la vida: el aliento y la
sangre.
Dado que la vida es un de la Divinidad, el hombre primitivo daba a ambos
elementos también un origen divino. Esto explica el precepto del libro del Levítico,
cap. 7, vv. 10-11: "Si un hombre cualquiera de la casa de Israel, o de los
forasteros que residen en medio de ellos, come cualquier clase de sangre, yo
volveré mi rostro contra el que coma sangre y los exterminaré de en medio de
su pueblo. Porque la vida de la carne está en la sangre, y yo os la doy para
hacer expiación en el altar por vuestras vidas..."
Este es el motivo y el precepto que están en el origen de la costumbre hebrea
de no consumir alimentos que en su elaboración contengan sangre, o de carne que
no haya sido debidamente desangrada. En este mismo sentido lo han interpretado
también diversos grupos cristianos que tienden a retomar costumbres y usanzas
propias del judaísmo.
Pero a esta interpretación religiosa de la sangre, los testigos de Jehová le
han dado una nueva dimensión: la prohibición de recibir transfusiones de
sangre.
Afirmando que una transfusión es lo mismo que comer sangre, que las terapias
alternativas para el uso de sangre en transfusiones no sólo son semejantes sino
incluso mejores que la misma sangre, llevan a sus fieles a rechazar para sí y
para sus parientes este tipo de tratamientos.
Es obvio que, aún cuando por motivos religiosos se quiera retomar la antigua
costumbre de no comer la sangre como un acto de reconocimiento de que la vida es
un don de Dios que sólo a Dios corresponde tomar
El rechazo de la cruz
Si hay un símbolo que represente universalmente a las confesiones cristianas,
ese es el signo de la cruz. Todas, aún aquellas que se niegan a utilizarla como
ornamentación, afirman que Jesús de Nazaret murió atormentado en una cruz
formada por dos maderos unidos transversalmente.
Más allá de discusiones, todas las iglesias cristianas identifican la
predicación de la cruz con la del Evangelio, negarlo, sería rechazar las
palabras de san Pablo en la primera carta a los Corintios, cap. 2, v. 3:
"...no quise saber entre vosotros sino a Jesucristo, y éste
crucificado." Y ninguna de ellas afirmará que adora a la cruz, sino que la
sostiene como el símbolo de nuestra redención.
Pero en este punto la Sociedad tenía que distinguirse. A pesar de que luchan
denodadamente para ser admitidos como cristianos (ya hemos aclarado que no lo
son pues no creen que Jesús sea verdadero Dios), ni siquiera admiten el símbolo
universal de los cristianos.
Rechazan la cruz afirmando que es un símbolo pagano, y negando toda evidencia
histórica sostienen que Jesús no murió en una cruz formada por dos piezas
cruzadas transversalmente, sino en un madero, con las manos juntas sobre la
cabeza. Como en el caso de la Navidad, se entretienen largamente en
"demostrar" que la introducción de la cruz es un engaño hecho con
ocasión de la incorporación de los paganos al cristianismo en el siglo IV, que
induce a los fieles a adorar ocultamente a aquellos dioses que los profetas
execraban en el Antiguo Testamento.
Mucho se podría escribir sobre este tema, libros incluso, pero todo lo que
pueda decirse como respuesta lo ha sintetizado maravillosamente san Pablo en la
carta a los Gálatas, cap. 6, v. 14: "¡Dios me libre de gloriarme si no es
en la cruz de nuestro Señor Jesucristo...!" ¿O van a decirme también que
san Pablo era pagano?
El respeto de los símbolos patrios
Un punto que siempre ha sido muy delicado para los cristianos es el que se
refiere a la guerra, el amor a la Patria y el derecho a la legítima defensa.
La doctrina común cristiana sobre este respecto reconoce su fundamento no sólo
en las grandezas y enseñanzas de David, el rey guerrero, sino también en los
libros de los Macabeos y el Nuevo Testamento. Desde siempre los cristianos hemos
encontrado en el cuarto Mandamiento -honrar padre y madre- el fundamento de la
exigencia del amor y servicio a la Patria, no como reñida al amor a Dios, sino
como una expresión del mismo.
Pero los testigos de Jehová no han podido verlo así. Ya desde los primeros
tiempos debieron afrontar dificultades por su rechazo a los símbolos patrios y
a brindar servicio a la Patria. Ellos consideran el respeto a la bandera, los
juramentos de fidelidad a la patria y el uso de cualquier símbolo como actos de
idolatría.
Parten para ello de los textos del Antiguo Testamento que condenan como idolatría
los gestos referidos a gobernantes y naciones extranjeras. Pero en su
fundamentalismo olvidan que en aquellos tiempos, los gobernantes paganos eran
considerados dioses, y recibían como tales culto de adoración... hoy sabemos
que nuestros gobernantes son simples mortales, y aún cuando exhiban un poder
despótico, nunca serán divinos, y en consecuencia no son objeto de verdadera
adoración; en consecuencia, en tiempos de los profetas los estandartes paganos
eran también elevados a la categoría de ídolos, muy lejos de nuestras
banderas, himnos y escarapelas, que son simples expresiones sensibles de nuestra
nacionalidad.
Olvidan también que lejos de condenar, los profetas elogiaban, y los libros
sapienciales cantan la alabanza de quienes se armaron legítimamente en legítima
defensa del pueblo.
Pero sea que quizás la Sociedad reserve esta alabanza, no para quien legítimamente
defienda su Patria, sino para quien defienda a la Sociedad, que como Rutherford
proclamó, procura ser una teocracia, es decir, un verdadero estado dentro del
estado.