Cortesía de
http://www.terapia-ocupacional.com
para la BIBLIOTECA CATÓLICA DIGITAL
LA
DEPRESIÓN EN EL ANCIANO
por
Rosa Matilla Mora
Terapeuta Ocupacional
Introducción
La depresión es una enfermedad con la que los terapeutas ocupacionales tenemos que estar familiarizados y es en el ámbito geriátrico donde encontramos mayor número de personas que la padecen de una forma encubierta. Desde la terapia ocupacional podemos revitalizar a estas personas desde un enfoque global que no desprecie ninguno de los roles que el mayor desempeñaba antes de debutar esta perturbación del ánimo.
Qué queremos decir cuando hablamos de depresión
El
término "depresión" es un término equívoco con el que nos podemos estar
refiriendo a tres realidades distintas: a un síntoma anímico, a un síndrome
(conjunto de síntomas covariantes), o a una categoría diagnóstica o cuadro
clínico (además de la presencia de un síndrome, exige la congruencia de otras
condiciones etiológicas , clínicas y evolutivas).
La cuarta edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos
Mentales (DSM- IV), diferencia cuatro síndromes depresivos "básicos" :
depresión mayor, depresión menor, distimia y reacción depresiva. Estos cuatro
síndromes se especifican en nueve categorías diagnósticas (trastorno depresivo
mayor, trastorno distímico, trastorno no especificado, trastorno bipolar tipo I,
trastorno bipolar tipo II, etc.).
Hablar
de depresión es hablar de muchas cosas ..., o de ninguna. Pocos conceptos
médicos han tenido una difusión popular tan rápida y extensa. Menudea en las
conversaciones de la calle, en la columnas de prensa y en los historiales
médicos no psiquiátricos. Sin duda este fenómeno de vulgarización ha podido
contribuir a familiarizar a un gran número de personas con uno de los sectores
más prevalentes de la patología mental y derribar barreras de prejuicio,
ignorancia y marginación hacia el enfermo mental. Pero también está generando
efectos de gran alcance, tanto en el terreno médico, como en el cultural,
social, económico y político.
La depresión en ancianos es para el Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH) de
los Estados Unidos un problema de gran magnitud para la salud pública.
Se sabe
que alrededor del 15% de las personas mayores de 65 años presentaron episodios
de depresión en algún momento, también señala que los síntomas tienden a
cronificarse con mayor frecuencia que en los jóvenes. En el mismo informe se
destaca que al menos 25% de los participantes refirieron sentimientos de
tristeza y melancolía en las últimas dos semanas y alrededor del 20% ha
experimentado ideas persistentes de muerte en el mismo período. Por otra parte
estudios realizados en establecimientos geriátricos indican que la incidencia de
depresión en los mismos se acerca al 20% y que cuando coexisten otras patologías
como enfermedades cardiovasculares, cáncer, etc. los porcentajes crecen
significativamente.
A pesar de estas cifras, a menudo la depresión en ancianos no es diagnosticada o
es medicada en forma insuficiente. Los expertos sugieren que existen algunas
características particulares en este grupo de personas.
Por lo general la depresión en jóvenes se manifiesta por sensaciones de tristeza persistente, ideas de ruina, pensamientos suicidas, etc. Estos síntomas suelen estar atenuados en los ancianos y más a menudo se presentan manifestaciones como fatigabilidad, dificultades en la concentración, insomnio y pérdida del apetito con disminución del peso; tales manifestaciones suelen ser confundidas por los familiares y los médicos con otro tipo de enfermedades asociadas a la vejez como Alzheimer, Parkinson, ictus o ataques de isquemia transitoria, según un artículo publicado en 1994 por el Journal of Clinical Psychiatry el 50% de los portadores de enfermedad de Parkinson y el 35% de los pacientes con enfermedad de Alzheimer desarrollarán depresión clínica en algún momento.
Algunas de las medicaciones como los glucocorticoides, metildopa, reserpina y algunos beta bloqueantes que las personas mayores reciben habitualmente pueden generar efectos similares a la depresión o agravar los síntomas de ésta.
Las personas mayores padecen situaciones de pérdida más a menudo que ningún otro grupo, pérdida de la aptitud física y mental, pérdida del empleo, pérdida o muerte de amigos, pérdida de la independencia, muerte del cónyuge, anualmente 800.000 personas enviudan en los Estados Unidos y el 20% de ellas reúnen los criterios diagnósticos de depresión mayor.
El suicidio es particularmente frecuente en hombres mayores de 65 años quienes representan el 80% de las muertes por esa causa.
Factores de riesgo de suicidio en el anciano
Depresión (sin accesos de ira)
Abandono
Luto (especialmente en el primer año de la pérdida)
Aislamiento (viudos, solteros)
Expectativa de muerte por alguna causa
Menor organización y complejidad del comportamiento que en el pasado
Desesperanza inducida
Institucionalización
Enfermedad física
Alcoholismo
Deseo y decisión racional de proteger a sus sucesores de un desastre económico
Decisiones filosóficas ( la vida parece no tener más sentido ni placer)
Deterioro mental orgánico
Cambios en los patrones de sueño ; pesadillas nocturnas
Ser varón blanco (mayor incidencia de suicidios que en cualquier otro grupo)
Síntomas de la depresión
- Criterios diagnósticos de depresión mayor
Deben estar presentes cinco o más de estos síntomas durante el mismo periodo de dos semanas y representan un cambio con respecto a la situación previa.
Humor depresivo la mayor parte del día, prácticamente todos los días, indicado por la impresión subjetiva del paciente (por ejemplo, sentimientos de tristeza o vacío) u observaciones hechas por otros (por ejemplo, parece lloroso).
Disminución marcada del interés o el placer en todas o casi todas las actividades, la mayor parte del día, prácticamente todos los días (indicado por la impresión subjetiva del paciente u observaciones hechas por otros).
Pérdida significativa de peso en ausencia de dieta, o ganancia de peso( por ejemplo, un cambio de más del 5% de del peso corporal en un mes ) o disminución o aumento del apetito prácticamente todos los días.
Agitación o enlentecimiento psicomotor prácticamente todos los días (observable por otros, no solamente sentimientos subjetivos de nerviosismo o apatía).
Cansancio o pérdida de energía prácticamente todos los días.
Sentimientos de desesperanza o culpa excesiva o inapropiada (que pueden ser delirantes) prácticamente todos los días ( no meramente un autorreproche o un sentimiento de culpa por estar enfermo).
Disminución de la capacidad de pensamiento o concentración o indecisión, prácticamente todos los días (ya sea una observación subjetiva o hecha por otros).
Pensamientos recurrentes de muerte (no sólo miedo a morir) ideas recurrentes de suicidio sin un plan específico o un intento de suicidio o un plan específico para suicidarse.
Además estos síntomas deben :
Provocar una enfermedad significativa o el deterioro de funciones sociales, laborales o de otras áreas importantes.
No ser debidos a los efectos fisiológicos de una sustancia (drogadicción, medicación) o una enfermedad (por ejemplo, hipotiroidismo).
No ser explicables por un sentimiento de duelo (por ejemplo tras la pérdida de un ser querido, los síntomas persisten más de dos meses o están caracterizados por un deterioro funcional importante, una preocupación morbosa con desesperanza, ideas de suicidio, síntomas psicóticos o enlentecimiento psicomotor).
Consecuencias de la depresión en el anciano
Deprivación social
Soledad
Baja calidad de vida
nncremento del uso de los servicios de salud
Deterioro cognitivo
Deterioro de la realización de las tareas diarias
Alto riesgo de depresión crónica
Alto riesgo de suicidio
LO QUE IMPLICA PARA EL TERAPEUTA OCUPACIONAL TRABAJAR EN GERONTOPSIQUIATRÍA
Los terapeutas ocupacionales que trabajan con ancianos se encuentran con personas con trastornos psiquiátricos.
La
demencia y la depresión son los trastornos que con más frecuencia van a
observar.
Los pacientes con depresión van a tener dificultad para desempeñar las tareas
por un déficit de los hábitos. Conocen perfectamente cómo hacer las tareas pero
dado que carecen de motivación sus rutinas se interrumpen .
Los síntomas como:
1. Falta de atención
2. Falta de energía
3. Déficit en la resolución de problemas.
4. Retraso psicomotor
5. Apatía
6. Indiferencia ante las expectativas de los otros
Van a afectar directamente en sus hábitos.
Los terapeutas ocupacionales que trabajan en geriatría deben estar preparados para evaluar y tratar las disfunciones en el desempeño de las tareas por deterioros cognitivos y afectivos.
Para realizar una tarea el paciente debe tener :
· Capacidad cognitiva, para planificar la actividad.
· Capacidad motora, para llevarla a cabo.
· Capacidad afectiva, para poner interés
Si existe alguna deficiencia en alguna de estas tres áreas no se va a poder
desarrollar la tarea.
El enfoque que debe utilizar el terapeuta ocupacional debe ser
biopsicosocial.
Por ejemplo, un terapeuta ocupacional puede enseñar a un enfermo con diagnóstico de depresión y fractura de cadera, el uso del andador trabajando las áreas cognitiva y biológica, para poder asistir a una actividad grupal, trabajando el área social.
En geriatría la terapia ocupacional se concentra en el desempeño de la tarea - ejecución hábil de tareas de movilidad, cuidados personales, manejo del hogar, recreo y trabajo.
Los ancianos están motivados para aprender tareas que perciben como relevantes para su vida diaria.
Por eso
las actividades que plantee el terapeuta ocupacional tendrán que estar
encaminadas a objetivos concretos planeados conjuntamente con el paciente. Así
se llegarán a conseguir las necesidades del paciente anciano : independencia,
seguridad, estimulación y autoestima, a través del desempeño de las tareas.
INTERVENCIÓN DESDE LA TERAPIA OCUPACIONAL
El terapeuta ocupacional cuando recibe a un paciente anciano con diagnóstico médico de depresión, hará una evaluación que puede tener varios objetivos dependiendo de la razón por la cual se envía al paciente a terapia ocupacional.
Las
razones más comunes para llevar a cabo una evaluación son :
Efectuar un examen de la discapacidad . El propósito es identificar a los pacientes que tienen discapacidades (disfunciones en el desempeño de las tareas) y que son susceptibles de una evaluación más extensa. Se efectúa una evaluación al ingreso de la asistencia psiquiátrica.
Es deseable tener procedimientos de selección breves y fáciles de administrar. Deberán ser muy sensibles.
Concretamente en la depresión es de utilidad preguntar al paciente acerca de :
¿Cómo describiría sus perspectivas en la vida ?
¿Tiene dificultad para dormirse ?.¿Cuántas veces se despierta a lo largo de una noche ?.¿Cuánto tiempo tarda en volver a dormirse ?.
¿Qué actividades le producen placer últimamente ?. ¿Qué actividades ha abandonado últimamente ?.
¿Cómo se siente usted últimamente ?.¿Cree que los demás le valoran ?.¿Siente usted que es una carga o que es una mala persona ?.
¿Ha disminuido su energía en los últimos tiempos ?. Hablemé de sus actividades diarias. ¿Qué hace por la tarde ?
¿Ha notado algún cambio en su capacidad de concentrarse ?. ¿Ha notado algún cambio en su memoria ?.
¿Qué tal está de apetito ? ¿Ha variado su peso ?
¿Se siente triste a menudo ?. ¿Ha pensado en hacerse daño a usted mismo ?.
Describir el estado funcional.
Se realiza para proporcionar información acerca de las tareas de la vida diaria que puede desempeñar el paciente de forma independiente y dependiente.
Proporcionar datos para planificar una intervención de terapia ocupacional.
Para planificar un programa individualizado de terapia ocupacional es importante hacer una evaluación. Una evaluación de TO para planificar la intervención va más allá de lo necesario para describir un estado funcional. Además de determinar el nivel de independencia para el desempeño de las tareas, el terapeuta también debe determinar el potencial del paciente para mejorar o recuperar el estado funcional y el medio por el cual se puede lograr este cambio. Esto exige que el terapeuta evalúe la capacidad de un paciente para aprender o mínimamente responder a las modificaciones ambientales.
En
otras palabras, no es suficiente con que un terapeuta determine si un paciente
es dependiente en la tarea de bañarse . El terapeuta también debe determinar si
el paciente es capaz de cambiar de un estado dependiente a otro más
independiente en el baño.
Un banco para traslados en la bañera permitió a la Sra. X superar su temor a
caerse en la bañera ; por ende ella pudo reanudar los baños. No obstante cuando
se utilizó la misma intervención en la Sra. Y , su preocupación de deslizarse se
trasladó del piso de la bañera a la silla y siguió siendo dependiente para el
baño.
Ayudar a determinar la competencia para la vida independiente.
Los déficits en las tareas de movilidad, cuidados personales y manejo del hogar, colocan a los ancianos en riesgo si continúan una vida independiente en la comunidad. Uno de los usos de la valoración del estado funcional es ayudar a tomar decisiones acerca de la residencia comunitaria o la colocación en lugares supervisados.
Habrá
que hacer la valoración en función de los recursos asistenciales con los que
cuente el anciano, ya que si presenta un déficit para hacerse la comida puede
haber un hijo (apoyo informal) que se la haga o si no un restaurante que le
sirva diariamente la comida (apoyo formal) de manera que el anciano puede seguir
viviendo en su casa. Por el contrario si no se encuentran apoyos formales ni
informales habría que valorar otro tipo de residencia para el anciano.
Control de los efectos de las modalidades psiquiátricas.
Las modalidades psiquiátricas de farmacología, terapia electroconvulsiva y psicoterapia se inician para aliviar los síntomas psiquiátricos como ansiedad, agitación, insomnio, depresión y paranoia.
Es
necesario evaluar si a medida que los pacientes se vuelven menos depresivos,
también cuidan mejor su aspecto personal y se socializan más. La evaluación del
estado funcional efectuada con propósitos de control se programa para que
coincida con el curso del tratamiento psiquiátrico, como antes y después del
tratamiento electroconvulsivo o antes de dar medicación antidepresiva o
después de haber alcanzado el nivel terapéutico. También se puede controlar el
estado funcional para determinar cualquier efecto adverso de la medicación o de
la terapia electroconvulsiva.
Evaluar la necesidad de contenciones físicas.
Las
sujeciones se aplican a los ancianos para controlar el comportamiento
interruptor como agitación, agresión, inquietud, combatividad y divagación ;
para proteger al paciente y al equipo del daño, para prevenir la interferencia
con el tratamiento (por ejemplo, quitarse sondas nasogástricas, vesicales,
etc.).
Las contenciones pueden exarcerbar la confusión, aumentar la agitación, y no
prevenir los accidentes. Las contenciones predisponen a los pacientes a padecer
lesiones cutáneas, estreñimiento y desorientación. Las medicaciones
tranquilizantes se han utilizado como sustitutos de las contenciones físicas.
Las contenciones no deben utilizarse para disciplina ni conveniencia.
Las contenciones físicas son : chalecos, guantes, cinturones de asiento, lazos
para las muñecas/codos, tablas de contención y sillas geriátricas.
Las sujeciones físicas pueden ser utilizadas sólo para "conseguir la seguridad
física de un paciente y sólo con la orden escrita de un médico que especifique
la duración y las circunstancias bajo las cuales se van a utilizar las
contenciones".
EVALUACIÓN DE TERAPIA OCUPACIONAL
La
evaluación de terapia ocupacional se centra en el desempeño de las tareas de la
vida diaria. Las tareas de la vida diaria abarcan cinco categorías principales -
movilidad, cuidados personales, manejo del hogar, recreo y trabajo.
Se evalúan dos dimensiones : Destreza , que comprende la evaluación de la
habilidad, o sea, lo que los pacientes son capaces de hacer en grados de
independencia, seguridad y corrección que un paciente utiliza para completar una
tarea. La evaluación de las destrezas informa acerca de lo que un paciente es
capaz de hacer (habilidad) y de la discapacidad.
Los Hábitos constituye la segunda dimensión del desempeño de tareas que se
evalúa. Se refieren a las tareas rutinarias del paciente, describe la frecuencia
con que el paciente utiliza sus habilidades para hacer las tareas.
Las
cinco categorías de la vida cotidiana forman una jerarquía :
MOVILIDAD
La movilidad proporciona una impresión global del estado funcional del paciente.
En la cama (de un lado a otro/ Hacia la cabecera y a los pies de la cama/ Hacia la posición de sentado)
Traslados : Hacia la cama, a una silla, al retrete, a la bañera, al automóvil.
Bipedestación
Deambulación
Subir y bajar escalones
Girar
Alcanzar algo por encima de la cabeza
nnclinarse, agacharse
Capacidad de moverse con propósito de un lugar a otro dentro y fuera de la casa , encontrar los caminos
Observar si hay fatiga en la realización de estas actividades.
( Por ejemplo, podemos observar a un paciente que muestra inestabilidad en la bipedestación y deambulación y sin embargo cuando realiza tareas de vestido o de hacer las camas está más seguro y estable).
CUIDADOS PERSONALES
Este
tipo de tarea comprende la habilidad para cubrir las necesidades personales
básicas y exigen que el paciente controle los objetos necesarios para realizar
la tarea a la vez que controla su cuerpo.
La persona debe mantener autocuidados en :
Alimentación
Control de esfínteres
Baño
Higiene
Arreglo personal
Vestido
Comunicación funcional
Por ejemplo, en la actividad de "peinarse", hay que controlar el peine, coger el peine y mantenerlo en la mano, llevarlo hasta la cabeza, realizar el movimiento del peinado.
Concretamente en la depresión tendremos en cuenta los siguientes aspectos :
- Apetito
- Pérdida de peso (o aumento)
- Incontinencia vesical e intestinal
- Olor del cuerpo
- Aspecto personal
Esto factores citados se evalúan para tener información de los hábitos del
paciente.
MANEJO DEL HOGAR
Imponen
mayores demandas de desempeño funcional que las anteriores porque exigen mayor
control de objetos, algunos muy sofisticados.
Factores que se evalúan
Movilidad avanzada
- Entrar y salir del hogar con manipulación de puertas y cerraduras.
- Caminar llevando un peso (sacar la basura)
- Subir a una banqueta o escalerilla (cambiar una bombilla)
- Moverse en la comunidad (utilizar el coche o autobús)
Cuidados personales avanzados
- Manejar las medicaciones (apertura de recipientes y manejar la posología)
- Utilizar el teléfono para obtener información, hacer citas, solicitar ayuda en una emergencia)
Tareas domésticas livianas
- Ir a comprar alimentos (se puede hacer por teléfono) y ropa.
- Planificar alimentos calientes y fríos
- Lavar y secar platos
- Cuidar vestimentas ( lavado, secado, planchado, cosido)
- Aspirar, barrer el suelo
- Hacer una cama
- Realizar reparaciones pequeñas (una lámpara)
- Regar el jardín, rastrillar hojas.
Tareas domésticas pesadas
- Cambiar ropas a la cama
- Limpiar elementos de la casa ( frigorífico, ventanas, baños...)
- Tareas de mantenimiento del hogar (colgar cortinas, un cuadro...)
- Quitar nieve
- Cortar césped
- Arrancar las malas hierbas
Aspecto económico
- Manejar dinero para las compras
- Pagar facturas
- Rellenar cheques y controlarlos
Está claro que el manejo del dinero deficiente es incompatible con la vida
independiente.
El observar el frigorífico con el alimento derramado, las habitaciones
desordenadas, la acumulación de basura, etc. informan acerca de los hábitos del
paciente.
ACTIVIDADES RECREATIVAS
El terapeuta ocupacional en este aspecto debe conocer :
- Los gustos e intereses del paciente
- Las destrezas
- La participación
La participación recreativa en la vejez da estructura y sentido a los años
posteriores a la jubilación y es el vehículo para mantener la agudeza física
mental y social.
Pueden ser graduadas dependiendo de las demandas :
- Motoras
- Cognitivas
- Emocionales
Ejemplos de actividades son : Trabajo artístico, jugar en solitario (requiere un
menor esfuerzo que jugar en grupo), Jugar en grupo, juego en equipo (bolos).
HABILIDADES DE ORGANIZACIÓN
Es
necesario que el paciente tenga capacidad de organizarse el día para integrar
las tareas cotidianas en los hábitos y mantener un estilo de vida eficaz.
Los pacientes con depresión pueden mostrar destrezas para realizar las tareas
del hogar pero no pueden planificar ni cumplir un esquema de vida organizado.
MÉTODOS PARA EVALUAR LOS HÁBITOS DEL PACIENTE
OBSERVACIÓN
Es el
método más eficaz, pero muchas veces imposible realizarlo.
Cuando observemos al paciente realizando la tarea debemos prestar atención a :
- Grado de ansiedad
- Agitación psicomotora
- Retraso psicomotor
- Temblor
- Somnolencia
- Impulsividad
- Síntomas somáticos
- Alucinaciones o delirios.
ENTREVISTA
Es el método más utilizado, se necesita la presencia de un familiar del paciente para obtener datos reales, el familiar intervendrá exclusivamente cuando se lo pidamos.
De la
observación el terapeuta ocupacional obtendrá en diagnóstico funcional, por
ejemplo, si un anciano presenta una disfunción en el vestido habrá que valorar
qué es lo que impide la realización de la tarea, puede haber una desmotivación
por la depresión que presenta (trastorno afectivo) pero además puede presentar
una limitación de la flexión de cadera. Deberemos tener en cuenta ambas
deficiencias a la hora de planificar el tratamiento.
INTERVENCIÓN EN TERAPIA OCUPACIONAL
La intervención en terapia ocupacional va a estar enfocada en las DESTREZAS (habilidad para hacer una tarea), los ancianos presentan deterioro de las destrezas por enfermedad, por el proceso de envejecimiento, por desuso, o por los cambios ambientales.
Por lo tanto la intervención irá dirigida al APRENDIZAJE DE LAS DESTREZAS que consiste en conocer una tarea y cómo realizarla.
Componentes de la intervención :
1. Impartir el conocimiento
Se puede enseñar en sesiones formales de enseñanza.
Por ejemplo, a los pacientes con depresión se les puede enseñar la importancia de participar en actividades para aliviar los sentimientos de pena, aburrimiento, aislamiento, aumentar el grado de autoestima, etc.
Las tareas a su vez se descomponen en subtareas y en un secuenciamiento en el tiempo, un ritmo, que el paciente debe conocer.2. Establecer el medio ambiente oportuno para el aprendizaje.
El entorno del aprendizaje deberá ser estructurado y controlado.
El terapeuta debe establecer un ambiente que ayude al aprendizaje, esto significa que la tarea debe ser adecuada a la capacidad del paciente.3. Supervisar la práctica
Se realiza a través de la práctica supervisada. Los pacientes repiten la tarea hasta que llegan a un nivel óptimo de eficacia para que les sirva para su vida diaria.
Se les da supervisión para alertar a los pacientes sobre las señales que facilitan el desempeño de las tareas y se les da retroalimentación sobre la calidad de la ejecución.4. Promover la autoevaluación
Se estimula a los pacientes a valorar su propio desempeño para que lo internalicen o introyecten.
5. Integrar la destreza en los hábitos.
El entrenamiento de una actividad en un paciente con depresión, podría empezar por una actividad grupal de corta duración, evitando que el paciente elija la tarea para no aumentar su nivel de ansiedad, y con una finalización de la tarea rápida para subir su autoestima y asegurarnos la continuidad del paciente en el tratamiento. Poco a poco se procurará que la actividad dure más tiempo para lograr mayor resistencia y que vaya eligiendo cómo hacerlo.
Por ejemplo, en una actividad recreativa para una paciente con depresión, podríamos empezar por hacer un muñeco de trapo en grupo, a la paciente le daríamos una parte del muñeco como hacer una falda, que podría realizarlo en una sesión, deberíamos guiarla de cerca para que su nivel de angustia no se elevara. Al final de la sesión estaría terminada la tarea que contribuiría a construir entre "todos" el muñeco de trapo. Poco a poco alentaríamos a la paciente a construir su propio muñeco de trapo, cuando su nivel de autoestima y confianza en si misma hubiera aumentado, ella debería elegir la forma, los colores, etc.
Por último hay que integrar las tareas en los hábitos de la vida diaria del
paciente. El mantenimiento de las destrezas se logra a través del uso frecuente
de las tareas.
INTERVENCIÓN BASADA EN LOS HÁBITOS
Los déficits en los hábitos ocurren cuando las tareas de la vida diaria están :
- Desorganizadas
- Desequilibradas (cuando se restringe el número, la diversidad y el tipo de actividades)
- Cuando son inflexibles (supone que un anciano es incapaz de variar las rutinas para adaptarlas a circunstancias no previstas)
- Cuando son socialmente inapropiadas (cuando las tareas están descuidadas, como la limpieza, la independencia funcional).
El anciano puede mostrar capacidad para cocinar o lavar la ropa ( las destrezas están intactas) y puede mostrar algún déficit en la coordinación o la relación para llevar estas tareas a cabo en el tiempo estipulado en la rutina diaria y permita tiempo para otro tipo de tareas.
La
adquisición de hábitos es más difícil que la de las destrezas.
ENTRENAMIENTO EN LOS HÁBITOS
Tiene cuatro etapas :
1. Mantenimiento en la movilidad
2. Mantenimiento de las rutinas de cuidados personales
3. Participación en una actividad significativa
4. Reconstrucción de los hábitos relevantes para la situación vital.
El OBJETIVO es aproximarse a la complejidad del ritmo de la vida diaria que
necesita la persona, ya sea en la comunidad o en otra circunstancia restringida.
El terapeuta ocupacional para entrenar las dos primeras etapas de mantenimiento
de la movilidad y los cuidados personales PLANIFICA las rutinas :
- Esquema de horarios
- Establecer límites temporales
- Establecer estandares de desempeño
- Control del desempeño de las tareas
Gradualmente los pacientes adquieren mayor responsabilidad para manejar la
movilidad y sus autocuidados.
Cuando las dos primeras etapas ya se han conseguido, se introduce la 3ª :
PARTICIPACIÓN EN ACTIVIDADES SIGNIFICATIVAS.
Se
trata de hacer participar a los pacientes en un número limitado de tareas en un
tiempo determinado. Las tareas deben ser compatibles con las destrezas del
anciano así como de sus intereses.
Por ejemplo, se podría enseñar a una anciana como doblar y colocar su ropa en el
armario y de esta forma facilitarle la tareas del vestido cuando vaya al
armario. También le podríamos indicar que llevara su ropa sucia cuando vaya de
camino al desayuno.
Después de realizada la tarea, el paciente y el terapeuta ocupacional deben
evaluar los puntos objetivos - cantidad y calidad del trabajo - y los puntos
subjetivos - percepción y sentimiento -.
El terapeuta ocupacional proporcionará retroalimentación de la realidad de los
pacientes prestando un tono positivo a la evaluación.
Poco a
poco se irán agregando tareas que están determinadas por la situación vital del
anciano.
Por ejemplo, si la anciana va a tener que hacerse el desayuno cuando sea dada de
alta , deberá ser incluida esa tarea en el entrenamiento.
Se debe tener en cuenta la fatiga que puede presentar el anciano en la
realización de la tarea, por lo tanto habrá que establecer tiempos de descanso
intercalados con la actividad o alternar actividades que requieran mayor
esfuerzo con otras que sean menos exigentes.
El objetivo es estimular en el anciano el sentido de autocontrol.
La
etapa final del entrenamiento de los hábitos consta de la transferencia del
desempeño de las tareas del lugar controlado de terapia ocupacional a la
circunstancia vital real. En esta etapa los pacientes deben adquirir mayor
responsabilidad en los aspectos de planificación y organización.
El manejo del tiempo incluye tener en cuenta todas las tareas obligatorias,
permitir las tareas recreativas y manejar acontecimientos imprevistos.
INTERVENCIONES BASADAS EN EL AMBIENTE
La capacidad para realizar las tareas tiene dos aspectos o factores :
1. Factores internos que se denominan competencias.
2. Factores externos que suponen las demandas de las tareas.
Cuando las competencias del paciente no pueden ser mejoradas, a menudo se pueden
reducir las demandas para permitir una mayor participación del anciano.
Por lo tanto los objetivos perseguidos son :
Apoyar la competencia funcional de la persona.
Proporcionar la estimulación apropiada.
Promover la seguridad.
La intervención basada en el ambiente incluye :
- Manipulación de estructuras construidas como cambiar escalones por rampas.
- Manipulación de objetos como incluir ayudas técnicas, quitar alfombras, modificar el sitio de los muebles, etc.
En resumen se trata de aportar al anciano un entorno seguro y cómodo donde pueda
llevar a cabo una vida agradable.
LA FUNCIÓN QUE EJERCE LA RELIGIÓN
Otro aspecto que no debemos despreciar a la hora de tratar a un paciente mayor son sus creencias religiosas, la religiosidad promueve conductas positivas para la salud y un estilo de vida saludable. Por ejemplo, en los ancianos las creencias religiosas se asocian con disminución de actitudes suicidas, consumo de alcohol y estrés. La religión también se asocia con prohibiciones del hábito de fumar, invitación a tener un buen estado físico y recibir consejería o apoyo socioemocional.
La
religiosidad promueve mecanismos psicológicos adaptativos ante el
envejecimiento, la enfermedad y el sufrimiento, se asocia con alta autoestima y
deseo de vivir, esperanza, sentido de trascendencia o continuidad entre la vida
y la muerte. La esperanza es un sentimiento esencial del ser humano, alimento
del deseo de vivir; lo contrario, la desesperanza se asocia con aumento de la
mortalidad y con mala calidad de vida.
La religiosidad se ha usado como complemento de la psicoterapia. Los médicos
también han utilizado «palabras curativas» al emplear adecuadamente la relación
médico-paciente (alimentar la esperanza y la fe de los enfermos) o al reforzar
mensajes positivos en la orientación de los pacientes.
Se
sabe de la importancia de la comunicación, del ser escuchado y de la catarsis;
el paciente religioso siente que se le oye en su ritual religioso (pe. grupos) o
en su comunicación personal con Dios (p.e. cuando lee las Santas Escrituras, al
orar).
La religión provee soporte emocional y social; se sabe que cuando una persona
percibe que tiene al alcance el apoyo de otros, eso contribuye a darle mayor
esperanza, y es esencial para la salud.
La fe
se considera otro componente esencial del ser humano, la fe religiosa y el
optimismo pueden actuar sobre centros cerebrales asociados con el bienestar y
producir relajación mental.
Al saber que la religión es tan importante para los ancianos, y que produce
muchos beneficios en ellos, no es posible que los profesionales de la salud
estén ajenos a esa inmensa realidad.
Por
ello, explorar y entender la religiosidad de los ancianos es una tarea esencial
en la práctica geriátrica. Lo mínimo que se puede hacer es preguntarles a los
pacientes sobre sus creencias religiosas y aconsejarles que las apliquen en su
vida diaria, porque la oración les puede ayudar mucho. También es factible
interconsultar con el sacerdote o el respectivo líder del grupo religioso al que
pertenecen.
Bibliografía
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