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EL AÑO LITÚRGICO |
Himnos feriales para Laudes
Es grande, sin contorno, el universo
Con este panorama fascinante de la Ciencia podemos volver los ojos a aquella página de la creación, ungida de poesía y profecía. El mundo iba saliendo de las manos de Dios y todo en él era belleza, armonía y melodía: “opus creationis, opus distinctionis, opus ornatus”, decían los sabios escolásticos, al analizar la obra de Dios en el Hexaémeron, en los Seis Días de sus proezas. Cada una de sus obras es un venero de contemplación, y así lo vieron los autores sagrados. Nos dijeron que Dios creó el Sol y la Luna para que tengamos luz por el día y luz por la noche, pero además, y quizás sobre todo, el Sol y la Luz nos marcan el calendario de nuestras fiestas sagradas. Es que el universo entero es una liturgia para su Creador. Nuestros ojos se pasean, desde milenios, por la tierra con sus plantas, con sus flores, con sus árboles. Se pasea por los aires, espacio de los pájaros; por los mares... Por la tierra de nuevo donde viven los animales al servicio del hombre. “Y vio Dios cuanto había hecho, y todo estaba muy bien” (Gn 1,31). Cantemos esta hermosura que linda con lo infinito.
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