EL EVANGELIO DE HOY
P. Rufino Mª Grández, ofmcap.

 

  


Domingo
IV ciclo C
Lc 4,21-30


Muchos leprosos había
(Cántico de comunión)


La escena es fascinante y trágica: es el resumen anticipado de la vida de Jesús en un episodio condensado que evoca más de una intervención de Jesús en su pueblo.

Por este cuadro inicial sabemos cómo va a ser la vida de Jesús, profeta enviado: admiración, crítica, rechazo. “En verdad os digo que ningún profeta es bien recibido en su patria” (v. 24). Comienza la tensión que un día culminará en la muerte, y ésta en Jerusalén: “no cabe que un profeta perezca fuera de Jerusalén” (Lc 13,33).

Pero en este himno – o, mejor, canto de comunión - no tomamos esta nota del rechazo; sino justamente, la acogida, que es la que Jesús tenía derecho a esperar. Nuestra acogida a Jesús, Profeta e Hijo de Dios, quiere ser total: Corazón a corazón, una alianza de amor. Que Jesús nos dé su corazón, y nosotros le entregamos el nuestro.

Es lo que busca Jesús y lo que suscita en nosotros. Es nuestra vivencia íntima de comunión.


Corazón a corazón:
dame el tuyo, y yo te doy
esta nada que yo soy,
divina en tu amor pasión.

Muchos leprosos había
en los tiempos de Eliseo,
pero fue favorecido
Naamán, un extranjero.
Y muchas viudas había
en Israel sin consuelo,
pero el profeta enviado
fue lejos del patrio suelo.

Corazón a corazón:
dame el tuyo, y yo te doy
esta nada que yo soy,
divina en tu amor pasión.

Tú te viste rechazado
por los vecinos del pueblo,
que un Mesías anunciado
tiene que ser de muy lejos.
Rechazado hasta el barranco,
Jesús ¡qué triste creerlo!,
rechazado hasta la cruz,
por ser un Dios compañero.

Corazón a corazón:
dame el tuyo, y yo te doy
esta nada que yo soy,
divina en tu amor pasión.

Mala suerte de profeta,
de Buenas Nuevas vocero;
mala suerte, taumaturgo,
milagro de los enfermos.
¿Por qué el Amor no es amado,
al hacerse todo nuestro?
¿Por qué persona “non grata”
el hijo del carpintero?

Corazón a corazón:
dame el tuyo, y yo te doy
esta nada que yo soy,
divina en tu amor pasión.

¡Mi Señor, de enamorados
amor y amor sin recelo:
aquí prendiste una hoguera,
que levanta grandes fuegos!
Dame amor apasionado
para ir por tu sendero:
de Nazaret al Calvario,
y del Calvario hasta el Huerto.

Corazón a corazón:
dame el tuyo, y yo te doy
esta nada que yo soy,
divina en tu amor pasión.


Puebla, 26 enero 2010 (Santos Timoteo y Tito)