Himnos de Adviento
Virgen de la Esperanza
(1)
Admirable es el
parto de la Virgen
(Expectación del parto)
Este himno está consagrado al admirable parto de la Virgen, misterio que
en la piedad del pueblo creyente es recordado como la fiesta de la
Expectación del parto (18 diciembre) o de la Virgen de la Esperanza. “Un
prodigio tal no se ha visto nunca ni se verá de nuevo”, dirá la liturgia
navideña.
El seno de María es como
una concha que escondía un preciosísimo tesoro; es como un capullo que va
creciendo hasta que se abre y nos entrega la flor hermosa. Aquel Hijo que
del seno divino viene al mundo “lejos de menoscabar consagró la integridad
virginal” (Lumen gentium, 57). María es real y era y totalmente madre, y
real, verdadera y totalmente virgen. ¿Cómo? El hecho pertenece a la fe, el
cómo es una imposible curiosidad.
Cantamos, pues, este parto admirable de la Virgen. En la carne de María el
Hijo de Dios se hace nuestro. Es de María y nuestro. Diviniza la tierra
perteneciendo a nuestros mundo, celebra las bodas de la Alianza con
nosotros; la Iglesia toda queda compenetrada de la fragancia incorruptible
del Hijo. Y todo esto nos viene por el parto admirable de la Virgen.
¡Admirable es el parto de la Virgen!
Admirable es el parto
de la Virgen
que hace nuestra la carne de la Gloria;
suyo y nuestro es Jesús, el Creador
y gloriosa la tierra en su persona.
Las entrañas fecundas de María
son el tálamo santo de unas bodas,
son el huerto florido, el paraíso
para unir al Esposo con la esposa.
¡Oh purísimo seno que llevabas
el tesoro escondido en bella concha!,
cuando abriste tu gracia, el orbe entero
se alegró con un cántico en la boca.
La Mujer parturienta nos entrega
el augusto secreto de su hora;
¡oh Mujer cuya sangre dio alimento
al naciente Señor de nuestra historia!
Cual capullo crecieron las entrañas,
y al hacerse el capullo flor hermosa,
la fragancia del Hijo incorruptible
penetró y traspasó la Iglesia toda.
¡Oh Señor que abajaste la mirada
para hacer de la esclava la Señora!,
seas siempre bendito por tu Madre,
la Mujer por tu gracia más dichosa. Amén.
RUFINO MARÍA GRÁNDEZ
(letra), FIDEL AIZPURÚA (música), Capuchinos, Himnario de la Virgen María.
Ciclo anual de celebraciones de la Virgen en la Liturgia de las Horas.
Burlada, Curia provincial de Capuchinos 1989. pp. 10-13.
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