|
San Jerónimo
San Jerónimo (340-420), hombre de gran cultura literaria, asceta, pasó los 35 últimos años de su vida en Belén, al borde de la Escritura, día y noche. Allí hizo su magna obra: la versión al latín de los textos originales de la Biblia, escrita en hebreo y griego, consciente de que antes de que él, por encargo del Papa Dámaso, pusiera manos a la obra, ya existía la Biblia en latín, en la que se llama “Vetus Latina”. El texto de San Jerónimo tomó el nombre de la “Vulgata” (la edición divulgada”), la versión oficial que poco a poco prevaleció en la Iglesia hasta que en 1979 se publicó la Nova Vulgata, es decir, la nueva traducción de la Biblia al latín, según la crítica textual de hoy, pero respetando al máximo las frases y palabras de la Vulgata. En el ámbito científico no existe una traducción que respete verbalmente mejor la frase y estilo del original del hebreo y del griego que la Nova Vulgata o Neovulgata. En suma, la Vulgata de San Jerónimo ha pasado hoy a ser Nova Vulgata, introduciendo todas las mejoras que ha sugerido la crítica textual y el estudio gramatical de los originales.
En Roma había cultivado un
círculo de amistades espirituales. Tal el caso de la matrona Paula y su
hija Eustoquio, que recalaron en Belén. El Martirologio Romano ha asignado
al 28 de septiembre el recuerdo de Santa Eustoquio, a quien el santo
doctor había escrito: Que el sueño nocturno te sorprenda inclinando la
cabeza sobre la Sagrada Página. |