P. Rufino Mª Grández, ofmcap.

FLOS SANCTORUM



21
de julio


Siervos de Dios
Alejandro Labaka, Obispo,
e
Inés Arango, Virgen,
Mártires de la caridad por sus hermanos los indígenas
(21 julio 1987)


El día 21 de julio de 1987 fueron alanceados en la selva amazónica ecuatoriana Alejandro Labaka Ugarte (nacido en Beizama, Guipúzcoa, 1920), e Inés Arango Velásquez (nacida en Medellín, Colombia, 1937), los dos, misioneros de vocación, que fueron a los “pueblos escondidos”, todavía no contactados con nuestra civilización, “propter Evangelium” (“por el Evangelio”, así había escrito años atrás Mons. Labaka a Pablo VI). Querían llevar, en definitiva, el amor de Dios, que es: dignidad humana, promoción, revelación.

Al descender del helicóptero para entrar en la jungla, el Obispo se despojó de toda su ropa, mas no quedó “desnudo”, sino que, al estilo de los indígenas, llevaba el “cumi” de los varones; la misionera se descalzó y recogió su velo de consagrada en el bolsillo de su hábito-bata, dispuesta a servir con las mujeres.
18 lanzas guerreras, de más de tres metros, cosieron a la tierra el cuerpo del Obispo, cerca del bohío; con tres lanzas derribaron a la hermana junto a la puerta de la casa, atravesándole el cuello y el corazón. El Obispo tenía en su lema: “semina Verbi” (las semillas del Verbo, San Justino, Concilio Vaticano II).

Todos y cada uno de los Obispos del Ecuador firmaron en su día la petición de que se introdujera la Causa de canonización de estos testigos que representan una “nueva evangelización”. Así se hizo y son Siervos de Dios. Rescatados sus cuerpos, fueron sepultados en la Capilla-Catedral (techumbre de cinc) de la Iglesia santa de Aguarico (Ecuador).

En el Año Santo de la Redención (2000) se celebró ante el Coliseo Romano la memoria de los Testigos de la Fe del siglo XX, y se fueron escogiendo ejemplares significados de esa “Nube de Testigos” (Hb 12,1). Como representantes del grupo VII, “Cristianos que han dado su vida por amor de Cristo y de los hermanos en América”, se escogió a Alejandro e Inés, refiriendo su testimonio, y al “obispo Jesús Emilio Jaramillo Monsalve, Misionero Javeriano de Yarumal (Colombia), secuestrado por un grupo de guerrilleros, asesinado el 2 de octubre de 1989”. Se encendió la lámpara correspondiente y el Papa Juan Pablo II pronunció esta oración:

“Acuérdate, Padre de los pobres y de los marginados, de todos los que han dado testimonio de la verdad y de la caridad del Evangelio en América, hasta entregar el don de su propia vida: pastores celosos como el inolvidable arzobispo Óscar Romero, asesinado en el altar durante la celebración del sacrificio eucarístico, sacerdotes generosos, catequistas hombres y mujeres valientes, religiosos y religiosas fieles a su consagración, laicos comprometidos en el servicio de la paz y de la justicia, testigos de la fraternidad sin fronteras. Todos ellos han hecho resplandecer la bienaventuranza de los que tienen hambre y sed de justicia. Que sean saciados con la visión de tu rostro y que sean para nosotros testigos de la esperanza”.


La sangre de los mártires es gracia
(En espera del Día de la Glorificación
de Alejandro Labaka, Obispo y Mártir, y de Inés Arango, Virgen y Mártir)


La sangre de los mártires es gracia
que Dios ternura ha dado a nuestra Iglesia;
el Mártir del Calvario, Cristo vivo,
irradia así su amor y su belleza.

Loado mi Señor, por Alejandro,
tu Obispo, tu sonrisa y tu presencia;
y por Inés, tu Virgen consagrada,
llamada a ser valiente misionera.

Quisieron dar tu voz a los sin voz,
quisieron ser amor de toda entrega;
y Tú acogiste lo que Tú inspiraste:
su riesgo y muerte, flor de nuestra selva.

Los dos hicieron juntos el camino
de Encarnación amante sin violencia;
y hallaron las semillas que buscaban:
Jesús amaneciendo en esta tierra.

Que somos hijos ellos anunciaban,
que es Dios nuestra familia verdadera:
que tierra y pan el Padre nos ha dado,
que ser hermanos es nuestra tarea.

¡Honor y gloria a Ti, el Primogénito,
amor que todo amor desencadena;
honor y gratitud, Jesús amado:
en medio de nosotros vive y reina! Amén.


Nota. Como es sabido, no se puede dar culto a ningún santo o santa que no ha sido declarado como tal por la Iglesia; pero “privadamente” nos podemos encomendar a ellos y públicamente podemos pedir su glorificación. Para una información exhaustiva: RUFINO MARÍA GRÁNDEZ: Vida y martirio del Obispo Alejandro Labaka y de la Hermana Inés Arango. Ediciones Cicame. Vicariato Apostólico de Aguarico (Ecuador) 2009. 669 pp. + 12 pp. de fotos, 1313 notas. / Popular para jóvenes: ISABEL VALDIZÁN, Barro y vasija en la selva herida. Biografia de la Hna. Ines Arango. Cicame 2008). Desde hace unos años se celebra del 9 al 21 de julio la “Caminata con Alejandro e Inés”, recorriendo la selva en oración y coloquio en defensa de los derechos de los indígenas (Véase en Internet: Caminata)..