P. Rufino Mª Grández, ofmcap.

FLOS SANCTORUM


 


6 de febrero

Mártires de Nagasaki

San Pablo Miki y compañeros, mártires
Mártires de Japón o Mártires de Nagasaki


La muerte en cruz de los 26 Mártires de Nagasaki el 5 de febrero de 1597 es una de las páginas más bellas de la historia de las Misiones.

El Imperio del Sol Naciente era un conglomerado de 69 feudos independientes; en 1551 los cristianos eran 2.000. El apóstol muere el 3 de diciembre de 1552, ante las costas de China. Cuando en 1579 el P. Valiñano, en calidad de visitador, llega a Japón, los cristianos son 150.000; hay 54 jesuitas, y de ellos 22 sacerdotes.

El P. Pedro Bautista con la primera expedición de franciscanos llegaron a Japón en 1593. Felipe de Jesús llegó más tarde, náufrago en el galeón "San Felipe".

Tales son los antecedentes del martirio, narrado en las fuentes franciscanas y en las crónicas de los jesuitas, como podemos leer en el Oficio de lectura de la Liturgia de las Horas de la familia Franciscana o en la Liturgia general de la Iglesia.

Los nombres de los 26 testigos de Cristo son los siguientes.


Franciscanos de la primera Orden (6): San Pedro Bautista Blázquez, superior de la misión (1542-1597); SAN FELIPE DE JESÚS O DE LAS CASAS (1571-1597); San Francisco Blanco (1567-1597); San Francisco de La Parrilla o de San Miguel (1543-1597); San Gonzalo García (1562-1597); San Martín Aguirre de la Ascensión (1567-1597).

Franciscanos seglares (17): San Antonio de Nagasaki (de 13 años de edad) San Buenaventura de Miyako; San Cosme Takeya; San Francisco Fahelante de Miyako; San Francisco Médico de Miyako; San Gabriel de Ize; San Joaquín Sakakibara de Osaka; San Juan Kinuya de Miyako; San León Kasasumara; San Luis Ibaraki (de 12 años de edad); San Matías de Miyako; San Miguel Kozaki, padre de Santo Tomás Kozaki; San Pablo Ibaraki, tío de San Luis Ibaraki; San Pablo Suzuki; San Pedro Sukejiro de Miyako; Santo Tomás Idauki de Miyako o de Ize; Santo Tomás Kozaki (de 14 años), hijo de San Miguel Kozaki.

Jesuitas (3): San Pablo Miki, sacerdote profeso; San Juan de Goto, catequista; San Diego Kisai, catequista.

En este himno, juntando fraternalmente el espléndido trabajo de jesuitas y franciscanos por la causa del Evangelio, queremos cantar el triunfo de Jesús en un pueblo privilegiado, que Francisco de Javier tanto estimó: el Imperio del Sol Naciente. La obra de aquellos misioneros perdura. Cantamos a Jesús y nos llenamos de admiración al contemplar la alegría con que aquellos mártires - entre los cuales tres adolescentes - fueron a la cruz.


Mártires de Nagasaki,
veintiséis cruces al sol,
sois los testigos de gracia
que a su cruz Cristo asoció.

Vuestra alegría no es vuestra,
que Jesús la regaló;
vais a la muerte gozosos
contemplando al Redentor.

"Jesús, María" en los labios
son vuestra simple oración,
y en cruz alzados tenéis
palabras de bendición.

Sois la semilla fecunda
del Evangelio en Japón,
la hermosa luz de Jesús
que el Sol Naciente alumbró.

Antonio, Luis y Tomás,
ayer niños y hombres hoy,
más grande que vuestra edad
es vuestra fe y confesión.

Pedro Bautista y hermanos
en el hábito y cordón,
el anhelo de Francisco
en vosotros se cumplió.

Pablo Miki, Juan y Diego,
Compañía en la misión,
sois fruto de aquella siembra
que Javier desparramó.

¡Oh bella Iglesia de mártires,
que proclama a su Señor,
oh Cristo que el mundo enciendes
en fuego de tu Pasión!

A ti, Jesús, la alabanza,
que eres hombre, Hijo de Dios;
a ti la belleza pura,
y a ti, en tu gracia, el amor. Amén.


Cuautitlán Izcalli, 6 de febrero de 2006