II. Himnos
en torno a los Domingos de Cuaresma
Domingo V de Cuaresma (C)
(Jn 8,1-11)
Porque eres tú el
Esposo sin pecado
Canto de comunión
Con este himno meditamos en el Evangelio de la mujer sorprendida en
adulterio, sabiendo que Jesús es para su Iglesia – para mí – el Esposo
sin pecado; sabiendo que él me ha perdonado y que en la sagrada Comunión
se une a mí como Esposo.
1. Porque eres tú
el Esposo sin pecado,
tú solo puedes hasta mí acercarte,
posar en mi tu mano sanadora,
mirarme con dulzura y abrazarme.
2. Y así has venido, Cristo Nazareno,
uniendo cielo y tierra en este instante:
mi corazón es puro en tu pureza,
mis ojos luz, mirando tu semblante.
3. Qué dulce es el perdón que me regalas,
sin cuentas, sin reproche, sin rescate:
la luz de tu mirada toca el alma,
y todo lo hace nuevo, dulce y suave.
4. Moriste en cruz; ya nadie nos acusa,
que todos mis pecados tú pagaste,
y el loco amor de Dios, de Dios mendigo,
amando hasta la muerte nos mostraste.
5. Esposo de la Iglesia perdonada,
ya bella y sin arruga por tu sangre;
Esposo, intimidad, que te derramas,
y solo, amor, me pides que te ame.
6. En esta Comunión, que es tu alianza,
mi corazón, cual puede, a ti se abre;
a ti suplico, Dios de toda gracia,
que nunca ya, Jesús, de ti me aparte.
7. Estrecha tus amores fuertemente
en esta vida mía, en mi combate;
traspásame de ti, de tu ternura,
y habítame, mi Dios, divina carne.
8. ¡A Dios sea la gloria eternamente,
porque es perdón y gozo interminable,
oh Dios del Evangelio, el trino y santo:
a ti todo el amor, oh Dios amable! Amén.
Tres Ojitos (Chihuahua), 24 marzo 2007
|