Cartas
De
San Juan Bautista de la Salle
1
Al Hermano Anastasio
28
de enero de 1711
1
Aplíquese, carísimo Hermano, ante todas cosas, a regirse por motivos de fe,
para ejecutar con perfección sus acciones.
2
Me alegro mucho de que todas sus miras e intenciones tiendan a cumplir la
voluntad de Dios.
3
Para conseguirlo, esmérese sobre todo en ser plenamente sumiso y en observar
perfectamente las regias, pues principalmente con ello cumplirá Vd. la divina
voluntad.
4
Dése mucho a la oración y procure hacerlo todo en espíritu de oración.
Cuanto más fiel sea en ello, más ha de bendecirle Dios.
5
Entre con frecuencia dentro de sí para renovar v vigorizar el recuerdo de la
presencia de Dios. Cuanto más procure conservarlo, mayor facilidad hallará
para obrar bien Y cumplir debidamente sus obligaciones.
6
Mucho me place la disposición en que me dice se encuentra de acomodarse en todo
a lo que desee de Vd.
7
Pido a Dios le comunique con abundancia el espíritu de su estado, y me digo,
carísimo Hermano, todo suyo en Nuestro Señor,
De
La Salle.
2
Al Hermano Bartolomé (Maestro de novicios)
1
Le vi en San Yon andar con los brazos colgando descuidadamente, lo cual resulta
indecoroso en un maestro de novicios, que ha de ser en todo modelo de aquellos a
quienes instruye.
2
Debe andar Vd. muy pausadamente con los brazos cruzados, y no ha de tolerar en
los novicios que vayan de otro modo.
3
Al Hermano Bartolomé (Superior general)
Seminario
de San Nicolás de Chardonnet, a 17 de enero de 1718
1
Carísimo Hermano: El Hermano Tomás me ha dicho que se iba hoy.
2
Me ha pedido le entregase un recibo con las rentas que Vd. posee, indicándome
debía yo declarar que dichas rentas pertenecen ahora a los herederos de la Sra.
Lavois; hace pocos días hube de extender otro recibo ordinario.
3
Ruégole no tenga en cuenta ninguno de esos dos recibos, sino en la medida que
sean de su agrado, pues por la declaración que hice a petición de Vd. en su
último viaje, allá por la Concepción de la Virgen Santa, testifiqué el
pasado día 11 de diciembre que los cuatro contratos de renta sobre los
arbitrios de la ciudad de Roán no me pertenecen, ya que me limité a dar mi
nombre; sino que son propiedad de los Hermanos de las Escuelas Cristianas de la
casa de San Yon, sita en el arrabal de San Severo, de la misma ciudad, y que el
dinero lo suministró Carlos Frapet, llamado en religión Hermano Tomás, a la
sazón ecónomo de dicha casa; declaración que seguidamente, firmada de mi
mano, entregué en depósito al Sr. Bertón, procurador de este seminario, quien
se hizo cargo de ella.
4
Respecto a la casa de San Yon, sobre si la habrá Vd. de comprar o no y de qué
manera, asunto para el que solicita mi opinión, no atienda para nada a lo que
el Hermano Tomás le pueda decir o dar a entender como dicho por mí, sino
guíese sólo por lo que le digo en la presente carta, a saber, que no puedo
aconsejarle en este punto, sino que debe Vd. consultar a personas más
ilustradas que yo, pues es negocio de importancia.
5
Piénselo muy detenidamente, ya que el asunto no está aún ultimado.
6
No le aconsejo que pida prestado dinero para comprarla: con todo, tampoco le
digo terminantemente que no lo haga; puede Vd, consultar el caso con otras
personas.
7
Creo que lo que Vd. haga a este respecto estará bien hecho. No conviene que
tome yo parte alguna en ninguno de esos negocios, pues en cuanto a ellos ya no
soy nada, Y Vd, como superior, es dueño.
8
Por lo relativo a las personas que desea Vd. que yo visite, si ésta es su
voluntad, las veré; en este supuesto, tenga a bien escribirme que me lo ordena
como superior mío y de los Hermanos, e iré inmediatamente el primer día de
asueto, y les diré que voy a visitarlas por orden suya.
9
Le deseo año feliz y próspero e igualmente a todos los Hermanos a quienes
saludo.
10
Soy con todo respeto, carísimo Hermano, su muy humilde obediente servidor,
De
La Salle.
4
Al Hermano Bartolomé (Superior general)
[Marzo
de 1718]
1
Le escribo, carísimo Hermano, muy sorprendido de ver en qué situación se
encuentra su noviciado: dos o tres novicios sin formación alguna y que guardan
las reglas con tanta. imperfección como si acabasen de ingresar en la casa.
2
Hay, además, cinco postulantes dominados por sus inclinaciones y que apenas
presencian ejemplos que imitar.
3
Como el nuevo maestro de novicios carece por su parte de preparación para este
empleo, pues ni sabe casi lo que tiene que hacer ni lo que deben hacer los
novicios, dice que ni él tiene regla ni la tienen los novicios.
4
No creo haber visto, al menos de muchos años acá, noviciado semejante en la
Comunidad, ¡y con eso aún piensa Vd. en fundar nuevas casas!
5
Incluso hay quejas de que los novicios de Roán no abundan mucho en el espíritu
de su estado y de que no hacen caso de cosas pequeñas.
6
Por favor, trate de remediar todo eso cuanto antes, pues bien sabe Vd. que la
consolidación del Instituto descansa en que los novicios sean bien formados y
muy observantes.
7
Estoy en condiciones de asistir a los actos principales de comunidad como los
otros, de dormir en el dormitorio común y de comer lo de todos en el
refectorio. Le ruego no se oponga a ello.
8
Le aguardamos urgentemente, pues esta casa requiere su presencia.
Soy
en Nuestro Señor, carísimo Hermano...
5
Al Hermano Bartolomé (Superior general)
[Octubre
de 1717- Mayo de 1718]
1
Me persigue la idea de que habiendo transcurrido tanto tiempo en que he tenido
tan poca oración, es conveniente que ahora le dedique mucho tiempo, con el fin
de conocer la voluntad de Dios en lo que haya de hacer.
2
Me parece que lo [único] que debo pedir a Dios en la oración es que me
descubra lo que El exige de mí, y que me ponga en la disposición en que me
quiere.
6
Al Hermano Bartolomé (Superior general)
[Después
de 1717]
No
conviene mantener trato con esa clase de personas, y menos aún depender de
ellas.
7
Al Hermano Bartolomé (Superior general)
[Después
de mayo de 1717]
Ya
sabe Vd. que estoy siempre dispuesto a obedecerle en todo, pues que ahora vivo
en sujeción y que no emití el voto de obediencia para obrar a mi antojo.
8
Al Hermano Bartolomé (Superior general)
[Después
de mayo de 1717]
Si me consideran unido a los Hermanos de las Escuelas Cristianas, parece que mi situación presente ha de reducirse a la simple sumisión, sin dar un paso en lo que les atañe, como no sea por obediencia.
9
Al Hermano Clemente
A
26 de Julio de 1706
1 No me ha consolado, carísimo Hermano, verle restablecido del reumatismo que padecía. Sea, le ruego, muy prudente y confórmese en todo con la voluntad de Dios, y ello, particularmente, con la sumisión no sólo externa, sino interior.
2
Guárdese de pegar a los alumnos con la mano, pues ya sabe que esto lo prohíben
las reglas.
3
Me alegro mucho de que tenga Vd. un buen confesor que le da consejos muy
atinados. Procure beneficiarse de él mientras le tiene a su disposición.
4
Es punto de mucha importancia para Vd., si aspira a ser hombre espiritual,
mortificar bien el espíritu y las miradas. Es casi imposible que progrese
notablemente en virtud sin esas dos clases de mortificación.
5
Dispóngase a hacerse indiferente en todo lo que mira a la obediencia. Es una de
las cosas que más gracias le alcanzará de Dios.
6
Buena práctica es leer a menudo las regias para poder cumplirlas con toda
fidelidad. Ya sabe Vd. que la observancia de ellas causará su santificación.
7
Tener la mirada fija en Dios durante los ejercicios espirituales será lo que
más le ayude a hacerlos con perfección. Dios no exige sólo lo externo de
nuestras obras; quiere que se hagan con disposiciones espirituales.
8
Atienda a un solo defecto a la vez en el examen particular, y durante varios
días seguidos.
9
Si sabe Vd. qué medio puedo yo emplear para impedir que las escuelas de
nuestros Hermanos se cierren, tendré mucho gusto en conocerlo, pues hay que
proceder de modo que se mantengan.
10
Me parece que deben despedirse los escolares que no sean asiduos y que llegan
tarde, pues constituye verdadero desorden en las escuelas tolerar cualquiera de
esas dos cosas.
11
Llegadas las vacaciones, veremos lo que será posible hacer por Vd. respecto de
un Director. Mientras tanto, trate de conducirse lo mejor posible en lo relativo
a su conciencia.
12
No debe Vd. conformarse con sus Hermanos en cuanto a las comidas; a no ser que
se halle completamente restablecido.
Todo
suyo, en Nuestro Señor, carísimo Hermano.
De
La Salle.
10
Al Hermano Dionisio
A
30 Mayo de 1701
1
Me parece, carísimo Hermano, que no debería Vd. preocuparse tanto de los
pensamientos que le asaltan acerca de su estado, pues cuanto más se detenga en
ellos tanto más han de molestarle.
2
Trate de adquirir la mayor aplicación interior que le sea posible, porque sólo
ella será capaz de santificar sus acciones.
3
Cuide también que le sea frecuente la santa presencia de Dios, pues ella es el
fruto principal de la oración; aunque de poco ha de servirle si no pone empeño
en mortificarse y si busca sus regalos.
4
No basta concebir el pensamiento de allegarse a Dios con la mayor perfección
posible; hay que ponerlo por obra, y esto sólo se consigue en la medida que uno
se violenta.
5
No me sorprende que muchas reglas se le hagan costosas; la costumbre que tiene
de observarlas a medias es lo que le induce a considerarlas tales. Si las
observara Vd. con exactitud, hallaría en ellas facilidad y gusto.
6
La desgana que siente de la sagrada Comunión se explica por idéntico motivo.
7
Ruégole que no deje nunca de asistir a los recreos. Es asunto de importancia.
Parece que pasa Vd. la recreación con el Hermano Claudio, mientras los dos
Hermanos jovencitos se quedan solos; eso está muy mal.
8
Mucho me ha complacido su total entrega en manos de Dios y su indiferencia
respecto del lugar a que pueda enviársele; es también necesaria en nuestra
Comunidad [tal indiferencia].
Todo
suyo en Nuestro Señor, carísimo Hermano,
De
La Salle, sacerdote.
A
8 de Julio [1708]
1 Bien ajeno me hallo yo de olvidarle a Vd., carísimo Hermano; si no le contesté la última vez junto con los Hermanos de Roán, fue por no haber tenido tiempo; lo mismo ocurrió con otros dos Hermanos a quienes tampoco pude responder.
2
No necesita Vd. comprar tela para la sotana; hay aquí una preparada para Vd.;
nada le faltará.
3
Me alegro de que haya sacado Vd. de apuro a su padre.
4
Me apena que el Hermano Tomás proceda como Vd. me indica. Procuraré que en eso
cambie de conducta. No es exacto que haya yo escrito al Hermano Tomás lo que Vd.
me señala tocante a las necesidades de la comunidad; al contrario, le he
manifestado mi descontento por no haber satisfecho las de cada Hermano.
5
Debería Vd. tener mucho cuidado en no ser negligente durante los ejercicios. No
es ése modo para [que Dios] le bendiga. Sin hacerse violencia, no se alcanza la
virtud; y no se trata de adquirir un ligero tinte de ella solamente; es menester
que la suya sea maciza, y esto no se consigue satisfaciendo y buscando las
propias comodidades.
6
Pláceme que se ejercite de vez en cuando en la mortificación del espíritu y
de los sentidos; pero ha de estar Vd. dispuesto a practicarlas cuando se
presenten las ocasiones.
7
Sea exacto en la guarda del silencio por amor de Dios; es uno de los principales
puntos de la regularidad.
8
Práctica de mucha utilidad es ejercitarse en la presencia de Dios; sea fiel a
ella.
9
Nada te atraerá tanto las bendiciones de Dios como la fidelidad a las cosas
pequeñas.
10
Ponga especialísimo esmero en rezar pausadamente las oraciones, y en que se
recen del mismo modo en la escuela, pues la atención que se presta a las
oraciones vocales es lo que las hace agradables a Dios.
11
Procure no impacientarse con el Hermano; háblele siempre con moderación.
12
La oración es el sostén de la piedad ; esmerese, por tanto, mucho en ella.
13
Sea exacto en dejarlo todo y en despedir a las personas en cuanto suene la
campana.
14
Termine en pocas palabras con la gente que se llega a la puerta de la escuela,
para que no pierdan tiempo los escolares.
15
Sea fiel en corregirlos, y más a los ignorantes que a los otros.
16
Es indigno darles apelativos injuriosos. Cuide que el respeto humano no le
impida obrar el bien. Resulta indecoroso imponer apodos ofensivos a los
escolares; lo que supone, además, darles muy mal ejemplo.
17
Ya sabe que no se adelanta en virtud sino en la medida que uno se hace
violencia; póngalo en práctica.
18
Aplíquese mucho a la mortificación del espíritu y de los sentidos, ambas son
de obligación en su estado.
19
En la advertencia de los defectos no debe atender al motivo por el que los
demás le avisan, sino al bien que con ello puede Vd. lograr.
20
No cabe duda de que se pueden observar las reglas cuando sólo hay dos en una
comunidad. Veo con gusto que procura Vd. ser exacto en ello. Bendigo a Dios por
los buenos sentimientos que a este respecto le comunica.
21
La intención con que cumple Vd. sus ejercicios es buena: prosiga en ella.
22
Es falta muy notable hacer las lecturas espirituales por curiosidad, y no es
ése el medio de cine sean fructuosas.
23
Cuando se encuentre árido en la oración, humíllese.
24
Razón tiene para decir que las aficiones particulares entre los Hermanos
originan grave daño en las comunidades.
25
Mucho me alegra el saber que cuenta Vd. ahora con crecido número de niños.
Procure conservarlo.
26
Cuide que el Hermano no golpee a los escolares con la mano. Es asunto de
importancia.
27
Ruego a Dios le mantenga en tan buenas disposiciones, y me digo, carísimo
Hermano, todo suyo en Nuestro Señor,
De
La Salle.
12
Al Hermano Dionisio
A
1 de agosto [1708]
1
Mucho me han apenado los achaques que, según me dice, padece Vd., carísimo
Hermano; habría que buscar algún remedio para curarlos.
2
Tiene que aplicarse a la oración cuanto le sea posible; pues este ejercicio es
el que de ordinario atrae las gracias sobre los demás.
3
Ya sabe que es indecoroso hablar impulsado por la ira; no lo haga. ¿No tenían
esos guardias derecho a ver lo que Vd. Llevaba?
4
No debe Vd. ir a San Yon los días de asueto, sino con los demás; ni tiene nada
Vd. que tratar con el Hermano Hilario ni con los demás Hermanos que allí
viven.
5
No se irrite contra nadie; eso ni es cuerdo ni cristiano.
6
Evite las ligerezas cuando asiste a los recreos con los Hermanos de Roán; eso
les perjudica.
7
Bien se percata Vd. de que su aprovechamiento pende del trabajo que ponga en
morir a sí mismo y sus inclinaciones.
8
Esté sobre aviso para aceptar esas humillaciones que le sobrevienen, como
enviadas por Dios.
9
Para tener verdadera obediencia, carísimo Hermano, hay que estar dispuesto a
obedecer a todo superior. La dificultad que experimenta radica en que no
considera en ellos a Dios.
10
Está muy bien que se esmere en la lectura espiritual. Le será de mucho
provecho, principalmente, para ayudarle a tener buena oración.
11
Vigílese para no dejarse dominar por las distracciones en la oración; éstas
pueden originarse de que se derrama Vd. demasiado al exterior; cuide bien ese
punto.
12
Dicen que ciertos eclesiásticos le encontraron a Vd. solo por Roán y que han
dicho no parece Vd. Hermano, sino seglar, ya que en tal forma paseaba solo por
la villa; de ser eso exacto, está muy mal hecho.
13
Por favor, no vuelva a ir a Roán, salvo los días de asueto; vaya con el
Hermano y diríjase sin detenerse a San Nicolás, pues ninguna otra cosa tiene
Vd. que hacer allí.
14
Ya he dado con su carta del 21 de abril.
15
Obró mal dejando la escuela para salir por tan fútil motivo como el que me
indica; ruégole no le vuelva a ocurrir tal cosa.
16
Cuando el Hermano le dijere o hiciere algo inconveniente, no lo deje Vd.
traslucir, repórtese y, más tarde, puede Vd. escribirme lo que pasó.
17
Procure ser particularmente fiel a las inspiraciones que se le ofrezcan, cuando
le inciten a vencerse a sí mismo; esta circunstancia prueba que proceden de
Dios.
18
Puesto que el estar con el Hermano Roberto en la ciudad le ofrece ocasión de
padecer humillaciones, manifieste en esa circunstancia que las ama, y no dé
oídos a las sugestiones de la naturaleza para tratar de eximirse de ellas.
19
Sea siempre fiel en hacer la lectura y en acostarse a la hora. No falte en eso,
por favor; ningún motivo se lo Puede excusar; y que se guarde mucha regularidad
en lo tocante al silencio.
20
Tiene Vd. mucha necesidad de adentrarse con frecuencia en si mismo; esto le
impedirá caer en sus faltas ordinarias.
21
Bien sería que pusiera Vd. por obra la idea que ha tenido de encerrarse en un
noviciado, para no atender más que a la vida interior; esto le sería de mucho
provecho.
22
Mucho me place su ardiente deseo de que se cumpla en Vd. en todo la voluntad de
Dios.
23
Sea exacto en tener los recreos [regulares]. No tolere la presencia de ningún
muchacho durante ese tiempo. Para que el silencio se observe bien ha de tenerse
a su tiempo la recreación.
24
Los escolares no deben decir al Hermano nada que sea inconveniente.
25
Procure que los escolares sean puntuales en llegar a la hora y que no falten los
domingos y fiestas.
26
No deje de cumplir lo que [con tanto empeño le recomiendo]
Soy
todo suyo en Nuestro Señor, carísimo Hermano,
De
La Salle
París,
a 13 de agosto de 1704
1
Su carta última, carísimo Hermano, fechada el 19 de febrero, la recibí hace
tan sólo ocho días.
2
No acabo de comprender, después de leer la suya, como ha podido meterse donde
me dice que esta, al escribirme, para enseñar a leer y escribir a ciertas
niñas, y así adoptar modales mundanos.
3
No deben hacerse cosas tan del todo contrarias al propio Instituto por querer
ahorrar dinero.
4
Mejor hubiera hecho poniendo por obra, y bien será lo ejecute en cuanto reciba
esta carta, lo que, según me indica en su última, le han autorizado; pues
cueste lo que cueste, yo le ruego no emprenda cosa alguna que no sea conforme a
su Instituto; de lo contrario, Dios no le bendecirá.
5
Examine bien a ese canónigo que le ha hablado: mire si es hombre con el que se
pueda contar y si lo que le ha dicho no está todo en el aire. Si ese señor
quiere escribirme, yo veré de lo que se trata, y si hay motivo para fiarse de
él.
6
Usted quédese donde está y haga lo que me ha propuesto.
7
Me parece que ir a esa parte de la ciudad donde abundan los pobres faltos de
enseñanza, y a los cuales puede Vd. instruir, es preferible a estarse en una
casa, aun cuando fuera para dar en ella enseñanza a otros pobres que pueden
encontrar quien los instruya.
8
Ya sé que el Sr. Theodón permanece ahí, y que su señora esposa está para
salir hacia ésa. Por cierto, que gustosa se ha encargado decomprarle y de que
se le confeccione a Vd. un hábito.
9
No sé a qué equivalen los cuarenta escudos que me dice haber recibido.
Ruégole me envíe las cuentas en libras y sueldos de Francia para que me dé
cuenta de su valor.
10
Ha dicho la señora Theodón que llevará consigo un Nuevo Testamento en lengua
vulgar; puede enviársele otro también a Vd.
11
Si no saliere tan pronto, la encomendaré uno para Vd., caso de que no lo tenga
y lo desee. Le ruego no lo compre ni lo busque en latín.
12
Como Vd., también recelo yo que hayan abierto mis cartas. La señora Theodón
dice que se dejó olvidada una durante tres semanas o un mes.
13
Pídale mucho a Dios que haga de Vd. todo lo que le plazca.
14
Tiene que resignarse del todo a su dirección y santa voluntad; en especial, no
haga nada sin consejo.
15
Tal vez pudiera el Sr. Langlois transmitirme sus cartas y a Vd. las mías.
16
Le suplico con todo encarecimiento no emprenda nada ajeno a su Instituto.
17
Y le ruego que, sin demora, establezca su residencia de modo fijo, supuesto que
aún no lo haya hecho.
Todo
suyo, carísimo Hermano, en Nuestro Señor,
De
La Salle.
[octubre
de 1704]
1 He recibido sus tres cartas, carísimo Hermano; una, de mano del señor De la Bussière; la del 9 de septiembre, por la posta, y la tercera, del 16 de septiembre, por conducto del Sr. Párroco de San Hipólito.
2
Como yo no conozco el valor de la moneda cuando en sus cartas se refiera a
alguna cantidad, hágalo según la moneda de Francia.
3
No sé por qué me dice que se ha establecido donde ahora se halla para ahorrar
gastos; porque ¿dónde están tales ahorros, si, a lo que parece, habremos de
continuar en lo sucesivo como si Vd. no se hubiera trasladado?
4
¿De qué le ha servido el cambio de residencia?
5
Yo no sé si todo radica en que teme Vd. fiarse demasiado de la Providencia; no
piense que yo le pueda desamparar.
6
Dicen que el Sr. Theodón volverá pronto de ahí; pero no sé lo que hay de
cierto.
7
Le incluyo una esquela para él en la que le ruego entregue a Vd. cuenta libras,
a fin de que tome residencia fija y pueda hacer frente a los gastos que eso le
ocasione.
8
Ruégole que sea sin demora, pues cuanto más tarde, tanto más adelanta Vd. en
años, y como resultado final, nada.
9
Después de pasado un año, dos años, en una casa, del modo que está Vd.
ahora, ¿qué habrá conseguido?
10
Tiene que determinarse o a regresar o a emprender algo concreto donde ahora se
halla.
11
Esta carta la recibirá Vd. sin duda pocos días antes de la dedicación de San
Pedro. Empiece una novena a esa intención desde la víspera hasta el fin de la
octava, y después inicie algo.
12
Fíese más de Dios.
13
Yo respondo de las rentas de los locales que Vd. alquile hasta que la
Providencia disponga de otro modo.
14
Va para dos años que está Vd. en Roma; tiene que determinarse a algo y vivir
según su vocación.
15
No soy yo para hacerle o dejarle a Vd. morir de hambre.
16
El Sr. Brodart de Retel me ha dejado más de dos mil libras de renta. No las
disfruto todavía, sino a la muerte de su señora hermana, que tiene ochenta y
cinco u ochenta y seis años: según todas las apariencias, no habrá que
esperar mucho tiempo.
17
Somos muy pobres, porque el Sr. Párroco de San Sulpicio no nos pasa sino
poquísima cosa.
18
Por favor, ande con cautela en esos memoriales que solicitan de usted, no nos
vayan a perjudicar; eso es muy arriesgado.
19
Si pudiera dar clase donde explica Vd el catecismo, sería lo más acertado.
20
Cuanto antes pueda salir de donde se halla y ocuparse según su estado, será
mejor.
21
Se lo suplico por amor de Dios.
Todo
suyo, carísimo Hermano, en Nuestro Señor,
De
La Salle.
15
Al Hermano Gabriel Drolin
París,
a 23 de diciembre [1704]
1
En contestación a su última, carísimo Hermano, he de decirle que no veo por
qué vacila tanto, a pesar de todas mis cartas. Por mi parte, no puedo urgirle
más.
2
A Vd. le tocaría urgirme a mí. Si no pone en ese negocio mucha diligencia -y
de hecho no la manifiesta- no triunfará.
3
Lejos de mí pretender que Vd. no nos ocasione gastos; pero creo, y así lo
pensé [siempre], que, al callo de seis meses o a lo más un año, y me parecía
mucho, de haber emprendido [esa obra], podría Vd, vivir a su costa.
4
No creo que deba Vd. mezclarse en la dispensa de votos del Hermano Gerardo. Es
uno de los espíritus más inconstantes que yo conozco; no es apto para el mundo
y lo hubiera sido para la Trapa.
5
Estoy bien arrepentido de no haberle dejado en ella. Nunca acaba de saber lo que
quiere.
6
Ya me expuso Vd. anteriormente los gastos que tendrá que hacer. Puede empezar
cuando le parezca.
7
Yo le ayudaré lo que pudiere; pero es parecer mío que si la empresa ha de
triunfar, el impulso ha de partir de Vd. y no de mí, que sólo debo secundarle.
8
Ya sabe que en su favor llevo gastados hasta ahora cuatrocientos francos, de los
cuales no veo el resultado.
9
Procure, por favor, no ocurra así en lo sucesivo.
Todo
suyo, carísimo Hermano, en Nuestro Señor,
De
La Salle.
10
Encomiéndese mucho a Dios y esté atento a lo que debe realizar.
París,
a 11 de febrero de 1705
1
Hace ya tiempo, carísimo Hermano, que no recibo noticias suyas.
2
Le suplico nos las envíe, y que nos las dirija por Aviñón en esta forma:
Carísimo Hermano Alberto, escuelas gratuitas, cerca de San Sinforiano, para el
Sr. De La Salte, en Aviñón.
3
Las escuelas de esta ciudad funcionan bien. Tendremos pronto en ella cuatro
Hermanos y, no tardando mucho, casa capaz para veinte personas.
4
Yo mismo he presentado tres al Sr. Arzobispo de Aviñón, Nuncio extraordinario
en Francia, el cual los recibió muy bien, y con suma bondad les dio su
bendición antes que se despidieran.
5
Le ruego guarde secreto sobre todo esto, y- nunca hable de ello a nadie, e
incluso queme esta carta. Conversa Vd. demasiado con otros.
6
Dudo que pueda Vd. realizar cosa alguna ahí donde está.
7
Sólo deben guiarle el espíritu de Dios y un celo ardiente: mas pareceme que no
veo en Vd. ni uno ni otro en grado suficiente para tamaña empresa.
8
¡Todo sea por Dios y cumplase su santa voluntad!
9
Dígame si continúa Vd en el mismo empleo, y si no pretende otra cosa.
10
Póngase en guardia contra el espíritu y los modales del mundo, que debieran
inspirarle aversión, no sea que de tal modo se habitúe a ellos que más tarde
le cueste mucho abandonarlos.
11
Ruego a Nuestro Señor le colme de su espíritu y haga de Vd. cuanto le plazca.
12
Cuando me escriba, no lo haga sino por Aviñón para que todas sus cartas
lleguen seguras y secretas.
13
Con saludos al Sr. De la Bussière, soy, carísimo Hermano, todo suyo en Nuestro
Señor,
De
La Salle
14
Ruégole se informe exactamente sobre lo que hay del Instituto de los Padres de
las Escuelas Pías: qué reglas tienen, como viven y se gobiernan; si se han
propagado, si tienen General, cuáles son sus poderes; si son todos sacerdotes,
si reciben dinero. Averigüe cuanto pueda sobre ese asunto y comuníquemelo con
todos los pormenoresque pueda.
París,
a 27 de abril de 1705
1 Dicen, carísimo Hermano, que su carta llegó aquí el día de Pascua, encontrándome yo fuera; la recibí el sábado siguiente.
2
Me ha causado suma alegría porque ha pasado mucho tiempo sin recibir noticias
suyas y porque me informa de que al fin ejerce Vd. las funciones propias de su
estado.
3
Está de más examinar en qué desaprovechó Vd. las ocasiones, puesto que no se
percató de ellas.
4
Ha hecho bien estableciéndose en un barrio alejado de las Escuelas Pías.
5
Hace bien acudiendo a la casa del Sr. De la Bussiére, como antes, para comer;
salúdele, por favor, de mi parte.
6
También ha hecho bien renunciando a vivir de continuo en esa casa.
7
Si necesita algunos libros escolares, como el de oraciones para la escuela, que
no sé si lo posee, se lo podremos mandar fácilmente por Aviñón, pues lo
acabamos de reimprimir.
8
Sobre lo que me propone relacionado con ese maestro de las escuelas del Papa,
siga el parecer del Sr. Divers.
9
Más valdría tal vez que rezara Vd. mucho a Dios y que esperase la coyuntura
más favorable y venida como fortuitamente.
10
En modo alguno hemos pensado en erigirnos jueces de su conducta; lo único que
yo esperaba con impaciencia era que Vd. se decidiese a ser lo que es.
11
Me asombra diga Vd. que nunca ha recibido satisfacciones de nuestra parte; pues
nada hay que no haya podido hacer o que no esté ahora mismo dispuesto a hacer
para complacerle.
12
Bien sé que ni por asomo hará Vd. lo que el Hermano Nicolás, y precisamente
por eso he depositado en Vd. tantísima confianza.
13
No ha llegado aún el momento de extremar las diligencias en Roma; bastante es
que haya Vd. comenzado.
14
Se ha comprado una casa cómoda para nuestros Hermanos en Aviñón, suficiente
para alojar en ella a veinte Hermanos el vicelegado los estima y envía el paje
a su escuela.
15
Quise enviarle al [Hermano] que ha fundado allí, pero Vd. no le ha querido
16
Al Sr. Arzobispo de Aviñón, Nuncio extraordinario en Francia, que me conoce
desde que nos establecimos en Aviñón, le nombran Arzobispo de Génova, y
saldrá inmediatamente para Roma, donde ha de recibir el capelo cardenalicio.
17
Me ha dicho que protegerá y favorecerá al Instituto de nuestros Hermanos en
todo lo que se le alcance, y antes de que éstos se fueran les dio su
bendición.
18
Procure, por favor, desligarse de ese espíritu del mundo, al que tanta
inclinación siente, dándose a la oración y a los ejercicios del espíritu, y
evitando el trato con los de fuera. Si se empeña en adquirir cuanto le sea
posible el espíritu de su Instituto, atraerá sobre sí las gracias de Dios con
abundancia.
Todo
suyo, carísimo Hermano, en Nuestro Señor.
De
la Salle
18
Al Hermano Gabriel Drolin
París,
a 28 de agosto de 1705
1 Efectivamente me ha sorprendido, carísimo Hermano, no recibir noticias suyas desde hace tanto tiempo.
2
Ruégole que el lo sucesivo me escriba con más frecuencia; convendría, creo
yo, que lo hiciese todos los meses.
3
Después de recibidas sus últimas, han muerto de púrpura, uno tras otro, en
Chartres, el Hermano Miguel y el Hermano Santiago. Le suplico pida a Dios por
ellos.
4
He visto con gusto que se haya desligado Vd. de la casa del Sr. De la Bussière;
pero ¿como y de qué vive Vd. ahora?
5
Dice Vd. que no le gustan las deudas; bueno sería saber si debe y cuánto y a
quién y por qué. Nada de todo eso me especifica Vd.
6
En modo alguno apruebo que enseñe Vd. latín. Harto sabe que es cosa contraria
a nuestro Instituto, y hay que atenerse siempre al propio Instituto; de lo
contrario, todo se desvirtúa y Dios no nos bendice.
7
No me agradan esas monedillas del sábado, pues tal clase de dinero recibido de
los escolares, aunque no se eche mano de él, no suena bien en nuestras
escuelas.
8
Si necesita un libro de oraciones, los mandamos reimprimir el año pasado, con
todas las rúbricas necesarias.
9
Si quisiere algunos otros, podremos enviárselos por Aviñón. Aunque yo creo
que mejor sería imprimir los nuestros en Aviñón, donde están aprobados, y
enviárselos fuego a Vd.
10
Debería darme a conocer la manera como se explica la doctrina en Roma.
11
Los Hermanos de Aviñón me dicen, como Vd., que padecen mucho durante la
temporada de los fuertes calores.
12
Pláceme que al presente viva con más sosiego, sin hacer ni recibir visitas.
13
Procure aprovechar bien este tiempo y tan buena oportunidad, y anímese a
desprenderse de esos aires mundanos, adoptando actitudes sencillas y formas y
continente que dejen traslucir el espíritu de Dios.
14
Tocante al catecismo, me parece conveniente e importante que lo explique Vd. en
la propia escuela.
15
¿Acaso está prohibido que el maestro explique el catecismo a sus discípulos
en la escuela?
16
No me agrada que los Hermanos expliquen el catecismo en la iglesia; con todo, si
estuviere prohibido explicarlo en la escuela, es preferible que lo hagan en la
iglesia antes que suprimirlo.
17
No gusto de adelantarme en cosa alguna, y no me adelantaré más en Roma que en
cualquiera otra parte. Prefiero que la Providencia vaya delante; entonces, yo la
sigo contento.
18
Cuando parece que sólo me muevo siguiendo sus órdenes, nada tengo que
reprocharme; mientras que, si obro por propia iniciativa, me considero solo y no
espero resultados muy brillantes, ni Dios tampoco, pues no le otorga de
ordinario especial bendición.
19
Corrió la voz de que el Sr. Arzobispo de Aviñón, y al presente de Génova,
sería pronto nombrado Cardenal.
20
El Sr. Obispo de Vaison, a quien Vd. conoce, solicita Hermanos.
Todo
suyo, carísimo Hermano, en Nuestro Señor,
De
La Salle.
19
Al Hermano Gabriel Drolin
París,
a 4 de septiembre de 1705
1 La extrañeza que me produce, carísimo Hermano, el no recibir noticia alguna de Vd. desde hace cinco meses, fue lo que me movió a escribirle, cuando lo hice al Sr. De la Bussiére, receloso de que no hubiera Vd. recibido mi penúltima.
2
Ignoraba cuándo había de regresar el Sr. Theodón, y aun ahora no sé si ha
llegado.
3
Tampoco sabía que definitivamente hubiera Vd. salido de casa del señor De la
Bussiére, ni suponía que se decidiera Vd. a hacerlo sin avisármelo de
antemano; pues si ahora no tiene Vd. más sostén que yo, me pone en grave
aprieto, ya que al presente estoy en peores condiciones para ayudarle que lo
estuve nunca en el pasado, sobre todo por andar siempre tan alcanzado de dinero.
4
Acabo de instalar nuestro noviciado en una hermosa casa, ocupada anteriormente
por religiosas, y sita en uno de los arrabales de Roán;pues actualmente tienen
nuestros Hermanos las escuelas de esta ciudad; se encuentra allí el Hermano
Poncio; por todo eso me encuentro en tan grandes estrecheces de dinero.
5
No debiera Vd. haber contraído deudas sin previo consentimiento mío.
6
Ya le dije que todo lo que pudiera esperar de mí, al situarse por su cuenta en
Roma, sería que yo le ayudara durante seis meses o, a lo más, un año.
Después, ha venido el negocio de Roán, que me ha dejado sin blanca.
7
Lo, más que puedo hacer es pasarle cincuenta francos, vía Aviñón, por medio
del Sr. de Chateaublanc, tesorero del Papa, que ha establecido allí a los
Hermanos: son cinco por ahora; y les ha comprado la casa.
8
Por el Sr. Arzobispo de Aviñón podrá informarse en qué lugar paga en Roma,
el Sr. de Chateaublanc las rentas del Papa, y quién es ahí su corresponsal.
9
Se los remitiré al punto, aunque por ello habré de pasar apuros, ya que, hasta
corridos tres meses, no puedo pretender que se me adelante dinero; al contrario,
estaré atrasado [de pagos?]
10
No se vuelva a empeñar, por favor, sin contar conmigo, pues me disgustaría
mucho verme con deudas. No quiero más; nunca las quise ni las toleré en
ninguna de nuestras casas, y no hay cosa que me inspire más repugnancia; por
tanto, no vuelva a contar para nada, en lo venidero, conmigo en cuanto a
contraer deudas, porque nunca daré oídos a la menor propuesta.
11
En lo tocante a gastos, prefiero verlos venir a ser sorprendido por ellos; y no
tome ninguna providencia ni ninguna determinación sin pedirme previamente el
parecer; le contestaré inmediatamente.
12
Acabo de recibir su carta; la vía de Aviñón nos resulta my cómoda.
13
No sé si el Sr. Arzobispo de Aviñón, actualmente de Génova es ya Cardenal,
como decían había de serlo en llegando a Roma.
14
Sé muy bien que es preferible vivir en más aprietos, y sentirse desasido de
mundo, y mucho me alegro viéndole a Vd. en esa disposición; pero, puesto en
ella, o hay que entregarse resueltamente a la Providencia o, si faltan virtud y
fe para tanto, hay que tomar las debidas precauciones antes de ejecutar las
cosas; obrar de otro modo no es cristiano ni sensato.
15
Guárdese bien de dar letras de cambio a nadie, sin que yo lo haya ordenado,
porque no las pagaré. Al presente, no estoy en condiciones de abonar ninguna,
pues tengo que vivir al día. Recibirá Vd. el dinero sin cambio.
16
No entiendo qué quiere Vd. decir cuando escribe que verá la manera de poder
hacer algo por mí dentro de poco. Ruégole que seexplique mejor, pues me gusta
ver un poco más claro.
17
Me alegro mucho de que se le haya pasado el sarampión.
18
El Hermano Alberto me escribe, el 29 de agosto, que el Padre Inquisidor le ha
devuelto todos nuestros libros y que todos los ha aprobado. Cuando me comunique
Vd. su dirección, le diré a él que le envíe a ésa dos ejemplares de las
oraciones de la escuela y de la misa.
19
Hemos hecho reimprimir las de la escuela , con todas las rúbricas, de forma muy
útil para maestros y escolares.
20
Vamos a abrir un establecimiento en Marsella; allí estará el Hermano Alberto
hasta pasadas las Pascuas; entonces, acaso se lo envíe ahí, para que le ayude
un poco a adelantar los negocios, si no lo estuvieren bastante, ya que parece
cortado para ello. Los seis primeros meses hará maravillas.
21
Pida mucho a Dios que todo eso se realice de aquí a entonces, y que conduzca
nuestros asuntos en Roma y en todas partes según su santa voluntad.
22
Creía haberme explicado bastantemente con Vd. por Navidad.
23
Tenemos Hermanos en Dijón y en Brest; no sé si se lo había comunicado.
24
Le suplico que vaya con frecuencia a San Pedro para mostrarse muy sumiso a la
Iglesia, y soy, carísimo Hermano, todo suyo en Nuestro Señor
De
La Salle
20
Al Hermano Gabriel Drolin
París,
a 28 de octubre de 1705
1
No sé, carísimo Hermano, si habrá recibido mi carta en respuesta a su
anterior. Puse la dirección que Vd. me indicaba. Usted escríbame siempre vía
Aviñón.
2
Le dirijo la presente por el Sr. De la Bussière para no exponerme a engaño y
para mayor seguridad. En lo sucesivo, déme otra dirección, si ésta no le
conviene o indíqueme su domicilio.
3
Hace Vd. bien en esperar la disposición de la Providencia.
4
Le había rogado que no me contrajera deudas, porque de ningún modo quiero
oírlas mentar, y porque no debe Vd. esperar que pague ninguna ni acudiendo a
letras de cambio ni de ningún otro modo. Nunca quise deudas ni las quiero ahora
en absoluto.
5
Cuando necesite algo, comuníquemelo previamente. Ya sabe lo que le tengo
ordenado; por favor, aténgase a ello.
6
No debiera Vd. haber dejado la casa del Sr. De la Bussiére sin haberse
concertado conmigo y sin saber dónde podría vivir.
7
Ya le participé lo [poco] que a mí me sería posible hacer; tiene que tener en
cuenta lo que le digo.
8
Quiero ver claro en todo lo que emprendo.
9
Dios le había colocado a Vd. en casa del Sr. De la Bussière; allí debiera
haber permanecido hasta encontrar empleo que le permitiese vivir con
independencia.
10
Le comuniqué que podía enviarle cincuenta libras que esperan en Aviñón, por
las cuales probablemente no habrá que pagar el cambio.
11
Voy a enviar a Aviñón las oraciones de la escuela, que acabarnos de imprimir
con sus rúbricas. Desde allí se le podrán remitir a Vd. algunos ejemplares.
12
Una sola vez he visto al Sr. Theodón, y le encontré indispuesto.
13
En su última decía Vd. que me enviaba el recibo del Sr. Theodón. A pesar de
ello, no ha llegado a mis manos, ni venía incluido en su carta.
14
Será inútil que gire a mi cargo letras de cambio, pues no las podré pagar.
15
Harto sé cuán ventajoso es vivir alejado del mundo, mas para ello se ha de
contar con medios de vida y, antes de dejar el mundo, hay que saber dónde se
podrán conseguir.
16
Dirigí mi última sencillamente al Sr. Santenot; indague si se ha perdido o no.
17
Vea si Dios se digna manifestar que aprueba su trabajo, y si la Providencia le
ayuda, o si hay trazas de que le quiera ayudar.
18
Desearía mucho saber en qué barrio se aloja.
19
Ruegue a Dios por nosotros y créame, carísimo Hermano, todo suyo en Nuestro
Señor,
De
La Salle
21 Al Hermano Gabriel Drolin
París,
a 11 de febrero de 1706
1 Bien me di cuenta, carísimo Hermano, de que no era Vd. del todo dueño de sí cuando me escribió la carta anterior, a la que me propongo contestar ahora; con todo, yo he procurado no darle motivo para ello.
2
Mucho me alegra ver por su última que su disgusto se iba calmando, y espero que
se desvanecería del todo cuando recibió mi carta pasada.
3
Hará bien en cobrar cuanto antes los cien francos que tengo depositados para Vd.
4
Contestando a las explicaciones que me pide sobre mis cartas anteriores, le
diré que le he escrito en dos épocas distintas:
1º Cuando no tenía Vd. otra ocupación que cuidarse de los hijos del Sr. De la
Bussiére.
2º Cuando proyectaba Vd. tomar a su cargo una escuela, sin dejar de alojarse en
la casa de dicho señor.
5
En la primera temporada le insté siempre a salir de tal estado, por no creerlo
conforme con su vocación.
6
En la segunda le escribí que no podría Vd. contar con mi ayuda sino durante
seis meses o un año o, no recuerdo bien si dije un año o año y medio; pero no
pasé de ahí, si es que me alargué a tanto.
7
Consideré después como traza de la Providencia que el Sr. De la Bussiére le
instase a Vd. a comer en su casa, porque me veía muy apurado para ayudarle y
aun ahora lo estoy más que nunca.
8
No debiera Vd. haber salido de esa ordenación de la Providencia sin saber si lo
tendría yo por bien hecho, si me hallaba en condiciones de sostenerle y por
cuánto tiempo, y sin que hubiéramos de común acuerdo tomado decisiones en
firme sobre ese asunto.
9
Con todo, haré por Vd. cuanto me sea dable, aunque de momento disto mucho de
tener dinero, ya que debo cerca de novecientas libras.
10
Mucho me aflige ver la vida tan pobre que, según escribe, está llevando;
dígame, le ruego, qué puedo hacer para poner remedio.
11
Ya ve en qué situación me hallo yo; con todo, la de Vd. me parece embarazosa,
y me llega al alma.
12
Mucho me holgaría saber si en algo mejora su negocio.
13
En caso de que haya de pagarse en Roma el cambio de Aviñón, prefiero que
traigan aquí los cien francos y se abone aquí la letra de cambio del Sr. De la
Bussiére, pues de este modo nos ahorraremos el cambio y dispondrá Vd. de los
cien francos intactos. Dígame lo que convenga hacer.
14
He tardado en contestarle, porque no había reparado en la esquela incluida en
su carta, y porque creí que con mi última se había Vd. repuesto y
tranquilizado.
15
Desde hace quince días tenernos escuelas en Marsella.
16
No debe Vd. pensar en retirarse sin que, de común acuerdo, hayamos tomado las
debidas prevenciones.
17
Si, pasado algún tiempo, no logra Vd. que la situación mejore, para lo cual
hay que recurrir únicamente a Dios dejándole el cuidado, la dirección y las
oportunidades, yo tomaré medidas en el verano próximo para no dejar perecer lo
ya comenzado y para que salga Vd. de apuros y yo también.
18
Pida mucho a Nuestro Señor por éste y por todos nuestros negocios desde hoy
hasta Pentecostés.
19
Me he enterado de que el Cardenal Janson vuelve a Francia y de que el Sr.
d'Estrées le sucede en el cargo.
20
Ruégole no escriba, como acostumbra, a toda clase de personas. Esas inútiles
relaciones epistolares no dicen bien entre nosotros.
21
Me uno a Vd. en Nuestro Señor y quedo en su santo amor, carísimo Hermano, todo
suyo,
De
La Salle
22
Al Hermano Gabriel Drolin
París,
a 16 de abril de 1706
1 He recibido sus dos últimas, carísimo Hermano, fechadas la una el 23 de febrero, y el 2 de marzo la otra; pero la primera no me llegó por el Sr De la Bussiére, sino por la posta de Francia.
2
He remitido al Sr. Theodón la carta que para él me incluía.
3
Mucho me alegro de que tenga Vd. con el Sr. Divers la suficiente confianza para
decirle a quién escribe y por qué.
4
Me cuesta creer que se haya enterado de la carta dirigida al Gobernador de
Calais y de su contenido. Déjese, por favor, de escribir cartas tan inútiles
como ésa.
5
Debiera haberme enviado previamente el traslado de su autorización para
regentar escuelas, sin aguardar a que me enterara yo por otro conducto. Le
agradezco me lo haya enviado en su última.
6
No se me ha ocurrido ofenderme de que incluya otras cartas en las mías; no
aludía a ellas en lo que le escribí. Quería decirle que no escribiese ni
recibiese Vd. todas esas cartas inútiles, que no se acostumbran entre nosotros.
7
He ordenado a Aviñón que paguen la letra de cambio del Sr De la Bussière.
8
Procederé de manera que esté Vd. contento de mí.
9
Tenemos Hermanos en Marsella desde hace muy poco. En una sola escuela tienen ya
casi doscientos escolares. Hay escuelas en cuatro barrios, y las tendrán todas
en lo sucesivo.
10
Ya que cada día se acercan más a Vd. los Hermanos, es de esperar que acabe el
Señor por bendecir y acrecentar su escuela.
11
Trataremos de suministrarle los medios, y veremos lo que en breve podrá hacerse
a este respecto.
12
Ruegue mucho a Dios por nosotros, pues bien lo necesitamos. También nosotros le
pediremos por Vd., y procuraremos ayudarle y aliviarle cuanto nos fuere posible.
Un poco de paciencia todavía.
Todo
suyo en Nuestro Señor, carísimo Hermano,
De
La Salle.
23
Al Hermano Gabriel Drolin
París,
a 12 de mayo de 1706
1 Hasta ayer no recibí su carta, carísimo Hermano.
2
Hace tres días libré una letra de cambio contra los Hermanos de Aviñón, como
pago de las cien libras que debía Vd. al Sr. De la Bussière, le remito el
recibí para que lo pueda Vd. entregar a dicho señor y tomar el suyo, que
habrá Vd. de remitirme.
3
Creí que no había de pagarse ningún cambio sobre esas cien libras; supone
cada vez pérdida bien crecida, tal vez pudiéramos evitarla toda o al menos
buena parte de ella: hubiera debido Vd. avisármelo con antelación.
4
Estoy contrariado por el memorial que presentó Vd. al limosnero del Papa; no
creo haya sido oportuno.
5
Tiene Vd. motivo para creer que no le había yo olvidado, como ya se lo
escribí.
6
Si nada ha conseguido, dígamelo al punto, y en tal caso, no tiene más que
avisar al Hermano Alberto, de Aviñón, para que le envíe diez escudos; pero no
lo haga si algo ha obtenido Vd., porque se verá él muy apurado para
pagárselos.
7
De haber recibido su carta cuatro días antes, no hubiera cursado aquella letra
de cambio, sino que habría encargado a Aviñón de que le remitieran el dinero.
8
¿Se imagina que he de consentir se muera Vd. de hambre?
9
Tiene Vd. que ingeniarse para resistir hasta el mes de octubre; en esa fecha,
sin falta, yo introduciré algún cambio.
10
Hay que evitar a toda costa que los dueños de la casa que Vd. habita se la
incauten.
11
Tampoco es conveniente se dirija Vd. a su hermana.
12
La posta sale todas las semanas. ¿Por qué no me escribe?¿Cómo han podido
transcurrir cinco semanas sin hacerlo?
13
Ruégole no vuelva a proceder de ese modo, ni a tomar tales providencias, salvo
el caso en que sucesos del todo imprevistos, le impidan esperar mi
contestación.
14
Rezaré mucho y mandaré rezar mucho por Vd. y por sus negocios.
Todo
suyo carísimo Hermano, en Nuestro Señor.
De
La Salle
15
No me ha comunicado Vd. la fecha de las patentes. Se ha limitado a poner Datum,
etc... Envíeme, por favor, el traslado íntegro, y la copia [exacta] y las
firmas.
24
Al Hermano Gabriel Drolin
París,
a 21 de junio de 1706
1
Después de la del 16 de abril, carísimo Hermano supongo que obran en su poder
dos cartas, sin contar la presente.
2
En la primera le comunicaba que había cursado una letra de cambio sobre
Aviñón al Sr. Marteau, el cual no quiso admitir masque cien libras, aunque yo
le urgía para que la tomase de ciento siete.
3
Le mandé a Vd. el recibí que él me entregó, y le decía que lo entregara al
Sr. De la Bussière y exigiera Vd. de él otro que acreditase estaba Vd. quito y
libre, gracias a la suma que yo suministré al Sr. Marteau.
4
He avisado al Sr. Chateaublanc que le pase diez escudos. Dígame, le ruego, por
quién y de qué manera [los cobró].
5
No sé qué gastos ha podido Vd. hacer y de los cuales está arrepentido. Tenga
por seguro que no consentiré carezca Vd. de lo necesario.
6
Ocúpese tranquilamente en dar clase, y no se aventure a más, pues me parece
que, de otro modo, no ha de bendecirle Dios.
7
Ya ve de qué le sirven todos sus memoriales. No hable a Su Santidad, lo
echaría todo a perder; habrá que tomar otras providencias, para lo cual Dios
nos proporcionará los medios.
8
No desaproveche las coyunturas que se le puedan presentar, pero tampoco tenga
prisa.
9
Me decía Vd. que no me pedía sino [que le pague] los alquileres de la escuela
y de la habitación. ¿De qué vive? Guárdese bien de retirarse.
10
Pláceme que el Sr. Fieschi sea Cardenal.
11
El Sr. De la Tremouille ¿no es aquel sacerdote de Noirmoutier a quien yo
conocí de vicario general en Laon, que es jorobado, que de tiempo atrás vive
en Roma?
12
Dentro de cinco o seis meses, llegado que haya el Hermano de Aviñón a Roma, se
ofrecerá mejor coyuntura de introducirse, por mediación de Monseñor Fieschi,
que fue Arzobispo de aquella ciudad, prescindiendo de cualquiera otra
recomendación; sobre todo teniendo en cuenta que el vicelegado de Aviñón va a
ser o lo es ya Gobernador de Roma.
13
Pero no me gustan estas miras humanas; no se valieron de ellas los santos.
14
Me trata como si yo me mostrara en extremo duro con Vd. si no quisiera darle
cosa alguna. No sé si será debido a que no recibe mis cartas.
15
Le remití mi última por mediación del Sr. De Chateaublanc de Aviñón.
16
No creía yo que fuese la vida de Vd. tan dura como la pinta.
17
El Sr. Leroy, que anda por aquí, me dijo que había comido con Vd., que tenía
Vd., provisión de vino en la bodega y que era de lobueno.
18
Un sacerdote bretón que, después de obtener un curato, ha vuelto a su tierra,
y dice haber permanecido varios años en San Sulpicio y haber vivido cerca de Vd.,
ha dado a entender en su tierra que, cuando vino de ahí, era Vd. diácono. No
entiendo lo que quiere significar con eso.
19
Tampoco adivino lo que pretende Vd. decir cuando afirma que ha entregado una
letra de cambio de ciento siete libras al Sr. De la Bussière y que ha cursado
órdenes para el pago de mi letra de cambio, sin declarar a quién hay que
dirigirla. Puntualíceme bien lo que significa todo eso. Bien claro está lo que
sobre el particular le escribo en el encabezamiento de la presente.
20
Me avisan de Aviñón que se ha pagado la letra de cambio de Roma. Mire, le
suplico, no resulten marañas de todo eso.
21
No sé por qué me advierte que le escriba por Marsella. No le he escrito
todavía nunca por esa ruta.
22
Mis cartas por Aviñón no le tienen que costar, creo yo, sino cuatro sueldos,
pues ése es el coste de las de Roma a Aviñón. Escríbame con frecuencia.
23
Ruego al Sr. le colme de sus gracias, y soy, carísimo Hermano, todo suyo en
Nuestro Señor,
De
La Salle.
25 Al Hermano Gabriel Drolin
París,
a 26 de noviembre de 1706
1
He recibido su carta fechada el 16 de octubre, carísimo Hermano.
2
Creo no haber recibido otra suya desde el 24 de julio, fecha bien remota.
3
Siento mucho el percance que le ha ocurrido.
4
Pláceme haya Vd. cursado una letra de cambio sobre Aviñón, pues he ordenado
muchas veces que le envíen ese dinero. No sé por qué no lo han hecho.
5
Verdad es que me han hablado de la poca oportunidad y facilidad que se encuentra
para enviar dinero a Roma. Esté seguro de que se le remitirá esa cantidad.
6
Ha hecho bien desistiendo en sus diligencias para conseguir algo, y siento mucho
consuelo al ver el crecido número de escolares que siempre tiene; pero ¿no le
dice a Vd. nada ningún italiano tocante a la gratuidad de su escuela? ¿No
atrae eso la atención sobre Vd.? ¿Nadie pregunta de qué vive y quién le
ayuda a sostener gratuitamente esa escuela?
7
No estaba enterado del proceso de los señores de San Lázaro.
8
Efectivamente, sólo se pagan cuatro sueldos de correo desde Roma hasta Aviñón
por la posta del Papa. Así está consignado cada vez en las cartas que recibo
de Vd. Daré orden para que expidan la presente por la. posta del Papa; ya me
dirá Vd. el resultado.
9
Salude de mi parte al parisiense Sr. Leroy.
10
Mucho me gustaría saber qué es lo que hizo aquel bretón, lo cual de tal
manera le ha deshonrado; me gustaría mucho saberlo.
11
Conozco al Sr. Cardenal De la Tremouille; es hombre sencillo, de trato muy
llano.
12
He visto aquí al que fue vicelegado en Aviñón y que salió de allí por
agosto. Creo se ha vuelto a Roma. Es un sacerdote que mostraba mucho cariño por
las escuelas de Aviñón.
13
Le quedo muy agradecido por haberme informado, hasta en sus pormenores, del modo
como distribuye Vd. el tiempo.
14
Ruegue por nosotros, particularmente cuando reciba mi carta y desde el día de
Navidad hasta el domingo, día siguiente de Año Nuevo; empiece una novena, a
San Pedro por cierta necesidad especial, urgente y de importancia para la
comunidad. Si, aunque no lo creo, recibe mi carta con retraso, empiece más
tarde la novena, aun habiendo de concluirla después de aquella fecha.
15
Tenemos una casa vecina de la que habita su hermano; he logrado que le coloque
de sacristán, porque peligraba su salvación en el mundo; es demasiado débil;
ahora lleva vida muy ordenada y seria y se confiesa conmigo.
16
Ordinariamente vivo en esta casa, calle de San Honorato, porque regentamos las
escuelas de San Roque.
Todo
suyo, carísimo Hermano, en Nuestro Señor,
De
La Salle.
26 Al Hermano Gabriel Drolin
París,
a 1 de abril de 1707
1
Hará cosa de ocho días recibí su carta, carísimo Hermano.
2
Sentí mucho su enfermedad, y me alegré de veras porque Dios le ha devuelto la
salud.
3
Yo también he estado seis semanas muy indispuesto sin poder andar; ahora me
siento mucho mejor.
4
Extrañaba grandemente no tener noticias suyas, y eso me tenía preocupado.
5
No he entregado todavía a su cuñado el dinero que Vd. Me indicaba, pero, en
cuanto pueda, daré orden de que se lo remitan.
6
Hay que esperar aún algún tanto. Lo que pienso hacer es mandarle un Hermano
para fines de este verano, pues deseo con ansia procurarle algún alivio y mayor
facilidad para que se entregue a la oración.
7
Con todo, no veo qué pueda estorbárselo.
8
Ya estoy enterado de que la mayor parte de las ciudades de Italia ni son grandes
ni populosas; el Sr. Bonhomme, cuando vivía aquí, me explicó el porqué.
9
Ruegue mucho para que Nuestro Señor bendiga la que sólo es obra suya.
10
El Hermano Alberto ha fundado otro establecimiento en Valreás [que se haya] en
el Condado, y diócesis de Vaison.
11
El Sr. Obispo de Vaison, a quien ya conoce Vd., aprecia mucho a nuestros
Hermanos y les ha dado para alojarse su casa de Valreás.
12
El Hermano Poncio ha fundado hace poco una casa en Mende, ciudad episcopal de
Francia, a la entrada del Languedoc; allí ha caído enfermo.
13
Ruegue a Dios por nosotros y créame, carísimo Hermano, todo suyo en Nuestro
Señor,
De
La Salle,
14
Su última no llevaba fecha.
27
Al Hermano Gabriel Drolin
París,
a 14 de febrero de 1710,
1
Recibí lleno de júbilo hace pocos días, carísimo Hermano, su carta del 7 de
noviembre, remitida por su hermano.
2
Yo le tengo escritas dos cartas, una en el mes de agosto, y la otra hacia fines
de noviembre, las cuales me dice el Hermano Poncio haber entregado personalmente
al peatón. Las dirigí al Sr. De la Bussière, para que se las entregara a Vd.
3
Si no conviene dirigírselas a él, dígamelo e indíqueme una dirección
segura, sea a Vd. directamente, sea a otro, pero, por favor, de manera que no se
puedan extraviar.
4
Me alegro mucho de que tenga al presente una escuela del Papa; esto es a lo que
yo aspiraba.
5
He ordenado al Hermano Poncio salude de mi parte al Sr. Obispo, de Cavaillón,
dado caso que esté allí, y que le exprese mi agradecimiento por las bondades
que ha tenido con Vd.
6
Habrá que estudiar el modo de que en lo sucesivo resida ahí otro, Hermano con
Vd.
7
He visto con gusto que ha dejado Vd. la casa del Sr. De la Bussiére; le escribo
agradeciéndole el afecto que a Vd. ha mostrado y el favor que le dispensó. Le
aseguro igualmente que no le olvidaré y que rogaré y haré rogar a Dios por
él y su familia.
8
Huélgome que haya estado de ejercicios espirituales, con el fin de recobrar y
acrecentar en sí el espíritu de su estado y el de oración. Pediré a Dios que
se lo conceda.
9
Estoy bien persuadido de que es gran desventura verse obligado a alternar con el
mundo, y gran ventura para Vd. el haberse, en buena parte, desligado de él. Vea
la manera de desentenderse también de esos ordenandos.
10
Puede estar seguro de que no dejo de rogar a Dios por Vd.
11
Me alegra mucho el que se halle en perfecta salud.
12
Ya sé que donde Vd. se encuentra hay en qué trabajar y me alegro de que tenga
muchos discípulos.
13
Sé también que la corrupción es ahí grande, y que se requiere,
particularísima atención y vigilancia sobre sí mismo para librarse de ella;
por eso bendigo a Dios que le ha preservado hasta ahora con su gracia.
14
Durante el tiempo que Vd. no me ha escrito, si no me engaño, se han establecido
los Hermanos en Grenoble, Alais, Mende y Macón.
15
Ruegue a Dios que bendiga nuestro Instituto créame, carísimo Hermano, todo
suyo, en Nuestro Señor.
De
La Salle.
28
Al Hermano Gabriel Drolin
A
12 de mayo de 1710
1
Su carta no traía fecha. Me ha producido sumo consuelo su última, carísimo
Hermano.
2
Dice Vd. que de mis cartas sólo ha recibido la del 14 de febrero; con todo, he
de decirle que, desde el pasado mes de agosto o septiembre, era ésa la tercera
que le escribía, preocupado siempre por tener noticias suyas.
3
Me apena mucho que, como consecuencia de no haber recibido cartas, haya Vd.
amenguado en el fervor.
4
Hubiera sido muy de lamentar que suprimiese Vd. la escuela, ya que, según todas
las trazas hasta el presente, Dios desea que continúe.
5
Naturalmente que hay que explicar cada día el catecismo a los escolares.
6
No comprendo por qué dice que le resulta difícil llevar sus escolares a misa
por hallarse solo.
7
La razón mas poderosa de las que aduce para tener ahí quien le secunde es que
Vd. ya no es joven y que parece llegado el tiempo de iniciar a otro en las
costumbres y en la lengua del país.
8
Ya me hago cargo de las razones que Vd. alega en contrario y es difícil poner
remedio a la primera de ellas; en primer lugar porque, sobre todo ahora que el
precio de la moneda ha subido en Francia, se origina enorme pérdida con el
cambio, y como los tiempos que corren son tan malos, resultaría muy dificultoso
suministrarle lo mínimo necesario para cubrir gastos. Doce pistolas se
convertirían aquí al pagarlas en más de veinticuatro; pero, como me indica Vd.
que se trataría de un año solo, no hay por qué examinarlo tanto.
9
No entiendo qué quiere significar cuando dice que hasta el presente sólo ha
parecido Vd. regular a medias. ¿Por ventura ha variado usted algo en el hábito
o en su porte exterior? ¿En qué ha consistido? Especifíquemelo.
10
No cabe duda de que, si fueran ustedes dos, deberían presentarse en público de
modo uniforme. Bueno seria que hablase Vd. de eso al secretario del cardenal
Vicario.
11
No sé por qué me dice que la pistola mensual que se le abona lo es a título
personal, y no como a maestro de escuela. Me parece que Vd. comunicó a su
hermano que figuran las armas del Papa sobre la puerta de la escuela que Vd.
dirige, y que es una de las escuelas pontificias.
12
Desde entonces, así lo he creído yo, como también que la razón de vivir
junto a los Capuchinos es que la escuela regentada por Vd. radica en ese barrio.
13
Sería muy conveniente que tuviera Vd. una de esas escuelas, con el título
correspondiente.
14
Procuraré enviarle el ayudante en las próximas vacaciones; procure disponerlo
todo para el caso.
15
Le enviaré dos ejemplares de las oraciones de la escuela. Hay depósito en
Aviñón, el Hermano Poncio puede remitírselas. Me gustaría que le escribiese
Vd. de vez en cuando.
16
No he pensado aún ir a Roma, y al presente no podría hacerlo sino con mucha
dificultad.
17
No dejo de rogar a Dios por Vd. y por el éxito de sus trabajos.
18
Me apena que se haya Vd. visto obligado a alternar tanto con el mundo, y no me
cuesta creer que, a causa de ello, se haya entibiado en la piedad. Entréguese
de nuevo, le suplico, resueltamente a la oración.
19
Algunas de sus cartas y de las mías, por fuerza, han debido extraviarse. Había
pensado escribir a algún capuchino, por ver si le llegan a Vd. más pronto mis
cartas por ese conducto.
20
Hace ocho días supliqué incluso al Sr. Divers, que pasó por aquí, escribiera
a Roma para que le hicieran saber a Vd. cómo le tenía escritas muchas cartas y
cómo vivía muy apenado por no recibir noticias suyas. Me dijo que escribiría
hace ahora ocho días, y que le dirigiese yo a Vd. directamente mis cartas.
21
Ha hecho muy bien no aceptando la colocación que le brindaban; eso lo hubiera
echado todo a perder, y, como con razón dice Vd., se habría inutilizado la
labor de ocho años.
22
La carta que asegura Vd. haberme escrito por esa fecha, no la he recibido.
23
Lo que le da el Papa viene a ser, según eso, como una limosna; explíqueme de
qué se trata en realidad.
24
Me han escrito que pretendía Vd. tonsurarse; precíseme qué hubo de ello.
Harto sabe que es contrario a las prácticas de nuestra comunidad.
25
No es cierto que me explique a medias con Vd.; le digo sencillamente las cosas
como las pienso.
26
Dése arte para acrecentar el número de escolares.
27
Pláceme que vaya de vez en cuando a hacer ejercicios con [los Padres de] la
Misión.
28
Me decía Vd. en su anterior que tenía por lo menos sesenta discípulos.
29
Mucho me alegro que se haya desentendido de los ordenandos; procure desligarse
cuanto antes de lo demás.
30
Pido a Dios que le comunique su espíritu, y soy, carísimo Hermano, todo suyo
en Nuestro Señor,
De
La Salle.
29
Al Hermano Gabriel Drolin
Marsella,
24 de agosto [1711]
1
Le escribo, carísimo Hermano, por medio del señor Conde Miaczinski, hijo de
tesorero mayor de Polonia, que se dirige a Roma con su ayuda de cámara para
estudiar teología.
2
Aunque sea el primogénito de la familia, prefiere renunciar al mundo y estudiar
teología.
3
Búsquele, por favor, el día que llegue, una hospedería donde esté bien
atendido. Es un señor muy piadoso, con quien me unen particulares relaciones;
podrá serle a Vd. muy útil.
4
Le escribí desde Aviñón; creo habrá recibido mi carta y la habrá
contestado.
5
Sin tardanza le podremos mandar un ayudante; pero le suplico no deje el hábito
de nuestros Hermanos.
6
No preste atención a lo que le digan sobre ese asunto los señores de San
Lázaro. Los de París quisieran encontrar modo de destruir nuestra comunidad.
Huélgome de la seguridad con que puedo escribirle esto.
7
Le ruego que me escriba de vez en cuando y que se desenvuelva ahí del mejor
modo para procurar el mayor bien posible a nuestra comunidad. El señor Conde
podrá serie para ello de mucha utilidad.
8
Déme cuenta exacta del estado de sus negocios. Sería muy de desear que las
seis escuelas del Papa en Roma estuviesen todas ellas dirigidas y a cargo de los
Hermanos.
9
Haga cuanto pueda en favor del Sr. Conde de Miaczinski; a Vd. le será de
provecho y a nosotros también.
10
Acabamos de abrir las escuelas de Versalles, Boloña del Mar y Mulins. Pida a
Dios que las extienda cada día más.
11
Ruego a Nuestro Señor le colme de sus gracias, y me digo, carísimo Hermano,
todo suyo en Nuestro Señor,
De
La Salle.
12
Vuelvo a Francia.
13
Déme cuenta de cómo le ha recibido el Sr. Cardenal de La Tremouille.
14
He comido con el Sr. Obispo de Cavallion, a quien agradecí las atenciones que
tuvo con Vd.
30
Al Hermano Gabriel Drolin
[Marsella,
julio de 1712]
1
Hubiera deseado, carísimo Hermano, ir a verle, y estaba a punto de realizarlo
en compañía de un tal Sr. Ricordeau, canónigo de una colegiata de Troyes, que
salió para Roma hará cosa de un mes; pero se me interpuso entonces aquí un
negocio urgente que retrasó el viaje; a pesar de ello, el negocio no ha
prosperado.
2
Dificultoso me será enviarle un Hermano antes de que funde en esta comarca el
noviciado que inmediatamente pienso inaugurar, porque aquí desean naturales de
la misma tierra, a causa de la diferencia que existe entre su lengua y la de
Francia.
3
Tiene razón en no acompañar de continuo al Sr. Conde.
4
Me alegro de que el Sr. Conde se lo haya pagado a Vd. todo.
5
Avíseme si, cuando vaya yo a visitarle a Vd., he de llevar libros para él y
por qué suma, pues no quiero verme luego obligado a esperar que me los pague.
6
En cuanto esté en condiciones el noviciado, iré a verle y a platicar con Vd.
7
Me contestado inmediatamente a todas sus cartas y a lo relacionado con la
partida de bautismo. Le precisaba a Vd. cómo habían respondido que, para
extenderla, era necesario conocer el año y el día del nacimiento, por lo menos
el año.
8
Esto le contesté a Vd. en la carta que ya debe haber recibido. Si me comunica
Vd. esos datos, se la remitiré en seguida, porque el registro está
exclusivamente en poder del escribano de la bailía.
9
Le envío todas las estampas que se han encontrado en casa.
Todo
suyo, carísimo Hermano, en Nuestro Señor,
De
La Salle
10
Aquel Sr. Ricordeau está en entredicho; no sé por qué. Tal vez sea ése el
motivo de su ida a Roma. El no me lo ha dicho, pero, si yo le avisé a Vd. que
le prestase alguna ayuda, fue porque él me lo suplicó. Si está aún en Roma,
no haga nada en su favor sino con cautela.
11
A pesar de sus requerimientos, no le di cartas para nadie más que para Vd., por
no meterme en enredos, ya que ignoro en qué negocios anda y cuáles son sus
designios.
31
Al Hermano Gabriel Drolin
Marsella,
16 de diciembre de 1712
1
Me parece, carísimo Hermano, que no debería haber prestado ni adelantado tanto
dinero al Sr. Conde; eso no cuadra bien, sobre todo entre nosotros; no hubiera
debido Vd. prestarle nada en absoluto.
2
Ahora ya no puedo decirle sino que ya es cosa hecha; a Vd. le correspondía
consultar antes de decidirse a obrar, y no ya consumado el hecho. De haberme Vd.
hablado previamente, le hubiese respondido que no le prestara nada.
3
Esa es tan sólo la tercera de sus cartas, desde la salida del Sr. Ricordeau, y
a las tres he respondido: a la primera, por el Sr. Vicario de San Marcial, de
París; a la segunda, por la posta, y ésta es la contestación a la tercera. A
todas sus cartas he contestado desde que me hallo en esta tierra.
4
Estoy dispuesto a enviarle un compañero, pero no podrá ser hasta después de
Pascua.
5
¿Es cierto que lleva Vd. sotana y manteo largos, como me ha asegurado el Sr.
Ricordeau, el cual se ha vuelto de ahí en las galeras del Papa?
6
De ser así, ¿cómo quiere Vd. que encuadre ahí su compañero, pues los dos
han de vestir del mismo modo y llevar el hábito de la comunidad?
7
También, según parece, lleva Vd. un sombrero muy pequeño. Los señores de San
Lázaro no cambian de sombrero en Italia.
8
Mucho me agradaría que el compañero sirviese para apartarle a usted del trato
frecuente con el mundo, y que le pasaran la pensión del Papa [también a él].
9
Yo considero, efectivamente, lo que se ha iniciado en Roma como negocio de
importancia; pero será preciso dar tiempo a que el noviciado que he establecido
aquí hace cuatro meses esté bien formado, tanto para ir yo a verle a Vd. como
para enviarle alguno que sea de esta tierra.
10
Paréceme que no debe desentenderse fácilmente del Sr. Conde.
11
El Sr. Ricordeau me ha dicho que le vendió a Vd. por seis testones un cordón
de oro que le costó a él más de un luis de oro.
12
Es hombre que no merece mucho crédito. Estaba en entredicho; ¿le han
rehabilitado en Roma? Creo que éste fue el motivo de su ida ahí.
13
Yo no hubiera querido interesarme por él. Llegó incluso a indisponerse conmigo
porque no accedí a procurarle cartas aquí; mas todo me tenía sin cuidado,
desde el punto que no quiso declararme el motivo de su viaje a Roma, y sabiendo
yo que estaba interdicto por su Obispo, a quien estimo y venero mucho. Me parece
haber oído que aquí ha celebrado la santa misa.
14
Hay también un sacerdote, a quien yo he colocado, y que ha vivido algún tiempo
con nosotros; éste ha incurrido también en entredicho, por haber ido a la
guerra después de ordenado; es un hombre de cincuenta y cuatro o cincuenta y
cinco años.
15
Si solicitara su rehabilitación, sea por un banquero, sea por sí mismo
ruégole a Vd. declare, donde sea preciso, que no se la concedan sin que se me
oiga previamente.
16
Pertenece a la diócesis de Roán. Su rehabilitación no redundaría ni en su
bien propio ni en el de la Iglesia. Se llama, a lo que me parece, Sr. Celisier;
es del mismo Roén, pues ha mudado de nombre y conserva el de guerra, esto es,
Saint-Georges.
17
El Sr. Ricordeau me ha dicho que en una de las escuelas del Papa hay un maestro
ya de mucha edad, cuyo cargo podría recaer fácilmente en un Hermano, Y que en
Roma no hay más que tres escuelas del Papa ¿Es todo eso cierto?
18
También me ha dicho que no llegaban a treinta los discípulos que Vd. tiene, y
que no era muy asiduo en frecuentar la escuela.
19
Hacía Vd. bien yendo como iba a explicar el catecismo a los franceses pobres de
los dos hospitales de que me habló, y sería conveniente que continuara
haciéndolo.
20
Es maledicencia del Sr. Ricordeau andar diciendo que los Hermanos de Troyes
trataron de irse a las manos.
21
Dice que sólo una vez le invitó Vd. a comer, por más que Vd. afirme fueron
siete u ocho. Yo sólo una vez le he tenido a comer en casa, antes de irse, y al
volver, ninguna. A pesar de que él hubiera querido venir aquí a menudo con ese
fin.
22
Pero ¿cómo ha podido hablarse de mí a la reina de Polonia?
23
Mi viaje a Roma se retrasará mucho tiempo.
24
Le suplico que pida a Dios por nosotros, y me digo, carísimo Hermano, todo suyo
en nuestro Señor,
De
La Salle
25
El Sr. Conde me pide libros. Y otras cosas por valor de doscientos francos, pero
no puedo llevarle ni enviarle cosa alguna, mientras no tenga la seguridad de
que, en llegando, he de cobrar el dinero.
32
Hermano Gabriel Drolin
San
Yon, arrabal de Roán, a 5 de diciembre de 1716
1
Muy a pesar mío, carísimo Hermano, me ha resultado imposible escribirle desde
hace tanto tiempo. Le escribí repetidas veces sin obtener respuesta suya. Lo
atribuyo a que han debido de interceptar mis cartas, como sé que han
interceptado algunas que Vd. me ha dirigido.
2
En todo este tiempo me han ocurrido cosas muy desagradables, y al presente
resido en una casa del arrabal de Roán llamado San Yon, donde radica el
noviciado.
3
Le aseguro que siento mucha ternura y afecto por Vd., y que ruego a Dios por Vd.
muy a menudo.
4
Puede escribirme cuando guste. Confío en que será fiel en remitirme sus cartas
el Hermano que vive actualmente en Aviñón; es muy prudente; yo le contestaré
a Vd. sin falta.
5
Casi diez meses seguidos he estado enfermo en esta casa, donde vivo desde hace
un año.
6
El proceder del Sr. Arzobispo de París produce turbación entre los obispos. No
sé lo que sobre esto pensarán en Roma.
7
Su última me ha consolado mucho, y su continuado afecto y tierno corazón me
han alegrado sobremanera.
8
Dénos a conocer, por favor, cómo andan sus negocios.
9
En las vacaciones pasadas pensé enviarle un Hermano que ha estado en Roma y
sabe algo de italiano, y que, además, es muy juicioso y buen maestro; pero le
hemos dado destino en otra parte, por creer que sus servicios en este lugar eran
de mucha trascendencia.
10
Los Hermanos se disponen a celebrar una asamblea desde la Ascensión hasta
Pentecostés, con el fin de ordenar muchas cosas relativas a las Regias y al
gobierno del Instituto.
11
Le ruego a Vd. que dé su consentimiento a todo lo que se determine en dicha
asamblea por los Hermanos más graves de la Sociedad,
12
Supongo que sigue Vd. como siempre con sus escuelas. Dígame, le ruego, cuántos
escolares tiene en ellas.
13
Su sobrino vino a visitarme; me dijo que quería ser Hermano; que le había
visitado a Vd., y que iba Vd. a hacerse sacerdote. Como es poco reflexivo, le
despedí para pensarlo, y no he vuelto a tener noticias de él.
Todo
suyo, carisma Hermano, en Nuestro Señor,
De
La Salle.
33
Al Hermano Huberto
A
5 de mayo de 1702
1 Una de sus primordiales preocupaciones, carísimo Hermano, ha de ser dedicarse a la oración y a la escuela, porque éstas son sus principales ocupaciones, y de ellas dará a Dios cuenta más estrecha.
2
Tiene que dejarse guiar, carísimo Hermano, como hijo de obediencia que no tiene
otra mira que la de obedecer y, al obedecer, cumplir la voluntad de Dios.
3
Guárdese mucho de emplear nunca expresiones como "quiero", "no
quiero", "es preciso". Tales términos y modos de hablar causan
horror, no pueden menos de retraer las gracias de Dios, quien sólo las otorga a
los que no tienen más voluntad que la divina, pues, como dice San Bernardo,
solo la propia voluntad conduce al infierno.
4
Cuando padezca penas de espíritu, decláreselas a su director, y verá como
Dios le bendice, o concediéndole la gracia de soportarlas por su amor, o
librándole de ellas.
5
Evite con cuidado el dejarse guiar por el antojo, porque tales acciones son
aborrecibles a los ojos de Dios.
6
La virtud a que principalmente debe aplicarse es la obediencia.
7
En la oración, déjese conducir plenamente por Dios, y déle pruebas frecuentes
de que nada apetece fuera del cumplimiento de su santa voluntad.
En
su santo amor, me digo, carísimo Hermano, todo suyo,
De
La Salle
34
Al Hermano [Huberto]
París,
1 de junio de 1706
1
Mucho consuelo he tenido, carísimo Hermano, al saber por su última que está
en la disposición de confiarse totalmente a Dios.
2
No acierto a comprender el motivo de sus incertidumbres sobre la vocación.
3
En lo concerniente a los votos, no me toca a mí decidir lo que Vd. ha de hacer;
la decisión ha de partir de Vd. mismo. Como solicita mi opinión, he de decirle
que no veo razón alguna que pueda ser obstáculo a que Vd. los emita.
4
Hay que acomodarse a [lo prescrito en] la Regia para las mañanas del jueves,
día de asueto.
5
No se debe leer nunca durante la santa misa, cuando se asiste a ella con los
escolares.
6
No se altere por las tentaciones ni por los movimientos de impureza; procure
pensar en otra cosa.
7
Cuando en la escuela se sienta movido a la impaciencia, quédese algún tiempo
sin obrar ni hablar, hasta que aquel impulso haya pasado.
8
Procure mostrarse siempre grave en la escuela; de ello depende el orden, en
buena parte.
9
Cuide de que se siga hablando de cosas edificantes en los recreos, y vele por
que no se digan cosas inútiles.
10
Al ejecutar sus acciones, tenga siempre alguna intención que las dirija a Dios;
esto es de importancia para obrar cristianamente.
11
Durante la oración, sea fiel en seguir el método.
12
Tome medidas para que el Hermano Clemente recobre del todo la salud.
13
Ruégole que no se mande hacer nada, ni retribuyéndolo ni de ninguna otra
manera, sin [mi] autorización.
14
Hizo Vd. bien no cumpliendo los encargos que le dio el Hermano Casiano. Entre
nosotros, las visitas de ese género sobran.
15
Cuando falten pocos días para la carta mensual, no deben escribir, sino en caso
de necesidad extrema.
16
El Hermano Roberto no debe volver a París.
17
No hay que trabajar en la huerta durante los recreos, a no ser que se dedique
uno a regar; y aun eso puede hacerlo el Hermano sirviente; lo mejor es que un
hortelano se dedique a las tareas de la huerta.
18
Nada debe Vd. omitir para que funcionen bien las escuelas, y en especial la
suya.
19
Hay que tener sumo cuidado para que los Hermanos no se hablen en ella.
20
Esté seguro de que tengo en mucho su alma, y que me cuidaré de ella; las
razones que me aduce para hacer confesión general no son suficientes para
obligarle a ello. Lo mejor que efectivamente, puede Vd. hacer es entregarse en
las manos de sus superiores.
21
Por lo visto, habla Vd. a los Hermanos del Hermano Carlos, pues quienes no le
conocen hacen alusiones a él; eso está muy mal.
22
Las tentaciones de impureza que le asaltan no deben turbar su espíritu ni
impedirle la comunión.
23
Propóngame cuanto juzgue oportuno en relación con el gobierno [de la casa] ;
yo trataré de ayudarle en ello.
24
No deben llevarse antorchas ni en San Martín ni en ningún otro sitio. Si se
hizo el año pasado, nadie hasta la fecha me ha hablado ni escrito sobre ello;
dígame quién era director por esas fechas.
25
No es exacto que los Hermanos sirvientes estén dispensados de las novenas. Si
el Hermano Isidro no las hizo, que haga una.
26
Siguiendo el consejo del Sr. Párroco de San Pedro, sea firme en exigir que
asistan con puntualidad los escolares, aun cuando deba Vd. quedarse con sólo
cuatro, y lo mismo le digo respecto de las demás clases que de la suya.
27
Cuide mucho, por favor, de que se pasen bien los recreos. Ya sabe que reír en
ellos con ligereza no conviene a hombres como nosotros. El recreo es uno de los
puntos que más deben reclamar su atención; hace bien exigiendo que se observe
la Regia exactamente.
28
Nada deseo tanto como contribuir a concertar su interior, dándole avisos en
conformidad con lo que Vd. me escribe.
29
Dicen que las escuelas del Hermano Esteban y del Hermano Isidro vienen muy a
menos; atiéndalas mucho, por favor.
30
Exija de los Hermanos que le den cuenta de su conducta y de su conciencia.
31
El Hermano Clemente dice que le han advertido de que va al refectorio a
destiempo para comer, que bebe vino de ajenjos, etc. Tales cosas no deben
decirse en la advertencia pública, ya que tales cosas no pueden hacerse sin
orden del Hermano Director.
32
El trabajo no ha de impedir que el Hermano Isidro estudie el catecismo, pues
más necesario le es saberlo que trabajar. No me parece tampoco conveniente que
trabaje durante el recreo largo de los jueves.
33
Gobierne su casa de manera que se acomode en un todo a la observancia.
Todo
suyo en Nuestro Señor, carísimo Hermano,
De La Salle.