San
Juan de Ávila
Carta del auctor á un señor destos reinos, animándolo á que se dé á buscar sobre toda cosa la gracia del Señor, porque en Él están todas las cosas
Pues
que la vida cristiana haze poco caso del cuerpo, y su principal trato es en el
espíritu, no es mucho que sin aver visto á V. S. sea muy dado á su servicio
con dessearle mucha gracia delante los ojos de Dios, y con supplicarlo al mismo
Señor en mis oraciones y sacrificios, y con muy verdadero coraçón para en
todo lo que más pudiesse ayudar á V. S., para que gane esta corona en el cielo
prometida; porque, á mi ver, el cristiano, ó no tiene más de un negocio, ó
éste es el principal, conviene á saber, hallar gracia delante de Dios; pues
tenerlo contento es la mayor de las buenas dichas que nos pueden venir. Porque
sin esto ¿qué es todo sino pesadumbre y pobreza?: y teniendo este negocio bien
hecho, no ay cosa que dañe, pues teniendo á Dios, no se deve nadie tener en
menos, aunque todos los trabajos vengan sobre él; y creo que una de las causas
por que muchos se quedan sin tener á este Señor, y se contentan con las
poquedades del mundo, es por no conocer el valor dél, ó por no conocer la gana
que tiene de darse; porque quien en un bien solo halla juntos todos los bienes,
y que le están rogando con él, más querría tener aquel que andarse cansando,
y mendigando de las criaturas de cada una alguna parte, y después de muchos
trabajos quedarse tan vazío como si ninguna cosa uviera alcançado.
Denos
Cristo su luz para que alcemos á Él nuestros ojos, y nos parezca tan digno de
ser querido que sin miedo ninguno demos por le aver quanto por Él nos pidiere;
porque quien por Dios quiere dar algo, y algo no, baxamente siente dél, y por
esto merece quedarse sin Él, pues tan mal responde al precio con que Dios nos
apreció quando todo se dió en la cruz por nuestro amor. Mucho se ha de dar por
el que es mucho; mucho se ha de estimar la gloria de todo lo criado, y quanto
más nos doliere lo que nos pide por sí, tanto más alegrarnos por tener en
qué honrarlo y enseñarle el amor.
Y
si esto está bien á todos ¿quánto mejor á las personas de estado, á las
quales el Señor dió más aparejo para le servir y les dotó de mayores
mercedes?
Yo
he dado gracias á Nuestro Señor por la buena parte que del servicio de Dios á
V. S. cabe. A su misericordia plega darle cada día mayor y mayor gracia, para
que vaya ganando más gloria delante de Dios, y dándole perseverança en su
amor, pues al que persevera está prometida aquella celestial corona.