Comunidad de las Bienaventuranzas


CIUDAD DEL VATICANO, vienes, 12 mayo 2006 (ZENIT.org).- Publicamos la descripción que presenta el «Repertorio» de «Asociaciones Internacionales de Fieles», editado por el Consejo Pontificio para los Laicos, de la Comunidad de las Bienaventuranzas.

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DENOMINACIÓN OFICIAL: COMUNIDAD DE LAS BIENAVENTURANZAS

FUNDACIÓN: 1973

HISTORIA: La Comunidad de las Bienaventuranzas nació en Montpellier, en Francia, con el nombre de «Léon de Juda et Agneau Immolé», por iniciativa del matrimonio Gérard (Ephraïm) y Josette Croissant que, con otro matrimonio amigo, se sintieron llamados a una vida comunitaria de oración y de compartir. En 1975 la Comunidad se transfirió a Cordes. Reconocida como Pía Unión en 1979, en 1985 pasó a ser Asociación de fieles de derecho diocesano, con la aprobación ad experimentum de los Estatutos por parte del Arzobispo de Albi. En 1991 los responsables, con el fin de hacer más explícita la apertura de la Comunidad a los pobres, decidieron adoptar la denominación actual, más sencilla para llevarla a las culturas de los distintos países del mundo donde ya está presente. La Asociación es miembro de la Catholic Fraternity of Charismatic Covenant Communities and Fellowships (Comunidades y Asociaciones Carismáticas de Alianza). El 8 de diciembre de 2002 el Consejo Pontificio para los Laicos decretó el reconocimiento de la Communauté des Béatitudes como asociación internacional de fieles de derecho pontificio.

IDENTIDAD: La Comunidad de las Bienaventuranzas reúne a fieles de todas las condiciones (laicos casados o no, seminaristas, sacerdotes, diáconos permanentes, hombres y mujeres consagrados en el celibato), deseosos de conformarse lo más fielmente posible al modelo de la comunidad cristiana primitiva a través de una vida en común, del compartir los bienes, de la pobreza voluntaria y de una intensa vida sacramental y litúrgica. Los miembros de la Comunidad, que tiene una vocación contemplativa de inspiración carmelita, están activamente comprometidos en el servicio a los pobres y en el anuncio del Evangelio. El itinerario de formación, que inicia con una introducción a la vida comunitaria, al espíritu y a la regla de la Comunidad, comprende una formación común en el ámbito doctrinal, espiritual, humano y profesional, en el período del postulado y del compromiso temporal que es momento de discernimiento de la propia vocación y de reforzamiento de la unidad comunitaria; una formación específica para cada estado de vida, que precede las grandes etapas que marcan el compromiso dentro de la comunidad y que está orientada a ayudar a los miembros a vivir en plenitud y en el tiempo la propia vocación; una formación permanente para todos que abraza entre otras cosas el estudio de la liturgia, de la iconografía, de la Sagrada Escritura, del hebreo y de las raíces hebreas del cristianismo, de las lenguas modernas, de las metodologías de evangelización. ESTRUCTURA La Comunidad de las Bienaventuranzas, guiada por un Moderador general elegido y coadyuvado por un Consejo, está constituida por casas agrupadas en provincias. A la comunidad se puede pertenecer como consagrados, hombres y mujeres que viven los consejos evangélicos de la pobreza, la obediencia y la castidad y, libres de las preocupaciones del mundo, se dedican con celo a la oración, a la lectura espiritual y al servicio del prójimo; como familiares, personas que viven de forma estable en una casa de la Comunidad, comparten la vida y son parte integrante de la «familia», sin asumir toda la vocación comunitaria; como amigos del Cordero, fieles de todas las condiciones deseosos de compartir la espiritualidad de la Comunidad que, insertos plenamente en el mundo, ponen en el centro de su existencia la fidelidad al Evangelio, la oración, el servicio, haciendo referencia a una casa de la Comunidad, con la que establecen lazos de comunión espiritual y de ayuda fraterna; como miembros de las Bienaventuranzas de la Santa Familia, familias o personas no casadas que viven en proximidad de una casa de la Comunidad con la que mantienen estrechos lazos y, deseosos de vivir un compromiso en el espíritu de la Comunidad de las Bienaventuranzas colaboran en sus actividades apostólicas.

DIFUSIÓN: La Comunidad de las Bienaventuranzas cuenta con unos 1.500 miembros y está presente en 29 países distribuidos del siguiente modo: África (6), Asia (4), Europa (11), Norteamérica (3), Oceanía (2), Oriente Medio (2), Sudamérica (1).

OBRAS: Por iniciativa de la Comunidad de las Bienaventuranzas han nacido Alliance de la Charité, organización no gubernativa de ayuda a las Iglesias de los países en vías de desarrollo y a las misiones; un hospital en Kabinda, en el Congo; orfanatos en el Congo y en Gabón; Mère de Miséricorde, obra para la defensa de la vida; las Fraternités Saint Camille, centros diocesanos de acogida y escucha; una casa editorial y una emisora de radio; la Ouvre Saint Bernard, para el desarrollo del arte sacro y de las obras de arte de inspiración cristiana; seminarios interdiocesanos en Costa de Marfil y en el Congo; centros de formación rural y estructuras de recuperación para niños de la calle en la República Centroafricana; la asociación Soleil de Justice, que reúne a hombres políticos cristianos africanos.

PUBLICACIONES: Feu et Lumière, revista mensual de vida espiritual; Troas, revista misionera trimestral; Kaïré, revista mensual de la obra Mère de Miséricorde; La lettre de Monsieur Ollier, revista bimestral de espiritualidad sacerdotal.

PÁGINA WEB: http://www.beatitudes.org

SEDE CENTRAL: Modération Générale de la Communauté des Béatitudes
Les Buissonnets - 47360 Prayssas (Francia)
Tel. [+33]05.33770730 - Fax 05.53950210
E-mail: secretariat-administratif.beatitudes@wanadoo.fr


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