Nuevo descubrimiento sobre la «muerte cerebral»
Una paciente respondió a estímulos verbales
ROMA, miércoles, 20 septiembre 2006 (ZENIT.org).-
Mientras que expertos médicos, filósofos, científicos y moralistas consideraban
la semana pasada el tema de la muerte cerebral en la Academia Pontificia de
Ciencias, el mundo escuchaba las sorprendentes noticias de una paciente
proclamada prácticamente «muerta cerebral» que de hecho no lo estaba.
Científicos que estudiaban el cerebro de la mujer inglesa de 23 años en coma
descubrieron que ella podía incluso responder a sus órdenes verbales.
El padre Gonzalo Miranda L.C., profesor de Bioética del Ateneo Pontificio
«Regina Apostolorum», indica que un estudio como éste puede cambiar puntos de
vista ampliamente sostenidos sobre las personas que viven en los llamados
estados vegetativos persistentes.
«Este estudio --explica--, ha confirmado algo que yo he sostenido durante años:
que una persona en estado vegetativo no está muerta, es un ser humano. Son
personas viviendo en mal estado, pero son personas, por lo que debemos
respetarlas».
El padre Miranda afirma que lo más significativo en este caso es que los
investigadores fueron capaces de entrar dentro de la actividad del cerebro de la
persona.
«Hasta ahora –declara a Zenit--, sólo teníamos algunos tests sobre la
posibilidad de respuesta de una persona en este estado que se limitaban a
observaciones externas, cosas o gestos que una persona podía hacer o no».
En este caso, usando un escáner MRI (imágenes por resonancia magnética), los
médicos reconocieron que la actividad cerebral de esta mujer era la misma que la
de una persona consciente normal. La mujer no había dado respuestas desde que
salió de un coma tras un accidente de tráfico y respondía a todos los criterios
de un estado vegetativo persistente.
Ante frases habladas, a la mujer le aumentaba la actividad en los centros de
comprensión del cerebro. Y cuando se le pedía que se imaginara a sí misma
jugando tenis y caminando por las habitaciones de su casa, las áreas del cerebro
que gobiernan la funciones visual-espaciales y motoras se iluminaban en la
pantalla de imagen en modo similar a los observados en voluntarios normales.
Los autores del informe, el neurocientífico Adrian Owen y colegas de la
Universidad de Cambridge y de la Universidad de Lieja, Bélgica, escriben: «A
pesar de cumplir los criterios clínicos para una diagnosis de estado vegetativo,
esta paciente conservaba la capacidad para comprender órdenes habladas y para
responder a través de su actividad cerebral».
«Además --afirman en el número de 8 de septiembre de la revista científica «Science»--,
su decisión de cooperar con los autores imaginando tareas concretas cuando le
pedían que lo hiciera representa un claro acto intencional, que confirma más
allá de toda duda que ella era consciente de sí misma y de lo que le rodeaba».
El padre Miranda recordó a Zenit que este resultado espectacular es
especialmente importante para apoyar la enseñanza de la Iglesia sobre la
dignidad de la vida humana en tales estados.
«Lo más importante que revela este estudio --dijo-- es que no podemos correr el
riesgo de reducir la persona a un cuerpo».