JUEVES SANTO
El
jueves santo es el último día de la Cuaresma y a la vez, a partir de la Misa
vespertina, la inauguración del Triduo Pascal. El latín su nombre clásico es
“feria V in Coena Domini”. Es un día entrañable para el pueblo cristiano,
ciertamente el jueves más importante del año, sobre todo desde que el de la
Ascensión y el del Corpus van pasando a celebrarse el domingo.
Es el día en que Cristo, en su cena de despedida antes de la muerte,
instituyó la Eucaristía, dio la gran lección de la humilde servicio lavando
los pies a sus apóstoles, y les constituyó a ellos sacerdotes mediadores de su
Palabra, de sus sacramentos y de su salvación.
El que este día hubiera una Eucaristía especial en recuerdo de su
institución pudo empezar en Jerusalén, donde ya la peregrina Egeria, en el
siglo IV, atestigua una misa para terminar el ayuno y otra centrada en la en la
institución de la Eucaristía. Pero en Roma y el resto de Occidente se tardo más
en introducir esta Eucaristía vespertina, que más tarde pasó a la mañana,
por la norma taxativa del ayuno eucarístico.
Las características de este día son:
. Ya desde el siglo IV se organizo
el Jueves por la mañana la Misa para reconciliar a los penitentes y disponerlos
así a la celebración de la Pascua, reconciliación que en liturgia hispánica
se celebra el Viernes Santo;
. La misa crisma, presidida por el
Obispo y celebrada por todo el presbiterio diocesano;
. Desde 1995, con Pío XII, la
Eucaristía se celebra de nuevo por la tarde, con el lavatorio de los pies después
de la homilía. Esta Misa, “in Coena Domini”, es la que inauguración el
Triduo Pascual de la muerte y resurrección de Cristo, adelantado así todo el
simbolismo dinámico de la Pascua en el sacramento eucarístico, cono hizo
Cristo antes de ir a la cruz;
Como quiera
que el Viernes santo es día “alitúrgico” y no se celebra la Eucaristía,
el Jueves se consagra el pan eucarístico que se prevé que hará falta para la
comunidad del Viernes. Esto da lugar a la procesión, la reserva y la
consiguiente adoración hasta media noche de la Eucaristía. Esta es la ocasión
en que la comunidad cristiana expresa más explícitamente su aprecio y culto a
Cristo Eucarístico.