SUMARIO: I. Ocasión de la carta. II. Estructura y contenido. III.
Puntos de reflexión teológica: 1. La autoridad apostólica de Pablo; 2.
Una síntesis de vida eclesial; 3. Esclavitud y vida cristiana.
I. OCASIÓN DE LA CARTA. Sobre su autenticidad no se formula actualmente
ninguna objeción importante. Aunque el tono es particularmente confidencial y
familiar, el estilo y el contenido son exquisitamente paulinos. La ocasión de la
carta se sitúa en el marco de las relaciones internas de la "familia" de
entonces. Pablo ruega a Filemón que acoja como a un hermano a Onésimo, esclavo
perteneciente a la "familia" de Filemón. Onésimo, después de haber causado a
Filemón daños que no se mencionan, había emprendido la huida. Se encontró con
Pablo y se hizo cristiano.
Pablo se define en el cuerpo de la carta como "viejo (presbytés) ya, y ahora, además, preso" (v. 9). La prisión no debía ser particularmente rígida: Pablo pudo recibir a Onésimo y mantener contactos con un grupo de colaboradores (cf Flm 23-24). El lugar de esta prisión no se indica. Si se piensa en Pablo ya "viejo", es más natural colocarlo en Roma. La fecha de composición de la carta sería entonces a principios del año 60.
Filemón aparece como un cristiano de buena posición que acoge a los hermanos en su casa, formando así una domus ecclesia. No es posible precisar su lugar de residencia. Ciertos puntos de contacto —de valor histórico discutible— con la carta a los l Colosenses (Epafras, mencionado en Flm 23, era de Colosas, como se deduce de Col 1,7; 4,12; un homónimo Onésimo se encuentra en Col 4,9) han hecho pensar en Colosas.
II. ESTRUCTURA Y CONTENIDO. Aun dentro de su brevedad y simplicidad de estilo, la carta a Filemón presenta el esquema habitual de las otras cartas paulinas. Encontramos al principio el saludo (1-3), en donde se menciona a los remitentes ("Pablo, preso por Cristo Jesús, y el hermano Timoteo") y a los destinatarios ("a Filemón, amigo querido y colaborador nuestro, a la hermana Apia, a Arquipo, nuestro compañero de fatigas, y a la Iglesia que se reúne en su casa"). En este grupo de destinatarios destaca enseguida la figura de Filemón, a quien se dirigirá expresamente el discurso de Pablo. En la acción de gracias que sigue (4-7) se pone de relieve la personalidad cristiana de Filemón (v. 4), así como su actividad caritativa (v. 7).
Viene luego el cuerpo de la carta (8-21). Se percibe cierto movimiento literario in crescendo. Pablo suplica (v. 9); señala el objetivo de la carta: Onésimo, esclavo "útil" (vv. 10-14); Filemón tendrá que acogerlo, no ya como.esclavo, sino como a hermano (vv. 15-16), como al mismo Pablo (v. 17). Pablo no se olvida de que tiene, como apóstol, la suficiente autoridad para indicar a Filemón lo que es conveniente (tó anékon: v. 8); pero, dadas las relaciones que hay entre él y Filemón, sólo se expresa en términos de amor, el lenguaje típico de la domus ecclesia cristiana. En este contexto Pablo ruega a Filemón en favor de Onésimo, al que califica enseguida como hijo suyo, engendrado en las cadenas. Onésimo, "hijo" de Pablo, se ha hecho cristiano. Jugando con el significado del nombre —Onésimo en griego significa "útil"—, Pablo afirma que, después de su conversión, Onésimo hace realmente honor a su nombre: "En otro tiempo fue inútil (áchréston) para ti, pero ahora es bien útil (éuchréston) para ti y para mí" (v. 11).
A pesar del afecto que tiene por este nuevo hijo y de las ventajas que su presencia le traería "en mi prisión por el evangelio" (v. 13), Pablo, respetando la ley romana, envía a Onésimo a Filemón, el único que puede disponer de él.
Así pues, Onésimo volverá a Filemón; pero habrá entre los dos una relación nueva, anteriormente imprevisible: "Tal vez por esto se separó de ti, para que lo tuvieras como siempre, no ya como esclavo, sino como
un hermano querido, que lo es muchísimo para mí, ¡cuánto más debe serlo para ti como persona y como cristiano!"(vv. 15-16). Onésimo pertenece, pues, por doble título a la "familia" de Filemón.Pablo se siente parte del nuevo contexto que une a Filemón con Onésimo: "Si me tienes como amigo, recíbele a él como me recibirías a mí" (v. 17). Esta expresión constituye la cima de todo el movimiento literario.
Después Pablo se mueve en un plano concreto: se ocupa de los perjuicios que Onésimo pudo haber acarreado a Filemón y de la deuda contraída por él. Con cierto humorismo, Pablo le dice a Filemón que lo cargue todo en su cuenta, asegurándole que pagará. Al mismo tiempo le recuerda
que él, Filemón, se debe a sí mismo a Pablo. Pablo tiene plena confianza; sabe que Filemón hará aún más de lo que le ha pedido. Le ruega que le brinde hospitalidad, pues espera verlo pronto personalmente (vv. 21-22).La carta termina con unos saludos dirigidos una vez más a Filemón (vv. 23-24) y con una bendición para todos los destinatarios (v. 25).
III. PUNTOS DE REFLEXIÓN TEOLÓGICA. Aunque en la carta a Filemón no se trata expresamente ningún tema teológico, encontramos en ella todo un contexto de teología implícita. Los puntos más destacados son los siguientes.
1. LA AUTORIDAD APOSTÓLICA DE PABLO. Aunque no se califica como tal, Pablo aparece en la carta como apóstol: sabe que tiene autoridad y que puede expresarla con toda franqueza (v. 8). Al final de la carta habla de obediencia por parte de Filemón (v. 21).
La autoridad de Pablo entra en el terreno del comportamiento: puede "ordenar (epitássein) lo que hay que hacer" (v. 8); sin renunciar a su responsabilidad de guía, Pablo la encuadra en el contexto de amor que existe entre Filemón y él: Pablo ama y aprecia a Filemón (cf Flm 57) y, viceversa, se siente apreciado y querido por él (cf Flm 1722). Sobre la base de esta reciprocidad en el "amor" (v. 9), Pablo le indica a Filemón "lo que debe hacer" (v. 9), mediante un ruego que sabe que será acogido más allá incluso de lo que pide (cf Flm 21) y que, al final, se traduce en un imperativo, condicionado siempre por el amor: "Recíbele a él como me recibirías a mí" (v. 17). Aparece aquí el estilo típico de la autoridad en el NT: lejos de ser una imposición extrínseca opresiva y rígida, sabe pasar a través de la persona.
2. UNA SINTESIS DE VIDA ECLESIAL. Las alusiones que hace Pablo a la vida eclesial son significativas, aun dentro de su sobriedad: surge una imagen sugestiva de Iglesia, personalizada en Filemón. La fe y la caridad se apoyan mutuamente, constituyendo un movimiento homogéneo orientado "a Jesús, el Señor, y a todo el pueblo de Dios" (v. 5). De esta comunión de fe en el amor se deriva una fuerza que impulsa a conocer y a realizar todas las formas de bien que corresponden a los cristianos en su situación de crecimiento "hacia Cristo" (v. 6).
La Iglesia acepta plenamente la autoridad de Pablo (cf vv. 8.21), pero lo hace con gozo, con una creatividad (v. 21) que Pablo estimula: "A fin de que me hagas esta buena obra no a la fuerza (katá anánkén), sino de buena gana (katá hekoúsion)"(v. 14).
En la Iglesia se advierte la acción del Espíritu: ya implícita en el cuadro positivo del amor y de la comunión (koinónía, v. 6; koinónón, v. 17), se explicita en el saludo final. El Espíritu de Dios y de Cristo se comunica en la dimensión del hombre capaz de acogerlo, al espíritu; cuando Pablo habla del espíritu del hombre, lo considera siempre portador actual o posible del espíritu de Dios y de Cristo. Pensando en la comunidad de Filemón, puede augurar a todos sus componentes que la "benevolencia" de Cristo, la que da el Espíritu, "esté con vuestro espíritu" (v. 25).
2. ESCLAVITUD Y VIDA CRISTIANA. La condición de Onésimo esclavo fugitivo, la figura de Filemón patrón cristiano, la relación de Pablo con los dos, hace ya tiempo que planteó el problema de la actitud de Pablo —y de la Iglesia primitiva: cf Col 3,22-4.1; Ef 6,5-8; 1Pe 2,18-22— frente a la esclavitud. De la carta a Filemón se deduce que Pablo no piensa en una revolución social; al devolver a Onésimo a su amo, respeta las leyes vigentes. Pero surge una dimensión nueva, compartida por él, por Filemón y por Onésimo, que supera el nivel de la situación social y de su ordenamiento jurídico; para el cristiano el único valor absoluto, que relativiza radicalmente todo lo demás, es Cristo. Al aceptar a Cristo como absoluto aparece una constelación de relaciones nuevas entre las personas típicamente cristianas, que hace olvidar las viejas relaciones, incluida la relación patrón-esclavo. Onésimo cristiano, ante Filemón cristiano, no es ya un esclavo, con todas las ventajas que de ello pudiera sacar Filemón, sino "un hermano querido, como persona y como cristiano" (v. 16). Para Pablo, Onésimo cristiano es un "hijo"(v. 10), su "corazón" (v. 11). Será lo absoluto de Cristo metido dentro de la trama social lo que llevará también de hecho a la abolición jurídica de la esclavitud.
BIBL.: LEGASSE S., La carta a los Filipenses. La carta a Filemón, Verbo Divino, Estella 1981; LEHMANN
R., Epitre á Philémon. Le christianisme primitive et l ésclavage, Ginebra 1978; STUHLMACHER P., Der Briefan Philemon, Zurich-Neukirchen 1975; PERETTO E., Le:tere della prigionia. Filippesi, Filemone, Colossesi, Efesini, Ed. Paoline, Roma 19843.U. Vanni