ASOCIACIONES MARIANAS
DicMA 

 

SUMARIO:

I. Asociaciones marianas ayer y hoy:
1. Congregaciones marianas;
2. Asociación mariana;
3. Asociación Mariana Internacional;
4. Asociación Devotos de María Auxiliadora;
5. Asociaciones monfortianas;
6. Milicia de la Inmaculada;
7. Legión de María;
8. Ejército azul;
9. Asociaciones de espiritualidad mariana;
10. Juventud Ardiente Mariana;
11. Asociación mariana "Con María por un mundo nuevo";
12. Organismos de vinculación mariana;
13. Otras asociaciones de inspiración mariana

II. Asociacionismo mariano: notas características:
1.
Experiencia no clerical;
2. Experiencia comunitaria;
3. Experiencia original;
4. Experiencia apostólica;
5. Experiencia abierta

III. Asociaciones marianas: perspectivas:
1. Ri
queza de estímulos marianos;
2. Recuperación del modelo mariano;
3. Influjo de experiencias carismáticas

IV. Conclusión.


 

Es difícil negar la presencia de una crisis en la piedad mariana en los años sesenta. Testimonio de ello es el desinterés y el gradual abandono de tantas prácticas exaltadas en otros tiempos y sobre todo la mentalidad difusa de que María es en el cristianismo algo accesorio, embarazoso. Una aportación decisiva para la superación de esta crisis peligrosa se debió al Vat 11, que dedicó a la cuestión mariana la exposición más amplia que nunca se había desarrollado en un concilio. La inserción orgánica y armoniosa de María en el conjunto del misterio cristiano ha abierto nuevos caminos a la mariología, remachando el carácter ineludible del tema mariano. Existen en la actualidad varios elementos que demuestran la continuidad de una nueva fase de interés por María. Entre ellos hay que señalar sin duda la presencia cada vez más masiva y cualificada en la vida de la iglesia de asociaciones, iniciativas y movimientos de inspiración mariana, algunos de ellos de reciente institución y otros que tienen un origen muy antiguo [I Centros marianos; I Movimientos eclesiales].

 

I. Asociaciones marianas ayer y hoy

Falta una verdadera historia del asociacionismo mariano. La carencia de una documentación crítica de cada uno de los movimientos hace necesariamente aproximativo el marco histórico general de las diversas asociaciones. También parece problemática su debida colocación y clasificación. En este estudio no tomaremos en consideración aquellas formas asociativas, realmente interesantes, que a lo largo de la historia se identificaron bien como cofradías marianas o bien como terceras órdenes marianas. En la síntesis que hacemos señalamos, siguiendo un orden cronológico, aquellas formas asociativas que presentan modos y contenidos originales, es decir, en donde la referencia a María no es genérica y ocasional, sino permanente y estructural. Y no solamente eso, sino que esas formas asociativas se presentan en la actualidad en la iglesia con una destacada consistencia numérica y actúan en todas partes con contenidos y programas idénticos. Estas experiencias asociativas no se mencionan según una distinción canónica. El terreno de nuestra investigación está limitado adrede. Se parte del s. xvi, la época en que emprende su camino el asociacionismo mariano en el sentido que hemos indicado.

1. CONGREGACIONES MARIANAS. Constituyen un primer ejemplo de devoción mariana asociada con contenidos y formas originales. Esta experiencia fue madurando durante la segunda mitad del s. xvi en Roma, en los colegios de la Compañía de Jesús. La asociación alcanzó muy pronto una rápida difusión en Italia y en el resto de Europa, ejerciendo un notable influjo en la formación espiritual de' los jóvenes, sobre todo estudiantes. Por este valor altamente educativo la experiencia interesó también a otras categorías de personas. A finales de aquel mismo siglo se tiene noticia, en Friburgo, de congregaciones marianas con diversas secciones, una de ellas reservada a las jóvenes. Es importante indicar este detalle, ya que encontramos aquí una forma asociativa de inspiración mariana destinada a desarrollarse posteriormente, sobre todo en el s. xix. Hoy las congregaciones marianas han tomado una nueva denominación: comunidades de vida cristiana.

2. ASOCIACIÓN MARIANA. Es la denominación que tomaron las Hijas de María Inmaculada a partir de 1970. El origen de la asociación está relacionado con las apariciones de la Virgen a santa Catalina Labouré (1830). Los primeros grupos aparecen en París entre 1837 y 1847. En Italia encontramos un primer núcleo de Hijas de María en Roma, en 1862, en la parroquia de San Juan de los Florentinos. La asociación antigua, vinculada a las Hijas de la Caridad y a los padres Paúles, se ha renovado mucho en-su estructura y en sus métodos de apostolado. La Asociación Mariana se presenta hoy como "una escuela de formación donde tiene la primacía la vida espiritual, a la luz y bajo la dirección de la Virgen Inmaculada". Deseada por la misma Virgen para la juventud, confiada a la Comunidad Vicentina, la asociación está comprometida en el apostolado a nivel nacional e internacional, atenta a la voz de la iglesia, abierta a sus necesidades y a las del mundo.

3. ASOCIACIÓN MARIANA INTERNACIONAL. Es la nueva denominación de otra rama de las Hijas de /María Inmaculada, la de la Pía Unión de las Hijas de María, que surgió en Roma por iniciativa de la marquesa Constanza Lepri en enero de 1864. El primer grupo se formó en la parroquia de Santa Inés extramuros, bajo la dirección de don Alberto Passeri, párroco y posteriormente abad general de los Canónigos regulares lateranenses. Después de su solemne aprobación concedida por Pío IX el 16 de febrero de 1866, la asociación se difundió rápidamente por el mundo, sobre todo por su carácter popular y parroquial. En el período posconciliar se procedió a un oportuno "aggiornamento" de los estatutos, aprobados en 1970. Junto a la rama femenina tradicional, dirigida a la formación cristiana de la juventud femenina, con la autorización de la Santa Sede, se ha iniciado otra forma de vida de grupo con el nombre de Comunidad mariana, que puede extenderse no sólo a los jóvenes, sino a cualquier edad. Con frecuentes cenáculos de oración, los miembros de la asociación enriquecen sumida interior y se hacen disponibles para la participación en las actividades apostólicas, catequísticas, caritativas.

4. ASOCIACIÓN DEVOTOS DE MARÍA AUXILIADORA. Es la asociación que, en el pensamiento de san Juan Bosco, su fundador, intentaba recoger en torno a la Virgen auxiliadora los corazones de todas las partes del mundo. Los primeros grupos surgieron en Turín en 1868. En los estatutos don Bosco declaró que el objetivo principal de la asociación tenía que ser la promoción de una auténtica vida cristiana entre el pueblo, a través de la difusión de la devoción a María, ayuda de los cristianos. Él mismo se esforzó en que fuera parte integrante de la familia salesiana y adquiriera cuanto antes dimensiones mundiales, saliendo del ámbito restringido de una pequeña diócesis. Hoy la Asociación Devotos de María Auxiliadora colabora en las iniciativas apostólicas más diferentes. Los inscritos tienen que tomar como modelo y guía a la Virgen en su servicio al Señor, para dar testimonio de los valores evangélicos en su propio ambiente, con la palabra y con una vida auténticamente cristiana.

5. ASOCIACIONES MONFORTIANAS. A finales del s. xix la vivacidad y la difusión del asociacionismo mariano están atestiguadas por su masiva presencia en los congresos marianos nacionales e internacionales. En uno de tales congresos, el de Friburgo (18-21 agosto 1901), se vio con mucho interés un movimiento que se inspiraba en la vida y en las obras de san Luis M. Grignion de Monfort (1673-1716). La asociación había surgido por iniciativa de los padres de la Compañía de María para realizar la inspiración de su fundador, o sea, dar una forma asociativa a todos aquellos que escogieran la propuesta espiritual de la consagración a Cristo por medio de María. Los primeros grupos surgieron en Canadá, en 1889. En Italia el movimiento se desarrolló en 1906 en Roma, junto al santuario de María Reina de los corazones. La doctrina mariana de san Luis de Monfort inspiró tanto a la Cofradía de María Reina de los corazones como a la Asociación de sacerdotes de María Reina de los corazones". Los asociados monfortianos se comprometen a vivir la consagración a Cristo por medio de María como propuesta de vida espiritual.

6. MILICIA DE LA INMACULADA. Esta asociación nació el 17 de octubre de 1917 en el colegio internacional de los Hermanos Menores conventuales de Roma, por iniciativa de san Maximiliano Kolbe (1894-1941). Estimulado por Benedicto XV, el movimiento alcanzó muy pronto una rápida difusión, que le valió el reconocimiento oficial tan sólo diez años después de su fundación. Desde 1974 la Milicia de la Inmaculada tiene nuevos estatutos. La condición esencial de pertenencia a la misma es la consagración de sus inscritos a la Inmaculada. A través de este gesto la Milicia realiza en la iglesia la presencia de María, viviendo a través de ella una vida de fe, de oración y de apostolado. Para alcanzar sus objetivos el movimiento adopta un rico programa, que prevé entre otras cosas cenáculos de oración, cursos de doctrina y espiritualidad mariana, misiones marianas parroquiales, vicariales y ciudadanas, difusión de revistas, opúsculos y libros de formación mariana. El valor carismático de san Maximiliano Kolbe garantiza a la asociación una vitalidad en continuo progreso.

7. LEGIÓN DE MARÍA. Este movimiento nació en Dublín (Irlanda) en 1921, por iniciativa de Frank Duff. La asociación recogía a laicos dispuestos a participar, bajo la dirección poderosa de María, en la guerra continuamente abierta de la iglesia contra el mundo y sus potencias. Con ocasión del Congreso eucarístico internacional de Dublín (1932), la idea de la Legión de María se dio a conocer en todo el mundo y pudieron encontrarse los medios necesarios para su desarrollo. El órgano central del movimiento es el Consilium Legionis, con sede en la capital de Irlanda. Otros organismos son: el Senatus, órgano dirigente de carácter nacional o también regional; la Curia, órgano diocesano o también local; el Praesidium, organismo que actúa a nivel parroquial o interparroquial. Cualquier obra de apostolado, por muy sencilla o difícil que sea, puede ser objeto del trabajo del legionario. Cada uno de sus miembros tiene que dedicar al apostolado por lo menos dos horas semanales. Una de las características del legionario es el deber que tiene de relacionarse con las personas y ambientes en que ejerce su apostolado. Hoy, fuertemente apoyada por los obispos, está difundida por todas partes con un estilo de presencia poco llamativa, más bien escondida pero pastoralmente muy eficaz como el fermento en la masa.

8. EJÉRCITO AZUL. Esta asociación nació por obra de Harold Víctor Colgan, párroco de una localidad próxima a Nueva York. En 1946, gravemente enfermo, prometió dedicarse al servicio de la Virgen si obtenía la curación. Obtuvo lo que tan ardientemente deseaba y mantuvo su promesa. Después de reflexionar atentamente sobre los hechos de Fátima e impresionado por la promesa de conversión de Rusia y de paz para la humanidad si se acogían los deseos de la Virgen, habló de ello a sus parroquianos. Nació así el Ejército azul de aquellos que se comprometían a trabajar, según las indicaciones de la Virgen de Fátima, por la conversión de Rusia y por la paz del mundo. Este movimiento recibe también el nombre de Apostolado mundial de Fátima. Para demostrar incluso externamente que forman parte de este ejército, los asociados suscriben el acta de alistamiento dentro del espíritu del mensaje de Fátima.

9. ASOCIACIONES DE ESPIRITUALIDAD MARIANA. Son diversos los movimientos de espiritualidad sacerdotal que tienen una referencia constante y original a María. Señalemos dos especialmente. La Liga sacerdotal mariana comenzó en 19431 en Roma, por iniciativa de mons. Lulgi Novarese. Este movimiento depende de los Silenziosi Opera¡ della Croce y recoge a todos los sacerdotes, seculares y religiosos, con especial atención a los que sufren y a los que tienen una particular necesidad de ayuda espiritual o material. Unidos a la Inmaculada, estos sacerdotes se proponen sostener con la oración y la acción la misión apostólica del papa y de los obispos, promover entre los fieles la más tierna devoción a la Virgen y al corazón de Jesús, extender la devoción al corazón inmaculado de María. Algunas importantes iniciativas: peregrinaciones anuales de sacerdotes enfermos a Lourdes, congresos marianos nacionales e internacionales, publicación de libros, cursos de ejercicios espirituales.. Otra asociación de espiritualidad sacerdotal mariana es el Movimiento sacerdotal mariano, nacido en 1972 por iniciativa de Esteban Gobbi después de una inspiración que tuvo en Fátima. El movimiento tiene la finalidad de llevar a los sacerdotes y a los fieles a la consagración al corazón inmaculado de María para superar en la experiencia de la vida consagrada a ella cualquier forma de crisis. Está difundido por todo el mundo y comprende a sacerdotes diocesanos y de las más diversas familias religiosas. Los momentos fuertes del movimiento son los cenáculos de oración y de fraternidad.

10. JUVENTUD ARDIENTE MARIANA (GAM). El 24 de mayo de 1975, en Turín, se celebró una gran noche de oración al aire libre, con la participación de 5.000 jóvenes. Aquella noche nació este movimiento. Desde entonces, inspirado y querido por la Virgen según el testimonio del fundador, don Carlo Ambrogio, se ha extendido por Italia y por otros países. La asociación encuentra su expresión concreta en los cenáculos, en una comunión de oración guiada por María y animada por el Espíritu Santo. La juventud que se adhiere a ella se adjetiva ardiente por la especial importancia que le dan a la acción del Espíritu Santo, a la eucaristía y a la lectura de la palabra de Dios; y mariana por su particular devoción a la Virgen, madre de Dios y de la iglesia, por la práctica del rosario y por la consagración al inmaculado y dolorido corazón de María, según las indicaciones de Fátima. El movimiento exige a los jóvenes tres grandes amores blancos: el amor eucarístico, el amor mariano y el amor al papa y a la iglesia. Por tanto, este movimiento es de inspiración eucarística, mariana y eclesial. Es un movimiento de jóvenes, de oración y de amor fraterno. No hay fichas de afiliados, sólo se trata de su libre adhesión. Tampoco tiene lugar central; su sede es la iglesia. Rechaza la masificación y tiende a responsabilizar a los individuos.

11. ASOCIACIÓN MARIANA "CON MARÍA POR UN MUNDO NUEVO". Es un movimiento de reciente institución, que surgió en marzo de 1978 en la iglesia romana de Santa María in Via Lata por iniciativa del padre Ermanno Toniolo. La asociación intenta valorar todo lo posible la vida, poniéndola en manos de María, para ser una presencia viva en el tiempo presente y una humilde aportación de cooperación y de salvación para el día de la eternidad. Se compendia en una frase: Con María por, de manera que toda la vida personal y comunitaria, interior y exterior, se convierta en una comunión con María, prolongando su vida en cada uno de los miembros, en cuanto que ella es, en Cristo y dependiendo de él, la madre de la humanidad. Con María por quiere ponerse en línea con su acción y sumergir con ella nuestra vida en la historia de la humanidad; quiere decir salir de uno mismo para mirar con ojos de amor a los otros, que no son otros, sino hermanos. El movimiento no se configura con votos ni promesas, sino que insiste en el libre compromiso de cada uno. Cada cual ofrece su compromiso cotidiano a María sin angustias, con absoluta libertad de espíritu.

12. ORGANISMOS DE VINCULACIÓN MARIANA. En Italia, la necesidad de una vinculación entre las diversas asociaciones marianas antiguas y recientes dio origen al proyecto de la Vinculación Mariana Nacional, iniciado por el padre Francesco Franzi en 1959, año de la consagración de Italia al Corazón inmaculado de María. El objetivo de este organismo es promover, dentro del respeto a la autonomía y al carácter específico de cada movimiento, una unidad de intenciones y una actividad común en orden al estudio y al culto de María en el contexto de la vida eclesial italiana. A este organismo nacional se debe la organización anual de la Semana Mariana Nacional, de la Reunión de rectores de los santuarios de Italia y de las Tendópolis marianas 20.

13. OTRAS ASOCIACIONES DE INSPIRACIÓN MARIANA. En la historia del culto mariano han ido constituyendo formas asociadas inspiradas en la devoción mariana tanto las grandes cofradías marianas como las terceras órdenes consagradas a María. Entre las primeras han tenido especial importancia las Cofradías del Santo Rosario, que aparecen ya a finales del s. xv. Estas cofradías, gracias al celo de los padres dominicos, están difundidas por todos los rincones del mundo. En la devoción al santo rosario se inspira la Asociación del Rosario perpetuo, aprobada oficialmente por el papa León XIII el 28 de marzo de 1901. El progreso de la asociación, que tiene su sede central junto a la espléndida basílica-santuario de Santa María Novella, de Florencia, ha sido constante. El compromiso fundamental de los socios es el rezo del rosario entero en una hora del mes libremente escogida por ellos (la "hora de guardia'). Entre las terceras órdenes estrictamente marianas recordamos: la Tercera orden de los siervos de María, la Tercera orden carmelitana y la Tercera orden de la Virgen de la Merced.

II. Asociacionismo mariano: notas características

Un análisis detenido de las diversas asociaciones marianas antiguas y recientes nos permite señalar en ellas no pocos elementos comunes, que encontramos también en otros muchos movimientos eclesiales más recientes, no estrictamente marianos. Señalaremos algunos dedos más significativos.

1. EXPERIENCIA NO CLERICAL. Asociaciones marianas como las Congregaciones marianas y las Hijas de María, las mismas cofradías marianas y las terceras órdenes marianas surgieron en la iglesia para ofrecer a los laicos, de toda edad y condición, la posibilidad de vivir un modelo de vida cristiana inspirado en María, fuera de cualquier forma de vida religiosa organizada. Las formas más importantes, históricamente hablando, de espiritualidad mariana nacieron a la sombra de las grandes instituciones religiosas, bajo la influencia del valor carismático de los fundadores. Casi siempre esas mismas formas originales de piedad mariana acabaron inspirando formas asociativas no clericales.

2. EXPERIENCIA COMUNITARIA. La relación con María, expresada de diversas formas en cada una de las asociaciones, no se vive solamente a nivel personal, sino en una dimensión francamente comunitaria. Esta connotación de experiencias asociativas más recientes ha influido positivamente en movimientos más antiguos, en donde prevalecía quizá el interés por la formación individual. Tampoco para los asociados marianos se plantea el problema de una esmerada programación y celebración de momentos comunitarios como instrumento de cohesión y por tanto de crecimiento y de maduración humana y espiritual. Las reuniones se convierten en ocasión de encuentro, en tiempos fuertes para una experiencia comunitaria que tiende a mejorar la comunión de los inscritos en torno a un mismo carisma. A esto tienden, por ejemplo, los cenáculos de la Juventud Ardiente Mariana y las Tendópolis marianas organizadas por la Vinculación Mariana Nacional.

3. EXPERIENCIA ORIGINAL. Cada una de las asociaciones marianas desarrolla su propia experiencia. Aunque se inspiran en el mismo modelo mariano, son diversos los modos de realizar las distintas experiencias. La mediación se debe a los diferentes carismas. El itinerario espiritual que hay que recorrer y el estilo de comportamiento que proponen contienen elementos específicos. Así, por ejemplo, aunque se remiten a María como modelo de vida cristiana, es diversa la manera de reinterpretarlo en asociaciones como la Juventud Ardiente Mariana y las Congregaciones marianas. La misma forma de consagración mariana, que reúne a los diversos movimientos, se vive de formas diversas, con matices originales incluso en las motivaciones de fondo. Entre la fórmula de consagración de las Congregaciones marianas y la que propuso san Luis M. Grignion de Monfort existen diferencias.

4. EXPERIENCIA .APOSTÓLICA. Todos los movimientos de inspiración mariana tienen en común la voluntad de traducir la propia experiencia de fe en la vida concreta. En los estatutos es digna de observar la presencia de esta exigencia de apostolado. En algunos la referencia es explícita. La Legión de María y la Milicia de la Inmaculada se imponen a la atención de la comunidad cristiana por su carácter marcadamente apostólico. Uno de los movimientos más recientes, la Asociación "Con María por un mundo nuevo", pone muy bien de relieve que referirse a María significa contribuir con ella a la historia de la salvación, así como que consagrarse a ella quiere decir asumir en nuestra propia vida el sentido y el contenido de la suya, es decir, ponerse al servicio de la causa de Dios, hacerse cargo de su maternidad espiritual.

5. EXPERIENCIA ABIERTA. Los movimientos marianos prevén una organización a nivel internacional que tiende a comprometer a diversas categorías de personas. Las Congregaciones marianas se vieron muy pronto obligadas a salir del ámbito restringido de la escuela para abrirse a otras categorías de personas. San Juan Bosco quiso que su Asociación de devotos de María Auxiliadora se organizase a escala mundial. De hecho casi todas las asociaciones marianas mencionadas poseen una estructura muy amplia. El uso abundante de los instrumentos de comunicación social y la misma facilidad de desplazamiento ofrecen a los grupos la posibilidad de continuos encuentros y de intercambios de experiencias. El carácter universal de la experiencia eclesial se advierte ciertamente más dentro de esos movimientos, respecto a las estructuras organizativas tradicionales, como las comunidades parroquiales y las formas asociativas que hacen referencia explícita a las mismas.

 

III. Asociaciones marianas: perspectivas

Son diversos los motivos que hacen comprender que el movimiento favorable del asociacionismo mariano actual está destinado a proseguir su desarrollo. Señalemos algunos:

1. RIQUEZA DE ESTÍMULOS MARIANOS. Toda la historia de la iglesia, pero sobre todo la más reciente, puede justamente definirse como un entrelazado admirable de acontecimientos marianos. Desde Pío XII hasta Juan Pablo II ha habido un crecimiento de situaciones favorables que han influido positivamente en el impulso de las asociaciones marianas. He aquí algunas: la / consagración del mundo y de la iglesia al corazón inmaculado de María (1942), la proclamación del dogma de la asunción de la Virgen (1950), la celebración del año mariano (1954), las celebraciones del primer centenario de las apariciones de Lourdes (1958), el concilio Vat II (1962-1965), con su proclamación de María como madre de la iglesia; la promulgación del Signum magnum (1967), sobre el sentido del culto a María, y de la Marialis cultus (1974) dedicada igualmente al culto mariano; la elección de Juan Pablo II (1978), el papa "todo de María". Esta riqueza de acontecimientos marianos en la vida de la iglesia ha contribuido fuertemente a revitalizar las asociaciones marianas tradicionales y a hacer nacer otras nuevas. Baste pensar en los movimientos que han surgido en relación con los acontecimientos de Fátima.

2. RECUPERACIÓN DEL MODELO MARIANO. Existe un amplio consenso en el hecho de que María es en la iglesia un modelo esencial para la actuación de la experiencia cristiana. Esta línea tendencial aparece con claridad en los documentos más recientes del magisterio mariano de la iglesia, en donde se presenta a María como modelo para la comunidad cristiana. Esta recuperación del modelo mariano no es nunca definitiva. Inspirarse en María significa dejarse interpelar dinámicamente por su vida. No se recupera de un solo golpe la figura de María, con toda la riqueza de su ser y de su misión, sino que alguno de los aspectos de su vida tiene que convertirse en cada ocasión en inspiración para la vida cotidiana. Los datos marianos se hacen entonces no sólo privilegios individuales suyos, sino indicaciones preciosas de la vocación del pueblo de Dios. En María el hombre se autocomprende; con María el hombre descubre una nueva relación con Dios; por medio de María el hombre asume compromisos concretos de presencia en el mundo. Esta recuperación del modelo mariano, esta nueva manera de referirse a María, ha obligado a las asociaciones marianas a renovarse, a revisar las formas y los contenidos de su propia experiencia, poniéndolos al compás de la visión nueva del mundo y de la iglesia.

3. INFLUJO DE EXPERIENCIAS CARISMÁTICAS. En los orígenes de una experiencia asociativa está siempre el carisma de un fundador. Siguiendo las huellas de los grandes maestros se han formado las grandes escuelas de espiritualidad. Las formas históricas más importantes de espiritualidad mariana han nacido en torno a grandes figuras de santos. Algunos ejemplos: la vela de armas de san Ignacio ante el cuadro de la Virgen de la anunciación en el santuario de Montserrat, la oblatio que cierra una de las meditaciones más importantes de sus Ejercicios espirituales y el coloquio con la Virgen en la meditación de las Dos banderas son los motivos que inspiraron el gesto de oblación a María propio de las Congregaciones marianas. Siempre dentro del tema de la consagración mariana, no es posible infravalorar la influencia ejercida por la experiencia espiritual de san Luis M. Grignion de Monfort sobre el vasto movimiento que ha hecho suya esta forma original de piedad mariana. La presencia de un santo, de un verdadero maestro espiritual, es la mejor garantía que permite a una experiencia asociativa desarrollarse e imponerse a la atención de amplias capas de personas comprometidas espiritual y pastoralmente en la iglesia. Las formas asociativas que se han inspirado en la vida de los santos y de los verdaderos maestros espirituales conservan siempre un valor actual capaz de conquistar continuamente nuevos discípulos. Por el contrario, los movimientos que han nacido al amparo de las modas y de los éxitos fáciles, ligados a acontecimientos clamorosos y a personajes de dudoso valor carismático, han acabado naufragando fatalmente.

 

IV. Conclusión

¿Qué puesto ocupan las asociaciones marianas en el cuadro más vasto del asociacionismo católico? La presencia de diversos movimientos en el ámbito de la iglesia es desde luego un fenómeno positivo, pero no carente de dificultades. Ciertamente, los grupos marianos tienen su propia fisonomía específica y su colocación, derivada de la originalidad de la experiencia que proponen. Esta experiencia crea un estilo de relaciones y manifiesta tipos de comportamiento propios. La referencia a María, manifestada de diversas formas, es una connotación importante. Al hablar de posibles riesgos hay que recordar en seguida éste: el que los grupos marianos deformen su referencia a María. La historia del culto mariano ha tenido momentos de crisis, causados precisamente por estas deformaciones.

Volviendo a la pregunta inicial, podemos decir que las asociaciones marianas tienen que encontrar el modo de convivir y de colaborar con todos los organismos presentes en las comunidades eclesiales. Su futuro desarrollo está vinculado a la voluntad de permanecer fieles a su carisma original, pero también a la capacidad de sintonizar con la globalidad de las instancias evangélicas que llevan adelante muchos de los grupos que actúan en la vida de la iglesia local. También las asociaciones marianas están llamadas a construir la unidad en la caridad, evitando la radicalización de su propia experiencia y las actitudes competitivas. Su constante referencia a María tiene que facilitar y no impedir la comunión con todos los demás grupos. Éstos tienen que ser conocidos, respetados y apreciados, incluso pensando en una colaboración en el plano operativo, dentro del contexto de un programa pastoral orgánico, de acuerdo con los diversos responsables de la comunidad.

Finalmente, toda forma asociativa de inspiración mariana, si quiere incidir en la vida de los individuos y de la comunidad, tiene que renovarse continuamente, dejándose provocar por los muchos signos que llegan de la historia. Es María la que llama a los cristianos a encarnarse continuamente en las vicisitudes de la vida, en las situaciones concretas, para proseguir su maternidad espiritual.

S. Epis
DicMa 249-258

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