ASAMBLEA LITÚRGICA

La teología contemporánea de la asamblea litúrgica encuentra en A. G. Martimort (1911-2000) su «facile princeps» y así es reconocido por los especialistas actuales (T. Maertens, C. Floristán, Y. Congar, C. Vagaggini, J. López Martín, R. Falsini, J. Gelineau, A. M. Triacca, D. Sartore, G. Tangorra, A. Cuya...). En efecto, ya desde el año 1949 Martimort le dedicó particular atención en diversos estudios culminando en su síntesis de la nueva edición posconciliar de su manual, Iglesia en oración (or. 1983s.) 1. Como estudios contemporáneos suyos que cita explícitamente se encuentran las monografías sobre la asamblea en la era apostólica de L. Cerfaux y H. Chirat 2, el estudio sobre la asamblea judía y la cristiana de L. Bouyer 3, la investigación histórico-teológica sobre la palabra «Ekklesia» de P. Tena 4, la iniciación a la liturgia de H. Dalmaiss y el testimonio del teólogo ortodoxo N. >Afanasiev 6.

Se debe recordar que la palabra «asamblea» es la traducción del vocablo griego >ekklésia, con el cual los LXX en torno a los siglos III/II a. C., vertieron el hebreo qahal 7. Este término servía para indicar la comunidad israelita en su plena extensión y en sus reuniones concretas en ocasiones especiales, estrechamente ligadas a la celebración de la alianza. El sentido habitual de qahal es el resultado de una convocatoria, ya sea de un grupo de personas actualmente reunidas (asamblea «en acto»), ya sea, por extensión, de una comunidad de personas considerada como un conjunto permanente (asamblea «virtual»). El uso del vocablo pone de relieve la experiencia de una respuesta activa a la convocatoria que genera una «asamblea comunitaria» y un «pueblo reunido». Su uso paradigmático se encuentra en el Deuteronomio cuando se refiere al «día de la asamblea» (LXX: té heméra tés ekklesias: Dt 4,10; 9,10; 18,16; 23,2; cf Núm 10,7), con una clara connotación de celebración «litúrgica» de la alianza.

El término qahal del Antiguo Testamento se usa para las grandes asambleas «litúrgicas» de la historia de Israel: Sinaí (Ex 19), Josué (Jos 8,34s.; 24), Salomón (IRe; 2Crón 67), Josías (2Re 23) y Esdras (Neh 8,1-10.30). Lentamente asume, además, una perspectiva escatológica dejando entrever la idea de un qahal JHWH ideal, definitivo y plenamente realizado. Y es seguramente en este sentido en el que la expresión fue usada por la comunidad del Qumrán, fue conocida en el tiempo de Jesús y muy probablemente se encuentra en el trasfondo del conocido texto de Mt 16,18.

Una importante cita del discurso de Esteban en los Hechos de los apóstoles usa la palabra ekklésia para calificar la asamblea hebrea en el desierto (He 7,38), cita que deja intuir que la comunidad cristiana primitiva debía conocer el valor histórico-salvífico del qahal. En la misma búsqueda primitiva de un nombre para la comunidad de los seguidores de Jesús, la continuidad con la convocatoria divina enraizada en el Sinaí debía ser probablemente decisiva. Por eso la noción de ekklésia cristiana permaneció fiel a sus orígenes evocando el inicio de la asamblea del pueblo de Dios. Y así, para los cristianos de Jerusalén significaba la asamblea del pueblo de Dios en el desierto que se recomponía bajo la forma de comunidad mesiánica y escatológica continuadora de la misión salvífica de Jesucristo resucitado.

Por su lado, el concilio Vaticano II se refiere a esta teología de la Asamblea litúrgica como el lugar donde Jesucristo está presente (cf SC 7), ya que «las acciones litúrgicas no son acciones privadas, sino celebraciones de la Iglesia» (SC 26). En efecto, «la principal manifestación de la Iglesia tiene lugar en la participación plena y activa de todo el pueblo santo de Dios en las mismas celebraciones litúrgicas» (SC 41). Además, las «comunidades de fieles..., representan a la Iglesia visible establecida por todo el mundo» (SC 42), puesto que «todas las legítimas comunidades locales de fieles..., reciben el nombre de Iglesias» (LG 26). En definitiva, «nuestra unión con la Iglesia del cielo se realiza de la manera más noble cuando celebramos..., sobre todo en la sagrada liturgia» (LG 50) 8.

La novedad del planteamiento propuesto por Martimort estriba en la vertebración que da a la tractación de la Asamblea litúrgica con la ayuda de la triple distinción de la teología medieval de sacramentum, res et sacramentum, y res: la asamblea litúrgica como signo (sacramentum), la asamblea como presencia del Señor (res el sacramentum) y la asamblea litúrgica como fuente de gracia (res) 9 ('Realidad última [res] de la Iglesia). Tal planteamiento, que se enraíza en un estudio pionero de A. M. Roguet a partir de santo Tomás 10, fue valorado -no sólo como litúrgico-, sino como claramente eclesiológico por Y Congar al subrayar que la asamblea litúrgica no es sólo sacramentum, sino una realización del «misterio» cristiano, una epifanía de la Iglesia como Esposa y Cuerpo de Cristo. En efecto, la asamblea litúrgica es una estructura esencial de la Iglesia y de la vida cristiana. Y por esto la asamblea litúrgica es a la vez sacramentum, como la manifestación y la realización de la Iglesia, y res sacramenti, como fuente de gracia y unidad en el Cristo 11.

A partir de esta inicial perspectiva de Martimort y del impacto eclesiológico afirmado por Congar, la categoría asamblea litúrgica se puede proponer como categoría germinal y sintónica para comprender la Iglesia. En efecto, partiendo de la convocatoria humana y litúrgica de los fieles se vislumbra una imagen de la Iglesia donde estos no se encuentran «en la» Iglesia, sino que son «la» Iglesia, no sólo hacen parte de ella, sino que constituyen su ser. El principio de la Asamblea, no restringido al ámbito exclusivamente litúrgico, se transfiere al ámbito eclesiológico y lleva a valorizar ideas fundamentales como el sentido comunitario, la participación y servicio responsables y la intercomunicación. El principio asamblea permite a su vez dar valor a la reunión en acto como momento generador de vida cristiana, puesto que la asamblea reunida se configura con la misma realidad que es la Iglesia y por esto reflexionar sobre la asamblea litúrgica es indagar sobre la misma identidad eclesial 12.

NOTAS:

1 Herder, Barcelona 1987', 114-136; cf sus artículos ,aducidos en La asamblea litúrgica,. Sígueme, Salamanca 1965.

2 L. CERFAUX, La communauté apostolique, París 1953; H. CHIRAT, La asamblea cristiana en tiempo de los Apóstoles (1949), Madrid 1968.

3 La vie de la liturgie, París 1956 (trad. esp.: Piedad litúrgica, Cuernavaca 1957).

4 La palabra «Ekklesia». Estudio Histórico-teológico, Barcelona 1958; DSp IV, 370-384.

5 Initiation á la liturgie, Brujas 1958.

6 Les Sacrement de l'Assemblée, Les Messager Ortodoxe 27 (1964) 30-43.

7 Cf J. LÓPEZ MARTÍN, La asamblea litúrgica de Israel al cristianismo, Nova et Vetera 14 (1982) 205-224.

8 Cf A. NOCENT, Assemblea, en S. GAROFALO (ed.), Dizionario del Concilio Ecumenico Vaticano II, Roma 1969, 627-629; J. LÓPEZ MARTÍN, Introducción teológica a la Liturgia, Secretariado Trinitario, Salamanca 1993, 229-252; L. MALDONADO, La acción litúrgica, San Pablo, Madrid 1995, 93-106 (La asamblea litúrgica); A. CURVA, Asamblea, en D. SARTORE-A. M. TRIACCA-J. M. CANALs (dirs.), Nuevo diccionario de liturgia, San Pablo, Madrid 1996', 165-181; aspectos pastorales litúrgicos:. A. ALCAIDE (ed.), La asamblea que canta y celebra, San Pablo, Madrid 1994.

9 Cf la detallada investigación de J. GONZÁLEZ PADRós, L'Assemblea Litúrgica. Recerca teológica en el pensament d'A. G. Martimort, Facultad de Teología de Cataluña, Barcelona 2001.

10 L'unité du corps mystique du Christ dans la charité. «Res Sacramenti» de 1'Eueharistie, La Maison-Dieu 24 (1950) 20-46.

11 Cf Y. CONGAR, La «Ecclesia» o la comunidad cristiana, sujeto integral de la acción litúrgica, en J. P. JOSSUA-Y. CONGAR (eds.), La Liturgia después del Vaticano II, Taurus, Madrid 1969, 279-338; Reflexions et recherches actuelles sur 1Assemblée Liturgique, La Maison-Dieu 115 (1973) 7-29.

12 Cf las sugerentes propuestas en esta perspectiva de G. TANGORRA, Dall'Assemblea Liturgica alla Chiesa, Bolonia 1999; cf bibliografía en S. PIÉ-NINOT, Eclesiología y liturgia, Phase 38 (1998) 299315.

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