VIEJOS CATÓLICOS
DicEc
 

La denominación «viejos católicos» es usada ocasionalmente y de manera poco rigurosa por pequeñas sectas, pero suele usarse principalmente con referencia a tres grupos de pequeñas Iglesias nacionales separadas de Roma en distintos momentos: la Iglesia de Utrecht, que se separó de Roma en 1723-1724; las Iglesias veterocatólicas de Alemania, Austria y Suiza, que se negaron a aceptar los dogmas del primado y la infalibilidad pontificios del >Vaticano I, y una serie de pequeñas Iglesias eslavas, como la Iglesia nacional polaca, con cuatro diócesis en los EE.UU. y una en Polonia, y la Iglesia veterocatólica yugoslava (croata).

Tras el Vaticano I, un grupo de católicos desafectos se reunió en Munich en torno al historiador J. J. I. von >Dóllinger (1799-1890) y formaron un grupo de viejos católicos. Döllinger fue excomulgado por negarse a aceptar la doctrina del Vaticano I. Sin embargo, cuando se dio cuenta de que el grupo no se extendería ni podría convertirse en una alternativa frente a la Iglesia católica romana, desaconsejó el cisma. Nunca se unió a los viejos católicos, aunque recibió los últimos sacramentos de uno de sus sacerdotes. Trabajó por la reunificación y presidió los encuentros de los viejos católicos con los anglicanos, los luteranos, los ortodoxos y otras Iglesias en Bonn (1874), que dieron lugar a la aprobación de Catorce Tesis y una declaración sobre el >Filioque un año después. Estos viejos católicos recibieron la sucesión apostólica de la Iglesia de Utrecht en 1874.

Las posiciones doctrinales de los viejos católicos están recogidas en la Declaración de Utrecht de 1889. Se exponen en ella los puntos en los que hay discordancia con la Iglesia católica; en particular, el primado papal y la infalibilidad, la inmaculada concepción y el Syllabus de Pío IX. Se reconocen los concilios ecuménicos del primer milenio, la dimensión sacrificial de la eucaristía y la presencia real. Los viejos católicos permiten el matrimonio de los clérigos, incluidos los obispos. En 1925 reconocieron las órdenes anglicanas y en 1932 entraron en comunión plena con el >anglicanismo.

Durante el último cuarto del siglo XIX se mantuvieron conversaciones con los ortodoxos, que no dieron sin embargo resultados concretos. En los primeros años del siglo XX hubo un mayor entendimiento con la Iglesia de Rusia. Después del acuerdo de Bonn entre los anglicanos y los viejos católicos, se celebró también allí un encuentro oficial en octubre de 1931 con el que se pretendía, sin llegar a conseguirlo, establecer la comunión plena entre los veterocatólicos y los ortodoxos. La primera conferencia panortodoxa, celebrada en Rodas en 1961, recomendó la intensificación de las relaciones entre los ortodoxos y los viejos católicos, lo que condujo al mantenimiento de un diálogo oficial desde 1973. El resultado ha sido una serie de declaraciones conjuntas sobre la doctrina acerca de Dios (1975), cristología (1975, 1977) y eclesiología (1977-1981). En 1987 se alcanzó también consenso en torno a la soteriología, los sacramentos, la escatología y la comunión. Hay todavía cuestiones pendientes de resolver antes de que sea posible la plena comunión entre los ortodoxos y los viejos católicos. El hecho de que los veterocatólicos estén en plena comunión con los anglicanos constituye una dificultad para los ortodoxos10. Hay también diálogosa nivel nacional entre los viejos católicos y los luteranos, los reformados y los católicos.

Los diálogos entre viejos católicos y ortodoxos son importantes para el movimiento ecuménico porque son orientales y occidentales, fuertemente cristológicos y pneumatológicos, escriturísticos y patrísticos, con una eclesiología que estudia cuidadosamente tanto la Iglesia universal como la local.