LEFEBVRE, Marcel
(1906-1991)
DicEc
 

Anteriormente obispo misionero africano en Dakar y Tulle, Marcel Lefebvre perteneció al ala más conservadora durante el >Vaticano II, aunque firmó la mayoría de sus documentos. Desde muy pronto se opuso a la reforma litúrgica, alegando que «el principal director de la reforma litúrgica (>Bugnini) era un masón». Se convirtió en el líder de la oposición a la renovación litúrgica conciliar y al concilio mismo. Fundó la Fraternidad de San Pío X y el seminario de Écóne. El órgano casi oficial del movimiento era Lettres aux amis.

Sus ideas está resumidas en su profesión de fe (1973): «Nos negamos y nos hemos negado siempre a seguir a la Roma de tendencias neomodernistas y neoprotestantes, que se ha manifestado claramente en el concilio Vaticano II y, después del concilio, en todas las reformas que se han derivado de él (...). La lex orandi no puede modificarse profundamente sin modificar también la lex credendi. A la nueva misa corresponde un nuevo catecismo, un nuevo sacerdocio, nuevos seminarios, nuevas universidades, una Iglesia carismática y pentecostal, cosas todas que se oponen a la ortodoxia y al magisterio, como siempre lo han hecho. Esta reforma, fruto del liberalismo y del modernismo, está total y absolutamente envenenada; nace de la herejía y conduce a la herejía, aun cuando no todos sus actos sean formalmente heréticos. Es, por consiguiente, imposible para cualquier católico consciente y fiel adoptar dicha reforma ni someterse a ella de ningún modo».

Una inspección vaticana de Écóne en 1975, provocada por la «profesión de fe», aconsejó la disolución de la Fraternidad, el cierre del seminario y la prohibición de cualquier tipo de ayuda a la obra del arzobispo por parte del clero o de los laicos. Lefebvre se encontró con Pablo VI en 1976, pero no cambió sus ideas. Fue suspendido del ministerio sacerdotal el mismo año por desafiar la orden vaticana de no ordenar sacerdotes. En 1988, a pesar de un intercambio epistolar y varios intentos de reconciliación por parte de la Congregación para la doctrina de la fe, ordenó obispos a cuatro de sus sacerdotes. Fue inmediatamente excomulgado. Algunos pondrían en duda no sólo la licitud, sino también la validez, de estas consagraciones cismáticas.

Aunque las visiones extremistas de la derecha (y de la izquierda) son una constante en la historia de la Iglesia, constituyen siempre un desafío a la unidad y catolicidad en la >comunión de la Iglesia.