DENZINGER, Heinrich Joseph
(1819-1893)
DicEc
 

Heinrich Joseph Denzinger nació en Lieja (Bélgica) en 1819. Tras ser ordenado en 1844, enseñó teología en Würzburgo. Escribió numerosas obras sobre teología histórica, especialmente sobre los ritos orientales. Es conocido sobre todo por su Enchiridion (Manual de los símbolos, definiciones y declaraciones de la Iglesia en materia de fe y costumbres), que se publicó por primera vez en 1854. Se han hecho de la obra al menos 38 ediciones, con varios editores, entre ellos C. Bannwart (que aparece citado con la abreviatura DB en textos antiguos) y K. Rahner.

En 1963 A. Schónmetzer hizo una profunda revisión de la obra para su 32ª edición (abreviada generalmente DS), en la que cambió la numeración original. En 1991 P. Hünermann ha realizado una nueva edición esta vez bilingüe, la 37ª, y en 1999, la 38ª, que llega hasta el año 1995, que es la que ha aparecido en traducción española con el título, El Magisterio de la Iglesia. Los 76 primeros números de la obra están dedicados a credos, y a partir del número 100 se presentan documentos magisteriales en orden cronológico. Los textos se publican en su lengua original, algunos en griego, y la gran mayoría en su latín original. A partir de la última edición bilingüe de P. Hünermann han aparecido también las traducciones a diversas lenguas: la original en alemán, la italiana, la francesa y la española. Las ediciones posteriores han continuado la tradición de unos índices magníficos renovados a partir de la edición de 1991.

Durante casi un siglo y medio la Iglesia ha estado en deuda con lo que suele llamarse simplemente «el Denzinger», una colección barata, fiable y bastante completa de textos papales y conciliares. Lo que a veces se llama «teología del Denzinger» es un método teológico inadecuado más que un problema del Denzinger. La teología de los manuales anterior al Vaticano II se concebía primordialmente como una fundamentación o explicación de la doctrina de la Iglesia que podía encontrarse en el Denzinger. Es la postura que mantiene la Humani generis de Pío XII, en la que resuena el eco de Pío IX: «Corresponde al teólogo mostrar cómo y dónde la enseñanza propuesta por el magisterio vivo de la Iglesia está contenida en la Escritura y en nuestra sagrada tradición»; y luego se refiere a la afirmación de su predecesor de que una de las misiones más altas de la teología es la de mostrar las fuentes de las doctrinas definidas por la Iglesia. Usado adecuadamente, como una de las varias >fuentes de la teología, el Denzinger (al menos en traducción) seguirá siendo siempre una herramienta esencial de todo teólogo y de todo estudiante serio de teología.