1.8.-
La personalidad dependiente.
Las
personas con un trastorno de la personalidad por dependencia se caracterizan,
tal como su nombre indica, por una excesiva dependencia de otras personas en
cuestiones fundamentales de la vida. Tienen una actitud esencialmente pasiva,
dejando que sean los otros los que asuman sus responsabilidades y decidan
continuamente por ellos, especialmente cuando se trata de asuntos importantes.
Esta
alteración se da con más frecuencia entre las mujeres y obedece a una profunda
inseguridad, a una gran falta de confianza en uno mismo, como consecuencia de
una pobre valoración de las
propias capacidades y de la propia valía en general.
Al
considerarse inútiles, incapaces de poder decidir o resolver cualquier cuestión
de mediana dificultad o importancia, prefieren que sean los demás los que actúen
por ellos, los que les digan lo que tienen que hacer. Su dependencia de los
otros, suele llegar hasta el punto de solicitar que les digan en que deben
trabajar, qué deporte han de realizar, cómo se deben divertir, o con quién se
tienen que relacionar.
De
este modo se establece una estrecha dependencia de ciertas personas sin cuya
ayuda les resulta imposible vivir, pasándolo mal cuando estos se ausentan
durante pequeños periodos de tiempo. Esta situación les lleva a mostrarse con
aquellos de los que dependen con extraordinaria amabilidad y consideración,
procurando acomodarse plenamente a todos sus deseos y caprichos; incluso en
muchos casos, son capaces de soportar todo tipo de abusos y humillaciones con
tal de poder continuar así y no verse obligados a regir su propia vida, lo cual
les parece algo totalmente imposible y aterrador.
Este
trastorno de la personalidad se corresponde con las descripciones que Adler hizo
sobre el tipo de carácter neurótico en el cual la persona se resigna,
asumiendo plenamente su sentimiento de inferioridad como algo evidente e
inevitable, con lo cual se comporta como tal, mostrando permanentemente su
incapacidad y con la sensación de no ser merecedor de nada.
A
pesar de todo lo anterior, suelen vivir angustiados, pensando en lo que podían
ser de ellos si la persona de la que depende muere o les abandona. Lo cual,
junto con su inseguridad, y pobre imagen que tienen de sí mismo, facilitan que
estas personas puedan padecer, además de este trastorno de la personalidad,
trastornos de ansiedad y trastornos depresivas, a veces muy graves.
Principales
características de la personalidad dependiente:
-
Excesiva
dependencia de otras personas.
-
Autoimagen
devaluada.
-
Incapacidad
para asumir responsabilidades.
-
Inseguridad.
-
Indecisión.
-
Resignación.
- Sumisión.