SERMON CUARTO

 

De medicina laevae et deliciis dexterae Sponsi

 

Sobre el medicamento de la mano izquierda del esposo y los encantos de su mano derecha

 

 

Capítulo 1

 

§ 1

 

Hodiernum quidem sermonem ordinis nostri consuetudo non exigit; sed crastina opus erit circa missarum sollemnia diutius occupari et hora brevis sermonis longitudinem non admittet. Propterea non ab re puto praeparare hodie corda vestra tantae sollemnitati, praesertim cum sit profundissima sacramenti huius et incomprehensibilis altitudo, et tamquam fons vitae quo magis hauriatur, eo magis exuberans numquam valeat exhauriri.

 

No es costumbre en nuestra Orden tener hoy sermón. Pero como mañana precisaremos de bastante tiempo en la celebración de las misas, no lo tendremos para un sermón largo. Por eso pienso que no es un despropósito preparar va hoy vuestros corazones para una solemnidad tan importante; sobre todo, cuando se trata de este insondable misterio y de su incomprensible profundidad. Es como la fuente viva: cuanto más se extrae, tanto más fluye, sin asomo de agotamiento.

 

§ 2

 

Denique scio quemadmodum abundet pro Christo tribulatio vestra et utinam et consolatio vestra per ipsum! Nam mundialem quidem consolationem vobis offerre nec libet, nec licet. Vilis est, et ad nihilum utilis huiusmodi consolatio et, quod magis est metuendum, etiam verae ac salubris consolationis est impedimentum. Propterea qui delectatio est et gloria angelorum, ipse factus est salus et consolatio miserorum; qui in civitate sua magnus et sublimis valde beatificat cives, ipse in exsilio parvus et humilis valde laetificat exsules, et qui in altissimis est gloria Patris, factus est in terra pax hominibus bonae voluntatis.

 

Además,  conozco vuestros  frecuentes  sufrimientos  por Cristo, y quiero que rebose vuestro consuelo en él. No es conveniente ni lícito brindaros algún consuelo humano. Sería bochornoso y de nada serviría. Pero lo más lamentable es que sería un obstáculo al auténtico y saludable consuelo. Por eso, el que es la delicia y la gloria de los ángeles, se hizo salvación Y consuelo de los miserables; quien es grande y sublime en su ciudad glorificando a los habitantes  e allá arriba, se vuelve pequeño y humilde en el destierro, alegrando sobremanera a los exiliados; y el que en lo alto es la gloria del Padre se hizo en la tierra paz para los hombres de buena voluntad.

 

§ 3

 

Parvulus enim datus est parvulis, ut magnus detur magnis, et quos iustificat parvulus magnificet postmodum et glorificet magnus et gloriosus. Hinc sine dubio Vas electionis, quod de plenitudine parvuli huius acceperat -licet enim parvus, sed plenus, plenus gratia et veritate, et in quo habitat omnis plenitudo divinitatis corporaliter-, hinc utique Paulus eructuat verbum illud bonum, quod his diebus frequenter audistis: Gaudete in Domino semper; iterum dico: Gaudete. Gaudete, inquit, de exhibitione; iterum gaudete de promissione, quoniam et res plena gaudio, et spes plena audio est. Gaudete, quia iam percepistis dona sinistrae; gaudete, quia exspectatis praemia dexterae. Laeva inquit, eius sub capite meo, et dextera eius amplexabitur me. Laeva quidem levat, dextera suscipit. Laeva medetur et iustificat, dextera amplectitur et beatificat. In laeva eius merita, in dextera vero praemia continentur: in dextera, inquam, deliciae, in sinistra sunt medicinae.

 

Se ha hecho niño para los niños y grande  ara los grandes. A aquéllos los justifica siendo niño, para ensalzarlos después y glorificarlos siendo grande y glorioso. Por eso existe aquel instrumento elegido, que todo lo recibió de la plenitud de este niño. Aunque pequeño, está colmado; colmado de gracia y de verdad; y en él habita corporalmente la plenitud de la divinidad. Por eso, repito, Pablo eructa ese bello poema que habéis oído con frecuencia durante estos días : Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres. Estad alegres, dice, por lo que veis; y alegraos también por la promesa que recibís. Porque el misterio y su correspondiente esperanza rezuman gozo. Alegraos, porque ya habéis recibido los regalos de la mano izquierda; alegraos, pues aguardáis los premios de la derecha. Dice: Pone su mano izquierda bajo mi cabeza y me abraza con la derecha. La mano izquierda sosiega; la derecha acoge. La izquierda cura y santifica; la derecha a raza v glorifica. En la izquierda deposita sus méritos; en la derecha, sus premios. Insisto: la izquierda contiene los remedios, y la derecha los deleites.

 

 

CAPÍTULO 2

 

§ 1

 

Sed attende pium medicum, attende medicum sapientem. Considera diligentius quam nova medicamina portet, vide quam non modo pretiosas, sed et speciosas attulerit medicinas, non solum perutiles ad sanitatis fructum, sed et delectabiles ad aspectum et suaves ad gustum.

 

Pero fíjate en este médico piadoso, observa al médico sabio. Considera con suma atención qué lote de medicamentos recientes trae. Mira el valor y la calidad; pues no sólo son muy útiles para curar, sino agradables a la vista y de buen paladar.

 

§ 2

 

Denique primam eius medicinam, primum quod in sinistra portat, attende, et conceptum invenis sine semine. Intuere, obsecro, quale sit istud, quam novum, quam admirabile, quam amabile, quam iucundum. Quid enim pulchrius quam generatio casta? Quid gloriosius quam sancta et sincera conceptio, in qua nihil pudoris est, nihil sordis, nihil corruptionis? At quoniam minus fortassis detineret nos, grata licet, admiratio novitatis, nisi fructus quoque salutis et utilitatis consideratio animum delectaret, conceptus iste non modo gloriosus in ipsa quasi exteriori specie, sed et pretiosus in interiori virtute, ut, secundum quod scriptum est, in sinistra Domini gloria simul et divitiae inveniantur: divitiae, inquam, salutis, cum gloria novitatis.

 

Bueno, repara en la primera medicina. La tiene en a mano izquierda. Se refiere a su concepción sin concurso de varón. Indaga, por favor, en esta realidad tan excepcional y admirable como gozosa y amable. ¿Hay algo más hermoso que una generación límpida? ¿Qué puede superar en gloria a una santa y auténtica concepción, sin menoscabo del pudor y sin mancha de corrupción? Pero quizá se enfriaría un poco en nosotros la admiración de tal novedad, aunque agradable, si no deleitara también nuestro espíritu el fruto de salvación y el sentido de lo útil. Esta concepción es gloriosa, sí, en su misma forma externa; pero, sobre todo, es preciosa en su dinamismo interno. Como dice la Escritura: en la izquierda del Señor se hallan inseparables el honor y las riquezas. Me refiero a las riquezas de salvación y al honor de lo nuevo.

 

§ 3

 

Quis enim potest facere mundum de immundo conceptum semine  nisi tu qui solus sine omni illicita et immunda conceptus es voluptate? In ipsa radice et origine mea infectus et inquinatus sum; immunda est conceptio mea, sed est a quo tollatur ista confusio: ipse eam tollit, in quem solum ipsa non cadit.

 

¿Quién podrá transformar en puro al que fue concebido de germen impuro? Tú solo, el único concebido sin placer inmundo e ilícito. En mi misma raíz y origen me encuentro infecto y manchado. Mi concepción es inmunda. Pero hay quien puede eliminar este trastorno: el único que esta libre de él.

 

CAPÍTULO 3

 

§ 1

 

Divitias salutis habeo, quibus redimam propriae conceptionis impuritatem, Christi purissimam conceptionem. Adde adhuc, Domine Iesu, innova signa, immuta mirabilia, nam priora quidem ipsa consuetudine viluerunt. Plane enim solis ortus et occasus, terrae fecunditas, temporum vicissitudo, miracula sunt, et magna miracula; sed toties haec vidimus, ut iam non sit qui attendat,

 

Tengo las riquezas de la salvación. Por ellas puedo recuperar la pureza de mi concepción persona. Me refiero a la concepción  inmaculada de  Cristo.  Añade más,  Señor Jesús; renueva los prodigios, cambia los portentos, Pues todo lo anterior ha perdido lozanía por su misma costumbre. Indudables y grandes prodigios son la salida y el ocaso del sol, la fecundidad de la tierra, el fluir de las estaciones. Pero todo esto nos es tan familiar que ya ni nos impresiona.

 

§ 2

 

Innova signa et immuta mirabilia. Ecce ait, nova facio omnia. Quis hoc ait? Agnus utique qui sedebat in throno: agnus plane totus suavis, totus delectabilis, denique totus unctus; hanc enim habet interpretationem nomen eius, quod est Christus. Cui poterit asper aut durus videri, qui nec ipsi Matri in nativitate quidquam asperitatis, quidquam intulit laesionis? O vere nova miracula! Conceptus fuit sine pudore, partus sine dolore. Mutata est in Virgine nostra maledictio Evae: peperit enim filium sine dolore. Mutata est, inquam, maledictio in benedictionem, sicut praedictum est per angelum Gabrielem: Benedicta tu in mulieribus. O beata, sola inter mulieres benedicta, et non maledicta, sola a generali maledicto libera, et a dolore parturientium aliena! Nec mirum, fratres, si dolorem non intulit Matri, qui tulit dolores totius mundi, secundum quod Isaias ait, quia vere languores nostros ipse portavit.

 

Renueva los prodigios, repite los portentos. Ved, dice, que todo lo hago nuevo. ¿Quién habla así? El Cordero que está sentado en el trono; el Cordero que respira dulzura, que es todo agrado; el ungido por antonomasia. Ese es el significado de su mismo nombre, Cristo. ¿A quién le parecerá áspero o duro, si ni a su misma madre lesionó ni molestó lo más mínimo en el momento de su alumbramiento? ¡Ya tenemos nuevos prodigios! Una concepción sin menoscabo del pudor y un parto sin dolor. La maldición de Eva se trastrocó en la virgen: dio a luz un hijo sin dolor. Se trastrocó, repito, la maldición en bendición, como lo anunció el ángel Gabriel: Bendita tú entre las muJeres. ¡Oh dichosa, única bendita entre las mujeres, no maldita; única exenta de la maldición universal, inexperta en el dolor de las que alumbran! No es extraño, hermanos, que no ocasionara dolor a su madre el que se apropió los sufrimientos de todo el mundo, como dice Isaías: Aguantó nuestros dolores.

 

§ 3

 

Duo sunt quae timet humana fragilitas pudor et dolor. Utrumque tollere venit, unde et utrumque suscepit, quando, ut cetera sileam, morte, et morte turpissima, condemnatus est ab iniquis. Itaque ut fiduciam nobis daret quod tolleret haec a nobis, prius Matrem suam immunem ab utroque servavit, ut nec in conceptu quidquam pudoris, nec in partu quidquam doloris exsisteret.

 

Dos cosas teme la fragilidad humana: la vergüenza y el dolor. Y vino a quitar ambas; las asumió, sin más, en el momento en que los perversos le condenaron a muerte, y a una muerte infame. Por tanto, para ofrecernos garantía de que quitaría de nosotros estos dos azotes, mantuvo previamente a su madre incólume de uno y otro, no sufriendo ni menoscabo en el pudor ni el más ligero dolor en su parto.

 

CAPÍTULO 4

 

§ 1

 

Accumulantur adhuc divitiae, crescit gloria, innovantur signa et miracula immutantur. Non solum sine pudore conceptus et partus sine dolore, sed et Mater est sine corruptione. O vere novitas inaudita! Virgo peperit et post partum inviolata permansit, fecunditatem prolis cum carnis integritate et gaudium matris habens cum virginitatis honore.

 

Pero ved cómo se amontonan las riquezas, aumenta la gloria, se renuevan los prodigios y se repiten los portentos. No sólo hay una concepción sin menoscabo del pudor y un parto sin dolor: hay una Madre sin corrupción. ¡Oh novedad inaudita! La Virgen dio a luz y quedó virgen después del parto. Saboreó el gozo de tener un hijo y la integridad de su cuerpo, la alegría de la maternidad y la gloria e la virginidad.

 

§ 2

Iam securus exspecto promissam mihi gloriam incorruptionis in carne mea, quandoquidem conservata per eum est incorruptio etiam in Matre sua. Facile erit illi, per quem Mater ipsa incorruptionem non perdidit pariendo, ut et corruptibile hoc incorruptionem induat resurgendo.

 

Ahora sí espero confiado la gloria de la incorrupción prometida a mi cuerpo, porque el Señor la conservó intacta en su Madre. El que hizo que su Madre se conservara incorrupta al darle a luz, con la misma facilidad revestirá de incorrupción esto corruptible al resucitarlo.

 

CAPÍTULO 5

 

§ 1

 

Habes tamen adhuc maiores divitias, habes gloriam ampliorem. Mater est sine corruptione virginitatis, Filius sine omni labe peccati. Non cadit in matrem Evae maledictio, non cadit in prolem generalis illa conditio, de qua dictum est per Prophetam: Nemo mundus a sorde, nec infans, cuius unius diei est vita super terram. Ecce infans sine sorde, solus inter homines verax, immo et veritas ipsa.

 

Aún tienes riquezas mayores y una gloria más sublime. La Madre queda intacta en su virginidad, y el Hijo sin la más leve huella de pecado. La maldición de Eva no recae en la madre; tampoco recae en su hijo esa secuela a que alude el profeta: Nadie está libre de mancha; ni siquiera el niño que acaba de nacer. Aquí hay un niño sin mancha, el único verídico entre los hombres. Más, es la verdad personificada.

 

§ 2

 

Ecce Agnus sine macula, Agnus Dei qui tollit peccata mundi. Quis enim peccata melius tolleret, quam is in quem peccatum non cadit? Iste sine dubio me lavare potest, quem constat inquinatum non esse. Haec manus opertum luto detergat oculum meum, quae sola sine pulvere est. Iste mihi festucam educat de oculo, qui non habet trabes in suo; immo iste trabem educat de meo, qui nec exiguum pulverem habet in suo.

 

Este es el Cordero sin mancha, el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo. ¿Quién podrá eliminar mejor los pecados que quien está libre de pecado? Este, que indudablemente no está manchado, podrá realmente lavarme. Su mano, sin pizca de polvo, limpie mi ojo cubierto de barro. Este, que no tiene vigas en su ojo, extraiga la brizna del mío. ¿Qué digo? Extraiga la viga de mi ojo el que no tiene ni la más insignificante mota de polvo en el suyo.

 

 

CAPÍTULO 6

 

§ 1

 

Vidimus certe divitias salutis et vitae; vidimus gloriam eius, quasi Unigeniti a Patre. Quaeris a quo Patre? Et Filius Altissimi vocabitur. Manifestum est quis Altissimus sit. Sed ne quis remaneat locus dissimulationis: Quod ex te nascetur Sanctum, ait Gabriel angelus ad Mariam, vocabitur Filius Dei. O vere sanctum! Non dabis, Domine, Sanctum tuum videre corruptionem, quod nec Matri quidem abstulit incorruptionem.

 

Hemos contemplado las riquezas de la salvación y de la vida. Hemos contemplado su gloria, gloria del Hijo único del Padre. ¿De qué padre preguntas? Y se llamará Hijo del Altísimo. Está muy claro quién es el Altísimo. Mas, para que no se pase nada, dice el ángel Gabriel a María: Darás a luz al Santo, que se llamará Hijo de Dios. ¡Oh Santo con toda verdad ! No dejarás, Señor, a tu Santo conocer la corrupción, pues ni a su madre la privó de la incorrupción.

 

§ 2

 

Crescunt miracula, multiplicantur divitiae, thesaurus aperitur. Quae generat, et mater et virgo est; qui generatur, Deus et homo est. Sed numquid dabitur sanctum canibus, aut margaritae porcis? Abscondatur certe thesaurus noster in agro, et pecunia nostra in sacculo reponatur. Operiatur conceptus sine semine Matris desponsatione, partus sine dolore, vagitibus parvuli et maerore. Abscondatur et parturientis incorruptio legali purificatione, infantis innocentia solita circumcisione. Absconde, inquam, absconde, Maria, novi Solis fulgorem: pone in praesepio, involve pannis infantem, nam et ipsi panni divitiae nostrae sunt. Pretiosiores siquidem panni Salvatoris omni purpura, et gloriosius hoc praesepe auratis Regum solus; ditior denique Christi paupertas cunctis opibus cunctisque thesauris.

 

Se repiten los milagros, se acrecientan las riquezas, se abren los cofres. Quien engendra es virgen y madre; el engendrado es Dios y hombre. Pero ¿se va a echar lo sagrado a los perros o las perlas a los cerdos? Escondamos nuestro tesoro en el campo y depositemos nuestro dinero en las talegas. Que se oculte el engendrado sin semen en el desposorio de la madre, y el parto sin dolor  en los va idos y lamentos del niño. Que se oculte la incorrupción de  a que da a luz en su purificación legal; la inocencia del niño, en el rito de la circuncisión. Oculta, repito, oculta, María, el resplandor del nuevo Sol. Acuéstalo en el pesebre, envuélvelo en pañales; estos pañales son nuestras riquezas. Los pañales del Salvador valen más que todos los terciopelos. El pesebre es más excelso que los tronos dorados de los reyes. Y la pobreza de Cristo supera, con mucho, a todas las riquezas   tesoros juntos.

 

§ 3

 

Quid enim humilitate ditius, quid pretiosius invenitur, qua nimirum regnum caelorum emitur et gratia divina acquiritur, sicut scriptum est: Beati pauperes spiritu, quoniam ipsorum est regnum caelorum, et apud Salomonem: Deus superbis resistit, humilibus autem dat gratiam. Habes commendatam humilitatem in Nativitate: in hac enim exinanivit semetipsum, formam servi accipiens et habitu inventus ut homo.

 

¿Qué puede hallarse más enriquecedor y de más valor que la humildad? Por ella se compra el reino de los cielos y se alcanza la gracia divina, como dice el Evangelio : Dichosos los que eligen ser pobres, porque tienen el reino de los cielos. Salomón añade: Dios se enfrenta con los arrogantes, pero concede gracia a los humildes. El nacimiento del Señor te inculca la humildad: le ves anonadado, tomando la condición de esclavo y viviendo como un hombre cualquiera.

 

CAPÍTULO 7

 

§ 1

 

Vis adhuc pretiosiores divitias et superexcellentem gloriam invenire? Habes caritatem in passione. Maiorem hac dilectionem nemo habet, quam ut animam suam ponat quis pro amicis suis. Hae divitiae salutis et gloria, sanguis pretiosus, quo redempti sumus, et crux Dominica, in qua cum Apostolo gloriamur: Mihi, inquit, absit gloriari, nisi in Cruce Domini nostri Iesu Christi. Et dicebat: Nihil arbitratus sum me scire inter vos, nisi Christum Iesum, et hunc crucifixum.

 

¿Quieres encontrar todavía mayores riquezas y una gloria superior? Ahí tienes el amor en la pasión. No hay amor mayor que dar la vida por los amigos. Esta gloria y riquezas de salvación es la sangre preciosa y la cruz del Señor. Su sangre nos rescató y su cruz es nuestro orgullo, lo mismo que para el Apóstol, que exclama: Lo que es a mí, Dios me libre de gloriarme más que en la cruz de nuestro Señor Jesucristo. Y añade : No me propuse conocer otra cosa entre vosotros sino a Cristo Jesús, y a éste crucificado.

 

§ 2

 

Ipsa est laeva Christus Iesus, et hic crucifixus, nam dextera qui em est Christus Iesus, et hic gloriosus. Christum, inquit, et hunc crucifixum. Fortasse crux ipsa nos sumus, cui Christus memoratur infixus. Homo enim formam crucis habet, quam si manus extenderit, exprimet manifestius. Loquitur autem Christus in Psalmo: Infixus sum in limo profundi. Limum quidem nos esse manifestum est, quoniam de limo plasmati sumus. Sed tunc quidem limus paradisi fuimus, nunc vero limus profundi. Infixus sum, inquit: non pertransii, non recessi. Vobiscum sum usque ad consummationem saeculi. Sic enim olim Thamar pariente, Zaram prius solam protulit manum, quae in sacramento Dominicae passionis coccineo alligata est filo.

 

La mano izquierda es Cristo crucificado, y la derecha Cristo glorificado. El Apóstol apunta a Cristo, y éste crucificado. Quizá nosotros seamos esa cruz en la que Cristo está clavado. Porque el hombre tiene forma de cruz. Para expresarlo hasta extender los brazos. Y Cristo mismo se expresa en el salmo: Estoy clavado en un fango profundo. Ese fango somos nosotros, porque de él fuimos modelados. Pero en aquel entonces éramos arcilla del paraíso; ahora, en cambio, somos un fango profundo. Estoy clavado, afirma. Y no estoy ahí simplemente como de paso o de soslayo, estoy con vosotros hasta el fin del mundo. Cuando Tamar dio a luz a sus gemelos, Zeraj fue el primero que sacó una mano. Y le pusieron en la muñeca una cinta roja, como símbolo de la pasión del Señor.

 

CAPÍTULO 8

 

§ 1

 

Itaque iam quidem tenemus sinistram, sed adhuc clamare necesse est: Operi manuum tuarum porrige dexteram. Domine, extende nobis dexteram, et sufficit nobis. Gloria inquit, et divitiae in domo eius; utique qui timet Dominum. Sed in domo tua, Domine, quid? Profecto gratiarum actio, et vox laudis. Beati qui habitant in domo tua, Domine: in saecula saeculorum laudabunt te. Oculus enim non vidit, auris non audivit et in cor hominis non ascendit, quae praeparavit Deus diligentibus se. Lux est enim inaccessibilis, pax est quae exsuperat omnem sensum, fons est qui ascensum nescit, sed descensum.

 

Ya conocemos su izquierda. Pero todavía debemos gritar: Extiende tu derecha a la obra de tus manos. Señor, extiende sobre nosotros tu derecha y nos basta. Dice que hay riquezas y gloria en la casa del que teme al Señor. Y en tu casa, Señor, ¿qué hay? Acción de gracias y cánticos de alabanza. Dichosos los que viven en tu casa, Señor; te alabarán por siempre. Ojo nunca vio, ni oreja oyó, ni a ningún hombre le subió a la cabeza lo que Dios ha preparado para los que le aman. Reina una luz inaccesible y una paz que excede a toda experiencia, una fuente que se desliza por el valle y no escala los montes.

 

§ 2

 

Non vidit oculus lucem inaccessibilem, non audivit auris pacem incomprehensibilem. Speciosi quidem pedes evangelizantium pacem, sed licet in omnem terram exierit sonus eorum, pax tamen, quae exsuperat omnem sensum, nec ab ipsis quanta erat potuit capi, nedum aliorum auribus tradi. Ait enim etiam Paulus ipse: fratres, ego me non arbitror comprehendisse. Fides quidem ex auditu, auditus per verbum Dei: sed fides, non species et promissio, non exhibitio pacis.    

 

No hay ojo alguno que haya visto la luz inaccesible, ni oreja que haya percibido la paz incomprensible. Bien venidos los que predican la paz; y  aunque a toda la tierra alcance su pregón, no pudieron comprender en toda su dimensión esa paz que excede a toda experiencia, ni difundirla en los oídos ajenos. Pues el mismo Pablo dice: Hermanos, yo no pienso haberla alcanzado. La fe sigue al mensaje, y el mensaje acontece por la Palabra de Dios. Se refiere a la fe y a la promesa de la paz, no a su manifestación ni a la posesión.

 

§ 3

 

Et quidem pax est nunc etiam in terra hominibus bonae voluntatis; sed quid est pax ista ad illius plenitudinem et supereminentiam pacis? Unde et ipse Dominus ait: Parem meam do vobis, pacem meam relinquo vobis. Meae siquidem, quae exsuperat omnem sensum, et est pax super pacem, necdum capaces estis; propterea do vobis patriam pacis, et relinquo interim viam pacis.

 

Claro que ahora hay paz en la tierra para los hombres de buena voluntad; pero ¿qué supone esta paz frente a la plenitud y excelencia de aquella otra paz? Por eso el Señor mismo dice: Mi paz os doy, mi paz os dejo. Todavía sois incapaces de recibir esa paz mía que excede a toda experiencia y que está por encima de cualquier otra. Por este motivo os entrego ya la patria de la paz, dejándoos mientras tanto el camino de la paz.

 

CAPÍTULO 9

 

§ 1

 

Sed quid est quod diximus: In cor hominis non ascendit? Utique quia fons est, et ascensum nescit. Scimus enim quia fontium natura est, rivos sectari convallium, montium ardua declinare, sicut scriptum est: Qui emittis fontes in convallibus, inter medium montium pertransibunt aquae.

 

Y ¿qué significa la expresión mencionada: Ni a hombre alguno le subió a la cabeza? Pues que es manantial, y en cuanto tal, no entiende de subidas. Conocemos la propiedad natural del manantial : correr por el cauce de los valles y evitar las asperezas de los montes. Lo dice la Escritura: En los valles sacas manantiales para que las aguas fluyan entre los montes.

 

§ 2

 

Hoc autem est unde admonere saepius studeo caritatem vestram, quia Deus superbis resistit, humilibus autem dat gratiam. Fons enim ad altiorem locum non attingit, quam sit locus eius proprius, de quo descendit vel procedit. Sed videri potest secundum hanc regulam non impediri a superbia vias gratiae, praesertim quod primus ille superbus, qui, secundum Scripturam, rex est super omnes filios superbiae, dixisse non legitur: "Altior ero", sed: Ero, inquit, similis Altissimo. Attamen non mentitur Apostolus, quoniam ille extollitur supra omne quod creditur aut quod colitur Deus. Horret humanus auditus verbum; sed utinam horreat similiter animus cogitatum malignum pariter et affectum! Dico enim vobis, quod non ille tantum, sed et omnis superbus extollitur supra Deum.

 

Por eso os recuerdo sin cesar que Dios se enfrenta con los arrogantes, pero concede gracia a los humildes. El agua que brota del manantial no alcanza un nivel más alto que el que le corresponde en su punto de origen. Según esta norma, parece que la soberbia no es impedimento en los cauces de la gracia. Sobre todo porque el primer soberbio, que, según la Escritura, es rey que domina a todos los hijos de la soberbia, no se dice que haya pensado: "Me encaramaré más"; sino: "Me igualaré al Altísimo". Sin embargo, el Apóstol es tajante, y dice que el soberbio se pone por encima de todo lo que se llama Dios o es objeto de culto. Al oído humano le horroriza este grito. ¡Ojalá su espíritu se espante ante cualquier pensamiento o afecto desordenado! Yo os digo que tanto aquél como cualquier soberbio se ponen por encima de Dios.

 

§ 3

 

Vult enim Deus fieri voluntatem suam, et superbus vult fieri suam. Iam videtur aequalitas; sed attende male congruam proportionem. Deus quidem in his tantum quae ratio approbat, suam vult fieri voluntatem; superbus vero et cum ratione, et contra rationem. Vides quoniam altitudo est, et non illuc perveniunt fluenta gratiae. Nisi conversi fueritis, inquit, et efficiamini sicut parvulus iste -se autem dicit, qui est fons vitae, in quo habitat et unde manat plenitudo omnium gratiarum- non intrabitis in regnum caelorum.

 

Dios quiere que se cumpla su voluntad, y el soberbio quiere hacer la suya. Parece igualdad, pero hay una tremenda desproporción. Dios, en todo lo que aprueba la razón, quiere que se cumpla su voluntad. El soberbio, en cambio, busca la suya con razón o sin ella. Ya ves aquí una altura, y ahí no suben los raudales de la gracia. Si no os convertís y os hacéis como este niño, no entraréis en el reino de los cielos. Habla de sí mismo, que es el manantial de la vida, el que posee y derrama la plenitud de todas las gracias.

 

§ 4

 

Para proinde rivulos, aggeres terrenae et elatae cogitationis disperge, conformare Filio hominis, non primo homini, quia fons gratiae in cor hominis, carnalis scilicet et terreni, non ascendit. Oculum quoque purga, ut videre possis merissimam lucem, et aurem tuam inclina ad oboediendum, ut quandoque pervenias ad quietem perpetuam et pacem super pacem. Lux enim est propter serenitatem, pax propter tranquillitatem, fons propter affluentiam et aeternitatem. Fontem assigna Patri, ex quo Filius nascitur et Spiritus Sanctus procedit, lucem Filio, qui est ubique candor vitae aeternae et lux vera illuminans omnem hominem venientem in hunc mundum, pacem Spiritui Sancto, qui nimirum super quietum et humilem requiescit.

 

   Prepara,  pues,  los  riachuelos,  allana los  ribazos  y  los proyectos altisonantes, trata de asemejarte al Hijo del hombre, no a Adán. El manantial de la gracia no sube al corazón del hombre carnal y terreno. Purifica tu vista para que puedas ver la luz sin tacha. Inclina tu oído a la obediencia para que llegues un día al reposo eterno y a esa paz insospechada. El es luz serena, paz tranquila, manantial inagotable y eterno. Piensa en el Padre como manantial; de él nace el Hijo y procede el Espíritu Santo. Asigna la luz al Hijo, resplandor de vida eterna y luz verdadera que alumbra a todo hombre que viene a este mundo. Refiere la paz al Espíritu Santo, que se posa preferentemente sobre el pacífico y sencillo.

 

§ 5

 

Nec hoc dico, tamquam propria ista sint singulorum, nam et Pater lux est, ut sit Filius lumen de lumine, et Filius pax est, pax nostra, qui fecit utraque unum, et Spiritus Sanctus fons est aquae salientis in vitam aeternam.

 

No quiero decir con esto que estas propiedades sean exclusivas de cada una de las personas. El Padre es también luz, para que el Hijo sea luz de luz. El Hijo es paz, es nuestra paz, pues hizo de dos pueblos uno. Y el Espíritu Santo es manantial de agua que salta, dando una vida sin término.

 

CAPÍTULO 10

 

§ 1

 

Sed quando ad haec perveniemus? Quando adimplebis me, Domine, laetitia cum vultu tuo? Gaudemus in te, quoniam visitasti nos oriens ex alto; iterum gaudemus, expectantes beatam spem in adventu secundo. Sed quando veniet plenitudo laetitiae non de memoria sed de praesentia, de exhibitione, non de expectatione? Modestia vestra, ait Apostolus, nota sit omnibus hominibus: Dominus prope est. Dignum est enim ut et modestia nostra nota sit, sicut Domini Dei nostri modestia cunctis innotuit. Quid enim magis incongruum, quam ut immoderate agat homo, conscius propriae in infirmitatis, quandoquidem apparuit inter homines modestus Dominus maiestatis? Discite, inquit, a me, quia mitis sum et humilis corde, ut possit etiam modestia vestra ceteris innotescere.

 

Pero ¿cuándo llegaremos a esto? ¿Cuándo me colmarás de gozo en tu presencia, Señor? Nos alegramos en ti porque nos has visita o como luz que viene de lo alto. Estamos siempre alegres, aguardando la gozosa esperanza en tu segunda llegada. Pero ¿cuándo va a llegar la plenitud, y el recuerdo será presencia, y la esperanza una gozosa realidad? Oigamos al Apóstol: Que todo el mundo note vuestra modestia. El Señor está cerca. Vale la pena que brille nuestra modestia. También la modestia del Señor admiró a todos. ¿Puede haber algo más incongruente que una actitud arrogante del hombre en la consciencia de su innata flaqueza, después que el Señor de la majestad actuó con tanta modestia en sus relaciones humanas? Aprended de mí, dice, que soy sencillo y humilde, para que también vuestra modestia pueda conocerse por los demás.

 

§ 2

 

Iam quod sequitur: Dominus prope est, de dextera debet intelligi. Nam de sinistra ipse loquitur: Ecce ego vobiscum sum omnibus diebus usque ad consummationem saeculi. Prope est Dominus, fratres mei: nihil solliciti sitis; in proximo est, et citius apparebit. Nolite deficere, nolite lassari: quaerite eum dum inveniri potest, invocate eum dum prope est. Prope est Dominus his qui tribulato sunt corde, prope est exspectantibus eum, exspectantibus eum in veritate. Denique vis nosse quam prope est? Audi sponsam de sponso canentem quoniam ecce stat post parietem. Parietem istum, corpus tuum intellige, quod obstaculum impedit, ut eum qui prope est nondum valeas intueri. Propterea Paulus ipse dissolvi cupit et cum Christo esse, et exclamans miserabilius: infelix, inquit, ego homo, quis me liberabit de corpore mortis huius? Sic et Propheta in Psalmo: educ, inquit, de carcere animam meam ad confitendum nomini tuo.

 

El texto añade: El Señor está cerca. Esto debe entenderse de su derecha. Porque de su mano izquierda dice él mismo: Mirad gue yo estoy con vosotros, cada día, hasta el fin del mundo. El Señor está cerca, hermanos míos. No os agobiéis por nada. Está a punto y aparecerá muy pronto. No os sintáis derrotados, no os canséis. Buscad al Señor mientras podéis encontrarlo, invocadlo mientras está cerca. El Señor está cerca de los atribulados; cerca está de los que le aguardan,, de los que le aguardan sinceramente. En fin, ¿quieres apercibirte de su cercanía? Escucha cómo canta la esposa al Esposo; mira, ya está detrás del tabique. Este tabique es tu mismo cuerpo. Es el único impedimento que te imposibilita ver todavía al que está tan cerca. Por eso, el mismo Pablo deseaba morir y estar con Cristo. Y sollozaba angustiado: ¡Desgraciado de mí! ¿Quién me librará del cuerpo, instrumento de esta muerte? Lo mismo expresa el profeta en el salmo: Sácame de la prisión para alabar tu nombre.