Perseguidos a causa de la justicia
DJN
 

Una gran preocupación de Mateo en su Sermón de la Montaña es que la «justicia» de los cristianos debe exceder la de los fariseos y escribas. Según esto tiene tres bienaventuranzas que establecen una alta norma de comportamiento, pidiendo disposiciones de perdón y compasión (5, 7), rectitud de intención (5, 8) y un generoso esfuerzo para promover la paz viviendo dentro de la comunidad (5, 9). La octava bienaventuranza, que comentamos, se enuncia así: «Bienaventurados (dichosos) los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos» (Mt 5, 10). Como punto de arranque de la comprensión, determinar el significado de «justicia».

1. El significado de justicia (dikaiosune) corresponde al uso que se hace del término en lengua griega. Los distintos contextos explican la variedad de significados. Pero en la mayoría de pasajes del N. T. su significado está determinado por la historia del concepto en el Antiguo Testamento y en el judaísmo. «Para averiguar, pues, el significado fundamental de "justicia" en el N. T. hay que tener en cuenta más que nada el significado fundamental que el término tiene como concepto de relación y que se halla plasmado en el A. T. y en el judaísmo, frente al significado griego de justicia como noción doctrinal sobre las virtudes» (K. KERTELGE, Diccionario exegético del Nuevo Testamento, 987). Esto es verdad, pero también lo es para descubrir los múltiples matices que encierra la palabra «justicia» hay que situarla dentro del contexto amplio y rico del significado griego como noción fundamental sobre virtudes. Ya Platón en el siglo V admite como virtud cívica de la rectitud, del comportamiento, del cumplimiento del deber. Se habla del concepto jurídico del término: dar a cada uno lo que le corresponde; también se alude a la justicia distributiva. Según la comprensión vetero testamentaria y judía, «justicia» (en hebreo sedeq/sedaga) designa la recta «conducta» de Dios y de los hombres, no con respecto a una norma ideal de rectitud, sino con respecto a las relaciones existenciales concretas que existen entre los socios. En este sentido, la justicia es la característica de Dios en su conducta hacia su pueblo, de conformidad con su pacto» (Ibid, 987). Así la justicia (sedada) se convierte en sinónimo de benevolencia, de verdad, fidelidad y salvación, de la obra salvífica y de fidelidad de Dios al pacto (Is 42, 2, 10; Jr 50, 7). Se presenta al pueblo como fuente de derecho y dadora de salvación. Por otra parte, la «justicia» del hombre se presenta como la actuación grata a Dios y es contrapuesta a la «anomia» («iniquidad») (Is 5, 7).

En el Nuevo Testamento (excepto en San Pablo) designa casi siempre la conducta humana justa, que responde a la voluntad de Dios. La referencia constante a Dios, siempre presente en el mensaje de la revelación, distingue este uso del de la doctrina griega y helenística de la virtud y la relaciona sólidamente con el Antiguo Testamento.

a) Significado de «justicia» en Mateo:

b) En Lucas el significado de «justicia» es el mismo. -1, 75: habla con acento litúrgico de la salvación mesiánica. «Justicia» no es la justicia del mundo griego circunscrita al hombre; lo impide la expresión «delante del Señor». La distinción entre una «ética» y una «religiosa» ya no es posible. «Justicia» (dikaiosyne) es más bien a los ojos de Dios la realización de su voluntad con una conducta agradable.

c) En Juan se acentúa el sentido cristiano de «justicia»: se relaciona totalmente con Cristo. En Jn 16, 8, 10: la resurrección y glorificación de Jesús manifiesta su cualidad de «diakaios» (justo).

«El empleo del concepto de "justicia" en conexión con la exigencia que se hace en numerosos pasajes en el sentido que hay que demostrar la fe por medio de obras, nos permite reconocer la existencia de una tradición cristiana primitiva relativamente extendida en la cual la «justicia», de una manera distinta que en el lenguaje teológico de Pablo, se convierte en una concepto parenético central» (KATERGE, ibid. 1000).

2. Explicación del texto (Mt 5, 10). «Bienaventurados (dichosos) los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos». Esta octava bienaventuranza es probable que haya sido formulada por Mateo a partir de la afirmación del vers. 11 que en nuestro texto aparece como la novena bienaventuranza de Mateo y la cuarta de Lucas (6, 22). Estas dos bienaventuranzas últimas reflejan claramente la persecución de la primitiva comunidad cristiana por parte de la sinagoga, como afirma la siguiente aclaración: «Pues así persiguieron a los profetas, que fueron antecesores vuestros» (5, 12). Lucas cambia esta frase así: «lo mismo hacían sus antepasados con los profetas»; el lector griego no comprendería la frase de Mateo. «Perseguidos por causa de la justicia» (Mt 5, 10) es equivalente a decir «por el hecho de ser cristianos», puesto que en el versículo siguiente (5, 11) habla de «mi causa», «por causa de mí»; y en Lucas 6, 22; «por causa de mi Hijo del hombre» (Cfr 1 P 3, 14: «por la justicia» y «en nombre de Cristo» 1 P 4, 14). El verbo «dioko» no se encuentra en Marcos; pero sí en Mateo 10, 23 y en Lucas 11, 49; 21, 12 en las predicciones de Jesús sobre el destino futuro de los discípulos. S. Juan trae una nota interesante: «No es el siervo mayor de su dueño. Si a mí me han perseguido, también a vosotros perseguirán» (15, 20).

Todo esto supone que para los cristianos dedicar su vida a la justicia es lo mismo que ser fieles a la persona de Jesús y a su programa de vida. «Pero sería demasiado unilateral atribuir los papeles de perseguidor y perseguido de una vez por todas al «mundo» y a la Iglesia como tal. Tampoco la Iglesia está del todo libre contra la posibilidad de hacer uso del poder político y de diversas formas de opresión» (H. Hendrickx, bibl. 49). Practicando la justicia, es decir, viviendo en estricta fidelidad a la persona de Jesús y a su programa construyen el Reino de Dios. Y por eso reciben la felicitación, la enhorabuena y la llamada a mostrarse firmes en su conducta. La fidelidad produce siempre satisfacción: «alegraos y saltad de gozo»; estáis en el buen camino, como los profetas, los hombres de Dios por excelencia. La Persecución no es motivo de depresión o desanimo; todo lo contrario, ella demuestra que la vida de los discípulos causa impacto en la sociedad ambiente y éste es su mejor éxito y recompensa. La confesión de Cristo se manifiesta en obras (7, 21-23;25, 31-36). Esta justicia no es interior o meramente espiritual, es siempre comprendida como una vida concreta, humana, histórica (Mt 6, 1). Por eso, aunque Jesús dirige su enseñanza a sus discípulos, las bienaventuranzas, que están en tercera persona, son invitaciones abiertas a todos los hombres que buscan y practican los valores fundamentales del Nuevo Orden inaugurado por Cristo. No son exclusivistas, sino integradoras. -justicia.

BIBL. -G. SCHRENK, «Justicia», en KITTEL, Lessico del Nuovo Testamento, (LNT), vol. II, Brescia, 1966, 1236-1289; J. A. FITMYER, El evangelio según Lucas, Madrid, 1986; H. HENDRICKX, El Sermón de la Montaña, Madrid, 1986; U. Luz, El evangelio según San Mateo (Mt 1-7), vol. 1, Salamanca, 1993; K. KERTELGE, «Justicia», en H. Balz, Diccionario exegético del Nuevo Testamento (DENT), vol. (Salamanca, 1996, 985-999).

Carlos de Vllapadierna